DIEZ VALORES PARA SALIR DE LA CRISIS
Para hablar de la crisis habría que sufrirla en carne propia. Muchos de nosotros hablamos de ella frecuentemente, pero nuestro lenguaje delata una cruda realidad: no sufrimos la crisis, quizá un tímido ajuste. Utilizamos la crisis para justificar actuaciones muchas veces inconfesables (mucho del ajuste laboral tiene como fondo este mecanismo). Hablar de la crisis sin sufrirla es casi una iniquidad. A pesar de todo, hablemos; quien debería realmente hablar, el sector social más débil (ampliado por este tremendo tsunami económico) no tiene voz. Démosle lo que le pertenece.
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