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FIAIZ

Juan 34

CVJ

Domingo, 21 febrero de 2010

 

VIDA ACOMPAÑADA

 Plan de oración con el Evangelio de Juan

 

34. Jn 6,43-48

 

 

Introducción:

 

                Muchas personas están de vuelta ante planteamientos ideológicos, ideas, planes teóricos, discursos. Es la ideología sin carne. Porque un pensamiento con rostro, con carne en el asador, arrastra. Pero las meras palabras, por hermosas que sean, terminan por cansar. Estamos hartos de palabras, solemos decir. Estamos hartos de palabras que no son más que eso. Cuando toman carne, cuando se intenta ponerlas en pie, cuando se trabaja por mezclar pensamiento y vida, la cosa es diferente. Por eso, ejercen sobre nosotros/as un atractivo especial aquellas personas que, aunque tengan un discurso elemental, incluso primitivo, tienen detrás una vida que les respalda, aunque esa vida tenga fallos y limitaciones. Eso demuestra que la persona necesita, sobre todo, vida, no tanto palabras vacías que encandilen pero que no lleven a caminos concretos.

                Jesús no ha sido un ideólogo. Sus ideas, sin su vida no habrían sido más que una doctrina, algo frío. Pero puso carne a sus vivencias, a sus sueños, a sus anhelos. De tal manera que el Evangelio dice que él es el rostro de Dios, que él es, dirá san Pablo, "imagen de Dios invisible": viéndole a él vemos al Padre,  perdonando como perdona sabemos cómo perdona el Padre, acogiendo a pecadores como acoge sabemos cómo nos acoge el Padre. Nadie puede decir que ha visto a Dios, pero en Jesús lo hemos visto, oído, abrazado incluso, como dice 1 Juan. Por eso estamos seguros de que podemos tener vida plena, porque en Jesús tocamos la vida. Puede que sus ideas no sean las más novedosas de toda la historia. Al fin y al cabo, muchos han tenido ideas más brillantes. Pero quizá nadie como él ha reflejado al Dios de bondad, acogida y amor. Por ese camino viene la vida, de esa manera se nos dice algo simple: si quieres reflejar a Dios no me digas muchas ideas religiosas, acércate a mí con una vida humana, amorosa y benigna.

 

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Texto:

 

                        43Replicó Jesús:

                -Dejaos de criticar entre vosotros. 44Nadie puede venir a mí, si no lo atrae el Padre que me ha enviado. Y yo lo resucitaré en el último día. 45Está escrito en los profetas: "Serán todos discípulos de Dios". Todo el que escucha lo que dice el Padre y aprende, viene a mí. 46No es que nadie haya visto al Padre, a no ser el que viene de Dios: ése ha visto al Padre.

 

 

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Ventana abierta:

 

            Esta anciana es Ana González. Casi nadie la conocerá, pero su trayectoria de vida merece la pena: su marido, sus dos hijos y una nuera embarazada "desaparecieron" en la dictadura de Pinochet. Esta humilde ama de casa dedicó su vida a su búsqueda y la causa de la recuperación de la memoria de las víctimas. Su tenacidad ha hecho de bandera de esta causa y muchas familias han encontrado a sus muertos. De ella se ha dicho una frase muy hermosa: "Representa la voz de alguien sin odio": Son vidas de pocos discursos y muchos hechos. Son luz para su entorno e incluso a veces su luz traspasa mares y llega hasta nosotros/as.

                Oramos: Gracias, Señor, por quienes viven sin odio a pesar de sufrimientos; gracias por quienes siembran vida en lugares de muerte; gracias por quienes son luz con sus vidas luminosas.

 

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Desde la persona de Jesús:

 

                Jesús ha sido uno que "ha visto al Padre". No se refiere a cuestiones trinitarias, ni a su ser divino. Quiere decir que ha tenido una experiencia tan viva de Dios que su vida concreta y el amor del Padre se han mezclado en lo cotidiano. Ahí es donde ha "visto" la presencia de Dios, en lo más inmediato, en sus caminos de hombre, en sus andanzas de persona normal. Ver a Dios en lo cotidiano, en lo mezclado, en lo secular, en lo diario: ése es el gran trabajo de la fe, no tanto la elaboración de profundas argumentaciones teológicas.

Oramos: Te alabamos, Señor, porque has palpado al Padre en lo cotidiano; te bendecimos porque has percibido la presencia del Padre en tus caminos habituales; te damos gracias por habernos mostrado la huella de Dios en nuestra sencilla huella humana.

 

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Ahondamiento personal:

 

                Dice el texto que "quien cree tendrá vida plena". La finalidad de la fe no es pertenecer a un determinado colectivo religioso; ni siquiera es lograr una salvación eterna. La fe quiere colaborar al crecimiento de nuestra vida, a abrir horizontes de vida cada vez más luminosos, a engendrar vida en todas nuestras sendas. Una fe para la vida, ésa es la fe evangélica. Por eso, si la vida no crece es que el Evangelio no está haciendo aún su obra en nosotros/as; si la vida bulle, se renueva, se ilumina es entonces cuando podemos pensar que el Evangelio está cumpliendo su verdadera función en nosotros/as.

                Oramos: Que la fe nos ayude a vivir; que el Evangelio nos empuje al disfrute de la vida; que la pertenencia a la comunidad cristiana nos entronque más con la vida de cada día.

 

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Desde la comunidad virtual:

 

                Dice Jesús que él nos "arrastra" al Padre. Y cuánto se lo agradecemos. Pero también nosotros/as podemos arrastrarnos los unos a los otros/as de maneras sencillas hacia Jesús: alimentando nuestra ilusión por él, manteniéndonos firmemente agarrados a su Palabra, tratando de mezclar fe y vida a parte iguales, etc. La comunidad virtual nos puede ayudar a ello de manera sencilla. Si, al final de este proceso llegáramos a la conclusión de que nos habíamos ayudado a acercarnos al Jesús vivo y al Padre acogedor, habríamos conseguido algo importante.

                Oramos: Que nos "arrastremos" unos a otros/as hacia Jesús; que nos mostremos al Padre acogedor acogiéndonos nosotros/as; que colaboremos a animarnos siempre al camino del Evangelio.

 

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Para orar:

 

Y la vida, la vida es un instante
mas cual millones de mayos perdura,
cae pronto y se levanta
pronto. No es un olvido.
              
Quien ve amanecer ve lo bastante;
una luz, el rocío,
ese Dios que ahora calla
dentro. No es un olvido.
              
Un instante lo es todo si oscurece.
Quien ve oscurecer contempla como
la muerte de una rosa que no muere
nunca. No es un olvido,
              
es un rostro que ciego ve una flor.

 

(Francisco Pino)

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