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FIAIZ

Retiro en Pascua de 2010

¿CÓMO FUE POSIBLE UN NUEVO COMIENZO?     

La resurrección entendida como posibilidad de iniciar caminos nuevos

 

            El peso de los años, unido a la rutina, hace que andemos nuestros caminos en la manera cansina del asno que, interminablemente, da vueltas a la noria. La posibilidad de iniciar caminos nuevos en nuestra vida se diluye y, con el tiempo, se la deja de considerar como una puerta abierta. Y cuando los caminos nuevos desaparecen de la vida, empieza una adormecedora cuenta atrás que lleva derecha a la esterilidad con sus crónicas desazones. ¿Se puede romper ese círculo vicioso peso de los años-rutina-olvido-esterilidad?

            La Resurrección de Jesús, si se la comprende y vive más como un dinamismo de vida que como una doctrina, puede ser la "prueba" de que siempre es posible iniciar nuevos caminos. Y esto, porque ella misma fue el camino de más novedad para el mismo Jesús. Es, ciertamente, el camino nuevo de la compañía cálida del Padre, del disfrute sin mezcla de tristeza amarga, de la presencia más amable con toda persona y con toda realidad.

            La teología, los estudiosos de la Palabra se han preguntado muchas veces cuando han pensado en la resurrección: ¿Cómo fue posible un nuevo comienzo? ¿Quién fue el primero (quizá la primera) que dijo: está vivo? Y más todavía, como lo hemos indicado, ¿qué supuso para el mismo Jesús comenzar su camino más nuevo, su comienzo más deslumbrador?

            Si nos acercamos a estas "preguntas sin respuesta" quizá podamos atisbar la "gloria de la Pascua" tras las celosías de los días. Podría ser entendido y vivido este tiempo de Pascua de 2010 como un tiempo bueno para renovar la certeza de que, a la sombra del camino nuevo de Jesús, nosotros/as también podríamos comenzar sendas nuevas que dieran una dimensión nueva a nuestros días.

 

1. Abre las puertas de par en par

 

            Vamos a comenzar, como lo hacemos en otras ocasiones, animándonos mediante un texto poético hermoso antes de recabar la luz de la Palabra.

 

Al fin, dulcemente,
dejando los muros de la fuerte mansión almenada,
el duro cerco de las cerraduras, tan bien anudado;
la guardia de las puertas seguras,
sea yo liberado en los aires.

Con sigilo sabré deslizarme;
pon tu llave suave en la cerradura y, con un murmullo,
abre las puertas de par en par, ¡alma mía!

Dulcemente -sin prisa-
(carne mortal, ¡oh, qué fuerte es tu abrazo!
¡oh amor! ¡cuán estrechamente abrazado me tienes!)

Walt Whitman - Postrera Invocación (Versión de Màrie Manent)

 

  • Dejando los muros de la mansión almenada: Es la vida histórica de Jesús, sometida, como toda vida, a mil limitaciones. La fuerza de la resurrección hace que él salte los muros almenados de su propia historia para adentrarse en el terreno de la pura luz. No fue la muerte más fuerte que él mismo.
  • El duro cerco de las cerraduras, tan bien anudado: Y que la muerte supo desanudar. Algo bueno había de tener su dura muerte. El cerco de la soledad, de la pobreza, de la incomprensión, del odio, de la maledicencia, de la exclusión, todo por los aires. Dijo que él entregaba su vida, que nadie se la quitaba. En el fondo, era verdad.
  • La guardia de las puertas seguras: La guardia de la piedra, de los guardias (según Mateo), del olvido, del velo denso de las lágrimas, del deshonor que lleva a esconderse. Todos esos "guardias" saltaron por los aires. Ya lo diría Pablo: ¿Dónde está, muerte, tu victoria? No hubo ninguna clase de guardias capaz de retener a quien caminaba hacia la luz.
  • Liberado en los aires: En los aires de la libertad, del amor, de la luz, del horizonte infinito. Libre ya de las peguntas sin respuesta, de las imposibilidades que ahogan, de los consuelos que no se sabe bien cómo dar. Libre en la cercanía total, en el abrazo cálido, en la caricia fácil.
  • Abre las puertas de par en par, alma mía: Que entre el aire, la vida, la luz, el gozo, hasta el fondo, hasta dentro. Que puedas salir sin obstáculo hasta el corazón del otro, hasta el lugar del encuentro, hasta la bodega del amor. Un alma libre para vibrar con más hondura, para respirar al unísono con todo lo creado. Un alma libre para abrazar todo, para sentir todo, para caminar con todos.
  • Dulcemente, sin prisa: Como una resurrección que se va haciendo poco a poco, en Él y en nosotros/as. El día nuevo que amanece lentamente porque cuesta mucho ver el alba. Una resurrección lejos de convulsiones religiosas o de rutinas mecánicas. Algo que se va colando dentro, poco a poco, sutilmente, amigablemente.
  • Carne moral...cuán estrechamente abrazado me tienes: Porque aún es preciso vivir en el abrazo de la carne, en los caminos mezclados a las sombras, en las palabras entrecortadas. Pero es preciso no renegar de esta carne, sino hacerla amiga hasta que comprenda el horizonte de luz que le aguarda. Y a través del amor mezclado ir caminando hacia el amor de calidad, vibrante y puro.

 

2. Una ráfaga de la Palabra: Lc 24,29-35

 

            "Cerca ya de la aldea de Emaús adonde iban hizo ademán de seguir adelante; pero ellos le insistieron diciendo: -Quédate con nosotros que está atardeciendo y el día va ya de caída. Él entró para quedarse. Recostado a la mesa con ellos, tomó el pan, pronunció la bendición, lo partió y se lo ofreció. Se les abrieron los ojos y le reconocieron, pero él desapareció. Entonces comentaron: -¿No estábamos en ascuas mientras nos hablaba por el camino explicándonos las Escrituras? Y, levantándose al momento, se volvieron a Jerusalén, donde encontraron reunidos a los Once con sus compañeros, que decían: -Era verdad: ha resucitado el Señor y se ha aparecido a Simón. Ellos contaron lo que les había pasado por el camino y cómo lo habían reconocido al partir el pan".

 

  • Es, como sabemos, el final del relato de Emaús. Aquellos dos (discípulo y discípula) vuelven a Jerusalén: quieren ofrecer la novedad del camino del resucitado a quienes se han quedado instalados en el marco de lo viejo, de la ciudad de siempre, de la estructura de siempre.
  • Quieren ofrecer la novedad del pan repartido comenzando por los últimos. Ésa era la manera de repartir de Jesús por la que le reconocieron (ni siquiera lo reconocieron por el método "ardiente" de explicar la Palabra, sino por su manera de repartir el pan). Quieren decir a los de Jerusalén que la novedad del resucitado consiste en lazarse a repartir el pan a quienes son excluidos del banquete del reino, particularmente a los paganos.
  • Se topan con el bloque compacto de los Once y sus compañeros. Inamovibles sin entender el sentido de la muerte y de la resurrección de Jesús. Y antes de que abran la boca les ponen delante un aserto de ignorada verdad: el Señor se ha aparecido a Simón (nombre judío de Pedro). Es decir: el sentido de la resurrección lo conoce Simón y lo que representa, la autoridad. Por eso, cualquier cosa que digáis tiene antes que pasar Simón, por el cauce de "siempre" que es el judaísmo.
  • Ellos no se amilanan y plantean la novedad de frente: les dijeron lo que les había pasado por el camino y que lo reconocieron en su manera de partir el pan (comenzando por los últimos, los paganos, que serán primeros en el reino). Es la novedad puesta de frente. Costó mucho a la Iglesia primitiva encajar esta novedad. Pero de ella dependió la expansión del Mensaje. Y de su ulterior abandono la pérdida de frescura y la vuelta al mecanismo excluyente de lo religioso.

 

3. Para una espiritualidad de los caminos nuevos

 

            Vamos a dar algunas pistas que puedan sugerir que es posible ir construyendo una espiritualidad del recomenzar en los modos de los caminos nuevos, no de la rutina de siempre. A ese anhelo empuja la dinámica de la resurrección:

  • Los caminos nuevos van hacia horizontes nuevos: No miran hacia atrás, no sucumben a la nostalgia, se desprenden del paralizante bienestar de lo sabido, de lo de siempre. Los caminos nuevos no consideran inútil ir en la dirección del horizonte, aunque este se sitúe siempre un poco más lejos. Saben que, mientras se camine, vamos bien. Los caminos nuevos mantienen siempre activada la capacidad de soñar, de anhelar, de intuir un sol hermoso tras la niebla que hay que cruzar.
  • Los caminos nuevos necesitan pies y ojos nuevos: Pies, conductas, planteamientos de vida de componente nuevo. Los caminos nuevos se alejan, poco a poco, de los caminos trillados, de los recodos de un camino ya conocido de sobra. Los caminos nuevos, al andar, miran las cosas con ojos nuevos, redescubren valores que antes estaban ocultos, matices que antes se dejaban de lado. Por eso mismo, al mirar con novedad, descubren posibilidades insólitas. Y eso les anima enormemente.
  • Los caminos nuevos están hechos de confianzas nuevas: Porque si estamos en la confianzas de siempre, rutinarias, cansadas, estamos en realidad, próximos a la desconfianza. Por eso mismo, quien quiera andar por sendas nuevas ha de recrear la confianza, ha de apostar confiando en que los días venideros podrán ser mejores. Las confianzas nuevas hablan de amores nuevos, de corazones llenos de nombres hasta ahora desconocidos.
  • Los caminos nuevos necesitan amaneceres nuevos: Necesitan la certeza inquebrantable de saber que es una suerte tener una posibilidad nueva en las manos, de que pertenecer a la aventura de la vida es un don impagable. Los caminos nuevos se olvidan de los hermosos amaneceres de otras épocas que ya no existen y, sin  sucumbir a la nostalgia, creen que este amanecer de hoy, esta posibilidad, es la mejor que han tenido nunca. Por eso, quien quiera andar por caminos nuevos disfruta del momento presente como evidencia de la bondad de su mejor futuro.
  • Los caminos nuevos tienen que encajar riesgos nuevos: Porque el anhelo y el sueño están alimentados por el riesgo y el temor frena cualquier posibilidad de dar un paso en dirección a lo nuevo. De esta manera, el riesgo asumido por causa del anhelo pierde la temeridad que lo hace rechazable. Y, contra lo inesperado, encuentra resortes que hacen doblegarse a no pocas dificultades.
  • Los caminos nuevos entonan cantos nuevos: No las viejas melodías de siempre, la música que aquieta y paraliza, las razones anquilosadas, la letanía de la inflexibilidad. Un canto nuevo para un tiempo nuevo. Por eso miran a los poetas de la novedad, a los cantores que desgranan sueños nuevos, a los músicos que sugieren otro tipo de melodías. Una música nueva para un tiempo.
  • Los caminos nuevos abrazan con brazos nuevos: Una nueva cercanía del corazón porque se ha desvelado la hermosura de un corazón nuevo. Un amparo dotado de una calidez nueva. Un estar en comunión, en conexión honda, al verse en el ámbito de un amor vivo.

 

4. Reflexionando aún

 

            Ahondamos un poco en la reflexión para dar más cuerpo a esta espiritualidad de la posibilidad de recomenzar:

  • Recomenzar es posible: Porque son tales los obstáculos que se acumulan que llega a instalarse en el corazón la certeza de que innovar, recomenzar, es imposible. Es preciso quebrar esa sensación y pensar, con realismo, que siempre hay oportunidad de iniciar caminos nuevos, por modestos que sean. Que esa oportunidad es una realidad a la mano, que se puede comenzar hoy mismo.
  • Mejor con el amparo del grupo: Iniciar caminos es siempre difícil. Enfrentarse a ello individualmente es más duro. El amparo del grupo puede ser decisivo. De todos modos, es justamente ahí donde habría de verificarse la verdad de la fraternidad: no estamos en una vida en común para una mera organización administrativa, sino para contagiarnos ánimo a la hora de apostar por Jesús y sus valores.
  • Más allá de "peros" institucionales: Porque cuando se empiezan a proponer caminos nuevos, la institución despliega todo un abanico de "peros" que, generalmente, intentan frenar esos avances. ¿Por qué lo hace? Porque a la institución no le va la novedad, el cambio, la flexibilidad, la relativización, la búsqueda. Es preciso, pacientemente, contrarrestar tal empuje haciendo ver que los caminos en novedad han de ser una ayuda positiva incluso para la misma institución.
  • Apelando a lo mejor del propio interior: Porque la propuesta de un  camino nuevo demanda conectar con ese fondo positivo y creativo que toda persona alberga en su propio interior, dejando al margen el lado más "oscuro" de la persona. Por eso mismo, proponer caminos nuevos es, casi siempre, dar alas a lo mejor que anida en el interior de la persona, a su parte más "espiritual".
  • Una por una, comenzar: Porque ante planteamientos nuevos, nos puede la parálisis. Por eso y una por una, comenzar, aunque sea de forma modesta. Es en ese tipo de decisiones donde se ha de percibir la conexión con el Resucitado, la fuerza de la fe convertida en dinamismo de vida. Cuando se comienza, es más fácil ver por dónde hay que seguir. Si no se da el primer paso, el horizonte se obnubila.
  • Aunque nos perdamos a medio camino: Ya que el recomenzar no es garantía total para poder llegar a la meta. Pero perderse en el camino es mejor que quedarse seguro pero paralizado y sin comenzar nunca. Si hay que volverse atrás del camino comenzado porque se advierte un error cometido, siempre se tendrá la experiencia de haber iniciado una senda. Y esa experiencia será útil para animarse a iniciar otro derrotero.

 

5. Más en concreto

 

            Siempre con ese afán de poner rostro a las intuiciones espirituales, vamos a sugerir algunos caminos nuevos que amanecen y se presentan como una posibilidad:

  • Planteamientos nuevos en nuestra sociedad: Son, sobre todo, aquellos de dimanan de la solidaridad: las múltiples formas de acogida a niños con dificultades familiares, el progreso (aunque lento) de la ley de Dependencia, la solidaridad social en las grandes catástrofes (Haití, Chile, Turquía), los imparables trabajos en Derechos Humanos, la espiritualidad humanizadora del decrecimiento, etc. Son sendas nuevas hiladas con el día a día de la ciudadanía. Participar en alguna de ellas es andar en caminos de novedad.
  • Planteamientos nuevos en nuestra sociedad: El imparable anhelo de los laicos de hacer parte de la gestión eclesial, la adultez de comunidades cristianas que se autogestionan sin la tutela del clero, la vuelta a la centralidad de Jesús y su seguimiento poniendo en segundo lugar los temas de estructura eclesiástica. Caminos aún nuevos para muchos cristianos y transitados ya desde hace tiempo por otros.
  • Planteamientos nuevos en la VR: Todos aquellos que hablan de la relación entre los grupos religiosos: fusiones de grupos, provincias y comunidades; intercongregacionalidad; uniones para ser más eficaces en trabajos sociales; anhelos comunes sumados en torno a temas de justicia, paz y ecología. Son caminos ya "descubiertos", pero aún nuevos.
  • Planteamientos nuevos en las familias: Todos los temas de acogida, relación familiar, apertura a modos nuevos de familia. Todos los intentos de humanizar las situaciones familiares duras en materia de enfermos psiquiátricos, dependientes, etc.
  • Planteamientos personales nuevos: Todas las búsquedas, las preguntas sin resolver, los interrogantes que persisten con el paso de los años. Caminos de novedad aún no seguidos, pero atisbados.

 

Conclusión

 

            Si se entiende y vive la Resurrección más como un dinamismo que como un cuerpo de doctrina, quizá la Pascua de este año pueda ser impulso para los caminos de novedad, personales y comunitarios, que, como brotes de primavera, apuntan en nuestros días.

            Sabemos que la presencia del Resucitado acompaña estos anhelos. No basta con saberlo, es preciso hacer más densa esa presencia hasta que se constituya en impulso real para nuestras decisiones.

            Hacer viva la presencia de Jesús en la novedad de nuestros caminos, de nuestros planteamientos y opciones cotidianas puede ser lenguaje de resurrección en nuestros días.

2 comentarios

Darwin orozco -

Fidel.Paz y Bien en tu vida. Dios te pague por iluminarnos caminos de fidelidad. Sigue dejando huellas.
Darwin.

Comunidad Rotxapea -

Una vez más, una reflexión magnífica; de esas que encienden lo más profundo de nuestro ser; de esas que nos animan a seguir viviendo con hondura, (como tú dices). GRACIAS por acompañar esta PASCUA nuestra 2010