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FIAIZ

Volver al Evangelio

 

VOLVER AL EVANGELIO:

VOLVER A CASA

 

            Hoy se habla mucho de Volver al Evangelio o de Recuperar el proyecto de Jesús. Los “grupos de Jesús” de Pagola, hablan de eso.

            ¿Es que para volver al Evangelio hay que aceptar que nos hemos ido de él? Ahí esta uno de los problemas.

            Sí, nos hemos alejado del Evangelio no solamente por nuestra fragilidad, sino también porque los sistemas (y el religioso es uno de ellos) termina por alejarnos del centro, ya que ellos mismos anhelan constituirse en centro.

  1. Volver al Evangelio es como volver a casa: siempre está esperándonos, siempre somos bienvenidos, siempre hay calor ahí.
  2. Volver al Evangelio es poner de nuevo el acento en lo importante, relativizando aquello que no lo es tanto.
  3. Volver al Evangelio es asentarse de nuevo en lo que garantiaza el valor de la fe, porque el resto, por mucho que nos digan lo contrario, es de menos valor.
  4. Volver al Evangelio es aprender un poco más el rostro de Jesús, conocer mejor su sonrisa y sus arrugas, sus brillos y sus sombras. Conocer ese rostro mejor para amarle más.
  5. Volver al Evangelio es disponerse a gustar de nuevo las pequeñas delicias ocultas en el texto, rumiarlo, saborearlo.
  6. Volver al Evangelio es retomar las viejas utopías, oxidadas, embrumadas, perdidas y darles de nuevo el valor que siempre tuvieron.
  7. Volver al Evangelio es aprender otra vez la melodía de una vida que se mezcla con el resto de la vida. No es el Evangelio algo aparte de la vida.
  8. Volver al Evangelio es retomar los caminos trillados para descubrir en ellos esos leves motivos para vivir con alegría.
  9. Volver al Evangelio es cantar con Jesús la melodía que puede espantar nuestros males y nuestras asperezas.
  10. Volver al Evangelio es volver al corazón de la persona porque el sueño de Jesús es el mismo que el de la fraternidad más elemental.

 

Si todo esto, y mucho más, es volver al Evangelio, volvamos a casa.

1 comentario

Montse Claveria -

Sencillamente gracias Fidel,
Gracias a Dios, gracias a ti por contagiarme el deseo de la palabra como lo has hecho.
Intentaré formar un grupito de gente y animarnos a ir más a fondo, saborear (assaborir, palabra preciosa, palabra perfumada) el evangelio, de momento siento el corazón felizmente alterado con la sacudida (sacsejada, otra palabra perfumada) de estos días.
En contacto
Un abrazo