Juan 119
CVJ
Domingo, 14 de octubre de 2012
VIDA ACOMPAÑADA
Plan de oración con el Evangelio de Juan
119. Jn 17,24-26
Introducción:
Cuando se habla de amor casi siempre se entiende que estamos refiriéndonos a cuestiones muy personales, muy del interior de cada uno. Y, efectivamente, el amor toca las fibras más personales de lo que somos. Pero también podemos hablar de un amor social, tan importante o más que el amor personal. El amor social es algo que se nutre del gran sueño de una sociedad nueva, del anhelo de la fraternidad común, de la fe inquebrantable de creer que, como se dice ahora, otro mundo, otra realidad es posible. Es un amor de una enorme trascendencia y el que hace avanzar y crecer el nivel de humanidad y de esperanza entre las personas. No está reñido con el amor personal pero le otorga a éste el horizonte que lo hace posible. Por eso es tan decisivo el amor social.
El Evangelio, como ocurre en el pasaje de esta semana habla con frecuencia de amor. Se ve que era una palabra que acudía fácilmente a los labios de Jesús (“De lo que abunda el corazón, hablan los labios”, llegó a decir). ¿Cómo es el amor de Jesús? Tiene todos los componentes del amor personal, pero también todos los del amor social. Lo hermoso y extraño del amor de Jesús no es que quisiese solamente a quienes se cruzaban en su camino, sino que pretendiera que toda la realidad social estuviera imbuida de ese amor respetuoso y fraterno. Su terco sentido de la utopía, su afán porque la totalidad sea transformada es, tal vez, lo que hace más llamativo el mensaje de Jesús. Por eso, se puede decir que el suyo fue, sobre todo, un amor social, amor que englobaba a todos los amores de los humanos y aun de las cosas.
***
Texto:
24Padre, quiero que también ellos –eso que me has entregado- estén conmigo donde estoy yo, para que contemplen mi propia gloria, la que tú me has dado, porque me has amado antes de que existiera el mundo.
25Padre justo, el mundo no te ha reconocido; yo, en cambio, te he reconocido, y estos han reconocido que tú me enviaste.
26Ya le he dado a conocer tu persona, pero aún se la daré a conocer, para que ese amor con el que tú me has amado esté en ellos y así esté yo identificado con ellos.
***
Ventana abierta:
Esta oscura foto pertenece a las manifestaciones del 25S: ante un nutrido grupo de policías antidisturbios se arrodilla con los brazos levantados, desarmado ante los armados hasta los dientes, desarmado y vulnerable. Este tipo de gestos, y las consecuencias que conllevan, solamente puede ser tomados por quien ama a la sociedad, por quien se siente concernido ante las lacras sociales de nuestro sistema, por quien sueña con un mundo mejor y quiere dejar a sus hijos una sociedad más saneada. Es un símbolo de lo que es un amor social.
Oramos: Gracias, Señor, por quienes sueñan con un mundo nuevo; gracias por quienes no se apean de la convicción de que otro mundo es posible; gracias por quienes defienden las ideas con humanidad.
***
Desde la persona de Jesús:
El anhelo de Jesús, según el texto que nos toca esta semana, es que su seguidor/a “esté conmigo donde estoy yo”. Eso será la prueba del amor. ¿Dónde está Jesús? En los amores sociales, en la utopía de un mundo nuevo, en el sueño hermoso de la fraternidad común, en el anhelo de que la comunidad que comparte es el mejor camino de humanización. Ahí es, justamente, donde Jesús quiere que estén quienes sienten como él, quienes piensan como él, quienes quieren poner sus pies en las huellas del mismo Jesús.
Oramos: Que estemos en los amores sociales en los que está Jesús, que tengamos los sueños que anidaron en el corazón de Jesús; que disfrutemos con los logros sociales como disfrutaba Jesús.
***
Ahondamiento personal:
No hay que dividir entre amor social y amor personal. Si se trata de amor, son cosas relacionadas y complementarias. Pero quizá haya que insistir más en el valor y la hermosura del amor social porque somos menos sensibles a él. Sin embargo, podemos estar seguros de que si trabajamos el amor social, el personal va a salir potenciado. Con frecuencia se observa que las personas que aman la sociedad nueva son también sensibles al amor personal, cercano. Amores que se potencian.
Oramos: Que amemos el hecho social para potenciar nuestros amores personales; que nos brillen los ojos ante los logros sociales; que nos enamoremos de la sociedad para potenciar nuestros propios amores.
***
Desde la comunidad virtual:
A lo largo de nuestro itinerario de comunidad virtual, nos trasvasamos muchas inquietudes, muchas convicciones y no pocas experiencias sociales vividas en el día a día. Nos hacemos un gran bien y nos contagiamos el amor social, del que venimos hablando. No dejemos de hacerlo. No creamos que son cosas que no interesan a los demás. Los amores se contagian y por eso, cuanto más hablemos de esas experiencias sociales, más amaremos a la sociedad de la que hacemos parte. Beneficio neto.
Oramos: Que nos comuniquemos para potenciar nuestro amor social; que apreciemos las experiencia sociales de los demás; que veamos como un camino hacia el bien los anhelos sociales de nuestro entorno.
***
Poetización:
Era bueno y amable,
tierno incluso,
cuando se ponía
ante el corazón de la persona.
Ese corazón le cautivaba,
le impresionaba,
le motivaba.
Pero en el fondo del alma
llevaba siempre un gran anhelo:
que lo vivido en particular
fuera patrimonio de todos,
que el gozo de cada corazón
constituyera el mundo de la alegría,
que los sueños pequeños de cada uno
pudieran alimentar el gran sueño
de la comunidad humana.
Este era el gran dinamismo
de su amor: el anhelo siempre vivo
de un mundo de corazón tocados,
trasvasados,
entreverados.
Por eso, cuando animaba a
“estar donde estoy yo”
quería decir
que lo que más le interesaba
era el acercarse al logro de su gran sueño:
un mundo hermanado en un corazón común.
Ahí quería estar
y ahí deseaba que estuvieran
quienes decían amarle.
***
Para esta semana:
Intenta mirar los acontecimientos sociales de la semana como el largo camino hacia un mundo de corazón hermanado.
***
0 comentarios