Juan 85
CVJ
Domingo, 9 de octubre de 2011
VIDA ACOMPAÑADA
Plan de oración con el Evangelio de Juan
85. Jn 12,31-36
Introducción:
Hay gente que atrae. No lo hace solamente por su simpatía o buen carácter, sino porque desvelamos en ella caminos de entrega y generosidad. Es que estos valores, por encima del maremagno de egoísmo en que, a veces, se mueve la vida, surgen como verdaderos atractores. La bondad y la entrega cotizan siempre, aunque parezca que se los llevan por delante el egoísmo y el interés personal. Cuando llega a nosotros un caso de generosidad, nos quedamos admirados y, en el fondo, a traídos. Es la gran pregunta que se hacía Garzo: “¿De dónde brotan el bien y la belleza? No lo sabemos, pero nos siguen atrayendo, con lo que se deja ver que estamos hechos para esa clase de valores, aunque, con frecuencia, nuestros derroteros vitales vayan por otras sendas.
Algo de esto pasa en el caso de Jesús: ¿por qué sigue atrayendo, más allá de los siglos, de las deformaciones, de la misma religión? Porque no juzgó, porque no se apropió de nadie, porque no respondió con rechazo al rechazo, porque no midió sus entregas. Por cosas de esas Jesús sigue “sobreviviendo”, más que por el empeño de las religiones cristianas. Por eso, no es de extrañar que “levantado en alto”, entregado a fondo, atraiga a todos hacia sí. Representa Jesús en su entrega el sueño hondo de lo humano, ese vivir en y para el otro al que estamos llamados desde los primeros pasos de la historia.
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Texto:
31Ahora va a ser juzgado el mundo; ahora el príncipe de este mundo va a ser echado fuera. 32Y cuando yo sea elevado sobre la tierra, atraeré a todos hacia mí.
33Esto lo decía dando a entender la muerte de que iba a morir.
34Le replicó la gente:
-Nosotros hemos aprendido de la Ley que el Mesías sigue para siempre, ¿cómo dices tú que el Hijo del Hombre tiene que ser levantado en alto? ¿Quién es ese Hijo del Hombre?
35Les contestó Jesús:
-Todavía un poco de tiempo va a estar la luz entre vosotros, caminad mientras tengáis la luz, para que no os coja la tiniebla, pues el que camina en la tiniebla no sabe adónde va. 36Mientras tengáis luz, prestad adhesión a la luz, y así seréis partícipes de la luz.
Así habló Jesús. Luego se fue, ocultándose de ellos.
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Ventana abierta:
Esta foto sí que es “una de tantas”. Su valor es que es actual: un grupito de chicas voluntarias trabajan por una temporada en un orfanato humilde perdido en el norte de Kenia. Puede parecer algo que “está de moda” o propio de gente joven que, terminados sus estudios, no tiene a dónde echar el cuerpo, por la coyuntura económica. Pero la cosa tiene también otra lectura: es un signo de que la generosidad, la entrega, la preocupación por el otro, las vidas de los débiles siguen importando. Quizá sea una forma cómoda de responder y de entregarse, pero son ventanas abiertas que quizá se abran a pasos de mayor generosidad.
Oramos: Que agradezcamos y valoremos todo gesto de generosidad con el débil; que creamos en el valor de las entregas humildes; que nos toque siempre la suerte de los desheredados.
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Desde la persona de Jesús:
La entrega de Jesús es la que proyecta luz sobre el caminar humano para que la oscuridad sea un poco menos densa. No es el valor de su divinidad el que nos ilumina, sino el de su honda humanidad. Porque se dio con coraje y generosidad total a lo humano es por lo que su vida fue luminosa para él y para nosotros. Las entregas a fondo perdido a la vida, a la debilidad del otro terminan convirtiéndose en luz, mientras que los egoísmos mantenidos engendran oscuridad en torno y despiste vital.
Oramos: Gracias, Señor, por tu entrega luminosa; gracias por tu generosidad sin límites; gracias por el coraje fiel con el que te has entregado a la aventura humana.
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Ahondamiento personal:
Las zonas de oscuridad, tanto personales como sociales, son, a veces, muy densas. Por eso mismo son imprescindibles las personas que aportan luz, bien sea en el terreno ideológico, como en el social, como en el personal. Ser persona luminosa sin ser persona entregada, vuelta a la vida de los demás, es difícil. Por eso mismo, para ser luminosa es preciso ser generoso. Cuanta más generosidad, más luz; cuanta más egoísmo, más oscuridad.
Oramos: Que la generosidad ilumine nuestros pasos; que seamos luminosos acrecentando nuestra entrega; que amemos mirando con amor en dirección a los demás.
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Desde la comunidad virtual:
Las personas de nuestra comunidad virtual nos aportan luz porque los vemos generosos. Mientras haya generosidad habrá luz y podremos disfrutar de ella. No se trata de grandes generosidad, sino de cosas sencillas que hagan más humano nuestro caminar. >por eso nos ayudamos no solamente rezando y acordándonos unos de otros, sino que en nuestras generosidades diarias, se conozcan o no, hay siempre una gran ayuda. Es preciso valorarla siempre.
Oramos: Nos agradecemos nuestras sencillas y diarias generosidades; nos animamos a crecer en entrega cotidiana; nos entusiasmamos con quienes más se dan a los otros.
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Poetización:
Su vida fue luminosa
y muchas personas
envueltas en sombras
descubrieron en él
los signos de la aurora.
Su luz no cegó a nadie,
no deslumbró a pesar de nadie,
no resplandeció con la gloria de un Dios.
Era una luz humilde,
cotidiana,
entregada.
Brilló en palabras sencillas,
en caminos compartidos,
en consuelos derramados,
en esperas comunes.
Pero sobre todo,
y por extraño que parezca,
brilló más
cuando más desamparado estuvo,
Era el brillo oscuro de la cruz,
la gloria de su derrota,
el resplandor de la entrega total.
No estaba equivocado cuando dijo
que, desde la cruz,
atraería a todos hacia sí.
La luz de aquella entrega
sigue brillando
y animando a expandir esa luz
en las múltiples entregas
de los corazones bondadosos.
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Para la semana:
Trata de sembrar sosiego y luz en las oscuridades de quienes se topen contigo esta semana, en las tuyas propias.
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