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Retiro de Adviento 2009

 

 

 

 

Retiro Adviento 2009

 

 

 

¿QUIÉN ERES TÚ QUE AHORA LLEGAS

CUANDO TODO PARECE TERMINAR?

 

Introducción:

 

            El título de este cuaderno es un verso tomado de un poema de José A. Valente (Fragmentos para un libro futuro,  p.88). El poeta, por supuesto, lo aplica a otra persona. Pero nosotros lo dirigimos directo a Jesús. Ahora que parece que todo va acabando (el número de nuestros grupos, el vigor, las presencias, quizá la ilusión, en esta hora no fácil), ahora es cuando Él parece llegar. Ahora es cuando Jesús nos dice que siempre es buen tiempo para seguirle, que siempre hay posibilidad de disfrutar de su presencia, que siempre podemos crecer en adhesión. Ahora que en nuestra vida aparecen con más claridad las debilidades, las fisuras, las limitaciones, etc., ahora viene la persona, toda persona, a decirnos que hay caminos, que podemos reorientar nuestras fuerzas, que hay posibilidad de ahondar y de ser creyente en el mundo de hoy, que la fraternidad es más posible que nunca.

            Se nos pide, pues, el viejo "renacer de nuevo" de Jn 3. ¿Diremos, como Nicodemo, que es muy hermoso el reto pero imposible? Habría que borrar de nuestros labios y, sobre todo de nuestro corazón, ese vocablo. Porque la imposibilidad está, tal vez, en nuestros miedos, en nuestras comodidades, en nuestro no querer complicarnos, en la dificultad para lanzarse a la piscina de lo nuevo. Pero si superamos esa inercia, lo difícil puede ser, en parte, posible. "Con Dios todo es posible" (Mt 19,26). ¿Damos fe a este Evangelio? ¿O, al decir que no es posible, estamos diciéndonos que Dios no acompaña nuestro camino humano?  Ojalá no sea así.

            Podríamos enfocar el Adviento de este año como una llamada no a esperas ya acaecidas, sino como tiempo para desvelar la oportunidad que llama a nuestras puertas en estos tiempos de reducción. Esa oportunidad tiene un nombre, Jesús, y a punta a la posibilidad de una vida cristiana con sentido, valiosa, amparadora. Tendría que brotar el ánimo, la luz y el agradecimiento. Si eso ocurre, el Adviento habrá sido realmente tiempo favorable para nuestra fe.

 

1. De la mano de la poesía

 

            Vamos a "calentar motores" con un hermoso poema de José Jiménez Lozano que remeda el texto evangélico de Lc 13,6ss que luego comentaremos:

 

Diez años esperó que el árbol seco
floreciera de nuevo.
Diez años con el hacha aguzada y temblorosa,
pero el árbol sólo exhibía sus desnudos brazos,
la percha de la urraca y de los cuervos.
Cortóle al fin, y,
de repente, vio su corazón verde,
borbotón de savia; un año más,
y hubiera florecido.

 

  • Diez años esperó: Más que los tres del Evangelio. Una larga espera, porque las llamadas se escuchan en su momento.
  • Floreciera de nuevo: Porque el árbol está llamado siempre a florecer. Lo suyo no es acabar en leña para fuego sino, antes que nada, en flor de novedad. Como los árboles, nosotros llamados primero a la flor de la novedad.
  • Diez años con el hacha aguda y temblorosa: Con toda suerte de amenazas que se pueden conjurar. La única manera de hacerlo es poner cuanto antes a dar fruto, sacudir la pereza existencial que nos paraliza.
  • El árbol sólo exhibía sus desnudos brazos: Porque a fuerza de poner sobre la mesa únicamente las dificultades para una vida con contenido, se nublan las posibilidades que encierran nuestros días. Todo se contagia; la conciencia de posibilidad o de imposibilidad también.
  • La percha de la urraca y de los cuervos: Se van añadiendo a nuestra rutina, debilitamiento y parálisis todas las negatividades del momento. La única manera de conjurarlas es ponerse en una actitud creativa, acogedora, posibilista, animosa.
  • Cortóle, al fin: Es lo que hacemos en nuestro desaliento vital, echarse a la cuneta, dar todo por perdido, caer en el pozo del desaliento.
  • De repente vio su corazón verde: Porque siempre quedan posibilidades, soluciones, caminos abiertos, puertas que se franquean. Más de las que, a veces, pensamos. El bosque siempre reverdece.
  • Borbotón de savia: Posibilidad de trasmitir vida por cauces modestos. Borbotones, gran abundancia, latido de un corazón vivo.
  • Un año más, y hubiera florecido: El lamento inútil de quien ha malgastado la hermosura de su camino, la posibilidad que tenía en su haber, la fuerza que anidaba en su debilidad. Envolver de imposibilidad los caminos es hacer un guiño a la esterilidad.

 

 

 

2. La luz de la Palabra: Lc 13,6-9

 

Entonces dijo esta parábola: "Cierto hombre tenía una higuera plantada en su viña, y fue a buscar fruto en ella y no lo halló. Entonces dijo al viñador: He aquí, ya son tres años que vengo buscando fruto en esta higuera y no lo hallo. Por tanto, córtala. ¿Por qué ha de inutilizar también la tierra? Entonces él le respondió diciendo: Señor, déjala aún este año, hasta que yo cave alrededor de ella y la abone. Si da fruto en el futuro, bien; y si no, la cortarás."

  • La higuera está plantada en una viña: algo roba a la viña la savia que necesita y, además, no produce fruto, es estéril. En El viaje de Jesús a Jerusalén hace éste un fuerte juicio sobre lo que ocurre en su tiempo: Israel está siendo esquilmado por una "higuera", símbolo de la institución legal. No tiene salida, es estéril y esteriliza al pueblo.
  • El plazo de tres años es la última oportunidad. Contra el texto: Dios da muchas oportunidades. Tiempo suficiente para poder dar un giro. ¿Por qué la higuera permanece en su esterilidad? Misterio de los negativos y extraños caminos de nuestra existencia.
  • El viñador interviene, la misericordia se vierte sobre la debilidad sin abandonar la responsabilidad. No es una misericordia sine die. Pero la prórroga y los cuidados (estiércol) dejan abierta la puerta a la posibilidad.
  • Más que temor, la parábola habría de producir ánimo, coraje, afán por encarar las situaciones de debilidad sabiendo que siempre hay posibilidades. Esta lectura va un poco "contra el texto" porque el marco de la narración es el extraño rechazo de Jerusalén.

 

3. Ahondamiento

 

            ¿Cómo hacer del Adviento ese tiempo bueno para descubrir la oportunidad que Jesús pone incansablemente en nuestra vida, incluso en tiempos como los nuestros. Vamos a dar unas pistas básicas:

a) Una nueva base antropológica:

 

            Para acercarse al meollo de toda acción relacional humana, y una unificación es una obra de relación de envergadura, es precio, tal vez, que vayamos cambiando las bases éticas. ¿Cuáles son estas bases? Tradicionalmente han estado asentadas sobre el parámetro bondad-maldad. Así se nos ha enseñado siempre: rodéate de buenos y huye de los malos. Pero la vida nos ha hecho ver que ni los buenos lo son tanto como dicen, ni los malos tanto como decimos. Por eso, tales bases éticas son equívocas. ¿Y si la base ética fuera la simple dignidad que lleva a la innegociabilidad de la persona? Tal ha sido la base ética de Jesús, tal como aparece en todas las páginas del Evangelio (p.e.: Mt 9,9-13 o Jn 8,1-11). Él se ha entregado a la persona porque, más allá de sus comportamientos morales, la ha considerado digna, fruto del amor creador del Padre. Por eso, no exige conversiones previas sino ánimo e ilusión para seguirle. Un Adviento nuevo sobre una base de comprensión de la persona nueva.

 

b) Un encuentro nuevo con el Jesús histórico

 

            ¿Cómo ha de ser un tal encuentro? Vamos a decirlo con un párrafo de Jon Sobrino que está cargado de novedad al preguntarse qué es lo que realmente impactaba y puede impactar hoy de aquel Jesús histórico hasta llegar a provocar ese encuentro en novedad al que aludimos.

"De Jesús impactaba la misericordia y la primariedad que le otorgaba: nada hay más acá ni más allá de ella, y desde ella define la verdad de Dios y del ser humano.

De Jesús impactaba su honradez con lo real y su voluntad de verdad, su juicio sobre la situación de las mayorías oprimidas y de las minorías opresoras, ser voz de los sin voz y voz contra los que tienen demasiada voz, e impactaba su reacción hacia esa realidad: ser defensor de los débiles y denuncia y desenmascaramiento de los opresores.

De Jesús impactaba su fidelidad para mantener honradez y justicia hasta el final en contra de crisis internas y de persecuciones externas.

De Jesús impactaba su libertad para bendecir y maldecir, acudir a la sinagoga en sábado y violarlo, libertad, en definitiva, para que nada fuese obstáculo para hacer el bien.

De Jesús impactaba que quería el fin de las desventuras de los pobres y la felicidad de sus seguidores, y de ahí sus bienaventuranzas.

De Jesús impactaba que acogía a pecadores y marginados, que se sentaba a la mesa y celebraba con ellos, y que se alegraba de que Dios se revelaba a ellos.

De Jesús impactaban sus signos -sólo modestos signos del reino- y su horizonte utópico que abarcaba a toda la sociedad, al mundo y a la historia.

Finalmente, de Jesús impactaba que confiaba en un Dios bueno y cercano, a quien llamaba Padre, y que, a la vez, estaba disponible ante un Padre que sigue siendo Dios, misterio inmanipulable".

Un Adviento que no se cansa de buscar caminos de experiencia más vibrante y llena con el Jesús de la historia. Así se podrá tener raíz para un planteamiento de novedad de fe en este tiempo nuestro.

 

c) Una experiencia nueva de comunidad

 

            Esa nueva experiencia tiene una clave: apertura. Toda clase de apertura: ideológica, de casa, de corazón, de proyectos. La manera de encontrar identidad ha sido, en otras épocas, el cerrarse sobre lo propio, el cultivo de los valores exclusivos, la creación de certezas desde lo distinto. Pero, por muchas razones, ha llegado la hora de tratar de encontrar identidad en lo común, en la colaboración, en la participación, en la unidad de lo diverso. Sin este "nuevo paradigma" no puede ser fácil apropiarse de una mentalidad comunitaria útil.

            En estos tiempos de "postcristianismo" podemos todavía comprendernos y vivirnos como un lugar de fraternidad, de acompañamiento. Desde el diálogo podemos hablar con todos, sin excluir a nadie. Esta posibilidad está a la mano: atrevimiento y creatividad para estar presentes, saliendo de nuestros territorios, cuidando nuestro estar y preguntándonos por lo que transmitimos, enrolándonos en lo de todos, aprendiendo a no dirigir siempre. Nadie nos quitará esta oportunidad. La persona que quiere ser hermana, crear comunidad, siempre tendrá un espacio, mil lugares de presencia y acompañamiento. La experiencia de una fe posible hoy viene dada en el molde la certeza de una comunidad creyente nueva. ¿Podremos acentuar esta certeza en el Adviento?

 

c) Una visión innovadora de la misión

 

            Entendida como algo más que un trabajo, aunque lo sea, y por ello haya que tomarlo totalmente en serio. Algo más que una manera de ganarme la vida o de justificar mi presencia en el hecho social. Todo esto no es poco. Pero la misión arranca de una adhesión a la persona por causa y al modo del amor de Jesús a ella. Si esa visión ahondada, amorosa, a la persona no anima el trabajo de misión, siempre tendremos el peligro de caer en un funcionariado, del tipo que sea.

Más aún, el origen de la misión en la vida cristiana es una realidad mística, tiene que ver con las opciones hondas de cara a Jesús y al padre. Por eso, aunque parezca excesivo, nuestras comunidades cristianas están llamadas, como apostolado primordial, a mostrar en modos "tocables" que Dios es sólo amor. Puede parecer que esto es algo etéreo, espiritualista, inverificable, de otra época. Pero dado que para muchas personas la realidad de Dios sigue siendo algo intragable ("Dios no es de fiar", dice Saramago), es preciso vivir un estilo de vida y de fe que hablen de un Dios del que uno/a se puede fiar. Habrá que reforzar estas certezas en el silencio del Adviento.

 

d) Una manera nueva de situarse en la sociedad

 

            Porque quizá hasta ahora nos hemos situado y nos han situado como gente religiosa, especial. Nos entendemos así y la gente nos entiende bien así. Pero eso nos circunscribe a un espacio muy reducido, al espacio de lo religioso, alejándonos, con frecuencia, del patio de vecinos que es la vida corriente.

            ¿Puede haber otra manera de situarse? Sí, como ciudadano cristiano que intenta vivir el seguimiento en comunidad. Ciudadanos cristianas, personas que están en la movida social, que participan de los avatares comunes de la gente. Personas que creen que la ciudadanía y la fe no están en colisión y que la segunda aumenta el beneficio de la primera. Y, además, que tienen una forma de vivir su ciudadanía cristiana: en el marco y paradigma del Evangelio.

            Esta manera de situarse es la que, quizá, puede contribuir a hacer ver que es posible superar el sentimiento de que el Evangelio, las mismas bienaventuranzas, han fracasado en nuestra sociedad. Desde planteamientos de alejamiento y peculiaridad religiosa es muy difícil hacer ver esto. Desde unos determinados modos de ciudadanía quizá sea más posible.

 

4. Brotes verdes

 

            ¿Es todo esto un mero anhelo o es que hay "brotes verdes" (como ahora se dice) que muestran que la propuesta de Jesús hoy está hecha y que hay alguien que la acoge? Señalemos algunos:

  • El interés social por la persona de Jesús (véase la mucha producción bibliográfica).
  • La persistente vida del movimiento comunitario cristiano, aunque esté un poco en las "catacumbas".
  • La gente creyente que sigue en la trinchera de las "guerras" humanitarias, fielmente.
  • La evidencia de que hay personas que no se pliegan del todo ni al sistema social ni al eclesiástico.
  • El empuje tenaz de los laicos/as que quieren entrar en la comunidad creyente por la puerta grande de su vocación.
  • La libertad, a pesar de tantas coacciones. Lo voz distinta que se sigue escuchando.
  • Las búsquedas orantes que cada día concitan más interés.
  • Las solidaridades juveniles que no pocas veces tienen un componente cristiano o, cuando menos, evangélico aunque no lleven ese nombre.
  • Los voluntariados sociales que no menguan.

Puede parecer que estos "brotes" son pocos y débiles. Pero no los apreciaríamos bien si los menospreciáramos. Hablan de nuevas oportunidades, de caminos abiertos.

 

Conclusión:

 

            Adviento es tiempo de olfateo, de "levantar la cabeza", de agarrarse a lo que vive contra toda desesperanza. ¿Por qué no ha de ser tiempo bueno para percibir a Jesús haciendo ofertas de novedad en tiempos de reducción? Nos animaría, activaría la resistencia, haría más aquilatada la fidelidad, nos ayudaría a "respirar". Y así entenderíamos mucho mejor la "roca abrupta del misterio" de la encarnación, la áspera e interesante certeza de un Dios que acompaña en modos humanos nuestro caminar.

 

ORACIÓN

1. Canto:

 

CERCA ESTÁ EL SEÑOR,

CERCA ESTÁ EL SEÑOR,

CERCA DE MI PUEBLO,

CERCA DEL QUE LUCHA POR AMOR.

CERCA ESTÁ EL SEÑOR,

CERCA ESTÁ EL SEÑOR,

ES EL PEREGRINO

QUE COMPARTE MI DOLOR.

 

1.- También está el Señor, le conoceréis,

en el que lucha por la igualdad.

También está el Señor, le conoceréis,

en el que canta la libertad.

También está el Señor,

no olvidéis su voz,

sufre el gran dolor del oprimido.

 

2. Plegaria común (todos)

 

Jesucristo, Palabra del Padre, luz eterna de todo creyente;

ven y escucha la súplica ardiente,

ven Señor, porque ya se hace tarde.

Cuando el mundo dormía en tinieblas,

en tu amor tú quisiste ayudarlo

y trajiste, viniendo a la tierra,

esa vida que puede salvarlo.

Con María, la Iglesia te aguarda

con anhelos de esposa y madre,

y reúne a sus hijos, fieles,

para juntos poder esperarte.

 

3. Texto de Adviento

 

"Todo el mundo sabe lo que es arrastrar los pies, durante  kilómetros, alargando ávidamente la vista hacia una luz que  representa de alguna forma el hogar. ¡Qué difícil resulta en esta  situación apreciar las distancias! En plena oscuridad, podrá haber un  par de kilómetros hasta el lugar de nuestro destino, o sólo unos  cuantos cientos de metros; no podemos saberlo. Eso les ocurría a los  Profetas hebreos, cuando miraban hacia adelante, en espera de la  redención de su Pueblo. No podían decir con aproximación de cien  años ni de quinientos, cuándo habría de venir la liberación. Sólo  sabían que en alguna ocasión la raza de David retoñaría de nuevo,  que en alguna época encontraría una llave que abriría la puerta de su  cárcel, que en algún momento la luz que sólo se divisaba entonces  como un débil punto en el horizonte se ensancharía, al fin, hasta ser  un día perfecto. Esta actitud de expectación la Iglesia desea que sea  alentada en nosotros, sus hijos, de un modo permanente. Considera como una parte esencial de nuestra labor cristiana que  sigamos aún mirando al futuro, aunque va a hacer ya dos mil años  desde que el primer día de Navidad vino y se fue, y tenemos que  seguir mirando al futuro". (KNOX)

 

4. Evangelio (el de la p.4)

 

5. Eco de la jornada

 

6. Padre nuestro (todos)

 

Padre nuestro que estás en los lugares donde aparece la bondad.
Déjanos hacer con tu nombre una herramienta de esperanza.
No nos dejes caer en la tentación de no decir lo que pensamos.
Dadnos hoy la ilusión necesaria para subsistir el día a día.
Y líbranos de no creer en las palabras que estamos pronunciando.

 

7. Oración final (todos)

 

Has venido para salvarnos

            de nuestra ceguera para descubrirte presente.

            de nuestra pereza para caminar contigo

            de nuestras excusas para alejarnos de ti.

Has venido para salvarnos

            de nuestra sordera a tu palabra

            de nuestros desplantes injustificados

            de nuestras luchas por los primeros puestos

Has venido para salvarnos

            de nuestra comodidad

            de nuestra falta de comprensión hacia los otros,

            de nuestro egoísmo

Has venido para salvarnos

            de nuestra superficialidad

            de los dioses que hemos fabricado

            de la rutina que nos aprisiona

Has venido para salvarnos

            Dios salvador nuestro,

            Dios amigo nuestro.

 

 

8. Canto

 

VAMOS A PREPARAR

EL CAMINO DEL SEÑOR.

VAMOS A CONSTRUIR

LA CIUDAD DE NUESTRO DIOS

VENDRÁ EL SEÑOR CON LA AURORA,

ÉL BRILLARÁ EN LA MAÑANA

PREGONARÁ LA VERDAD.

VENDRÁ EL SEÑOR CON SU FUERZA

ÉL ROMPERÁ LAS CADENAS,

ÉL NOS DARÁ LA LIBERTAD.

 

1.- Él estará a nuestro lado,

Él guiará nuestros pasos,

Él nos dará la salvación.

Nos limpiará del pecado,

ya no seremos esclavos,

Él nos dará la libertad.

 

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