Blogia
FIAIZ

Juan 133

CVJ 

Domingo, 10 de febrero de 2013

 

VIDA ACOMPAÑADA

 Plan de oración con el Evangelio de Juan

 

133. Jn 19,28-30

 

Introducción:

 

                Hay un valor en hacer bien las cosas y hacerlas bien hasta el final. Lo bien hecho y bien terminado es una realidad que apreciamos. Para terminar bien las cosas es necesario tener constancia, fidelidad y, en definitiva, amor por lo que se hace. Cuando dejamos algo a medio hacer se desvela la carencia de amor con que hemos hecho esa tarea. Cuando eso ocurre, la rutina y la desgana ocupan el puesto del interés y de la fidelidad. Llevar una cosa hasta el final y llevarla bien es síntoma de que nos hemos tomado en serio la tarea porque nos hemos tomado en serio a la persona. Puede parecer esta clase de reflexiones algo banal; pero en cosas como en el hacer bien las cosas hasta el final reside no poco de la dicha y del gozo humano.

                Es que el texto de esta semana conceptúa la trayectoria de Jesús como algo “bien terminado”. Jesús no ha dejado su obra a medias, porque esa obra tenía como raíz el amor. Y el amor lleva las obras hasta el final. En el caso de Jesús ese final ha sido la rúbrica tremenda de su muerte violenta. Pero, aunque no hubiera sido así, aunque hubiera muerto pacíficamente, la suya habría sido una obra bien terminada porque en ella latía un amor total. La fidelidad que nos tuvo fue la que le llevó a terminar su obra totalmente. No le importó que esa conclusión buena fuera a costa de su entrega, de sus desvelos, de sus trabajos, de su sangre. Su amor por el pueblo le hizo ver que merecía la pena pasar todo lo que había que pasar para que la obra se terminase. Ya lo había dicho en Jn 4,4: “Mi alimento es cumplir el designio del que me envió y dar remate a su obra”. Pues bien, sí, dio remate. Su amor le llevó hasta ahí.

 

***

 

Texto:

 

 

                28Después de esto, sabiendo Jesús que todo iba llegando a su término, para que se cumpliera aquel pasaje dijo:

                -Tengo sed.

29Había allí un jarro lleno de vinagre. Y, sujetando una esponja empapada en vinagre a una caña de hisopo, se la acercaron a la boca. 30Jesús, cuando tomó el vinagre, dijo:              

-Está cumplido.  

E, inclinando la cabeza, entregó el espíritu.

 

 

***

 

Ventana abierta:

 

                Queríamos poner una foto del grupo bíblico de la Parroquia de Valvanera de Logroño, pero no la tenemos. Este grupo, semana a semana, durante cinco años ha hecho una lectura reflexiva del Evangelio de san Juan. Pasaje a pasaje, sin prisa pero sin pausa, con una fidelidad encomiable ha dado término a su lectura reflexiva. Cinco años. Una obra terminada que refleja el amor a la Palabra de estas personas que, fielmente, han ido alimentando su vida cristiana de esta manera tan sencilla pero tan hermosa.

                Oramos: Gracias, Señor, por quienes son fieles a su experiencia cristiana; gracias por quienes se vuelcan con fidelidad a la Palabra; gracias por quienes terminan bien las cosas con paciencia y amor.

 

***

 

Desde la persona de Jesús:

 

                Es el mismo Jesús el que dice “Está cumplido”. El anhelo del Padre, ir formando la nueva comunidad, la nueva sociedad, la relación nueva, Jesús lo ha cumplido en su vida. Quizá por eso, por esa fidelidad hasta el final, es por lo que es todavía recordado, más que por su muerte violenta. Y eso es lo más admirable de él: no que muriera así, sino que viviera así, en fidelidad, sin desmayo hasta el final. Se le dieron motivos para abandonar. Pero él fue fiel. Ahí es donde radica su hermosura.

                Oramos: Te alabamos, Señor, por tu increíble y gozosa fidelidad; te bendecimos por haber terminado tu obra con amor; te damos gracias por no habernos abandonado en nuestros egoísmos.

               

***

 

Ahondamiento personal:

 

                Cuando Jesús dice “Tengo sed” quizá esté desvelando una de las claves de su fidelidad hasta el final: ha tenido sed, ha vivido con sed. Su amor no es algo lánguido y que va de sí. Ha sido un amor sediento, buscador, inquieto por el bien de la persona en debilidad. Esa sed que ha anidado en su vida, el amor al designio del Padre, le ha hecho mantenerse fiel hasta el final para cumplir lo previsto en el corazón anchísimo de amor de Dios. Sin “sed”, sin pasión por la vida y por las personas, por las cosas, es muy difícil aguantar hasta el final.

                Oramos: Que tengamos sed de la persona para optar por ella siempre; que tengamos sed de Jesús para hacerlo siempre objeto de nuestro amor; que tengamos sed de vida para leer los acontecimientos de manera positiva.

               

***

 

Desde la comunidad virtual:

 

                El texto dice que Jesús “entregó su espíritu” que es algo más que morir. Jesús entrega su espíritu a la comunidad de seguidores. Es decir, la fidelidad que le ha llevado a él hasta el final ha de ser recogida, como una antorcha, por quienes se dicen su comunidad. El mismo afán que ha anidado en su vida, llevar el designio de amor del Padre hasta el final, ha de anidar en la nuestra. La buena relación en la comunidad virtual puede animarnos a ello.

                Oramos: Que recojamos la antorcha de Jesús, su espíritu; que anide en nosotros el amor al designio del padre, la nueva relación; que nuestra relación sea siempre respetuosa y agradecida.

 

***

 

Poetización:

 

No se quedó

a mitad de camino;

nunca hizo las cosas

a medias.

Por eso al final

pudo decir:

“Está terminado”.

Había llegado a la conclusión

de que su mayor gozo

habría de ser

cumplir el designio de amor

del Padre,

construir la nueva relación,

la nueva sociedad

de hermanos.

Y se dio a esa tarea

con ahínco

hasta el final.

No le apartó de ello

ni sus crisis internas,

ni sus decepciones externas.

No le hizo desistir

ni la ambición de su familia,

ni la torpeza de sus discípulos,

ni el menosprecio de los de su pueblo,

ni la persecución de las autoridades.

El permaneció fiel,

inalterable,

en el camino elegido.

Con verdad pudo decir al final:

“Está cumplido”.

 

***

 

Para esta semana:

 

                Trata de hacer bien las cosas por razones de aprecio y de amor, no solamente por responsabilidad.

 

***

 

 

0 comentarios