Filipenses 21
CVF
Domingo 15 de marzo de 2015
VOLVER A JESÚS
Plan de oración con Filipenses
21. Filp 4,18-22
Introducción:
Los humanos no solamente nos intercambiamos bienes, también podemos intercambiarnos vida. La existencia no es meramente un mercado, sino un lugar donde se pone en común lo más valioso de cada uno. Una mentalidad mercantilista puede llevarnos a creer que esta vida tiene sentido en la medida en que se compra y se vende. Por eso hay algunos que son productores, y otros somos consumidores. Esta manera de ver la vida puede ser muy pobre. Todos podemos trasvasarnos vida, aprender unos de otros, ampararnos unos en otros, enriquecernos con el amor unos a otros. Si no entendemos la vida como un trasvase, como un intercambio de humanidad, la empobrecemos.
Hacemos esta reflexión porque en las líneas finales de la carta a los Filipenses se habla de eso, de que Pablo ha recibido, por medio de Epafrodito, un trasvase de vida de la parte de los filipenses. No solamente le han mandado una ayuda que la necesitaba. Con ella le ha llegado a su prisión un soplo de vida, la certeza de saber que hay alguien ahí afuera que piensa en él y le ama. Eso es mucho más importante que los bienes recibidos. No es de extrañar que llame a esa donación de vida “incienso perfumado”, algo muy agradable a Dios y a la persona. Las propias necesidades de los filipenses, dice Pablo, serán cubiertas por Dios ya, que el trasvase de vida produce el increíble milagro de ver que compartiendo llega para todos.
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Texto:
18Este es mi recibo por todo: tengo de sobra, he quedado bien provisto al recibir lo que me mandáis con Epafrodito: es un incienso perfumado, un sacrificio aceptable que agrada a Dios. 19Mi Dios, por su parte, cubrirá todas vuestras necesidades con sus inagotables riquezas por medio del Mesías Jesús. 20A Dios nuestro Padre la gloria por los siglos de los siglos.
21Recuerdos a todo consagrado por el Mesías Jesús. Os mandan saludos los hermanos que están conmigo; 22os saludan también los consagrados, especialmente los que están al servicio del emperador. 23El favor del Señor os acompañe.
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La sociedad nos ayuda a volver a Jesús:
Esta mujer es Inmaculada Pimentel, una dentista que hace continuos viajes a Senegal para ayudar con su oficio sanitario. Ella se expresa así: “Voy a que me ayuden, porque yo vuelvo nueva”. Es un trasvase de valore: ella ofrece su saber y su entrega; los otros le dan el sentido y el respiro vital. Así se entienden las relaciones humanas no como una donación sin retorno, sino como un trasvase que enriquece a todos.
Oramos: Que crezca el número de quienes se entregan y reciben; que agradezcamos a quien se entrega dándole algo de lo nuestros; que entendamos la vida como un trasvase de bondad.
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Volver al Jesús del Evangelio:
Jesús ha trasvasado bienes: de él a nosotros, de nosotros a él. Esto segundo lo vemos en el caso de sus discípulos: no le ayudaban casi nada y prácticamente le estorbaban. Pero nunca los rechazó, porque necesitaba de ellos, de su compañía, de su cercanía, de su presencia, de su vida. Ellos le dieron también sentido. Él también recibió de nosotros, no solamente nosotros de él.
Oramos: Gracias, Señor, por confiar en nosotros; gracias por recibir de lo nuestro; gracias por encontrar amor en nuestros sencillos caminos.
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Volver a los valores hondos:
Nuestra sociedad basa su bienestar en el crecimiento económico. Y crece, pero crece casi únicamente para los poderosos, con lo que tal crecimiento no sirve a amplias capas de la población. La sociedad vive más por el trasvase de valores, por los amparos dados, por los apoyos incondicionales, por el acompañamiento sencillo. Eso es lo que verdaderamente la hace vivir, no la economía excluyente.
Oramos: Que nos amparemos con generosidad; que nos sostengamos con tenacidad; que nos animemos con buenas palabras.
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Volvemos a la comunidad:
Una de las evidencias de pertenecer a la comunidad virtual es que, a lo largo de los años, nos hemos ido trasvasando algunas cosas, por sencillas que sean: cariño, interés, acompañamiento, compartir, tener la suerte de poder reunirse y otros muchos “bienes” que han ido circulando. No es tanto el fruto de la oración cuanto el fruto de la relación. La oración ayuda a la relación, esa es su función. Lo agradecemos de verdad.
Oramos: Que sigamos trasvasándonos vida; que sigamos interesándonos unos por otros; que sigamos creyendo en el valor de la relación humana.
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Palabras que alientan:
En el olor de los jacintos salvo
la mañana, en la delicadeza de su delgado
aroma. Y está también la mariposa gira
que te gira, girando sobre lo mismo, con otro
apego, me figuro. Quién me lo iba a decir
cuando era un niño derrotado, tantas veces
y a solas, que finalmente aquello fuese a ser
mi salvación, un enrocarse jubiloso en lo frágil
y emocionarse en lo secreto y deleitarse
como la mariposa, gira que te gira, girando.
Fermín Herrero
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Tu parte:
Intenta ser generoso con quien es generoso contigo.
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