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FIAIZ

Filipenses 17

CVF 

Domingo 15 de febrero de 2015

 

VOLVER A JESÚS

 Plan de oración con Filipenses

 

17. Filp 4,4-7

 

Introducción:

 

                Ya se ha hecho proverbial el aserto de que “otra forma de vida es posible”. Porque hemos llegado a la convicción de que esta manera de vivir de la que parece que no podemos escapar, sí admite escapatoria. No es que la vida sea así, es que la hacemos de un determinado modo. Si la hiciéramos de otro modo, los resultados serían diversos. Así que la cuestión no es cómo es la vida, sino cómo la hacemos. El resultado final es si, dentro de las limitaciones, la vivimos con sosiego o alteradamente. El sosiego vital, que no es pasotismo, sino modo apaciguado de vivir es decisivo. La histeria, la alteración, el sobresalto, son síntomas de un interior alterado; la tranquilidad, el sosiego, el respirar hondo, la contemplación, el silencio, son síntomas de un vivir sosegado. Construir esta manera de vivir es la mejor forma de encontrar sentido a nuestro camino humano.

                Es que Pablo nos habla de esto: vivir en paz. Para ello da unos ingredientes interesantes: ser agradecidos, ser comprensivos, vivir con la mayor tranquilidad que se pueda, orar con paz. Son ingredientes elementales que llevan a una vida en paz. Esta no es una vida de rosas, porque la vida tiene sus alteraciones diarias. Se trata de vivir en una paz de base, aunque haya problemas. Ese logro de una vida en paz, de otro estilo de vida, menos histérico, menos alterado, menos nervioso, es posible si se lo construye día a días. Los trabajos de la fe, la oración, tendrían que contribuir más que a asuntos religiosos, al logro de esa paz básica de la que depende el gusto por la vida. No es una meta inalcanzable; basta hacer camino día a día.

 

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Texto:

 

                4Estad siempre alegres con el Señor, os lo repito, estad alegres. 5Que todo el mundo note lo comprensivos que sois. El Señor está cerca, 6no os agobiéis por nada; en lo que sea, presentad ante Dios vuestras peticiones con esa oración y esa súplica que incluyen acción de gracias; 7así la paz de Dios, que supera todo razonar, custodiará vuestra mente y vuestros pensamientos mediante el Mesías Jesús.

 

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La sociedad nos ayuda a volver a Jesús:

 

            Este es el cartel del Festival de Mantras que se realizará en Madrid la semana que viene. Puede parecer que es cosa de otra época, algo residual. Pero la búsqueda de  otra manera de vivir, de la interioridad, de los valores que están más hondo que la piel, no se apaga. Siempre hay personas que escuchan la llamada de otra manera de vivir, con más profundidad, con más hondura. Nos hacen mucho bien, aunque los caminos sean algo pintorescos.

                Oramos: Te damos gracias por quienes buscan en el interior; te bendecimos por quienes alaban con paz; te bendecimos por quienes apuntan al corazón de la persona.

 

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Volver al Jesús del Evangelio:

 

                 Jesús ha sido una persona de paz interior. Quizá los Evangelios lo perfilan de una manera un tanto hierática, pero, en el fondo, es alguien que no pierde la paz. En sus noches de oración, en la escucha del corazón de las personas, en la vida sencilla, aprendió la paz. Esa paz no le abandonó nunca. Por eso, más allá de matices, para muchas personas sigue siendo hoy una fuente de paz.

                Oramos: Gracias, Señor, por ser fuente de paz; gracias por tu corazón pacificado; gracias por envolver nuestra vida en tu paz.

 

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Volver a los valores hondos:

 

                Para logra vivir en paz en el hecho social, tan alterados siempre, es preciso tener una visión benigna de la sociedad. Si nuestra manera de enfocar el hecho social es negativista y censurador, no habrá manera de vivir en paz en nuestras calles, en nuestras empresas, en nuestras actividades sociales. La crispación estará siempre en primer lugar. Un mirada benigna (no exenta de crítica) a nuestra sociedad puede sernos de gran utilidad para generar paz interior.

                Oramos: Que miremos con benignidad al hecho social; que valoremos lo más positivamente a nuestros conciudadanos; que tengamos sosiego para enfocar bien la debilidad social.

 

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Volvemos a la comunidad:

 

                En nuestra comunidad virtual hemos de tratar de encontrar modos de darnos paz, sobre todo con los que convivimos a diario. Orar para el logro de la paz esencial, de la paz del corazón. Esa sería una buena finalidad para nuestros grupos. Eso no es debilitar la vertiente religiosa, sino situar el trabajo orante en el marco de la vida. La oración, efectivamente, es para la vida, no al revés. Por eso, una manera de “medir” los efectos beneficiosos de la oración es mirar el nivel de paz: a más paz, mejor oración; a más desasosiego menor calidad en la oración:

                Oramos: Que oremos para tener paz; que nuestra paz se alimente de la oración; que oremos y nos pacifiquemos.

 

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Palabras que alientan:

 

Nada más indeleble que la huella

de la esperanza, cuando están las cosas

por hacer y los días prometen ocasiones. 

Luego todo se hace para olvidar, no salen

las horas, no se amoldan los veranos 

al dibujo, no cuadran 

las cuentas. Es el tiempo primero el que se hace 

a la medida del deseo: todo

crece y crece, la estancia se hace enorme;

lejana, la lejana raya del mar; el cielo 

nunca se acaba, nunca terminará el anuncio 

de lo feliz. Feliz aquél que quiere 

ser feliz, el que intenta pronósticos dorados, 

planea paraísos, urde edenes, 

quema torvos agueros y a sí mismo se elige 

dios. Los años divinos nunca insisten, mas dejan 

un reguero de gracia que permite 

ahogar lo que nos queda

 

                        Alfonso Canales

 

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Tu parte:

 

                Trata en esta semana de vivir lo más sosegadamente que puedas. Contagia paz en el corazón de quien vive contigo.

 

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