Juan 100
CVJ
Domingo, Domingo 5 de febrero de 2012
VIDA ACOMPAÑADA
Plan de oración con el Evangelio de Juan
100. Jn 14,18-20
Introducción:
El orgullo humano nos lleva a creer que vivir de otro es cosa de niños o de personas débiles. Un adulto es autosuficiente y vive de su propia y exclusiva vida. Sin embargo esto es, al menos en parte, una ficción: todos dependemos de todos, de los animales, de las cosas. Vivir de otro es el modo humano de vivir. Es cierto que cuando uno vive de otro sin pegar palo al agua es un parásito. No queremos decir eso cuando hablamos de “vivir de otro”. Estamos desvelando el misterio de interdependencia que es la vida de la persona y de la certeza de que, cuanto más construyamos tal interdependencia, más humanos seremos.
Jesús dice que “de la vida que yo tengo viviréis también vosotros”. Es decir, Jesús piensa que entre el Padre y él, entre él y nosotros hay un trasiego de humanidad que nos ayuda a todos a vivir, a ser más en plenitud lo que estamos llamados a ser. Vivir de Jesús, por tanto, no es un simple pensamiento espiritual. Es funcionar con la certeza de que nuestras vidas son interdependientes y de que, por lo mismo, la soledad tiene perdida la partida. Jesús también ha vivido de otros: sin el Padre, sin su familia, sin sus amigos/as, sin sus paisanos, sin la gente con la que ha cruzado su camino histórico su vida no solamente no habría sido la misma, sino que habría sido mucho más pobre.
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Texto:
18No os dejaré desamparados, volveré con vosotros. 19Dentro de poco el mundo no me verá, pero vosotros me veréis, y viviréis, porque yo sigo viviendo. 20Aquel día sabréis que yo estoy con mi Padre, vosotros conmigo y yo con vosotros.
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Ventana abierta:
Esta es una foto que nos resulta familiar porque pertenece, por desgracia, a la más cruda realidad: la cola del paro. Personas que, sin trabajo, viven (malviven) del subsidio del desempleo. Viven “de otros”, pero no es una vergüenza. Y no solamente porque se les devuelve una parte de lo que ya han cotizado para un tal seguro, sino porque la sociedad que no es capaz de darles algo que es un derecho (un trabajo digno) tiene que ofrecerles, al menos, una ayuda para sobrevivir. Institucionalizar socialmente la ayuda es un modo de hacer ver que, al vivir de otro, no solamente no pierdes tu componente humano, sino que se activa la justicia.
Oramos: Que hagamos vivir al débil con justicia y generosidad; que sepamos vivir de otro sin vergüenza y con agradecimiento; que contribuyamos a suavizar y dignificar la vida de quien lo pasa mal.
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Desde la persona de Jesús:
Jesús dice que, al vivir de su vida, lo veremos con más facilidad cuando su figura histórica haya desaparecido. Esto es así porque entonces dio vida a quien andaba escaso de ella. Y ahora sigue dando vida a toda realidad para que nuestro camino histórico no se frustre. Quizá no lo vieran como “dador de vida”. Pero eso fue siempre lo que hizo: dar vida sin humillar, sin herir, sin avergonzar. Así lo percibieron muchos.
Oramos: Te alabamos, Señor, por darnos vida sin humillarnos; te bendecimos por darnos vida con generosidad total; te damos gracias por darnos vida aunque no te podíamos pagar.
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Ahondamiento personal:
Nos descubre el Evangelio la identidad entre el Padre, Jesús y nosotros. Y ¿en qué somos idénticos? En el afán de vivir y de dar vida. El Padre quiere vivir su amor de Padre y, para ello, da la vida a raudales. Jesús quiere vivir su generosidad de Hijo y, para ello, se entrega sin medida. Nosotros queremos vivir en la dicha y el gozo más allá de toda limitación y, para ello, el mejor camino es sembrar vida a nuestro alrededor. Esta es la gran vocación de los tres.
Oramos: Bendigamos al Padre que nos ama y nos da vida a raudales; celebremos al Hijo que nos ampara y es generoso sin medida con nosotros; y que entre nosotros derramemos vida sin desfallecer.
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Desde la comunidad virtual:
Podríamos creer que el trabajo orante nos ayuda a ser mejores cristianos/as y, en parte, es así. Pero, sobre todo, nos ayuda a vivir y a dar vida, a gestar la vida y a entrelazar nuestras vidas. De ahí que el gran fruto de nuestra comunidad virtual no sea tanto la oración cuanto el amor y el disfrute de la vida. Esto tendría que llevarnos a ser personas reconciliadas y agradecidas con el mero hecho de vivir.
Oramos: Que disfrutemos de la vida y contagiemos esperanza; que cantemos la vida y disipemos sus sombras; que difundamos el gusto por la vida en quien duda cercado por el desaliento.
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Poetización:
Él también vivió de otros:
del amor cálido del Padre,
del amor cuestionable, pero necesario, de su familia,
del amor, a veces interesado, de sus amigos,
del amor desconfiado de sus paisanos,
del amor voluble de la gente.
Vivió de amores
porque vivía de amor.
Así nos mostró
que vivir de otros
es el camino de lo humano
que no significa debilidad
sino camino de criaturas.
Nos vino a decir
que aprender a vivir de otro
es la única manera
de vivir para otros.
Solamente quien vive de otros
puede hallar gozo en el vivir.
De lo contrario
no se entendería bien
la palabra de Jesús
que Pablo cita:
“hay más gozo en dar
que en recibir”.
Muchos creyeron
que vivían de Jesús;
Eso les animó
a ser vida para otros.
Así es como la vida
se derrama,
exuberante.
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Para la semana:
Préstate con facilidad a que otros vivan de ti. Agradece la vida que te dan los demás.
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