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FIAIZ

COMUNIDAD APOCALIPSIS

Apocalipsis 30

CVA 

Domingo 25 de mayo de 2014

 

BUSCAR LUZ

EN TIEMPOS OSCUROS

 Plan de oración con el Apocalipsis

 

30. Ap 22,10-11

 

Introducción:

 

                Aprender la ciudadanía es una difícil y constante tarea. Requiere aprender la diversidad, cosa nada fácil, y ver que todos tienen una cabida en el conjunto social, más allá de sus limitaciones. Es aprender que todas las opciones pueden ser vivibles de manera coordinada, respetuosa y tolerante. Es, incluso, caer en la cuenta de que la ciudadanía tiene un precio y, a veces, ese precio es el destrozo que muchos hacen de la convivencia ciudadana, el aprovechamiento egoísta y el olvido de la mística común. También eso es necesario aprenderlo y sufrirlo. Renegar de la ciudadanía por sus limitaciones quizá sea no haber comenzando a entender cuáles son los caminos de la nueva sociedad. Aunque suene blandengue, la ciudadanía y el amor tienen mucho que ver.

                Es que el texto con el que oramos hoy habla de algo de eso. Parece que el vidente quiere dejar “cerrado” el libro. Es decir: quiere dejar por zanjado el asunto del sufrimiento ciudadano: los malos serán castigados, los buenos (nosotros) seremos premiados. Y aquí no hay más. El teólogo anima a dejar el libro abierto, a dejar las posibilidades sin cerrar. Por eso su certeza de que “el que daña siga dañando, el que mancha siga manchándose, el que es honrado continúe siendo honrado, y el creyente llevando una vida de acuerdo con su fe”. Todos los extremos tienen un sitio, aunque a veces haya que sufrir. La ciudadanía no se aprende por exclusión, sino por inclusión, por abrazo, por aguante y por denuncia, nunca por abandono, rechazo, condena y marginación.

***

 

Texto:

 

                10Él me dijo: “No selles el mensaje profético contenido en este libro, que el momento está cerca. 11El que daña, siga dañando; el manchado, siga manchándose; el honrado, siga portándose honradamente; el consagrado, siga llevando a término su consagración”.

 

***

 

La luz de la vida:

 

                Esta foto es la del salón de la Asamblea de naciones Unidas en Nueva York. Una gran asamblea en la que hay de todo: gente honesta y malandrines; gente que cumple y gente que engaña; gente de buena voluntad y tiranos; gente que quiere ayudar a los pobres y gente que quiere explotar a los pobres; gente que toma en serio la fraternidad universal y gente que se ríe de eso. Y todos hacen el conjunto de las Naciones. Misterio de humanidad.

                Oramos: Que no excluyamos anide; que no marginemos a nadie; que no maldigamos a nadie.

 

***

 

La  luz que es Jesús:

 

                 Jesús dice claramente en aquella parábola del trigo y la cizaña: “No arranquéis la cizaña por si al arrancarla arrancáis con ella el trigo”. Jesús lucha contra esa impaciencia de los que se sienten buenos, justos y honestos y están próximos a un fanatismo excluyente. Se creen los mejores pero no lo son, porque el mejor ciudadano es aquel que se arma de paciencia para el respeto y la tolerancia y no se cansa de aportar lo que puede al conjunto social para que sea beneficioso para todos.

                Oramos: Que no nos sintamos justos sino colaboradores; que no seamos impacientes, sino tolerantes; que aportemos lo que podamos al conjunto social sin desaliento.

 

***

 

La luz que viene de la sociedad:

 

                Otras veces hemos hablado aquí de la amistad cívica, que no es irse de copas con todo el mundo. Eso se hace con los amigos. La amistad cívica es ver que por convivir en el mismo espacio social, en la misma ciudad, en el mismo país, tenemos ya un vínculo que nos une, la ciudadanía, y que ha de ser mantenido contra viento y marea. La convivencia ciudadana es una metáfora que habla no solo de estar juntos sino de ser “familia” ciudadana. Y el rechazo de un familiar nunca estará justificado.

                Oramos: Que nos sintamos ciudadanos y ciudadanos colaborando; que nos respetemos como familia ciudadana; que construyamos el bien común de manera libre y gozosa.  

                              

***

 

La luz que aporta la comunidad virtual:

 

                La oración en grupo, las convivencias, las pequeñas conexiones que mantenemos a lo largo de los años nos indican que la amistad es posible a nada que se la cultive. Esto tendría que librarnos de todo afán excluyente, de la intolerancia que se encierra solamente en lo suyo, de la falta de respeto que no contempla la situación del otro, de las palabras duras que no matizan al ver las situaciones de los demás. Una oración y una comunidad para crecer en tolerancia. Esa habría de ser la nuestra.

                Oramos: Que en lugar de excluir, abracemos; que en lugar de herir, curemos; que en lugar rechazar, abracemos.

 

***

 

Palabras de luz:

 

Dijiste: "Iré a otra ciudad, iré a otro mar.
Otra ciudad ha de hallarse mejor que ésta.
Todo esfuerzo mío es una condena escrita;
y está mi corazón - como un cadáver - sepultado.
Mi espíritu hasta cuándo permanecerá en este marasmo.
Donde mis ojos vuelva, donde quiera que mire
oscuras ruinas de mi vida veo aquí,
donde tantos años pasé y destruí y perdí".
Nuevas tierras no hallarás, no hallarás otros mares.
La ciudad te seguirá. Vagarás
por las mismas calles. Y en los mismos barrios te harás viejo
y en estas mismas casas encanecerás.
Siempre llegarás a esta ciudad. Para otro lugar -no esperes-
no hay barco para ti, no hay camino.
Así como tu vida la arruinaste aquí
en este rincón pequeño, en toda tierra la destruiste

y aquí tendrás que reconstruirla.

 

K. Cavafis

 

***

 

Para estos días:

 

                Mira tu ciudad, tu pueblo, tus calles, tu país con mirada positiva. Trata de mezclar a tu crítica la comprensión.

 

***

 

Apocalipsis 29

CVA 

Domingo 18 de mayo de 2014

 

BUSCAR LUZ

EN TIEMPOS OSCUROS

 Plan de oración con el Apocalipsis

 

29. Ap 21,3-4

 

Introducción:

 

                El anhelo de una tierra sin llanto viene desde los albores de la humanidad, porque desde entonces, la vida ha estado acompañada de muchas lágrimas. Pero ese sueño de una tierra sin llanto no va a ser algo que se nos dé gratis. Es preciso trabajar por ello. De ahí que si uno logra enjugar, impedir, una lágrima, una desazón, una pena, aunque no fuera más que una está contribuyendo al hermoso sueño de la tierra sin llanto. Y cuando esa bondad de borrar una lágrima lo es de los ojos de los empobrecidos, de los frágiles, de los solos, el valor es doble. Muchas personas no pasarán nunca a la historia; pero si han logrado enjugar una lágrima, su nombre ya sería digno de recuerdo. Tan necesitado está el camino humano de borrar los llantos que le acompañan.

                Sueña el libro del Apocalipsis con esa tierra sin llanto, porque el autor sabe mucho de sinsabores y de lágrimas. Cree que eso ocurrirá cuando Dios haga su morada con los humanos. Pero según Jn 14,23 eso ya ha ocurrido. De ahí que la posibilidad de una vida sin llanto esté al alcance de nuestra mano. Es preciso darse a la tarea porque Dios nos acompaña, pero la tarea para lograr ese hermoso sueño no se nos va a ahorrar. Y para dejar fuera de juego a “lo de antes”, a los estilo de vida opresores que engendran muchas lágrimas, también habrá que arremangarse. Porque la vida es don y tarea, no solamente don.

***

 

Texto:

 

                3Y oí una voz potente que decía desde el trono:

                - Ésta es la morada de Dios con los hombres;

                él habitará con ellos

                y ellos serán su pueblo (Ez 27,37);

                Dios en persona estará con ellos

                y será su Dios.

                4Él enjugará las lágrimas de sus ojos,

                ya no habrá más muerte ni luto

                ni llanto, ni dolor,

                pues lo de antes ha pasado.

 

***

 

La luz de la vida:

 

 

                Esta es una de tantas de las fotos de Gervasio Sánchez, fotógrafo de Zaragoza. Mujeres en un paso fronterizo de Kosovo. El llanto de la madre que “acarrea” a su niño es el llanto de todas las madres desvalidas, de toda persona herida del mundo. Su llanto nos concierne y nos interpela porque, al ser un llanto causado por otros humanos, es, de algún modo, reflejo del llanto que nosotros causamos a otras personas.

                Oramos: Que causemos el menor llanto posible; que enjuguemos el mayos número posible de lágrimas; que mantengamos viva la dignidad de las personas que lloran.

 

***

 

La  luz que es Jesús:

 

                Jesús ha sido uno que, en numerosas ocasiones, ha enjugado las lágrimas de quien lloraban y ha consolado a esas personas. Su “no llores” del Evangelio define a Jesús (Jn 20,15): uno que ha enjugado lágrimas ajenas. Eso le habría sido suficiente para ser recordado con amor. Siempre pensó que las lágrimas de los otros eran también de su incumbencia. Por eso, como pudo y con que pudo, quiso enjugar tales lágrimas.

                Oramos: Gracias, Señor, por haber tomado nuestras lágrimas; gracias por haber demandado justicia para quienes lloraban; gracias por curar nuestras heridas.

 

***

 

La luz que viene de la sociedad:

 

                Dice el texto que “lo de antes ha pasado”. Hay que hacerlo pasar porque por su propio pie no va a retroceder. Eso “de antes” es toda la opresión que desplegamos los humanos y que hace brotar tantas lágrimas en los ojos enrojecidos de los desamparados. Trabajar por una vida humana y justa es la mejor manera de que “pase” la opresión y la inhumanidad que, con frecuencia, rodea nuestra vida.

                Oramos: Que ayudemos a que pase la injusticia siendo más justos; que ayudemos a que pase la pena sembrando paz; que ayudemos a que pase la amargura siendo amables.

 

***

 

 

La luz que aporta la comunidad virtual:

 

                También nuestra comunidad virtual puede colaborar algo a que las lágrimas mengüen. Estando cerca, interesándonos los unos por los otros, echándonos una mano en asuntos que sean  posibles, todo eso colaborará a una vida más gozosa, y por lo tanto, más alejada de la pena. Hay que creer en este socorro que produce amor y que aleja la pena. Todo lo que se haga, por humilde que sea, puede contribuir a ese fin. El corazón lo agradecerá.

                Oramos: Que nos preocupemos del otro por amor; que nos interese la vida del otro por amor; que echemos una mano siempre por amor.

 

***

 

Palabras de luz:

 

Todo es nuevo quizá para nosotros.
El sol claro-luciente, el sol de puesta,

muere; el que sale es más brillante y alto
cada vez, es distinto, es otra nueva
forma de luz, de creación sentida.
Así cada mañana es la primera.
Para que la vivamos tú y yo solos,
nada es igual ni se repite. Aquella
curva, de almendros florecidos suave,
¿tenía flor ayer? El ave aquella,
¿no vuela acaso en más abiertos círculos?
Después de haber nevado el cielo encuentra
resplandores que antes eran nubes.
Todo es nuevo quizá. Si no lo fuera,
Si en medio de esta hora las imágenes
cobraran vida en otras, y con ellas
los recuerdos de un día ya pasado
volvieran ocultando el de hoy, volvieran
aclarándolo, sí, pero ocultando
su claridad naciente, ¿qué sorpresa
le daría a mi ser, qué devaneo,
qué nueva luz o qué labores nuevas?
Agua de río, agua de mar; estrella
fija o errante, estrella en el reposo
nocturno. Qué verdad, qué limpia escena
la del amor, que nunca ve en las cosas
la triste realidad de su apariencia.

Claudio Rodríguez

 

***

 

Para estos días:

 

                Intenta estos días hacer lo posible por enjugar alguna lágrima o amparar alguna situación no fácil.

 

***

 

Apocalipsis 28

CVA 

Domingo 11 de mayo de 2014

 

BUSCAR LUZ

EN TIEMPOS OSCUROS

 Plan de oración con el Apocalipsis

 

28. Ap 21,1

 

Introducción:

 

                Vivir con sentimiento de novedad no es nada fácil. La rutina de los días, el deterioro, la desgana, la rutina demoledora, hacen que los días se nos vuelvan grises, sin aristas, deslucidos. Hay quien logra superar esa situación. Lo hace a base de entusiasmo sencillo, de cultivo cotidiano de los detalles, de búsqueda de motivaciones en los pliegues del diario caminar. Y lo consigue. Entonces la vida, el trabajo, las relaciones, la ciudadanía, cobran otro color y surgen como setas las pequeñas alegrías que hacen de los días, por sencillos, que sean una gozosa satisfacción. Esto hace que mengüen las fugas, que no haya que buscar fuera lo que se lleva dentro, que le satisfaga a uno la vida que lleva por modesta que sea, que los gozos familiares sean una realidad. No son grandes milagros pero, en conjunto, es el gran milagro de la vida con sentido.

                El Apocalipsis también aspira a lo nuevo ya que lo viejo, la cruda realidad en la que está envuelto, se le hace pesadísima. Pero esa novedad la sueña como una transformación que le dará sin que él actúa. Todo lo más, parece pensar el autor, lo que harér será aguantar, aguardar el día de la cólera y de la justicia cuando todo sea hecho nuevo por Dios y se me den los bienes que se han prometido a quienes vivimos en justicia. El anhelo es hermoso, pero la actitud personal muy deficiente. Otro gallo les habría cantado si, en medio de sufrimientos, trataran de encontrar sentido y alegría los pequeños bienes de la vida, a las situaciones de bondad, a los rasgos de humanidad que se esconden incluso en quienes denominamos como socialmente malos. Su espera de la novedad se habría hecho más gozosa y no menos vida.

***

 

Texto:

 

                21,1Vi entonces un cielo nuevo y una tierra nueva, porque el primer cielo y la primera tierra habían desaparecido y el mar ya no existía.

 

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La luz de la vida:

 

 

                Este es el Instituto Roslin de Edimburgo. Ahí se clonó la famosa oveja Dolly. Y con ello vino el tema de la clonación, puerta muy peligrosa y rechazable para muchos. Pero, en realidad, es la pregunta por lo nuevo la que está en el fondo de estas investigaciones. Y quizá la bondad: la obtención de células madre para regenerar tejidos ha conseguido crear células protectoras de insulina que podrían servir a pacientes de diabetes. Esto ha devuelto la fe a los científicos sobre la utilidad terapéutica de la clonación. Gente que apunta a lo nuevo.

                Oramos: Que lo nuevo no nos asuste; que lo nuevo sea humano; que lo nuevo sea compartido.

   

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La  luz que es Jesús:

 

                Jesús ha sido calificado muchas veces como “hombre nuevo”. ¿En qué consistió su novedad? En la fuerza imparable de su amor, en su enamoramiento del pueblo pobre, en su capacidad para generar consuelo con medios humildes, en su decidida opción por acoger a todos y por no juzgar a nadie. Puede parece que son novedades muy comunes, de poco relieve. Pero grandeza no está en el relieve sino en la hondura. Y ésta fue considerable.

                Oramos: Gracias, Señor, por la fuerza imparable de su amor; gracias, por tu enamoramiento del pueblo humilde; gracias por tu capacidad para generar consuelo y reclamar justicia.

 

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La luz que viene de la sociedad:

 

                Los analistas de la sociedad dicen que estamos en un tiempo axial (como un nuevo eje histórico): se está acabando la sociedad mítica y llegamos a una especie de sociedad espiritual (no religiosa). La novedad puede venir no tanto de los maravillosos inventos técnicos, sino de un planteamiento espiritual nuevo que ha de ser un ahondamiento en la verdad de lo humano, en la certeza de que estamos hechos para vivir el uno con y para el otro.

                Oramos: Que seamos humanos para ser espirituales; que seamos espirituales para caminar solidariamente; que seamos solidarios para descubrir la hermosura de esta vida limitada.

 

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La luz que aporta la comunidad virtual:

 

                La comunidad virtual puede ayudarnos a amar y buscar más lo nuevo porque nosotros también estamos amenazados de cansancio. Cada reunión, cada encuentro, cada llamada de teléfono, cada mensaje que se recibe contribuyen a generar novedad y, con ella, brillo de vida, amor a los días. Nada cae en saco roto. Es posible que a veces no nos lo agradezcamos explícitamente. Pero lo cierto es que ayudarnos a que los días brillen un poco más es un favor enorme que nos podemos hacer.

                Oramos: Que nos agradezcamos la pequeñas ayudas que iluminan el días; que no menospreciemos ninguna comunicación; que nos demos a los demás para mejorar nuestra propia vida.

 

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Palabras de luz:

 

Llegamos a esta casa

un día cualquiera

del caprichoso orden de los días,

potestad de Hammurabi, del egipcio

o de Julio Cesar, el Galo.

Ni siquiera encendimos la luz,

pero volvimos y nos quedamos

y trazamos planes modernos

y jugamos con texturas, colores,

medidas y sabores.

 

 

Llegamos a esta casa

otro día y la llenamos

de nosotros mismos.

Nos parecía mentira

que esa redundancia

nos hiciera tan felices.



Vivimos en esta casa,

poblada de texturas, sabores,

bien medida y llena de colores.

No sabemos bien aún

hasta cuando vamos a habitarla

y eso es -seguramente-

lo que más disfrutamos de ella.

El sabor del día único.

La inescrutabilidad de la palabra futuro.

 

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Para estos días:

 

                Trata de mirar la realidad con mirada lo más nueva posible. Pon brillo en tus días.

 

***

Apocalipsis 27

CVA 

Domingo 4 de mayo de 2014

 

BUSCAR LUZ

EN TIEMPOS OSCUROS

 Plan de oración con el Apocalipsis

 

27. Ap 18,21-24

 

Introducción:

 

                Negativizar el momento presente es el pan nuestro de cada día. Hay gente que lo ve todo negro, cree que el país está perdido y que las relaciones son un infierno. Decir tan negativamente de la vida indica, de algún modo, que uno se ve a sí mismo negativamente. Es cierto que no estamos en el paraíso ni que las relaciones humanas son un camino de rosas. Pero no se puede negar que el hecho social alberga no solamente buenas voluntades sino formidables acciones de solidaridad, amparo y amor. Están cerca de nosotros, en nuestras mismas narices, en nuestras propias casas. ¿No se podría enfocar la vida desde ahí? ¿Sería una perspectiva errónea? Creemos que no. Eso no supone cerrar los ojos a lo que no va bien, no dar importancia a la maldad que, a veces, nos arruina. Pero el situarse en lo bueno del hecho social quizá nos ayude a encontrar una postura de vida más humana y más gozosa.

                Es que en el texto de esta semana, que es un texto muy negativizador, como muchos del Apocalipsis dice que “ni voz de novio y novia se oirá más en ti”. O sea, se acabaron los cantos del amor, se acabó el amor. Pero en Jn 3,29 dice que “el amigo del novio, que se mantiene a su lado y le oye, siente gran alegría por la voz del novio”. Es decir, se está oyendo cantar al novio, no es la vida una realidad inmersa solamente en la oscuridad. Más allá de esta, hay gozo, alegría, canto. Le damos la vuelta a ese ceño fruncido y amenazador de Apocalipsis y nos situamos “contra el texto” en una perspectiva gozosa y benigna de la vida. Creemos que de esta manera nuestra vida y nuestro caminar cristianos salan más fortalecidos.

 

***

 

Texto:

               

21Un ángel vigoroso levantó una piedra del tamaño de una piedra de molino y la tiró al mar diciendo:

-          Así, de golpe

precipitarán a Babilonia, la gran ciudad,

y desaparecerá.

22El son de cítaras y músicos,

de flautas y trompetas

no se oirá más en ti,

ni artífices de ningún arte

habrá más en ti,

ni murmullo de molino

se oirá más en ti.

23Ni luz de lámpara

brillará más en ti,

ni voz de novio y novia

se oirá más en ti,

porque tus comerciantes eran los magnates de la tierra,

porque con tus brujerías embaucaste

a todas las naciones.

24Y en ella se encontró sangre de tus profetas

y consagrados

y de todos los asesinados en la tierra.

 

***

 

 

 

 

 

 

La luz de la vida:

 

 

                Esta joven religiosa es Sor Cristina. Canta de maravilla. Ha participado en el concurso La Voz de la TV italiana (ese concurso en que los cantantes del jurado están de espaldas y si eligen al cantante se vuelven para ver quién es). Todo el jurado la eligió y se llevaron un “susto” morrocotudo al ver que la que cantaba tan bien era una religiosa. En medio del estupor general ella no se cortó y decía que cantar le gusta y que “Dios no quita nada” a la vida. Eso, gente que se sitúa en otra perspectiva.

                Oramos: Que seamos positivos y benignos; que miremos con ojos de humanidad; que nos situemos en el lado de la bondad.

 

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La  luz que es Jesús:

 

                Jesús decía muchas veces “Yo soy la luz” (Jn 8,12). Hablaba muchas veces de acercarse a la luz (Jn 8,12). Eso es situarse en una perspectiva de bondad para leer la vida. Muchas veces la realidad de Jesús estuvo fuertemente marcada por el dolor, Pero no encontramos nunca en el Evangelio una sola frase en que se menosprecie o se negativice la vida. Al contrario, con toda su dureza, la vida fue para Jesús un camino de encuentro y de amor.

                Oramos: Gracias, Señor, por amar la vida; gracias por no ceder a la negativización y a la condena; gracias por enseñarnos el camino de los gozos sencillos.

 

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La luz que viene de la sociedad:

 

                Hay muchos movimientos de resistencia social que, conscientemente o no, parten de que la vida puede ser humana en este planeta que a veces hacemos tan desdichado. Por eso hablan de “otro mundo posible”. Si no fuera gente que confía y que lee positivamente el hecho social no se meterían en ese fregado de anhelar y construir una sociedad distinta. Son maestros de espiritualidad para nosotros.

                Oramos: Que agradezcamos a quien anhela otro mundo más fraterno y humano; que apoyemos a quien busca una relaciones sociales nuevas; que nos dejemos influir por quien ama esta vida más allá de sus limitaciones evidentes.

               

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La luz que aporta la comunidad virtual:

 

                La comunidad virtual, con su pequeña aportación de vida y gozo, puede ayudarnos a positivizar nuestra manera de situarnos en la sociedad. Es otro más de los beneficios humanos hondos de la relación y de la misma oración. Sucede aquí eso que decimos tantas veces: orar nos hace más humanos; relacionarnos bien sanea nuestras deficiencias. Por eso es de agradecer estar en esta pequeña aventura de oración común.

                Oreamos: Que valoremos la alegría que nos damos; que apreciemos lo positivo que nos entregamos; que nos ayudemos a ver las cosas desde su mejor lado.

 

***

 

 

 

 

Palabras de luz:

 

Cuida tus pensamientos…

porque se volverán palabras.

Cuida tus palabras

porque se volverán actos.

Cuida tus actos,

porque se volverán costumbres.

Cuida tus costumbres

porque forjarán tu carácter.

Cuida tu carácter

porque formará tu destino.

Y tu destino será tu vida.

 

Gandhi

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Para estos días:

 

                Trata de ver las cosas de estos días desde el lado más positivo que puedas. No cultives el pesimismo.

 

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Apocalipsis 26

CVA 

Domingo 27 de abril de 2014

 

BUSCAR LUZ

EN TIEMPOS OSCUROS

 Plan de oración con el Apocalipsis

 

26. Ap 13,9-10

 

Introducción:

 

                Otras veces hemos hablado del valor de la resistencia en la que, a decir de Sábato, anida la esperanza. En tiempos de dificultad personal o social, la resistencia es un bien preciado. Hay dos maneras de resistir, con amor o sin él, con buen talante o con malo, amargado o bondadoso, requemado o solidario. Una resistencia lúcida y benigna, sensata y humana es la que puede ser útil en momentos de dificultad. Esa resistencia se nutre de la solidaridad, del amparo que nos damos. En materia de amparo, todo es bueno, por humilde que sea. Ese amparo contribuye a dar cuerpo a la resistencia, a hacerla verdaderamente fuerte y humana a la vez. “No te rindas” reza el conocido poema de Benedetti. Tenemos que darnos ánimo para que la adversidad no nos quiebre. Nos haremos con ello un gran beneficio.

                Es que Apocalipsis en general y el texto breve que proponemos esta semana es un texto de resistencia. En él “aguante y fe” van unidos. Una fe sin aguante no puede pervivir en este mundo secular de hoy. Un aguante sin fe es un anhelo de no fácil logro. Si las dos cosas van unidas, el aguante del fuerte y la fe de quien ama, se puede resistir. Fe en el valor del otro, de su persona con sus limitaciones, de sus posibilidades de cambio, de su fuerza para rebrotar. Y unida a esa fe en el fondo de lo humano, el aguante para encajar limitaciones, fallos, abandonos. Y para dar, en consecuencia, una segunda oportunidad. Fe y aguante, he ahí una buen fórmula para resistir con lucidez y humanidad.

 

***

 

Texto:

 

                9Quien tenga oídos que oiga: El que está destinado al cautiverio, al cautiverio va. Al que tenía que morir a espada, a espada lo mataron (Jr 15,2). ¡Aquí del aguante y de la fe de los consagrados!

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La luz de la vida:

 

 

 

            Esta es la tapa del Informe Foessa 2014 donde se describe la situación real de la sociedad española en esta época de crisis, su gran precariedad y desigualdad y su cohesión que hace el milagro de que la sociedad no explote con más del 25% de paro. Y una de las causas de que no explote es la solidaridad que las familias, el amparo que se dan, desde su dificultad, las familias. Esa resistencia familiar hace que resista la sociedad.

                Oramos: Que la solidaridad no desaparezca de nuestras calles; que la desigualdad mengue en nuestros comportamientos; que las familias amplíen su amparo al débil.

 

***

 

La  luz que es Jesús:

 

                Jesús ha sido uno destinado al cautiverio, a la espada y a la muerte. Pero ha sido un resistente. No se ha quebrado a la primera. Ha aunado en su corazón una fe inquebrantable en el valor de la persona y el aguante de quien no se apea jamás del amor. Por eso, el creyente a la hora de encontrar resortes para aguantar mira a él y de él toma fuerza.

                Oramos: Gracias, Señor, destinado al cautiverio por mantenerte en libertad de corazón; gracias, Señor destinado a la espada, por mantenerte en libertad y entereza; gracias, Señor destinado a la muerte, porque siempre te ha animado el deseo de vida.

 

***

 

La luz que viene de la sociedad:

 

                Tener oídos para oir un mensaje de humanizadora resistencia demanda una fe grande en la persona y una facilidad para no hundirse en los avatares de los días. Más aún, pide que esa fortaleza se comparte, de manera que los más débiles tengan un amparo al que agarrarse. Oír el mensaje de la resistencia humanizadora lleva a no apuntarse al bando del derrotado sin más, del pasota, del insensible, del vencedor a costa de lo que sea, del triunfador sobre las cenizas de la persona avasallada.

                Oramos: Que oigamos con acogida los gritos de quien lo pasa mal; que escuchemos con corazón atento las demandas inapagables de la justicia; que acojamos las situaciones de los frágiles como si fueran nuestras

.

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La luz que aporta la comunidad virtual:

 

                Estos largos años que hemos ido caminando juntos nos han ayudado a mantenernos en humanidad y acompañamiento por encima de situaciones de dificultad. Es cierto que todos hemos tenido que bregar con situaciones de mayor o menos dificultad. Pero lo comunitario, los caminos compartidos, la misma oración común nos ha hecho más resistentes. Es uno de los mejores beneficios del camino orante. Nos lo agradecemos y lo agradecemos a Jesús.

                Oramos: Gracias por nuestros amparos; gracias por nuestros acompañamientos; gracias por nuestros ánimos.

 

***

 

Palabras de luz:

 

Sólo el amor resistirá

mientras caen como torres dinamitadas

los días, los meses, los años.

 

Sólo el amor resistirá

alimentando silencioso la lámpara encendida,

el canto anudado a la garganta,

la poesía en la caricia del cuerpo abandonado.

 

Algún día,

cualquier día,

doblará otra vez el recodo del camino

lo veré alto y distante,

acercándose,

oiré su voz llamándome,

sus ojos mirándome

y sabrá que el amor ha resistido

mientras todo se derrumbaba.

 

 (Gioconda Belli: El ojo de la mujer, Visor, Madrid)

 

***

 

 

 

Para estos días:

 

                Trata de ser lo más fuerte y humano posible si estos días tienes una particular dificultad. Mírale a ÉL.

 

***

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Apocalipsis 24

CVA 

Domingo, 30 de marzo de 2014

 

BUSCAR LUZ

EN TIEMPOS OSCUROS

 Plan de oración con el Apocalipsis

 

24. Ap 7,4-8

 

Introducción:

 

                El amor entre humanos tiende por su propia estructura a reducirse a hacer único, a amar a una persona sobre todo y algunas más en torno a ella. Por eso decimos que lo importante es nuestra familia y nadie más. Y siendo eso cierto, que la familia es importante, hay personas que compatibilizan este amor con otras muchas personas. Son genes de amores amplios, universales casi, de horizontes abiertos. Es un amor de gran calidad que, además, tiene una virtud: no debilita los amores familiares. El amor tiende a ser productivo para todos, un amor no debilita otro amor. Más aún, quizá la manera de fortalecer un amor inmediato sea el lanzarlo a horizontes más amplios. Esta mezcla entre el amor cercano y el amplio es muy fructífera.

                Es que cuando el autor de Apocalipsis habla de los marcados como de doce por doce mil (144000) está indicando la total totalidad. Es decir, todos estamos marcados para la entrega, para el bien, para el amor. Más aún, cuando el vidente omite la tribu de Dan conocida por su infidelidad y mete en su lugar la de Manasés que es parte de la tribu de José , no se da cuenta de que su restricción no hace sino reforzar el principio básico: por mucho que excluyas no podrás detener el caudal de amor que anida en el corazón de toda persona. Todos estamos destinados al amor y somos capaces de él. Es preciso desvelar esta posibilidad incluso en quienes se resisten a amar. Hay que decirles, con palabras y con hechos que el camino del amor también es para ellos.

 

***

 

Texto:

 

                4Oí también el número de los marcados, ciento cuarenta y cuatro mil, de todas las tribus de Israel:

                5de la tribu de Judá, doce mil marcados,

de la tribu de Rubén, doce mil,

de la tribu de Gad, doce mil,

6de la tribu de Aser, doce mil,

de la tribu de Neftalí, doce mil,

de la tribu de Manasés, doce mil.

7de la tribu de Simeón, doce mil,

de la tribu de Leví, doce mil,

de la tribu de Isacar, doce mil,

8de la tribu de Zabulón, doce mil,

de la tribu de José, doce mil,

de la tribu de Benjamín, doce mil marcados.

 

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La luz de la vida:

 

 

 

El 24 de septiembre de 2013 murió en la aldea de los indígenas Tapirapé, en el Araguaia, la Hermanita de Jesús Genoveva, francesa de origen. Ella y sus compañeras han vivido una experiencia que el antropólogo Darcy Ribeiro consideraba una de las más ejemplares de toda la historia de la antropología: el encuentro y la convivencia de alguien de la cultura blanca con la cultura indígena. Aprendieron su lengua, vivieron como ellos, ayudaron al pueblo Tapirapé a sobrevivir. Gentes de amores amplios que no se han quedado en su pequeño círculo personal.

                Oramos: Gracias, señor, por quien amplía su círculo de amor; gracias por quien ama con horizontes amplios; gracias por quien hace de la patria de otros su patria.

 

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La  luz que es Jesús:

 

                Para el Apocalipsis el número mil es el número del Mesías. Ese número se aplica a toda la realidad de Israel, a todas las tribus, a toda la historia. Todo está influenciado por la orientación de amor de Jesús. De ahí que le mejor manera de estar adherido a Jesús sea caminar con decisión en la dirección del amor. Así es, lo suyo no es buscar adeptos para una religión, sino suscitar amor en el fondo del corazón, sobre todo en el de aquellas personas que, por la causa que sea, han desistido de amar.

                Oramos: Gracias, Señor, por envolvernos en amor; gracias, por empujarnos al amor; gracias por llenarnos de tu amor.

 

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La luz que viene de la sociedad:

 

                Al decir que el amor apunta a la totalidad de la historia estamos proponiendo una nueva perspectiva social, y aun cósmica. Es la perspectiva de quien lee el hecho social desde la benignidad, la fraternidad y el amor. Eso da un resultado muy distinto de quien enfoca la vida desde la competitividad, el rechazo y el desamor. Por eso, como decía Gandhi, el amor tiene una fuerza política, una capacidad real para ser elemento de transformación social.

                Oramos: Que amemos para cambiar la sociedad; que amemos para generar amor; que amemos para mirar de otro modo la vida.

 

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La luz que aporta la comunidad virtual:

 

                La comunidad virtual nos ayuda a amar en cuanto que nos pone en una dinámica de ampliación de las relaciones y con ello del amor. No aspiramos a ser muchos, pero sí a estar siempre abiertos para acogernos y para acoger a quien quiera estar, orar, caminar con nosotros. Este amor ampliado es uno de los mejores frutos de la comunidad virtural porque nos sitúa mejor en la perspectiva que Jesús tiene sobre las personas y sobre las cosas.

                Oramos: Que seamos personas de mente abierta; que seamos personas de corazón amplio; que acojamos con facilidad para amar con facilidad.

 

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Palabras de luz:

 

Hoy has sabido

que es bueno dejar a las palabras

con las puertas abiertas:

                               se acercarán a ver su corazón,

o, al menos,

                podrán picotearlo las palomas.

 

 

(Mercedes Marcos Sánchez)

 

***

 

Para estos días:

 

                Trata de que tu manera de relacionarte con las personas y las cosas sea benigna y bienhumorada.

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Apocalipsis 23

CVA 

Domingo, 22 de marzo de 2014

 

BUSCAR LUZ

EN TIEMPOS OSCUROS

 Plan de oración con el Apocalipsis

 

23. Ap 1,1-8

 

Introducción:

 

                Hay por el mundo un sinnúmero de vidas egoístas. Parece que es lo normal mirar solo a lo mío y quedarse en ese castillo cerrado de mi propio bienestar. Pero lo cierto es que también abundan vidas compartidas, personas que entienden que si su corazón está habitado y ocupado por otras personas su persona no pierde sino que gana. Hay gente que ha hecho del compartir un estilo de vida y ha llegado a flexibilizar y disipar la frontera entre lo tuyo y lo mío. Hemos conocido a personas ágiles para dar y para darse, de tal manera que se van de este mundo sin llevarse nada, excepto el amor que ha suscitado su entrega y generosidad. Los humanos estamos llamados a una vida compartida porque nuestra vocación última es vivir con y para el otro.

                Habla el prólogo del Apocalipsis de un testimonio que se comparte, el del vidente, el de Jesús y el de quien lee hoy esta profecía del libro. Es cierto que no todos comparten del mismo modo: el vidente comparte desde el dolor con los que se conduelen con él y excluye a quienes le zahieren. Jesús comparte, es testigo, de otra manera, sin excluir a nadie con generosidad total, en un abrazo universal. Y quienes leen este libro comparten como pueden, en el camino irregular y tortuoso de la vida, dando un paso adelante y con frecuencia otro atrás en la hermosa y dificultosa senda del compartir. Peero todos saben que en ese afán hay encerrado un secreto: que el compartir lleva a la dicha, más allá de su amarga cáscara.

 

***

 

Texto:

 

                1,1Revelación de Jesús Mesías. Lo que Dios le encargó mostrar a sus siervos sobre lo que tiene que suceder en breve, y él comunicó enviando su ángel a su siervo Juan. 2Diciendo todo lo que ha visto, éste se hace testigo de la Palabra de Dios y del testimonio de Jesús Mesías.

                3Dichoso el que lee y los que escuchan esta profecía y hacen caso de lo que está escrito en ella, porque el momento está cerca.

               

***

 

La luz de la vida:

 

 

                Una foto impactante: Dos inmigrantes auxilian a un compañero herido en Melilla, el 18 de marzo de 2014. Su rostro acusa el sobreesfuerzo que han realizado en la casi imposible tarea de saltar la valla. Es una trinidad de pobres que nos gritan en silencio doliente su derecho a vivir y a su parte de felicidad. El suyo es un testimonio de vida solidaria en los inframundos de la pobreza. Testigos verdaderos de una humanidad sin derechos. Hay que escucharlos.

                Oramos: Que escuchemos a los testigos más doloridos de la historia; que apreciemos el valor de quienes testimonian amor en la dificultad; que valoremos sobremanera el testimonio de quienes más sufren.

 

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La  luz que es Jesús:

 

                El testimonio de la vida en amor de Jesús se resume en palabras simples: curar, compartir, acompañar. Curar como expresión primera de la necesidad humana. Compartir vida y caminos como evidencia de que Dios es alguien a nuestro lado. Acompañar para que la mordedura de la honda soledad no nos afecte hasta el punto de renunciar a ser testigos del amor. Esta ha sido la tarea de Jesús; la tarea que continúa haciendo con nosotros en los subsuelos de la vida.

                Oramos: Gracias, Señor, por curarnos con generosidad; gracias por compartir nuestra vida sin protestar por nuestros abandonos; gracias por acompañarnos más allá de nuestros días lejos de ti.

 

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La luz que viene de la sociedad:

 

                En la vida se puede afirmar que compartiendo se gana. El egoísta, el centrado solamente en lo suyo, quien no sale de su exigua fortaleza piensa que no, que compartir es debilitarse. Por eso, freudianamente hablando, hace un esfuerzo titánico para que no salga nada de él en la dirección de los demás. Pero otros piensan y experimentan que no, que darse es ganancia, que compartir no es pérdida, que abrirse es enriquecimiento. Ojalá nos contemos en este segundo grupo.

                Oramos: Que nos demos para ganar; que compartamos para ganar; que nos abramos para ganar.

 

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La luz que aporta la comunidad virtual:

 

                Podemos decir que una de las ganancias de la comunidad virtual es experimentar la alegría de compartir cuando nos reunimos. Compartir comida, gozo, oración, noticias, vivencias, sonrisas, etc. Todo un conjunto de pequeñas cosas que, a la larga, dejan bien claro eso de que el compartir enriquece. Ese es el testimonio mejor como fruto de nuestro trabajo orante: que cada vez nos sea más fácil compartir. Un testimonio que, por lo demás, agrada y entiende toda persona.

                Oramos: Que oremos para compartir más fácilmente; que leamos la Palabra para compartir más generosamente; que recordemos a Jesús para compartir más alegremente.

 

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Palabras de luz:

 

Para siempre me tienes a tu vera, 
la querencia me aposta a tu costado, 
y si acaso me ausento de tu lado, 
tendida junto a ti dejo mi estera. 

Para siempre me tienes, compañera, 
para siempre me tienes aferrado, 
parra que alzas, rosal que te ha trepado, 
yedra tenaz, osada enredadera. 

Yo nunca cejo, amor, yo nunca cejo, 
a menudo me vuelvo en el camino 
y en el rostro me llevo tu reflejo. 

Nunca me alejo, amor, nunca me alejo, 
de pájaros me lleno y me culmino 
y me venzo hacia ti, por ti me inclino. 

 

***

 

 

 

 

Para estos días:

 

                No hables mucho del amor con palabras; trata de ser testigo amando de manera sencilla, hablando con humanidad.

 

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Apocalipsis 22

CVA 

Domingo, 16 de febrero de 2014

 

BUSCAR LUZ

EN TIEMPOS OSCUROS

 Plan de oración con el Apocalipsis

 

22. Ap 1,4-8

 

Introducción:

 

                El trajín y follón que es, a veces, nuestra vida puede llevarnos a olvidar la perspectiva principal de la existencia humana: estamos hechos para amarnos. Hay a quien esto les resulta, por principio, inaceptable, visto el daño enorme que nos hacemos los humanos. Y quizá sea, en parte, así. Pero, vueltas las aguas al cauces de la sensatez, y mirando al fondo del corazón, algo nos dice que en, en realidad, estamos hechos para amar y que el horizonte de la historia no es otro que el amor. Desposeer a la existencia de esta perspectiva es reducirla a sus mínimas posibilidades, empobrecerla sin más. Por eso, conviene repetirse frecuentemente, sobre todo cuando las cosas vienen mal dadas: la persona, toda persona, está hecha para amar. Si ese pensamiento penetra al subsuelo de nuestra vida, el fruto será un fruto de humanidad y de gozo.

                Es que en el prólogo del Apocalipsis que leemos esta semana, se califica a Jesús como “el que nos ama”. Esa habría de ser la perspectiva de lectura de lo que ocurre, aunque sea doloroso: hay alguien que nos ama. El autor del libro abandonará muchas veces esa perspectiva para tomar la de la ira, la venganza, la destrucción amparándose, incluso, en Dios. Pero esa no será la perspectiva de lectura correcta: tendría que ser la del amor, la comprensión, la fraternidad, la benignidad. Desde ahí se podría entender muy bien el sentido de la vida y harían menos daño las circunstancias adversas. Al amor está llamada la historia y la creación.

 

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Texto:

 

                4Juan, a las siete iglesias de la provincia de Asia.

                Gracia y paz a vosotros de parte del que es y que era y que viene, de parte de los siete espíritus que están ante su trono 5y de parte de Jesús Mesías, el testigo fidedigno, el primero en nacer de la muerte y el soberano de los reyes de la tierra.

                Al que nos ama y con su sangre nos rescató de nuestros pecados, 6al que hizo de nosotros linaje real y sacerdotes para su Dios y Padre, a él la gloria y el poder por los siglos de los siglos, amén.

                7Mirad, viene entre las nubes: todos lo verán con sus ojos, también aquellos que lo traspasaron, y plañirán por él todas las razas de la tierra. Así es. Amén (Dn 7,13; Zac 12,10-14).

                8Yo soy el Alfa y la Omega, dice el Señor Dios, el que es y que era y que viene, el soberano de todo.

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La luz de la vida:

 

 

 

            Este esquema sobre la evolución del cosmos descubierto estos días habla de que, en as primeras milésimas de segundo hubo una explosión expansiva. Estamos hablando de 13.800 millones de años. Ningún científico dice que en esa explosión inicial, tan decisiva, estaba ya la orientación del cosmos hacia el amor pleno. Sería risible plantearlo así. Pero, en realidad, eso era lo que latía en aquel primero y formidable estallido: la vocación a amar y ser amado.

                Oramos: Gracias por nuestra vocación a amar y ser amados; gracias por el amor que subyace a todo; gracias porque todo ser está inmerso en una dinámica de amor.

 

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La  luz que es Jesús:

 

                Cuando dice el texto que a Jesús han de darse “gloria y poder” es preciso salirse de la mera fórmula ritual: hay que darle la gloria del amor que es un brillo íntimo y humano y el poder del amor que es debilidad que ampara, abrazo que sostiene, mano tendida al que anda flojo. No se trata de meras epifanías religiosas. Es del amor humilde del que hablamos, el amor que tuvo y mantuvo el mismo Jesús. Un amor a Jesús desposeído de cordialidad, en ternura, de regocijo no es el amor que él tuvo y nos tuvo.

                Oramos: Gracias, Señor, por tu amor tierno; gracias, Señor, por tu amor vivo; gracias, Señor, por tu amor compasivo.

 

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La luz que viene de la sociedad:

 

                Es difícil mantener el amor en la debilidad, en el fracaso, en la persecución, en la tormenta. Pero lo que se mantenga ahí, aunque fueren unas briznas, es el amor verdadero. Porque vivir el amor cuando las cosas van bien es bueno y hermoso; pero el banco de pruebas del amor es cuando las cosas se tuercen, cuando el dolor acogota, cuando la depresión ronda, cuando el desaliento hinca los dientes en nosotros. Si en esas circunstancias el amor sigue vivo, aunque se tambalee, estamos en el buen camino.

                Oramos: Que mantengamos el amor cuando las cosas no van bien; que mantengamos el amor cuando nos muerda el desaliento; que mantengamos el amor humilde cuando no brille el sol.

               

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La luz que aporta la comunidad virtual:

 

                En nuestra comunidad hay una especie de amor, el amor que proviene del hecho de estar creyendo juntos, que tiene su valor. Es cierto que no es el amor de todos los días, de todas las horas. Eso es otra cosa. Pero no cabe duda de que la buena relación, el trabajo orante, la fe puesta en común, la pequeña ayuda en un momento puntual son el lenguaje del amor. Por eso, orar y amar son dos realidades que siempre van juntas.

                Oramos: Que oremos y que amemos; que leamos la Palabra y que amemos; que compartamos la fe y amemos.

 

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Palabras de luz:

 

No los viajes. No el sexo. 

No aventura ninguna. No el deporte.

No los libros. Ni el arte. Ni la música. 

¿Quién nos redime

de la totalidad de la melancolía,

de la totalidad de la tristeza,

de la totalidad

del dolor en el alma, sino Tú, 

tu delicada perpendicular

hecha sólo de amor?

 

                           Juan Antonio González Iglesias

 

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Para estos días:

 

                Ten viva estos días la conciencia de que estás hecho/a para amar y que tus días tienen un sentido desde ahí.

 

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