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FIAIZ

Juan 134

CVJ 

Domingo, 17 de febrero de 2013

 

VIDA ACOMPAÑADA

 Plan de oración con el Evangelio de Juan

 

134. Jn 19,31-37

 

Introducción:

 

                Aunque parece que la expresión “vida interior” alude directamente a cuestiones religiosas, lo cierto es que no tiene por qué. Vida interior es el trabajo que una persona o una sociedad hacen por cultivar los valores más hondos y más positivos de la persona que contribuyan a su creciente humanización. La belleza, el silencio, la escucha, la contemplación de lo creado, la armonía en todas sus variantes, la misma fe, etc. pueden ser elementos que ayuden a construir esa vida interior de la que hablamos. No cabe duda, una sociedad con vida interior tiene mejor futuro que una sociedad superficial, banal. Lo mismo que decimos que una sociedad con cultura es mejor que una sociedad inculta. No hay por qué ser reticentes a la espiritualidad. Si es sana, plural, amplia, no sectaria, puede ser un gran beneficio para la persona y para la sociedad.

                Es que en el pasaje de esta semana se habla del interior de Jesús, del que dice san Juan que salió “sangre y agua”. ¿A qué se refiere? La sangre es la vida entregada; el agua es el espíritu ofrecido. Por eso se puede decir que el interior de Jesús, su mayor verdad, el núcleo de su vida, está hecho de entrega (sangre) y de aliento, ánimo, espíritu (agua). Su trabajo ha sido animar, dinamizar la existencia mediante su total entrega a su vocación de ser hermano del pueblo, sobre todo en los sectores más heridos. Despojar el interior de Jesús de estos valores es empobrecerlo y desnaturalizarlo. Así lo ha visto siempre la fe y de ello ha dejado testimonio.

 

***

 

Texto:

 

31Los judíos entonces, como era el día de la Preparación, para que no se quedasen los cuerpos en la cruz el sábado, porque aquel sábado era un día solemne, pidieron a Pilato que les quebraran las piernas y que los quitaran.

32Fueron los soldados, le quebraron las piernas al primero y luego al otro que habían crucificado con él; 33pero al llegar a Jesús, viendo que ya había muerto, no le quebraron las piernas,

34sino que uno de los soldados con la lanza le traspasó el costado y al punto salió sangre y agua.

35El que lo vio da testimonio y su testimonio es verdadero y él sabe que dice verdad, para que también vosotros creáis.

36Esto ocurrió para que se cumpliera aquel pasaje: “No le quebrarán un hueso”; 37y en otro lugar la Escritura dice: “Mirarán al que atravesaron”.

 

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Ventana abierta:

 

                La Universidad Popular de la Rioja organizó a finales de enero un foro de espiritualidad con el lema “Vivir con gusto y sentido” con temas de oración, silencio, escucha, etc. Sorprende que una ciudad no muy religiosa, teniendo que pagar matrícula, se apuntaran más de 400 personas. Eso demuestra que el anhelo de espiritualidad, laica muchas veces, sigue vivo. Se puede decir que una ciudad que reacciona así tiene vida interior.

                Oramos: Que la espiritualidad crezca en el cimiento de nuestras ciudades; que creamos en los beneficios de la espiritualidad; que el cultivo de la vida interior nos sea atrayente.

 

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Desde la persona de Jesús:

 

                El texto presenta a Jesús como “un traspasado”, uno que dice su total verdad. Ese es el requisito para que su interior sea entregado y espiritual. Pretender una vida interior, una espiritualidad en las brumas de la mentira es complicado. La limitación, el pecado, puede ser comprensible y excusable por nuestra debilidad. Pero la mentira, el ocultamiento, la trampa bloquean toda pretensión espiritual. En esto, como en todo, Jesús ha sido ejemplar.

                Oramos: Te damos gracias, Señor, por Jesús el sincero y veraz; te damos gracias por su apertura de mente y su corazón; te damos gracias porque no nos ha ocultado la bondad y el amor de su corazón.

 

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Ahondamiento personal:

 

                Dice el autor del Evangelio, y pone mucho énfasis, que de eso (de que salió sangre y agua) deja testimonio. Habla de su propia experiencia más que de lo que vieron o dejaron de ver sus ojos. Él ha experimentado en la vida de Jesús que el suyo era un interior entregado y animador y de eso quiere dejar testimonio con la intención de que tal testimonio se contagie también a otros, a nosotros.

                Oramos: Que nuestra experiencia sea el dinamismo de nuestra vida interior; que no hablemos de oídas sino de prácticas; que apreciemos las experiencias espirituales de toda persona.

               

***

 

Desde la comunidad virtual:

 

                Afirma el texto que el testimonio de quien ha visto, ha creído, que el interior de Jesús estaba hecho de sangre y de agua, es decir de entrega y de aliento, se quiere dejar a la vista “para que creáis”. Es decir, para que el lector se anime también a un interior como el de Jesús, a un interior cultivado. Nuestra actividad orante y relacional tiene también, en el fondo, una intención similar: nos hemos unido a una comunidad virtual como ésta para mejorar el nivel de nuestra interioridad. Todo está orientado a tal fin.

                Oramos: Que nos ayudemos a enriquecer nuestra experiencia de vida interior; que apreciemos las pequeñas ayudas que colaborar a mejorar nuestra espiritualidad; que procuremos un ambiente bueno para la experiencia de interioridad.

 

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Poetización:

 

Se esforzó el testigo

en dejar bien claro

que su interior estaba hecho

de sangre y agua,

de entrega y aliento,

de generosidad y amparo.

Pero él sabía

que no hubiera hecho falta

que el soldado traspasase

su costado.

Durante toda su vida,

a lo largo de sus caminos,

en las noches interminables

de confidencias y charlas,

en la actuación con los débiles,

en sus afanes de reinserción de los pobres,

en lo múltiples abrazos repartidos

se manifestó

una y mil veces

que el hombre de Nazaret

era compasivo y generoso,

animador y sostenedor,

empuje y aliento,

casa de acogida

y palabra de fuego.

¿Cómo no iba a salir de su costado

lo que había dentro,

el agua de ánimo total

y la sangre de la entrega sin límites?

Dejó testimonio de que esto ocurrió

cuando el soldado lo atravesó.

Pero, en realidad,

eso había ocurrido toda su vida,

en cada uno de sus días.

***

 

Para esta semana:

 

                Trata de vivir con hondura las experiencias de esta semana. Piénsalas, compártelas.

 

 

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