APOCALIPSIS 2
CVJ
Domingo 29 de setiembre de 2013
BUSCAR LUZ
EN TIEMPOS OSCUROS
Plan de oración con el Apocalipsis
2. Ap 20,11-15
Introducción:
El ansia de condena está a flor de piel en nuestra sociedad (porque lo está, así mismo, en la estructura humana). Nos daríamos un festín si muchos de los políticos, banqueros, sindicalistas, periodistas que hoy andan en todas las salsas fueran encausados y condenados. ¡Todos a la cárcel! Ese es nuestro grito. Pensamos que con la condena se acaba la corrupción, le maldad política, la opresión económica y todos los males. Pero hay personas que van aprendiendo que, junto a una mirada crítica de la realidad, es preciso tener también un fuerte componente de benignidad. Si no, los problemas se enquistan y no hay manera de salir de las situaciones difíciles. Propugnar hoy la benignidad, la comprensión, el no-juicio, es, tal, vez, situarse al margen de lo que piensa la mayoría. Pero hay que pensar si tal benignidad no es lo que la sociedad y la persona necesitan para ponerse y mantenerse en pie de manera humana.
Es que el texto de esta semana del Apocalipsis es, por muchas vueltas que se le dé, un texto más de los suyos, donde se dice lo de siempre: que Dios juzgará sin piedad a los malos, que se librarán de ello solamente los inscritos en el registro (Dios apunta todo, dice), los elegidos, la élite moral o religiosa, y que, en definitiva, se les va caer el pelo a los perversos. Eso dice el vidente. Pero hay indicios de que el teólogo dice otra cosa: perece que otros, no Dios, los que hacen el juicio (de ahí todos los verbos en tercera del plural: abrieron los libros, juzgaron los muertos, echaron leña al fuego, arrojaron al lago de fuego, etc.). Hay como una pasividad por parte del que está sentado en el trono, como si aquello del juicio no fuera realmente con él. Como si se dijera: lo importante y decisivo no es juzgar, sino amar. ¿Cómo se puede amar a quien hace daño? Esa es la gran pregunta.
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Texto:
22,11Vi un trono magnífico y brillante y al que estaba sentado en él; huyeron en presencia de la tierra y el cielo y desaparecieron definitivamente.
12Vi también a los muertos grandes y pequeños, de pie ante el trono de Dios. Se abrieron unos libros y luego un libro aparte, el registro de los vivos. Juzgaron a los muertos por sus obras, según lo escrito en los libros. 13El mar entregó sus muertos, la muerte y el abismo entregaron sus muertos, y cada uno de ellos fue juzgado por sus obras..
14A la muerte y al abismo los echaron al lago de fuego.
El lago de fuego es la segunda muerte.15Y a todo el que no estaba inscrito en el registro de los vivos, lo arrojaron al libro de fuego.
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La luz de la vida:
Este es Francisco Guzmán, un “diverso funcional”, como el mismo se autodenominaba. Murió en esta primavera. Él dejó un texto final que él mismo tituló “Panegírico”. Es más que un testamento. Es un canto de amor a la vida. Un texto para ser copiado y pegado en el corcho y tenerlo mucho tiempo a la vista. No encontraremos en todo él una frase de amargura, de condena, de juicio, para nada ni para nadie. Todo lo contrario, benignidad, sensatez y gozo por la vida. Así se muestra que es posible vivir sin juzgar, incluso en situaciones que, a priori no son fáciles.
Oramos: Gracias, Señor, por quienes aman la vida; gracias por quienes nunca sale de sus labios una palabra de condena; gracias por quienes siembran luz y esperanza.
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La luz que es Jesús:
Se parece algo este “silencio” de Dios ante el avasallamiento del fanatismo al de Jesús en su pasión (Mt 26,63). Ante los fanatismos y sus exclusiones a veces no hay otra solución mejor que callar. Pero, a la vez, Jesús es un crítico, incluso en el trance de su pasión (Jn 18,20-21). De manera que la unión entre silencio y sentido crítico puede ser explosiva. Socialmente es también así: la cháchara del fanático no lleva a nada; la capacidad de análisis social es la que puede hacer que surjan caminos posibles en situaciones difíciles.
Oramos: Señor, te alabamos por tu capacidad para guardar silencio ante acusaciones absurdas; te damos gracias porque no has perdido tu capacidad crítica nunca; te bendecimos por abrir caminos nuevos a la relación humana.
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La luz que viene de la sociedad:
Hay muchas personas que se afanan por emitir juicios, por construir condenas fuera de los tribunales establecidos, por estigmatizar a quienes no piensan como ellos. No contribuyen a hacer luz. Otros, sin embargo, respetan tanto que son capaces de callar cuando no entienden, tratan de ponerse en situaciones sociales que no son las suyas, valoran los esfuerzos de quienes contribuyen a la construcción de un estilo de vida benigno y compasivo y lo hacen si vergüenza, como quien sabe que hace un bien a lo humano.
Oramos: Que seamos compasivos sin vergüenza; que seamos benignos con generosidad; que nos pongamos en el lugar de los otros para tratar de tener a raya cualquier afán de juicio.
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La luz que aporta la comunidad virtual:
Creemos que nuestras relaciones de comunidad no se basan en el juicio sino en el respeto. De ahí es fácil que brote la benignidad, incluso en actuaciones de personas que no llegamos a comprender muy bien. Además, esta actitud de benignidad nos lleva a valorar los pequeños esfuerzos que muchos de nosotros hacemos por construir una relación familiar, social, laboral, urbana, saludable. Creemos que esto puede ser fuente de bienestar y de vida.
Oramos: Que nuestra mirada sobre nuestra familia sea benigna; que nuestra valoración de nuestra ciudad sea positiva; que nuestro aprecio a nuestros compañeros de trabajo se fundamente en el respeto.
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Palabras de luz:
Cada mañana
Cada mañana sales al balcón
y oteas el horizonte
por ver si vuelvo.
Cada mañana bajas saltando las escaleras
y echas a correr por el campo
cuando me adivinas a lo lejos.
Cada mañana me cortas la palabra,
te abalanzas sobre mí
y me rodeas con un abrazo redondo
el cuerpo entero.
Cada mañana contratas la banda de músicos
y organizas una fiesta por mí
por el ancho mundo.
Cada mañana me dices al oído
con voz de primavera:
hoy puedes empezar de nuevo.
Patxi Loidi
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Para estos días:
Trata estos días de tener una mirada benigna y crítica sobre situaciones sociales y conflictivas que te afecten.
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