Apocalipsis 21
CVA
Domingo, 9 de marzo de 2014
BUSCAR LUZ
EN TIEMPOS OSCUROS
Plan de oración con el Apocalipsis
21. Ap 1,9-20
Introducción:
Lo humano se pierde, a veces, en la jungla de la inhumanidad, de la superficialidad, del despiste, del desamor. Lo humano tiende a perderse fácilmente, de tan frágil que es. A veces hasta la misma religión constituye un oscurecimiento y una pérdida de lo humano, aunque debería ser su gran aliada. Por eso, una de las grandes tareas de la vida es recuperar lo humano, repescarlo, ponerlo otra vez delante, hacerlo brillar. Quienes se empeñan en que lo humano cuente son los grandes benefactores de la sociedad, aunque no se lo reconozcan. Para darse a la tarea de recuperar lo humano hay que estar deslumbrado por su humilde hermosura. Así es, quien menosprecia la vida, quien se escandaliza de su pobreza, quien pisotea la vida de los sencillos, ¿cómo va a dedicarse a recuperar lo humano? Por el contrario, quien se enamora de la vida, quien es sensible a la historia de los rostros y los corazones, quien ama lo pequeño, tratará lo humano con delicadeza y lo recuperará con más facilidad allí donde más perdido se halla.
Es que en el pasaje extraño que tenemos esta semana toda la parafernalia religiosa no logra oscurecer la más evidente verdad: la figura central es UNA FIGURA HUMANA. Es cierto que todo el folló que el autor monta en torno a ella parece que la engulle. Pero, al final, la figura humana es el corazón de la descripción. No habrá montaje religioso que pueda con ella, nadie podrá desvirtuar su más elemental componente: es humana, pertenece a lo humano y desde ahí habrá de ser entendida. Es como si el vidente dijera: no olvidéis que vuestra fe se asienta sobre una figura humana, sobre el valor básico de lo humano. La humanidad como base de la experiencia cristiana.
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Texto:
9Yo, Juan, hermano vuestro, que comparto con vosotros la lucha, el linaje real y la constancia cristiana, me encontraba en la isla de Patmos para proclamar el mensaje de Dios y dar testimonio de Jesús. 10Un domingo me arrebató el Espíritu y oí a mis espaldas una voz vibrante, como una trompeta que decía: 11”Lo que vas a ver, escríbelo en un libro y mándalo a las siete iglesias: Éfeso, Esmira, Pérgamo, Tiatira, Sardis, Filadelfia y Laodicea”.
12Me volví para ver de quién era la voz que me hablaba; al volverme vi siete candelabros de oro 13y en medio de los candelabros una figura humana vestida de túnica talar con una faja dorada a la altura del pecho. 14El pelo de su cabeza era blanco como lana, como nieve; sus ojos llameaban, 15sus pies parecían bronce incandescente (Dn 10,5-6) en la fragua y era su voz como el estruendo del océano. 16Con la mano derecha sostenía siete estrellas, de su boca salía una espada aguda de dos filos y su semblante resplandecía como el sol en plena fuerza.
17Al verlo caí a sus pies como muerto. Él puso su diestra sobre mí, diciéndome: “No temas, yo soy el primero y el último, 18el que vive. Estuve muerto, pero como ves estoy vivo por los siglos de los siglos y tengo las llaves de la muerte y del abismo. 19Escribe esto que has visto: lo que está sucediendo y lo que va a suceder después. 20Este es el simbolismo de las siete estrellas que viste en mi diestra y de los siete candelabros de oro: las siete estrellas significan los ángeles de las siete iglesias; los siete candelabros, las siete iglesias.
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La luz de la vida:
Esta simpática foto muestra a un voluntario payaso en un campo de refugiados en Siria. Mediante cosas sencillas lleva un poco de alegría a la vida atribulada de los niños desplazados. En el lugar mismo de lo inhumano florece la humilde planta del gozo por vivir. Es una metáfora que habla de posibilidad, de caminos abiertos, de horizontes que no se nublan nunca del todo. Por eso, acentuar lo humano es abrir caminos a la esperanza.
Oramos: Que sembremos humanidad para sembrar esperanza; que abramos horizontes a la vida siendo simplemente humanos; que seamos justos y humanos a la vez.
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La luz que es Jesús:
La religión envuelve lo humano en el temor. Con eso lo destruye. Por eso, la figura humana del pasaje dice: “No temas”. Lo humano solamente se puede entender desde el no temor, desde la confianza. Jesús quiere devolver esa confianza en lo humano. En El Evangelio dice muchas veces “no temas”. El suyo es un mensaje de confianza en lo humano, por débil y pobre que se quiera.
Oramos: Que nunca nos apeemos de lo humano; que siempre mantengamos la prioridad de lo humano; que crezca en nosotros el gozo de ser humanos.
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La luz que viene de la sociedad:
Lo humano queda desplazado por intereses desalmados, espurios. Es más importante mi interés que el triunfo de lo humano. Pero la sociedad, la parte buena de la sociedad, siempre valorará el camino de lo humano, la senda del corazón. Hay en el fondo de muchas personas un sentido de la bondad que les hace valorar los caminos humanos de manera sencilla y directa. De ahí que quien se empeñe en enturbiar las sendas de lo humano está abocado al fracaso.
Oramos: Que nada enturbie en nosotros la hermosura de lo humano; que apreciemos la bondad del corazón ante todo; que creamos en un día de humanidad y de gozo.
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La luz que aporta la comunidad virtual:
Como en otras ocasiones, hay que decir aquí también que uno de los mejores frutos del contacto con la Palabra es, justamente, hacernos más humanos. Quizá el avance es en pequeñas cosas, tanto que, a veces, ni nos damos cuenta. Pero, en realidad, el contacto con el Mensaje desde una perspectiva humanizadora enriquece el caminar humano. Cuanto más orantes, cuanto más ceñida nuestra vida a la Palabra, más humanos. La humanidad creciente es test para medir nuestra buena comprensión del texto bíblico.
Oramos: Que la Palabra nos humanice; que la Palabra haga más amado el camino humano; que la Palabra ablande nuestras inhumanidades.
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Palabras de luz:
Yo quisiera poder aplacar una fiera terrible Yo
quisiera poder transformar tanta cosa imposible Yo
quisiera decir tantas cosas que pudieran hacerme
sertir bien conmigo Yo quisiera poder abrazar mi
mayor enemigo
Yo quisiera no ver tantas nubes oscuras arriba
Navegar sin hallar tantas manchas de aceite en los
mares Y ballenas desapareciendo por falta de
escrúpulos comerciales Yo quisiera ser
civilizado como los animales Lá, lá,
lá, lá... Yo quisiera ser civilizados
como los animales.
Yo quisiera no ver tanto verde en la tierra
muriendo Y en las aguas del río los peces
desapareciendo Yo quisiera gritar que ese tal oro
negro no es más que un negro veneno Ya
sabemos que por todo eso vivimos ya menos
Yo no puedo aceptar ciertas cosas que ya no
comprendo El comercio de armas de guerra de
muertes viviendo Yo quisiera hablar de
alegría en vez de tristeza mas no soy capaz
Yo quisiera ser civilizado como los animales
Yo
quisiera ser civilizado como los animales
Yo
quisiera ser civilizados como los animales
Yo no estoy contra el progreso si existiera un
buen consenso Errores no corrigen otros eso es lo
que pienso Yo no estoy contra el progreso si
existiera un buen consenso Errores no corrigen
otros eso es lo que pienso
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Para estos días:
Intenta esta semana tener una actitud explícita de aprecio de lo humano que te encuentras en tu camino cotidiano.
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