Blogia
FIAIZ

Juan 123

CVJ 

Domingo, 11 de noviembre de 2012

 

VIDA ACOMPAÑADA

 Plan de oración con el Evangelio de Juan

 

123. Jn 18,33-38a

 

Introducción:

 

La dura y persistente crisis en la que está inmersa nuestra sociedad, el tremendo y pavoroso escenario del paro, de los desahucios, la carencia de medios para la solidaridad social, etc., llevan a concluir a muchos ciudadanos que no hay salida. Todo parece conjurarse para llevarnos a un desaliento grande y, peor todavía, a una rara resignación que se traduce en una apatía, en un dar por supuesto que esto no tiene ningún arreglo. Sin embargo hay personas que, tenaz y utópicamente, siguen creyendo que esto no es totalmente así, que, en medio del naufragio, tiene que haber una salida. Y se esfuerzan por encontrarla. Incluso los hay que trabajan por encontrar una salida para los demás, no para ellos mismos. Son admirables. Porque cuando se hace algo para ayudar a que otro, uno más débil que yo, encuentre salida, en realidad, estamos haciendo un bien al conjunto, incluso a uno mismo. Este certeza de que cuando el débil gana yo también gano es, por raro que parezca, un dinamismo que puede ayudar a despejar el horizonte lleno de nubarrones de nuestra sociedad.

                Decimos esto porque en el texto de hoy Jesús dice que lo suyo es “dar testimonio a favor de la verdad”. ¿De qué verdad habla? Ciertamente no de la verdad teológica, o filosófica o, incluso, científica. Se refiere a la verdad honda de que la vida tiene un horizonte de dicha, que lo nuestro tiene salida, de que la historia está llamada a la alegría, de que la justicia brillará en todo su esplendor. El esfuerzo de Jesús es dar testimonio de esta verdad elemental: nuestra vida tiene sentido y está llamada a ser plena y gozosa. Por esa “verdad” ha empeñado su vida y no ha dudado en afrontar una muerte deshonrosa. Ha sido de quienes ayudando a dar sentido y salida a la vida de otros los ha encontrado para sí mismo: “Rebajándose…Dios lo exaltó”, dirá san Pablo. Abriendo horizonte (aunque le haya costado la vida) ha encontrado el gozo mayor y nos ha hecho ver que hay salida para lo nuestro.

 

***

Texto:

 

33Entró otra vez Pilato en el Pretorio, llamó a Jesús y le dijo:

                -¿Eres tú el rey de los judíos?

                34Jesús le contestó:

                -¿Dices eso por tu cuenta o te lo han dicho otros de mí?

                35Pilato replicó:

                -¿Acaso soy yo judío? Tu gente y los sumos sacerdotes te han entregado a mí; ¿qué has hecho?

36Jesús le contestó:

                -Mi realeza no es del mundo. Si mi realeza fuera del mundo, mi guardia habría luchado para que no cayera en manos de los judíos. Pero mi realeza no es de aquí.

37Pilato le dijo:

                -Con que, ¿tú eres rey?

Jesús le contestó:

                -Tú lo dices: Soy rey. Yo para esto he nacido y he venido al mundo; para ser testigo de la verdad. Todo el que es de la verdad escucha mi voz.

38aPilato le dijo:

                -Y, ¿qué es verdad?

 

***

 

 

 

 

 

 

 

 

Ventana abierta:

 

 

Estas monjas son las clarisas de Ávila, una sencilla comunidad franciscana contemplativa. Ellas han creído que, además de rezar por los parados, tenían que hacer algo concreto. Han puesto una parte de sus ahorros a funcionar en forma de microcréditos para gente en apuros del barrio. La trabajadora social del mismo es la que gestiona el dinero. El resultado ha sido positivo: muchos casos se resuelven, el dinero se devuelve, la gente aporta dinero a ese fondo de socorro. Quizá pueda parecer que no es propio de una comunidad contemplativa andar en estas; pero han hecho lo mismo que Jesús: intentar abrir camino a quien se le cierran las puertas, dar testimonio de la verdad evangélica de que los humanos tenemos salida.

                Oramos: Gracias, Señor, por quienes se preocupan por los débiles y les abren horizontes; gracias por quienes se sienten solidarios con quien busca; gracias por quien valora el esfuerzo de abrirse camino con medios humildes.

 

***

 

Desde la persona de Jesús:

 

                Dice Jesús que su reino “no pertenece al orden éste”. O sea, que para que sea efectiva la certeza de que hay salida para la vida hay que alejarse del “orden éste”, hay que abandonar, lo más posible, toda connivencia con el sistema opresor que cierra el horizonte a la vida de los débiles. Eso ha de traducirse hoy por un consumo responsable, por entrar en la espiritualidad del decrecimiento, por una austeridad efectiva, por un no poner el pie donde lo ponen los grandes opresores de lo humano (bancos, grandes centros comerciales, lugares de explotación, etc.).

                Oramos: Gracias, Señor, por no haberte dejado arrastrar por quienes dominan y explotan; gracias porque te has mantenido insobornable ante el sistema; gracias por tu pobreza que da veracidad a tus palabras.

 

***

 

Ahondamiento personal:

 

Jesús insta en este pasaje a “escuchar la voz de la verdad”, a hacer un hueco en la vida a esa verdad de que todos los humanos tenemos derecho a una salida, a la dicha, a la justicia. Quien hace algo por esto, escucha la verdad. Porque la gran verdad del creyente no son las verdades religiosas o similares, sino la verdad sencilla y básica inscrita por Dios en el corazón de la realidad de que toda criatura tiene derecho a vivir, a ser dichosa, a plenificarse.

                Oramos: Que creamos que el derecho a vivir y a dar vida es la gran vocación  que Dios nos ha dado; que pensemos que vivir en la verdad es lo mismo que vivir en la solidaridad con el débil; que nos alegremos de que el Padre haya sembrado el anhelo de dicha en el corazón de lo creado.

               

***

 

Desde la comunidad virtual:

 

                La comunidad virtual puede aportar su granito de arena para que el logro de un horizonte de dicha se haga presente en nuestra vida. Eso puede hacerlo, además de en pequeños gestos de amistad, con el trabajo orante. Efectivamente: orar con la Palabra no es únicamente un trabajo espiritual; es, además, la aportación de la espiritualidad cultivada al horizonte de la dicha. Porque una persona más espiritual es, un poco, una persona más dichosa, ya que su interior está trabajado y cuidado.

                Oramos: Que nos cuidemos volcándonos poco a poco sobre la Palabra; que nos ayudemos a construir horizonte potenciando nuestra espiritualidad; que nos ayudemos a ser personas de interior cultivado.

 

***

 

Poetización:

 

No era fácil entenderle.

hablaba de un reino que no era tal,

de una manera ser rey

que nada tenía que ver

con los modos al uso.

Por eso, cuando le preguntaron

cómo era su realeza

dijo que lo suyo era

dar testimonio de una verdad.

No se refería a la verdad de los sabios,

muchas veces hinchada de orgullo;

ni a la verdad de los políticos,

llena de contradicciones y mentiras;

ni a la verdad de los religiosas,

llenas con frecuencia de hipocresías.

Se refería a la verdad de su Padre

que era bien sencilla:

la vida humana tiene horizonte,

lo nuestro tiene salida,

estamos llamados a la dicha,

nos aguarda una plenitud.

Lo había aprendido del mismo Padre

porque si Él había hecho suya

nuestra historia,

si Él nos acompañaba

hasta poner su éxito

en nuestro éxito,

¿cómo esta vida nuestra

iba a estar sin salida;

cómo nuestros caminos

iban a llevar al extravío;

cómo no habíamos de sentir

el calor de un abrazo grande?

Por esta peculiar verdad

dio su vida

y no le importó

morir en un palo indigno.

Hasta ese punto

estaba seguro

del valor de su verdad.

 

***

 

Para esta semana:

 

Trata esta semana de contribuir, siquiera con una buena palabra, a que l horizonte de un débil se ilumine un poco.

 

***

 

0 comentarios