Blogia
FIAIZ

Juan 45

CVJ

Domingo, 9 de mayo de 2010

 

VIDA ACOMPAÑADA

 Plan de oración con el Evangelio de Juan

 

45. Jn 7,37-39

 

Introducción:

 

                No es igual beber sin más que beber con sed. A veces el médico nos manda beber porque es bueno para el riñón; le hacemos caso y bebemos aunque no tengamos sed, pero nos cuesta mucho meternos una botella de agua al día. Sin embargo, cuando la sed nos abrasa, bebemos mucho y con gana. Hay personas que "beben" su vida sin sed, pasando de todo, sin dar importancia a lo que les sucede, situándose en maneras superficiales. Pero hay otras que la beben "a borbotones", con verdadero anhelo, con deseo insaciable, con sed. Vivir con sed es una manera honda de vivir, apurando las posibilidades de la vida y del amor. Hermosa manera de vivir.

                A ese tipo de sed alude el evangelio de esta semana. Jesús grita su mayor oferta: quien tenga sed que venga a él para beber. Jesús es para quien tiene sed. El mecanismo religioso ha apagado esa sed y ha convertido a Jesús en una bebida que cuesta tragar, en una doctrina, en un corpus de mandamientos. Nada que ver con el agua que es su propuesta para quien tiene sed. La propuesta de Jesús debería llevar como subtítulo "para gente sedienta" (imagínate que ese subtítulo está en el libro de los Evangelios). Y es verdad: beber sin sed a Jesús empobrecerlo, como es empobrecer la vida beberla sin sed. Ambas cosas van por caminos muy similares.

***

 

 

Texto:

 

                        37El último día, el más solemne de las fiestas, Jesús en pie gritaba:

                -El que tenga sed, que venga a mí; el que cree en mí, que beba. 38Como dice la Escritura: de sus entrañas manarán torrentes de agua viva.

                        39Decía esto refiriéndose al Espíritu, que habían de recibir los que creyeran en él. Todavía no se había dado el Espíritu, porque Jesús no había sido glorificado.

 

***

 

Ventana abierta:

 

 

                Quisiéramos haber puesto aquí una foto de Betty Cariño Trujillo, una mexicana que fue abatida el mes pasado cuando llevaba víveres a su etnia rural. Hay un vídeo impresionante que se ha difundido por la red (lo puedes ver poniendo su nombre en Google). Una mujer humilde pero valiente, que decidió un día vivir la vida con justicia y con sed, sin temer a las consecuencias ("Nos tienen miedo, porque no tenemos miedo", decía). El poder la suprimió, pero su sed de justicia e igualdad no pueden borrarla de la historia., Queda ahí, en su fondo. Debemos mucho a quienes viven la pasión de la justicia con sed. Son como Jesús.

                Oramos: Gracias, Señor, por quienes viven con pasión la vida; gracias por quienes viven con pasión la justicia; gracias por quienes tienen sed inapagable de humanidad.

***

 

Desde la persona de Jesús:

 

                Jesús decía que quien creyera en él había de hacerlo como quien bebe cuando tiene sed. La sed de Jesús es imprescindible para una fe viva. Nos han dado a Jesús en modos de poca sed, de poco anhelo. Es preciso establecer otra estrategia: ilusionarse con él, emocionarse con él, no cansarse de mirarle, valorar profundamente sus comportamientos, entender sus planteamientos, hacerlo centro de mis maneras de ver la vida, entenderlo como compañero indefectible por encima de nuestros fallos, creer que vive cerca, creer que ama siempre. Una estrategia para beber a Jesús con sed. Eso nos hace falta más que catequesis.

                Oramos: Que te bebamos con sed, Señor; que te amemos con pasión; que te sintamos con vida.

 

***

 

Ahondamiento personal:

 

                Dice el texto que de las entrañas de quien cree en Jesús manarán torrentes de agua viva. ¿Cómo tener unas entrañas tan fecundas? A base de ternura y de comprensión. Son valores humildes pero hacen que las entrañas no solamente no se sequen (unas entrañas "secas" nunca pueden engendrar), sino que, además, puedan ser manantial de amor, de simple amor. La ternura, la comprensión, el cuidado son el alimento de los "ríos interiores" de esos caudales que dan lo mejor de uno/a mismo/a y que pueden alimentar a otras personas. A esta clase de "torrentes de agua viva" (tan humildes y tan necesarios).

                Oramos: Que la ternura anide en nuestro interior; que la benignidad nos acompañe; que el amor surja siempre a raudales en nuestro caminar.

 

***

 

 

 

 

Desde la comunidad virtual:

 

                Quizá sin darnos cuenta estamos ayudándonos en la comunidad virtual a aumentar un poco nuestra sed de Jesús. No sabemos bien qué gran favor nos hacemos porque estamos apoyando los cimientos de una verdadera adhesión. Hemos tenido en nuestra vida muchos "catequistas", muy buenos algunos de ellos, pero activadores de la sed de Jesús no tantos. Por eso, nosotros, en nuestras maneras limitadas, nos estamos contagiando estos años un aprecio sincero por la persona de Jesús. Nos estamos haciendo mucho bien, quizá sin percatarnos de ello.

                Oramos: Agradecemos a Dios que nos contagiemos la sed de Jesús; le agradecemos que seamos mediación para crecer en adhesión; le agradecemos la posibilidad que está siendo este largo recorrido para beber a Jesús con sed.

 

***

 

Para orar:

Dios mío, yo te busco y no te encuentro; sed de ti tiene mi pobre y alocado corazón; te busco y me siento con frecuencia defraudado, porque mi alma se levanta como tierra reseca, sin agua.

Tengo sed de ti: de tu amor y lealtad sinceros.
Tengo sed de ti: de tu verdad y sinceridad.
Tengo sed de ti: de tu amor y misericordia.

Te busco
como la flor tiende al sol por la mañana;
te busco como el río se alarga hasta el mar;
te busco como la semilla crece y camina en libertad;
te busco como el niño chiquito
busca la protección de su madre.

Empapa, oh Dios mío,
mi corazón de tu bondad;
rocíame con la lluvia suave de tu ternura;
deja caer tu amor sobre mí como rocío de la mañana;
y abre mis labios para que te sepan dar gracias.

Líbrame, Señor, de los ídolos que gritan mercancías, baratijas, saldos viejos, hojarasca; líbrame, Señor de los dioses que se disputan mi existencia y que buscan manipular mi vida.

Oh Dios, mi corazón joven te busca,
fascinado y apasionado,
porque sólo en ti hay respuesta a lo largo del camino.

Tengo sed de ti, de tu pan y de tu palabra de vida;
tengo sed de ti, de la verdad de tu evangelio;
tengo sed de ti, el único que puede saciar mi sed.
Dame, Señor, de tu agua
para que nunca más vuelva a tener sed.

 

***

 

0 comentarios