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FIAIZ

Juan 37

CVJ

Domingo, 14 de marzo de 2010

 

VIDA ACOMPAÑADA

 Plan de oración con el Evangelio de Juan

 

37. Jn 6,60-65

 

 

Introducción:

 

Estamos "hartitos" de oír hablar de la crisis económica. Pero hay crisis peores: son las crisis internas, personales, del corazón, del sentido, de las entretelas de uno/a. Esas crisis nos zarandean, dejan huella en el alma, nos conforman. ¿Cómo "solucionar" ese tipo crisis? A base de humanidad. Los comportamientos humanos, humanizadores, no solucionan las crisis (a veces no parecen tener solución) pero las iluminan, las resitúan, las sosiegan, las aclaran. Y eso no es poco. Porque el más hondo desasosiego se apodera nosotros no tanto porque no solucionamos nuestras crisis, sino porque no las encajamos bien.

                Jesús propone superar la crisis adhiriéndose a los valores evangélicos. ¿Serán medida suficiente para unos discípulos que buscan otra cosa, más eficacia, más poder, más realismo? Parece que a duras penas lo fue, aunque al menos un grupo siguió con él. Pero la mordedura de la crisis siempre les acompañó, porque siempre les acompañó la pregunta de si los trabajos por humanizar la vida (esos son los trabajos de Jesús, los del Evangelio) servían para algo. Lo hemos dicho muchas veces: los mecanismos del Evangelio son simples (simplistas, dicen algunos) pero es preciso ver si funcionan o no. Uno de esos mecanismos es éste: ¿quieres tener menos crisis internas o, al menos, más controladas? Funciona con humanidad; una actitud humanizadora ayuda mucho a entender nuestras crisis, a encajarlas, a convivir pacientemente con ellas, quizá a solucionarlas. Lo humano, el corazón sensible y acogedor, es medicina contra muchas de nuestras limitaciones históricas. ¿Es creíble este planteamiento tan ingenuo? Ponlo en práctica y verás.

 

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Texto:

 

                        60Muchos discípulos de Jesús, al oírlo, dijeron:

                -Este modo de hablar es inaceptable, ¿quién puede darle oídos?

                        61Percibiendo Jesús que sus discípulos lo criticaban les dijo:

                -¿Esto os hace vacilar?, 62¿y si vierais al Hijo del Hombre subir a donde estaba antes? 63El Espíritu es quien da la vida; la carne no sirve de nada. Las exigentes palabras que os he dicho son espíritu y vida. 64Y con todo, algunos de vosotros no creen.

                (Pues Jesús sabía desde el principio quiénes no creían y quién lo iba a entregar).

                        65Y añadió:

                - Por eso os he dicho que nadie puede venir a mí si el Padre no se lo concede.

 

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Ventana abierta:

 

                Este muchacho es Ibrahima, un africano que, por vender en el top manta ha sido llevado a la cárcel de Zuera (Zaragoza) y afronta una orden de expulsión. Quienes le conocen dicen que es la bondad personificada. Y dicen también que tiene una gran capacidad de superación. Su dura vida le ha llevado a ser correoso y tenaz. Son personas capaces de superar duras crisis, no solamente la económica (que ya es mucho), sino la personal, sufriendo persecución en una tierra que no es la suya, preguntándose una y mil veces qué hacen aquí. La ayuda de sus amigos y su propia fuerza le llevarán a superar esta injusta crisis.

                Oramos: Gracias, Señor, por quienes se ocupan de los débiles; gracias por la fuerza que anida en los perseguidos; gracias por la tenacidad de quien quiere vivir.

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Desde la persona de Jesús:

 

                Como argumento máximo para creer que una actitud humanizadora y generosa es la mejor, Jesús dice que él ha estado "junto al Padre". Es decir: la más honda espiritualidad de Jesús, su sentido más verdadero, tan verdadero que es el mismo sentir de Dios, es que se comparta y así llegue para todos (multiplicación de los panes). Esa fe en la utopía del compartir es la que tienen el Padre y Jesús. Por eso están "juntos", en el mismo ámbito. Si creemos en un Jesús de honda espiritualidad (hijo de Dios, decimos), habría que dar crédito a sus sueños y utopías.

                Oramos: Gracias, Señor, por estar junto a un Padre generoso; gracias por estar junto a un Padre que comparte; gracias por estar junto a un Padre que se entrega a la historia.

 

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Ahondamiento personal:

 

El texto que leemos desvela la reacción de un profundo rechazo a los caminos del humilde compartir porque se anhelan las sendas del poder y del dominio. El rechazo de los caminos de humanidad por inservibles, improductivos, áridos, lentos, etc., suele ser normal. Pero si no queremos situarnos en el rechazo (rechazo de nosotros mismos, de los demás, del mismo Jesús) es preciso encarar los planteamientos humanizadores del humilde compartir como una "solución". Para pensarlo.

Oramos: Que valoremos los caminos del humilde compartir; que no rechacemos a quien hace de su vida una casa abierta y ofrecida; que nos interesen los caminos humanos que hablan de solidaridad y amparo.

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Desde la comunidad virtual:

 

                Aunque nuestro objetivo no sea específicamente ése, en la comunidad virtual podemos ayudarnos en nuestras crisis de humanidad, incluso en nuestras sencillas y cotidianas crisis personales. La escucha, la acogida, el diálogo sosegado, la disposición a echar una mano, la pequeña ayuda puntual, etc., aunque parezca que son cosas de poca monta, valen lo suyo. Las crisis mejoran mucho con estos simples mecanismos. La misma oración con la Palabra se constituye así en una terapia de indudable eficacia. Son las ventajas de la "comunidad".

                Oramos: Gracias, Señor, por quien nos escucha; gracias por quien nos acoge; gracias por quien nos echa una mano; gracias por quien habla fraternamente con nosotros/as.

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Para orar:

 

"No sentirte Señor
es morir por dentro.
quedarse sin tu luz,
vivir en un tormento.
No tenerte Señor,
es vivir con dolor el tiempo,
vivir sin saber que hay
un amigo eterno.

No hablarte Señor
es estar en silencio
estar siempre solo
no tener ningún consuelo.
Sentirte, tenerte, hablarte, Señor,
es sentir por dentro,
que no soy yo quien vive,
sino que Tú en mí estas viviendo".

(Carmen Garrido González).

 

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