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FIAIZ

Filipenses 3

CVF 

Domingo 12 de octubre de 2014

 

VOLVER A JESÚS

 Plan de oración con Filipenses

 

3. 1,21-26

 

Introducción:

 

                Uno de los fenómenos sociales más estremecedores es el que podríamos denominar como “la conciencia aislada”. Se da cuando uno se sitúa en la vida como único centro, como si no existiera más que él y sus intereses, como si lo que está fuera y los que están ahí (sobre todo los frágiles) no fueran de mi incumbencia. Esto puede llegar a situaciones límite: me beneficio yo, me alegro yo, me va bien a mí, el resto no me interesa. Se ha aislado la conciencia. No hay manera de romper esta dialéctica más que a base de generosidad, de mirar en la dirección del otro, de creer que cuando doy yo también gano. Es difícil cuando el aislamiento ha llegado a enquistarse. Por eso mismo, hay que prevenirlo.

                Pablo es uno que, como muestra el texto que traemos a la reflexión y a la oración ha sido muy generoso con los de Filipos porque ellos también han  sido generosos con Pablo. De tal manera que éste, ya viejo y en la cárcel, sueña con acabar este camino y estar con Jesús. Pero está dispuesto a seguir lo que haga falta con los filipenses si ellos se van a beneficiar. Saber Pablo que él también saldrá enriquecido. Es una conciencia relacionada, no aislada, la suya. Si no hubieran mediado comportamientos de generosidad, esto habría sido probablemente imposible.

 

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Texto:

 

22 Pero si la vida en este cuerpo me permite seguir trabajando fructuosamente, ya no sé qué elegir. 23 Me siento urgido de ambas partes: deseo irme para estar con Cristo, porque es mucho mejor, 24 pero por vuestro bien es preferible que permanezca en este cuerpo. 25 Tengo la plena convicción de que me quedaré y permaneceré junto a todos vosotros, para que progreséis yos  alegréis en la fe.

 

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La sociedad nos ayuda a volver a Jesús:

 

 

            Una foto sobre el ébola que, por desgracia, puede parecer anodina. Pero se refiere a un artículo de la prensa donde se dice que 20 médicos del movimiento Médicos sin Fronteras se han infectado en África con el virus del ébola en el cuidado a los infectados de esta grave enfermedad. Son personas de la máxima generosidad. No conoceremos sus nombres, pero son los hermanos más generosos de la humanidad, capaces de dar hasta su vida por un ideal humanitario. Nunca se lo pagaremos.

                Oramos: Que agradezcamos a quienes se entregan; que agradezcamos más a quienes no piensan en ellos a la hora de amar; que agradezcamos sobre todo a quienes ofrecen su vida.

 

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Volver al Jesús del Evangelio:

 

                Dice el Evangelio cuando habla del bautismo de Jesús que éste “en un bautismo en masa” se acercó a recibir el bautismo de Juan. Entre la masa, como uno más, como alguien que dice cómo va a ser su mesianismo: una oferta al pueblo, no un modo de enriquecimiento personal; una ofrenda a los débiles, no un camino de gloria para él mismo; un darse sin reserva ninguna, no un acumular riquezas u honores para sí. La verdadera vocación de Jesús es darse al pueblo porque se siente hondamente pueblo, hondamente hermano. Su generosidad es el camino de gloria.

                Oramos. Gracias, Señor, por tu imparable generosidad; gracias por mirar en la dirección de los frágiles; gracias por no construir tu gloria a nuestra costa.

                 

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Volver a los valores hondos:

 

                Uno de los valores que habría que recuperar sería el de ampliar la conciencia, relacionarla más. Porque por egoísmo, comodidad o interés, la conciencia tiende a estrecharse, a ceñirse únicamente a los propios intereses de uno mismo. Cuanto más ampliemos la conciencia más posibilidad de relación. Esta ampliación solamente puede darse en la generosidad cotidiana.

                Oramos: Te alabamos, Señor, por quienes van más allá de su egoísmo; te bendecimos por quienes luchan contra la comodidad; te damos gracias por quienes van más allá de sus intereses.

 

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Volvemos a la comunidad:

 

                La oración en común no solamente nos ayuda animar la fe, también nos empuja a salir de nosotros mismos, a ir pensado y viviendo las situaciones del otro un poco como nuestras. Hacerlo con los miembros de la comunidad virtual es un gran paso; ir más allá a ámbitos ciudadanos más amplios, todavía mejor. Este es uno de los buenos frutos de la oración.

                Oramos: Que ampliemos horizontes con los miembros de la comunidad; ampliemos con la familia y la sociedad; que nos interese todo lo humano.

 

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Palabras que alientan:

 

Sólo le pido a Dios
que el dolor no me sea indiferente,
que la reseca muerte no me encuentre
vacío y solo sin haber hecho lo suficiente.

Sólo le pido a Dios
que lo injusto no me sea indiferente,
que no me abofeteen la otra mejilla
después que una garra me arañó esta suerte.

Sólo le pido a Dios
que la guerra no me sea indiferente,
es un monstruo grande y pisa fuerte
toda la pobre inocencia de la gente.

Sólo le pido a Dios
que el engaño no me sea indiferente,
si un traidor puede más que unos cuantos
que esos cuantos no lo olviden fácilmente.

Sólo le pido a Dios
que el futuro no me sea indiferente,
desahuciado está el que tiene que marchar
a vivir una cultura diferente.

Sólo le pido a Dios,
que la guerra no me sea indiferente,
es un monstruo grande y pisa fuerte
toda la pobre inocencia de la gente.

 

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Tu parte:

 

                Intenta ampliar tu horizonte de vida; que lo de más allá de tus intereses te sea valioso.

                              

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