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FIAIZ

COMUNIDAD APOCALIPSIS

Apocalipsis 21

CVA 

Domingo, 9 de marzo de 2014

 

BUSCAR LUZ

EN TIEMPOS OSCUROS

 Plan de oración con el Apocalipsis

 

21. Ap 1,9-20

 

Introducción:

 

                Lo humano se pierde, a veces, en la jungla de la inhumanidad, de la superficialidad, del despiste, del desamor. Lo humano tiende a perderse fácilmente, de tan frágil que es. A veces hasta la misma religión constituye un oscurecimiento y una pérdida de lo humano, aunque debería ser su gran aliada. Por eso, una de las grandes tareas de la vida es recuperar lo humano, repescarlo, ponerlo otra vez delante, hacerlo brillar. Quienes se empeñan en que lo humano cuente son los grandes benefactores de la sociedad, aunque no se lo reconozcan. Para darse a la tarea de recuperar lo humano hay que estar deslumbrado por su humilde hermosura. Así es, quien menosprecia la vida, quien se escandaliza de su pobreza, quien pisotea la vida de los sencillos, ¿cómo va a dedicarse a recuperar lo humano? Por el contrario, quien se enamora de la vida, quien es sensible a la historia de los rostros y los corazones, quien ama lo pequeño, tratará lo humano con delicadeza y lo recuperará con más facilidad allí donde más perdido se halla.

                Es que en el pasaje extraño que tenemos esta semana toda la parafernalia religiosa no logra oscurecer la más evidente verdad: la figura central es UNA FIGURA HUMANA. Es cierto que todo el folló que el autor monta en torno a ella parece que la engulle. Pero, al final, la figura humana es el corazón de la descripción. No habrá montaje religioso que pueda con ella, nadie podrá desvirtuar su más elemental componente: es humana, pertenece a lo humano y desde ahí habrá de ser entendida. Es como si el vidente dijera: no olvidéis que vuestra fe se asienta sobre una figura humana, sobre el valor básico de lo humano. La humanidad como base de la experiencia cristiana.

***

 

Texto:

 

                9Yo, Juan, hermano vuestro, que comparto con vosotros la lucha, el linaje real y la constancia cristiana, me encontraba en la isla de Patmos para proclamar el mensaje de Dios y dar testimonio de Jesús. 10Un domingo me arrebató el Espíritu y oí a mis espaldas una voz vibrante, como una trompeta que decía: 11”Lo que vas a ver, escríbelo en un libro y mándalo a las siete iglesias: Éfeso, Esmira, Pérgamo, Tiatira, Sardis, Filadelfia y Laodicea”.

                12Me volví para ver de quién era la voz que me hablaba; al volverme vi siete candelabros de oro 13y en medio de los candelabros una figura humana vestida de túnica talar con una faja dorada a la altura del pecho. 14El pelo de su cabeza era blanco como lana, como nieve; sus ojos llameaban, 15sus pies parecían bronce incandescente (Dn 10,5-6) en la fragua y era su voz como el estruendo del océano. 16Con la mano derecha sostenía siete estrellas, de su boca salía una espada aguda de dos filos y su semblante resplandecía como el sol en plena fuerza.

                17Al verlo caí a sus pies como muerto. Él puso su diestra sobre mí, diciéndome: “No temas, yo soy el primero y el último, 18el que vive. Estuve muerto, pero como ves estoy vivo por los siglos de los siglos y tengo las llaves de la muerte y del abismo. 19Escribe esto que has visto: lo que está sucediendo y lo que va a suceder después. 20Este es el simbolismo de las siete estrellas que viste en mi diestra y de los siete candelabros de oro: las siete estrellas significan los ángeles de las siete iglesias; los siete candelabros, las siete iglesias.

 

***

 

La luz de la vida:

 

 

                Esta simpática foto muestra a un voluntario payaso en un campo de refugiados en Siria. Mediante cosas sencillas lleva un poco de alegría a la vida atribulada de los niños desplazados. En el lugar mismo de lo inhumano florece la humilde planta del gozo por vivir. Es una metáfora que habla de posibilidad, de caminos abiertos, de horizontes que no se nublan nunca del todo. Por eso, acentuar lo humano es abrir caminos a la esperanza.

                Oramos: Que sembremos humanidad para sembrar esperanza; que abramos horizontes a la vida siendo simplemente humanos; que seamos justos y humanos a la vez.

 

***

 

La  luz que es Jesús:

 

                La religión envuelve lo humano en el temor. Con eso lo destruye. Por eso, la figura humana del pasaje dice: “No temas”. Lo humano solamente se puede entender desde el no temor, desde la confianza. Jesús quiere devolver esa confianza en lo humano. En El Evangelio dice muchas veces “no temas”. El suyo es un mensaje de confianza en lo humano, por débil y pobre que se quiera.

                Oramos: Que nunca nos apeemos de lo humano; que siempre mantengamos la prioridad de lo humano; que crezca en nosotros el gozo de ser humanos.

 

***

 

La luz que viene de la sociedad:

 

                Lo humano queda desplazado por intereses desalmados, espurios. Es más importante mi interés que el triunfo de lo humano. Pero la sociedad, la parte buena de la sociedad, siempre valorará el camino de lo humano, la senda del corazón. Hay en el fondo de muchas personas un sentido de la bondad que les hace valorar los caminos humanos de manera sencilla y directa. De ahí que quien se empeñe en enturbiar las sendas de lo humano está abocado al fracaso.

                Oramos: Que nada enturbie en nosotros la hermosura de lo humano; que apreciemos la bondad del corazón ante todo; que creamos en un día de humanidad y de gozo.

 

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La luz que aporta la comunidad virtual:

 

                Como en otras ocasiones, hay que decir aquí también que uno de los mejores frutos del contacto con la Palabra es, justamente, hacernos más humanos. Quizá el avance es en pequeñas cosas, tanto que, a veces, ni nos damos cuenta. Pero, en realidad, el contacto con el Mensaje desde una perspectiva humanizadora enriquece el caminar humano. Cuanto más orantes, cuanto más ceñida nuestra vida a la Palabra, más humanos. La humanidad creciente es test para medir nuestra buena comprensión del texto bíblico.

                Oramos: Que la Palabra nos humanice; que la Palabra haga más amado el camino humano; que la Palabra ablande nuestras inhumanidades.

 

 

***

 

Palabras de luz:

Yo quisiera poder aplacar una fiera terrible Yo
quisiera poder transformar tanta cosa imposible Yo
quisiera decir tantas cosas que pudieran hacerme
sertir bien conmigo Yo quisiera poder abrazar mi
mayor enemigo

Yo quisiera no ver tantas nubes oscuras arriba
Navegar sin hallar tantas manchas de aceite en los
mares Y ballenas desapareciendo por falta de
escrúpulos comerciales Yo quisiera ser
civilizado como los animales Lá, lá,
lá, lá... Yo quisiera ser civilizados
como los animales.

Yo quisiera no ver tanto verde en la tierra
muriendo Y en las aguas del río los peces
desapareciendo Yo quisiera gritar que ese tal oro
negro no es más que un negro veneno Ya
sabemos que por todo eso vivimos ya menos

Yo no puedo aceptar ciertas cosas que ya no
comprendo El comercio de armas de guerra de
muertes viviendo Yo quisiera hablar de
alegría en vez de tristeza mas no soy capaz
Yo quisiera ser civilizado como los animales
 
Yo
quisiera ser civilizado como los animales

 Yo
quisiera ser civilizados como los animales
Yo no estoy contra el progreso si existiera un
buen consenso Errores no corrigen otros eso es lo
que pienso Yo no estoy contra el progreso si
existiera un buen consenso Errores no corrigen
otros eso es lo que pienso

 

***

 

Para estos días:

 

                Intenta esta semana tener una actitud explícita de aprecio de lo humano que te encuentras en tu camino cotidiano.

 

***

 

Apocalipsis 20

CVA 

Domingo, 2 de marzo de 2014

 

BUSCAR LUZ

EN TIEMPOS OSCUROS

 Plan de oración con el Apocalipsis

 

20. Ap 2,1-7

 

Introducción:

 

                Dicen las canciones amor que los amores primeros son los más dulces y verdaderos, pero son también los primeros que se pierden justamente por eso, por ser primeros. De tal manera que, una vez perdidos, recuperarlos es casi imposible. Por eso, muchos terminamos por dejarlos en el olvido, o en el simple y buen recuerdo de lo que no pudo ser. Sin embargo, por causa de su verdad, porque realmente ahí anidó el amor, quizá merezca la pena recuperarlos pero desde otro lado, desde el lado del mayor desinterés, del respeto, del agradecimiento y, por qué no, desde una amor vivo pero menos egoísta, más sosegado y compartidos, más amable.  Pretender recuperar dando marcha atrás al tiempo, volviendo a aquel punto que abandonamos es poco menos que imposible. Pero recuperar desde un lado más amable, más humano más generoso, sin pretensiones, tal vez no sea tan imposible.

                Es que el texto de esta semana habla de una comunidad que ha abandonado el amor primero, ya no se acuerda del brillo inicial que suscitaba la propuesta cristiana, ha dejado de lado la entrega generosa que provocaba el Evangelio con toda su frescura. La comunidad se cansó y abandonó. Ahora sigue pero de manera renqueante, con paso cansino, si el vigor de un amor vivo. El autor echa en cara a la comunidad tal abandono, pero tampoco da muchas pistas para intentar recuperarlos. Quizá como “vidente” se le da bien el censurar, pero peor el dar pistas de novedad. Había tenido que explotar más el aguante y el no rendirse a la fatiga de esa comunidad. Aún hay vida y verdor en el centro de su tronco.

 

***

 

Texto:

 

            21Al ángel de la iglesia de Éfeso escribe así: esto dice el que tiene las siete estrellas en su diestra y anda entre los siete candelabros de oro: 2Conozco tus obras, tu esfuerzo y tu entereza; sé que no puedes sufrir a los malvados, que pusiste a prueba a esos que se llaman apóstoles sin serlo y hallaste que son unos embusteros. 3Tienes aguante, has sufrido por causa mía y no te has rendido a la fatiga, 4pero tengo en contra tuya que has dejado el amor primero.

            5recuerda de dónde has caído, enmiéndate y vuelve a proceder como al principio; si no, como te enmiendes, vendré a quitar el candelabro de su sitio. 6Es verdad que tienes una cosa a tu favor: aborreces las prácticas de los nicolaítas, que yo también aborrezco.

            7Quien tenga oídos, oiga lo que dice el Espíritu a las iglesias. Al que salga vencedor le daré a comer del árbol de la vida, que está en el jardín de Dios.

 

***

 

 

 

 

 

 

La luz de la vida:

 

 

            Esta foto recoge el momento en que un niño sirio, Marwan, que atravesó el desierto de Siria camino de Jordania él solito, con cuatro años y su bolsa de plástico, es recibido por miembros de ACNUR. Una mujer se inclina hacia él como diciéndole: ¿de dónde sales? Y también con una actitud de abajamiento y cariño. Es el amor básico de lo humano, la ternura por el débil. Eso habría que recuperar siempre como “amor primero”.

                Oramos: Gracias por quienes aman con sencillez; gracias por quienes se inclinan ante el débil; gracias por quienes acompañan lo pasos de los pequeños.

 

***

 

La  luz que es Jesús:

 

                Jesús está siempre recuperando el amor primero que nos tiene. Lo hace en la una entrega continuada, en un estar siempre a favor del camino humano. Es su modo de recuperar el amor que nosotros perdemos, porque el suyo no se pierde. Nos sigue manado como el primer día, acrecienta el respeto, aumenta la dosis de amor, vierte una medida más grande de alegría. Así logra él reorientar esa tendencia nuestra al cansancio, al abandono e incluso a la traición.

                Oramos: Te alabamos, Señor, por tu amor siempre vivo; te bendecimos por tu amor siempre nuevo; te damos gracias por tu amor siempre respetuoso.

 

***

 

La luz que viene de la sociedad:

 

                A veces no nos resulta posible volver “al principio” de un amor, de una relación, de una vivencia, de una obra. Pero sí podemos dejar la puerta abierta para un posible nuevo capítulo en esa relación que no tendrá como finalidad volver a los días pasados (imposible) sino construir un camino nuevo juntos. Al amor de verdad le basta una grieta para renacer y siempre es posible dar con esa pista nueva que nos abra a otros horizontes. Una actitud derrotista que abandona la relación “acabada” no es positiva. Siempre hay resortes. Hay que animarse.

                Oramos: Que creamos en la posibilidad de una nueva relación; que tengamos siempre fe en las posibilidades de renacer; que abramos posibilidades y nunca tendamos a cerrarlas.

 

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La luz que aporta la comunidad virtual:

 

                El camino que vamos recorriendo es largo de años; quizá haya alguna pequeña amenaza de cansancio. No debería ser así por encima de cualquier reducción de número o de cambios que hay que aceptar a lo largo de los años. Siempre hay una pequeña posibilidad de crecer, de alimentarse, de dar con caminos que nos alienten. Esto debería ser suficiente, y el ampro fraterno, para alejar el fantasma del cansancio.

                Oramos: Que no nos pueda nunca el cansancio; que levantemos los hombros con facilidad; que respiremos el aire de lo nuevo.

 

***

 

 

Palabras de luz:

 

Diez años esperó que el árbol seco

floreciera de nuevo.

Diez años con el hacha aguzada y temblorosa,

pero el árbol sólo exhibía sus desnudos brazos,

la percha de la urraca y de los cuervos.

Cortóle al fin, y,

de repente, vio su corazón verde,

borbotón de savia; un año más,

y hubiera florecido.

 

José Jiménez Lozano

 

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Para estos días:

 

Trata de ser benigno estos días con los amores perdidos y ábrete a la relación nueva.

 

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Apocalipsis 19

CVA 

Domingo, 23 de febrero de 2014

 

BUSCAR LUZ

EN TIEMPOS OSCUROS

 Plan de oración con el Apocalipsis

 

19. Ap 2,8-11

 

Introducción:

 

                Esta sociedad del hiperconsumo en la que hemos sido educados, aunque la cosa está llevando su palo con la crisis, nos ha hecho crecer que el mejor sitio para vivir es la abundancia, el despilfarro incluso. Pero no es así. La moderación, la holgada austeridad, el decrecimiento, la economía colaborativa, el buen vivir, etc., son vías que se abren para una nueva manera de situarse en la sociedad. Estamos llegando a la conclusión de que vivir con menos puede contribuir a vivir mejor, que tener un poco menos de dinero y un algo más de relación puede ser beneficioso para la vida. No se trata de instalarse en la pobreza, que no es buena. Se trata de medir los límites de un crecimiento insensato y tratar de ampliar y ahondar en los valores de la relación.

                Es que el texto de esta semana habla de una comunidad que, dentro de la pobreza, ha llegado a ser fuerte, resiliente, firme en sus convicciones de fe y de humanidad. Es que la pobreza con humanidad puede abrir una puerta a otro tipo de convivencia. Lo repetimos, no se trata de consagrar algo que no es bueno, la pobreza. Sino de conjurar el despilfarro, la arrogancia del tener, la falsa seguridad que puede dar la abundancia de dinero, el loco afán de perseguir la felicidad por el camino del tener más. La crisis en la que seguimos estando, por mucho que nos digan que ya hemos salido de ella, nos está llevando, aunque no queramos, a considerar otros tipos de economía o, lo que es lo mismo, otras maneras de estar en el hecho social, otras formas de entender a la persona.

 

***

 

Texto:

 

                8A la iglesia de Esmirna. Escribe así: Esto dice el que es el primero y el último, el que estuvo muerto y volvió a la vida: 9Conozco tu apuro y tu pobreza, y, sin embargo, eres rico; sé también cómo te calumnian esos que se llaman judíos y no son más que sinagoga de Satanás. 10No temas nada de lo que vas a sufrir; el diablo va a meter algunos de vosotros en la cárcel para poneros a prueba, pero vuestro apuro durará diez días. Sé fiel hasta la muerte y te daré la corona de la vida.

                11Quientenga oídos oiga lo que el espíritu dice a las iglesias. El que salga vencedor no será víctima de la muerte segunda.

 

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La luz de la vida:

 

 

                Este muchacho es Antonin Léonard uno de los inventores del llamado consumo colaborativo.  Esto se define como hábitos de vida y consumo que redefinen la sociedad de "lo mío es sólo mío" y la fascinación por el hiperconsumo, apelando -o intentando apelar- a una sociedad más solidaria e inclusiva. Es una manera de situar no tanto en la pobreza sino en un modo de vida económico sostenible, responsable y solidario. Son caminos que se van abriendo hoy y que, por su alto componente de humanidad, habrían de sernos sugerentes.

                Oramos: Gracias por quienes abren caminos de humanidad; gracias por quienes se empeñan en la fraternidad; gracias por quienes alumbran caminos de amparo.

 

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La  luz que es Jesús:

 

                Jesús ha sido el fiel que se ha mantenido sin amargura en un ámbito de pobreza social. No ha ensalzado sin más la pobreza, sino la fuerza de humanidad y el grito de justicia que hay en ella. Por eso su evangelio empuja en la dirección de las pobrezas como lugar de encuentro, más que como una maldición. Quizá por esa fidelidad a un marco social humano, solidario con los empobrecidos y exigente de justicia ha sido “coronado” con la vida.

                Oramos. Te alabamos, Señor, por tu pobreza sin amargura; te bendecimos por tu anhelo insaciable de justicia; te damos gracias por tu empatía con los empobrecidos.

 

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La luz que viene de la sociedad:

 

                Uno de los mejores cauces para mantenerse en una pobreza humanizadora es la espiritualidad del decrecimiento que pretende vivir mejor viviendo con menos. Va contra el dogma neoliberal del crecimiento a ultranza y  considera que los bienes mayores de la persona son la buena relación, la solidaridad y el amor. Son espiritualidades que nos vienen del terreno de lo social, pero que conecta fácilmente con la hondura del Evangelio. La sociedad nos ayuda hoy mucho a traducir los fondos valiosos del Evangelio.   

                Oramos: Que nos atraiga el anhelo de la buena relación; que nos anime la solidaridad de los más entregados; que nos empuje la sociedad a recrear el Evangelio.

 

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La luz que aporta la comunidad virtual:

 

                Una vida simple, una relación directa, un uso de los bienes moderado, una alegría inserta en la buena relación, son valores que usamos y que nuestro trabajo orante potencia. Lo hemos dicho otras veces: la prueba del valor positivo de todo este trabajo es, de algún modo, la mejora, la humanización, de nuestra posición en la sociedad. Cuanto más humanos, más sencillos, mejor relacionados, más cerca del núcleo del Evangelio.

                Oramos: Que nuestra vida sea crecientemente simple; que nuestra relación sea crecientemente humana; que nuestra alegría sea crecientemente limpia.

 

 

***

 

Palabras de luz:

 

Llamar al pan y que aparezca

sobre el mantel el pan de cada día;

darle al sudor lo suyo y darle al sueño

y al breve paraíso y al infierno

y al cuerpo y al minuto lo que piden;

reír como el mar ríe, el viento ríe,

sin que la risa suene a vidrios rotos;

beber y en la embriaguez asir la vida,

bailar el baile sin perder el paso,

tocar la mano de un desconocido

en un día de piedra y agonía

y que esa mano tenga la firmeza

que no tuvo la mano del amigo;

probar la soledad sin que el vinagre

haga torcer mi boca, ni repita

mis muecas el espejo, ni el silencio

se erice con los dientes que rechinan:

estas cuatro paredes -papel, yeso,

alfombra rala y foco amarillento-

no son aún el prometido infierno;

que no me duela más aquel deseo,

helado por el miedo, llaga fría,

quemadura de labios no besados:

el agua clara nunca se detiene

y hay frutas que se caen de maduras;

saber partir el pan y repartirlo,

el pan de una verdad común a todos,

verdad de pan que a todos nos sustenta,

por cuya levadura soy un hombre,

un semejante entre mis semejantes;

pelear por la vida de los vivos,

dar la vida a los vivos, a la vida,

y enterrar a los muertos y olvidarlos

como la tierra los olvida: en frutos…

Y que a la hora de mi muerte logre

morir como los hombres y me alcance

el perdón y la vida perdurable

del polvo, de los frutos y del polvo.

 

Octavio Paz

 

***

 

Para estos días:

 

                Intenta moderar tus ansias de tener y potencia tu relación dedicando más tiempo a las personas con las que convives.

 

 

Apocalipsis 18

CVA 

Domingo 16 de febrero de 2014

 

BUSCAR LUZ

EN TIEMPOS OSCUROS

 Plan de oración con el Apocalipsis

 

18. Ap 2,12-17

 

Introducción:

 

                Casi cada día se presentan ante la vista noticias de intolerancia religiosa. Generalmente las situamos en los países islámicos; pero, en los nuestros, también existen los “talibanes”. No les falta del todo la razón a quienes aseguran que las religiones han hecho al mundo mucho más mal que bien y que han sido la cusa de mortandades inmensas. Siempre hay que matizar, pero los hechos están ahí. La muerte de una persona por causas religiosas es el fracaso mayor de cualquier religión. Éstas tienen sentido con la fraternidad; si se rompe la fraternidad la religión ha fracasado. Por eso mismo, por su intolerancia, a las religiones les acompaña su fracaso.

                Es que, mirémoslo como lo miremos, el vidente del Apocalipsis es alguien envuelto en la intolerancia religiosa. Es verdad que felicita a la iglesia de Pérgamo por “mantenerte conmigo”, por seguir las huellas de Jesús. Pero no tolera más doctrina que la suya, por esono ni la secta de Balaán, ni los nicolaítas y sus prácticas festivas son lugar recomendable para los cristianos. Quizá se pueda interpretar el v.17 desde el lado del teólogo: Dios dará un maná escondido y un guijarro blanco con un nombre grabado a quien se mantenga con Jesús. Esos dos regalos (maná escondido y guijarro blanco con nombre oculto) son signo del amor que Dios da y que se mantiene en lo oculto, en lo profundo, más allá de lo externo de las diversas religiones. Por eso, el problema no es a qué religión perteneces sino cómo andas de amor. Porque si andas bien de amor, tu religión tiene sentido; y no andas bien de amor, tu religión no tiene sentido, aunque la creas verdadera.

 

***

 

Texto:

 

                12Al ángel de la iglesia de Pérgamo escribe así: Esto dice el que tiene la espada aguda de dos filos: 13Sé dónde habitas, donde Satanás tiene su trono. A pesar de eso, te mantienes conmigo, y no regeneraste de mi fe ni siquiera cuando a Antipas, mi testigo fiel, lo mataron en vuestra ciudad, morada de Satanás. 14Tengo, sin embargo, algo en contra tuya: tienes ahí algunos que profesan la doctrina de Balaán, el que enseñó a Balaac a tentar a los israelitas incitándolos a participar en banquetes idolátricos y a fornicar. 15Además otra cosa: también tú tienes algunos que profesan la doctrina de los nicolaítas.

                16A ver si te enmiendas, que si no iré enseguida y los combatiré con la espada de mi boca.

                17Quien tenga oídos, oiga lo que el Espíritu dice a las iglesias.

                Al que salga vencedor le daré maná escondido y le daré también un guijarro blanco; el guijarro lleva escrito un nombre nuevo que sólo sabe el que lo recibe.

 

***

 

La luz de la vida:

 

 

            Esta foto recoge una manifestación antiabortistas de las que abundan en estos tiempos. Nos llama la atención esas dos religiosas mayores, conservadoras por el aspecto de su atuendo. Posiblemente ellas de adhieren a esa postura por razones “religiosas” (de moral religiosa). ¿Ha de ser esa la posición de un creyente en Jesús? ¿No habría de ser, más bien, buscar la “tercera vía” de la comprensión, la acogida y el amparo a toda persona que lo necesite, aborte o no? ¿No es posible ser tolerante incluso con pociones morales que no coincidan con la moral religiosa?

                Oramos: Que la tolerancia no nos abandone nunca; que la compasión no nos abandone nunca; que la buena acogida no nos abandone nunca.

 

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La  luz que es Jesús:

 

                Jesús da maná escondido y un guijarro blanco. Son los dones del amor que subyace a cualquier posición de vida o de fe. Si ese amor persiste, la religión puede ser valiosa. De lo contrario, es un peligro. El amor escondido es la savia de la vida y la certeza de que andamos por un camino humano. El amor publicitado se puede pervertir. Amar desde lo profundo es lo que puede sembrar tolerancia en sociedad y posturas personales de intolerancia.

                Oramos: Que no nos abandone el anhelo de ser tolerantes como Jesús; que no dejemos de ser acogedores como Jesús; que nos abramos a otras maneras de vivir sin recelo, como Jesús.

 

***

 

La luz que viene de la sociedad:

 

                No resulta fácil convivir cuando es distinta la manera de pensar, la manera de vivir o la manera de creer. La dificultad está servida. Pero la pluralidad abre también muchas posibilidades a las personas. La riqueza de la pluralidad es mayor que su dificultad. De ahí que no hayamos de temer la pluralidad y, menos todavía, combatirla. Es preciso una mente y un corazón abierto para que puedan ir cabiendo en él otra realidad, sabiendo que un corazón habitado por otros no nos despoja de nuestros más genuinos valores, sino que los enriquece.

                Oramos: Que creamos en el valor de la pluralidad; que abramos nuestra mente a las posturas de otras personas; que nuestro corazón acoja otras maneras de estar en la vida.

 

***

 

La luz que aporta la comunidad virtual:

 

                A nuestra comunidad nos resulta fácil la tolerancia porque nos vemos poco y porque nos apreciamos. Pero siempre tendremos que estar dispuestos a una cierta “gimnasia” interior e ideológica para mantener la puerta abierta por si alguien, piense como piense, quiera alguna vez entrar a nuestra casa. No lo dudemos: la ocasión se presentará.

                Oramos: Que nos amemos con flexibilidad; que nos acojamos sin prejuicios; que valoremos lo distinto con cuidado.

 

***

 

Palabras de luz:

 

PADRE,

que miras por igual a todos tus hijos

a quienes ves enfrentados.

NUESTRO, de todos.

De los cerca de 7.000 millones de personas,

que poblamos la tierra,

sea cual sea nuestra edad,

color o lugar de nacimiento.

QUE ESTÁS EN EL CIELO,

y en la tierra, en cada hombre,

en los humildes y en los que sufren.

SANTIFICADO SEA TU NOMBRE,

pero no con el estruendo de las armas,

sino con el susurro del corazón.

VENGA A NOSOTROS TU REINO,

el de la paz, el del amor.

Y aleja de nosotros

los reinos de la tiranía y de la explotación.

HÁGASE TU VOLUNTAD

siempre y en todas partes.

En el cielo y en la tierra.

Que tus deseos no sean obstaculizados por los hijos del poder.

DANOS HOY NUESTRO PAN DE CADA DÍA

que está amasado con paz, con justicia, con amor.

Aleja de nosotros el pan de cizaña

que siembra envidia y división,

porque mañana puede ser tarde:

la guerra amenaza y algún loco puede iniciarla.

PERDONA NUESTRAS OFENSAS

no como nosotros perdonamos,

sino como Tú perdonas, sin dar lugar al odio.

NO NOS DEJES CAER EN LA TENTACIÓN

de almacenar lo que nos diste,

de acumular lo que otros necesitan,

de mirar con recelo al de enfrente.

LÍBRANOS DEL MAL QUE NOS AMENAZA EN ESTE TIEMPO:

de las armas, del poder, de la sociedad de consumo,

de vivir montados en el gasto, porque somos muchos, Padre,

los que queremos vivir en paz.

 

AMÉN.

 

***

 

Para estos días:

 

                Intenta estos días que la intolerancia, social o religiosa, no haga mella en ti.

 

 

Apocalipsis 17

CVA 

Domingo 9 de febrero de 2014

 

BUSCAR LUZ

EN TIEMPOS OSCUROS

 Plan de oración con el Apocalipsis

 

17. Ap 2,18-29

 

Introducción:

 

                A diario experimentamos la enorme dificultad social que es la tolerancia entre géneros que se salda, en la mayoría de los casos, con tragedias de muerte sobrevenidas sobre todo a las mujeres. Ser mujer es una dificultad añadida para no pocas de ellas a lo largo de la tierra. En algunas culturas las mujeres son seres de segunda categoría alejadas de todo empoderamiento y sometidas de por vida a las estructuras sociales. Eso tiene consecuencias decisivas en todos los órdenes de la vida. En nuestras mismas culturas ciertas dificultades, laborales, sexuales, perviven todavía con fuerza. De ahí que los trabajos por la tolerancia de géneros que se traduce en igualdad están perfectamente vigentes.

                Es que el texto de esta semana habla de una comunidad que va bien, pero tiene, al decir del vidente, un gran fallo: tolera la profecía de Jezabel. Que una mujer se dedique a la profecía, al análisis y discernimiento de la realidad, a la interpretación de las señales que pueden iluminar el camino humano, le resulta al autor intolerable y lanza a la tal profetisa y a sus seguidores a las profundidades del infierno. Dice que a quien resista a esa mujer le dará “poder”. Porque eso es lo que está siempre en el fondo de todas estas cuestiones: el poder. La tolerancia demanda un reparto del poder. No puede haber igualdad con poderes desiguales. Por eso, habrá que corregir al vidente. Tal vez la voz del teológico esté en esa hermosa expresión: “le daré también el lucero de la mañana”, lucero de esperanza que luce para todos, anuncio de vida que lo es para cualquiera, para la creación entera. Mientras sea una parte la empoderada y otra la sometido, la fraternidad es imposible.

 

***

 

Texto:

 

                18Al ángel de la iglesia de Tiatira escribe así: Esto dice el Hijo de Dios, el de ojos llameantes y pies como bronce: 19Conozco tus obras, tu amor fraterno, tu fe, dedicación y aguante, y últimamente tu actividad es mayor que al principio; 20pero tengo en contra tuya que toleras a esa Jezabel, la mujer que dice poseer el don de profecía y que extravía a mis seguidores con su enseñanza, incitándolos a la fornicación y a participar en banquetes idolátricos. 21Le di tiempo para enmendarse pero no quiere enmendarse de su fornicación. 22Mira, la voy a postrar en cama y a sus amantes les voy a poner en grave aprieto si no se enmiendan de lo que hacían con ella. 23ª los hijos que tuvo les daré muerte; así sabrán todas las iglesias que yo soy el que escruta corazones y mentes y que os voy a pagar a cada uno conforme a vuestras obras.

                24Ahora me dirijo a vosotros, los demás de Tiatira que no profesáis esa doctrina ni habéis experimentado lo que ellos llaman las profundidades de Satanás. No os impongo ninguna otra carga, 25basta que mantengáis lo que tenéis hasta que yo llegue.

                26Al que salga vencedor cumpliendo hasta el final mis tareas, le daré autoridad sobre las naciones –la misma que yo tengo de mi Padre- 27las regirá con cetro de hierro y las hará pedazos como a jarros de loza (Sal 2,8-9) 28Le daré también el lucero de la mañana.

                29Quien tenga oídos, oiga lo que el Espíritu dice a las Iglesias.

 

***

 

La luz de la vida:

 

 

                Este es un grupo de mujeres en el Sahel, una de las zonas donde más difícil es ser mujer y donde la igualdad de género es, prácticamente, imposible. Los hombres, empoderados desde siempre, creen que las mujeres son seres secundarios y prescindibles para el hecho social, aunque sean ellas las principales generadoras de actividad económica. Postergadas, pero ellas siguen en pie. Y un día llegará en que la igualdad se atisbe en el horizonte.

                Oramos: Gracias por las mujeres pobres que luchan por vivir; gracias por quienes las apoyan; gracias por sus trabajos por sostener la vida.

 

***

 

La  luz que es Jesús:

 

                Jesús ha sido, de algún modo, ese “lucero de la mañana”, esa humilde luz que ha hablado y vivido la fraternidad igualitaria. Pero también ha sido “bandera discutida” porque su manera de pensar y de vivir dejaba a la vista las intenciones de muchos que no eran sino la de hacerse con el poder para vivir a costa de quien somete. Por eso el enemigo del Evangelio raramente es el pobre y frecuentemente el poderoso. Tiene mucho que guardar para seguir por encima del otro. El Evangelio lo confunde.

                Oramos: Jesús es lucero para la igualdad; Jesús es lucero para la bondad; Jesús es lucero contra todo poder injusto.

 

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La luz que viene de la sociedad:

 

                Cuando el empoderado no tiene otro argumento dice que pagará a cada uno según sus obras. Pero en realidad no es así: paga a quien le alaba, sostiene y le apoya, pero no paga a quien le censura, le critica o le canta las verdades. El poder nunca es justo pagando. Por eso hay que propugnar la fraternidad social, la igualdad, la democracia ya porque ese es el camino para pagar a todos igual, para que también los débiles reciban su parte.

                Oramos: Que anhelemos un pago social igual para todos; que no hagamos distinciones entre personas en las cosas básicas; que no perdamos nunca nuestra capacidad crítica.

 

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La luz que aporta la comunidad virtual:

 

                Lógicamente y por suerte no tenemos en nuestro grupo problemas con la igualdad de género. Pero, como somos humanos, hay que erradicar hasta la más pequeña planta de quien quiere imponerse al otro mediante el gesto altisonante, el menosprecio o la ironía. No son los camino de quien ora con la Palabra. Además, estamos ciertos de que cuanto más igualitariamente nos comportemos, tanto mayor será el gozo vital que experimentaremos.

                Oramos: Que nuestros gestos nunca sean impositivos; que nuestra vos sea siempre amable; que nuestros argumento procuren ser sensatos.

 

***

 

 

 

Palabras de luz:

 

SI DIOS FUERA UNA MUJER

Juan Gelman

¿Y si dios fuera mujer?
pregunta juan sin inmutarse

vaya vaya si dios fuera mujer
es posible que agnósticos y ateos
no dijéramos no con la cabeza
y dijéramos sí con las entrañas

tal vez nos acercáramos a su divina
desnudez
para besar sus pies no de bronce
su pubis no de piedra
sus pechos no de mármol
sus labios no de yeso

si dios fuera mujer la abrazaríamos
para arrancarla de su lontananza
y no habría que jurar
hasta que la muerte nos separe
ya que sería inmortal por antonomasia
y en vez de transmitirnos sida o pánico
nos contagiaría su inmortalidad

si dios fuera mujer no se instalaría
lejana en el reino de los cielos
sino que nos aguardaría en el zaguán del
infierno
con sus brazos no cerrados
su rosa no de plástico
y su amor no de ángeles

ay dios mío dios mío
si hasta siempre y desde siempre
fueras una mujer
qué lindo escándalo sería
qué venturosa espléndida imposible
prodigiosa blasfemia

***

 

Para estos días:

 

                Intenta no caer en actitudes discriminatorias de género en ningún detalle.

 

***

 

Apocalipsis 16

CVA 

Domingo 2 de febrero de 2014

 

BUSCAR LUZ

EN TIEMPOS OSCUROS

 Plan de oración con el Apocalipsis

 

16. Ap 3,1-6

 

Introducción:

 

                Hay gente perfeccionista. Su afán es que todo quede atado y bien atado, que todos los detalles cuadren, que no quede nada dejado al azar. No es mala cosa ser cuidadoso hasta en los detalles. Pero cuando eso se convierte en una “enfermedad” es una pesadumbre. Más que todo, porque el perfeccionista no solamente pretende que todo le salga bien, sino que quiere que quienes lo rodean también sean perfeccionistas. Lo contrario, le saca de quicio. Por eso, quizá sea más interesante ser bondadoso en loo que se hace que ser perfeccionista. Ser bondadoso no está reñido con el cuidado del detalle. Pero no es clavo de eso. Le importa más que las cosas tengan buen corazón, el anhelo de que sirvan realmente a la vida de los demás, que no estén inficionadas por la corrupción y el egoísmo.

                Porque la iglesia de Sardis, cuya carta leemos esta semana, hace obras “perfectas” pero no son acabadas a los ojos de Dios. Algo ha fallado. Y eso es que tales obras no son conforme a “lo que oíste”, que no es otra cosa sino la bondad de las obras del mismo Jesús. Si las obras son impecables, pero no tienen dentro el “alma” de la bondad de Jesús, no son obras de recibo para un creyente. De ahí que la verdadera preocupación de quien entiende la Palabra es que su modo de comportamiento esté habitado por una bondad que haga que sus obras sean gratas y útiles para él y para los demás.

 

***

 

Texto:

 

                3,1Al ángel de la iglesia de Sardis escribe así: Esto dice el que tiene los siete espíritus de Dios y las siete estrellas: Conozco tus obras; nominalmente vives, pero estás muerto. 2Anda vigilante y consolida los restos que iban a morir, pues no he encontrado obras tuyas acabadas a los ojos de mi Dios. 3Recuerda, por tanto, lo que oíste y aún mantienes, haz caso y enmiéndate, que, si no estás en vela, llegaré como un ladrón sin que te des cuenta de la hora de mi llegada. 4ª pesar de todo, tienes ahí en Sardis unos cuantos que no han manchado su ropa; ésos caminarán conmigo vestidos de blanco, pues se lo merecen.

                5El que salga vencedor se vestirá de blanco y no borraré su nombre del registro de los vivos, pues ante mi padre y sus ángeles reconoceré su nombre.

                6Quien tenga oídos, oiga lo que el Espíritu dice a las iglesias.

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La luz de la vida:

 

 

                Esta foto salió en todos los telediarios. Unos sindicalistas roban alimentos en un supermercado para luego repartirlo entre familias con mucha necesidad. No es un método “perfecto”, loable y digno de alabanza por parte del sistema. Pero es algo “bueno”, hecho para el bien de quien lo necesita porque el débil social tiene derecho a algo de los que el sistema le ha arrebatado. Más allá de la perfecta acción moral hay que ver la bondad social de lo que se hace.

                Oramos: Que miremos más a la bondad que a la perfección; que no temamos arriesgar por la bondad; que seamos profetas de la bondad.

 

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La  luz que es Jesús:

 

                A Jesús no le gusta que le llamaran bueno (Mc 10,18). Él creía que solamente Dios era bueno. Aunque luego, cuando lo recuerden, lo dibujarán como “uno que pasó haciendo el bien” (Hech 10,34-38). Él no estuvo preocupado por la perfección, sino por la justicia y el bien. Su bondad se constituye en norma de actuación para el cristiano quien, a su vez, como decimos, ha de mirar mucho más la bondad de lo que hace que la finura con que acaba todo.

                Oramos: Gracias, Señor, por tu corazón bondadoso; gracias por tus obras llenas de bondad; gracias por alinearte del lado de las personas frágiles.

 

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La luz que viene de la sociedad:

 

                Dice el texto de esta semana que quienes practican la bondad van “vestidos de blanco”. Es la vestidura de la justicia, ya que bondad y justicia son hermanas. Una bondad que tenga dentro el gusano de la injusticia no puede ser una bondad humanizadora y cristiana. Por eso, si se quiere mirar qué clase de bondad es la que practicamos, habrá que mirar también a qué clase de justicia nos lleva.

                Oramos: Que nuestra bondad vaya emparejada a la justicia; que la justicia sea la medida de nuestra bondad; que la bondad se sitúe siempre del lado de la justicia.

               

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La luz que aporta la comunidad virtual:

 

                No es que las demos de bondadosos y, menos aún de perfectos. Pero lo cierto es que el trabajo orante nos ayuda a ser más sensibles a valores como la bondad. Por eso nos cuesta menos abandonar posiciones de perfeccionismo y nos ilusiona más ser mínimamente bondadosos. Más aún creemos que calores como la bondad y sencillez son el núcleo del corazón humano. A síntesis tan elementales nos va llevando el trabajo orante.

                Oramos: Que la bondad se acerque a nuestros caminos; que nos habite la sencillez; que seamos cada vez más sensibles a quienes les alcanza poco la bondad humana.

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Palabras de luz:

 

                “Yo no creo en el bien, yo creo en la bondad…Es la bondad de un hombre para con otro hombre, una bondad sin testigos, pequeña, sin grandes teorías. La bondad insensata podríamos llamarla. La bondad de los hombres más allá del bien religioso o social” (Vasili Grossman).

 

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Para estos días:

 

                Procura tener presente el anhelo de ser y comportarte como una persona sencillamente buena.

 

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Apocalipsis 15

CVA 

Domingo 26 de enero de 2014

 

BUSCAR LUZ

EN TIEMPOS OSCUROS

 Plan de oración con el Apocalipsis

 

15. Ap 3,7-11

 

Introducción:

 

                La constancia es un valor, varias veces lo hemos dicho. Es cosa distinta a la mera tenacidad y, más todavía, a la cabezonería. Esos son modos de comportamiento que encierran una cierta debilidad. Sin embargo, la constancia es la actitud de quien, desde el aprecio e incluso el amor, se mantiene en actitud humanizadora aunque no sea bien aceptado, aunque las cosas no vengan de cara. Por eso, la medida del valor de la constancia es el amor. Si alguien es constante de manera amargada o violenta, o está siempre echando en cara lo que hace por los demás y no se le reconoce, no es una constancia de calidad humana. Ésta, ya que tiene el aprecio y el amor como base, sabe aguantar y, a la vez, sabe decir las cosas con humanidad; sabe sufrir la incomprensión, pero no se doblega ante la injusticia; sabe estar en la trinchera pero no se sitúa en los modos del desprecio. Constancia y amor, ambas cosas van juntas.

                Porque el vidente de Apocalipsis quizá sea realmente el prototipo de alguien constante. Pero, a veces, da la impresión de que su constancia es no solo “frente al otro” sino, incluso, “contra el otro”. Esa constancia que se forja a base de exclusión y rechazo de quien me está jorobando no puede ser de calidad cristiana. La constancia de Jesús, a la que se apela, es aquella que está hecha de su tenacidad y de su amor, de su aguante y de su comprensión, de su no dar un paso atrás ni tampoco empujar violentamente al otro hacia adelante. Lo dicho: una constancia con amor. Ahí está el secreto.

 

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Texto:

 

                7El ángel de la Iglesia de Filadelfia dice así: Esto dice el santo, el veraz, el que tiene la llave de David, el que abre y nadie cierra, cierra y nadie abre (Is 22,22). 8Conozco tus obras; mira, ante ti dejo abierta una puerta que nadie puede cerrar, pues aunque tu fuerza es pequeña has hecho caso de mis palabras y no has renegado de mí. 9Haré que algunos de la sinagoga de Satanás, de esos que dicen ser judíos (pero es mentira, no lo son), vayan a postrarse ante ti y se den cuenta de que te quiero. 10Por haber seguido el ejemplo de mi constancia yo te preservaré en la hora de la prueba que va a llegar para el mundo entero, y que pondrá a prueba a los habitantes de la tierra. 11Llego en seguida, mantén lo que tienes para que nadie te quite tu corona.

 

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La luz de la vida:

 

 

 

                Esta señora es Anna Ferrer, la mujer de Vicente Ferrer. Tras la muerte de éste, ha cobrado un cierto protagonismo. Pero lo bueno de ella no es solamente su dedicación a la causa de los más humildes en la India sino su decisión tenaz de permanecer de por vida en esa línea. Esa constancia en creer que la solidaridad puede cambiar la faz de la tierra es lo más valioso de personas como éstas. Tienen la misma tenacidad que Jesús.

                Oramos: Gracias, Señor, por los solidarios tenaces; gracias por quienes no se alejan nunca de la vida de los débiles; gracias por el amor de que manifiesta su constancia.

 

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La  luz que es Jesús:

 

                Habla el texto del “ejemplo de la constancia de Jesús”. Esa constancia, lo sabemos, está hecha de respeto, acogida, abrazo, amparo y delicadeza. Pues bien, de esa misma materia habría de estar hecha la constancia cristiana. Por eso, todo aquello que lleve a la exclusión, a la condena, al olvido, nada tiene que ver con la constancia de Jesús. En todas las páginas del Evangelio tenemos ejemplo de tal constancia.

                Oramos: Que como la de Jesús, nuestra constancia sea respetuosa; que como la de Jesús, nuestra constancia se acogedora; que como la de Jesús, nuestra constancia sea delicada.

 

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La luz que viene de la sociedad:

 

                Lo más opuesto a la constancia es dejarse llevar, caer en la rutina, pasar de las cosas. Esa actitud de pasotismo no engendra búsqueda, ni anhelo, ni utopía. La constancia tiene por debajo la pasión por la persona. Una pasión que no se desinfla por las limitaciones, ni siquiera por las traiciones. Es una constancia fuerte y correosa que no se quiebra a la primera dificultad. Por eso mismo, la constancia es virtud de fuertes.

                Oramos: Que nuestra constancia tenga por debajo la pasión por Dios y por la persona; que nuestra constancia no se desinfle ante las limitaciones y traiciones; que nuestra constancia sea correosa para no sucumbir a los embates de la adversidad.

               

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La luz que aporta la comunidad virtual:

 

                Llevamos años en este camino de oración y fraternidad. Se puede decir que una de las pruebas de su valor es su constancia que nunca ha renegado de nadie, que se alegra con cualquiera que se acerca y que seguimos ahí, aunque no seamos mucho. Cuando la constancia es libre, gustosa, deseada, se parece a la constancia de Jesús. Así es la constancia de calidad, la que engendra comunidad. Por eso, ser constantes es otra forma de amistad y fraternidad.

                Oramos: Que nuestra constancia sea deseada; que nuestra constancia tenga siempre rostro amable; que nuestra constancia se alegre del encuentro.

 

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Palabras de luz:

 

Quieren ponernos

una venda en los ojos

y no saben que es la cinta

que vamos a cortar

en la inauguración

de una nueva mirada. 

 

José Alcaraz, 

Edición anotada de la tristeza, 

(Valencia 2013), 19. 

 

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Para estos días:

 

                Intenta mantener con una constancia humanizadora tus compromisos laborales, familiares y sociales.

 

Apocalipsis 14

CVA 

Domingo 19 de enero de 2014

 

BUSCAR LUZ

EN TIEMPOS OSCUROS

 Plan de oración con el Apocalipsis

 

14. Ap 3,14-20

 

Introducción:

 

                La comensalía humana, la manera de comer, de invitar a comer, de abrir o cerrar las mesas, de ampliar las mesas o de reducirlas, etc. son un microcosmos, una manera de leer la realidad. Básicamente esa manera puede ser las una mesa amplia, acogedora, tendiendo a lo universal o una mesa cerrada, excluyente, para pocos. Eso denota un mentalidad, una manera de situarse ante la vida: la postura de quien goza invitando, incluyendo, celebrando con otros, o la de quien se siente mejor cerrándose, excluyendo, metiéndose debajo de su propia concha. Ni que decir tiene que nosotros nos proponemos ir por el primer camino.

                Efectivamente, la carta a la Iglesia de Laodicea que tenemos hoy como texto de oración es una carta dura, censuradora incluso, porque parece que la tal comunidad de Laodicea no era precisamente un grupo de ángeles. Tenían sus fallos y grandes. Pero a esa comunidad se le dice que, por encima de debilidades, Jesús quiere autoinvitarse a su cena. Es decir, si Jesús quiere cenar con ellos, con toda l intimidad que conlleva el cenar, es que sigue amándoles y sigue sintiéndose a gusto con ellos. Hemos de reparar en lo hermoso y paradójico de un Jesús que se autoinvita a una cena porque quiere una mesa tan amplia en la que él mismo quepa. Jesús es respetuoso, está ala puerta, y quiere entrar no para presidir esa mesa sino para participar en ella, incluso para servirla. Una mesa tan amplia como para acoger a Jesús, más allá de cualquier limitación.

 

***

 

Texto:

 

                14El ángel de la Iglesia de Laodicea escribe así: Esto dice el amén, el testigo fiel y veraz, el principio de la creación de Dios: 15Conozco tus obras y no eres ni frío ni caliente, 16pero como estás tibio y no eres ni frío ni caliente, voy a escupirte de mi boca. 17Tú dices: “Soy rico, tengo reservas y nada me falta”. Aunque no lo sepas eres desventurado y miserable, pobre, ciego y desnudo. 18Te aconsejo que me compres oro acendrado a fuego, así serás rico; y un vestido blanco, para ponértelo y que no se vea tu vergonzosa desnudez, y colirio para untártelo en los ojos y ver. 19 A los que yo amo los reprendo y los corrijo; sé ferviente y enmiéndate. 20Mira que estoy a la puerta llamando: si uno me oye y me abre, entraré en su casa y cenaremos juntos.

 

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La luz de la vida:

 

 

                Este es el bar Paris 365, un bar cualquiera de la parte vieja de Pamplona. Pero tiene una característica: sus propietarios son un grupo de vecinos de la ciudad que se ha propuesto dar comida y cena gratis (o casi: por 1 euro) a los indigentes que acuden a él. Llevan así varios años. Todos son voluntarios y, como es natural, viven de donaciones populares. Es un ejemplo anónimo de esas mesas amplias que hay por todas partes.

                Oramos: Gracias, Señor, por las mesas amplias que están apoyadas en la solidaridad; gracias por quienes son sensibles a las situaciones de dificultad ajena; gracias por quienes sienten en su corazón y en su bolsillo la situación de los débiles.

 

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La  luz que es Jesús:

 

                Cuando la religiosidad cristiana representa la cena de Jesús, la última cena, siempre lo pone presidiendo la mesa, rodeado de sus discípulos. En esta mesa de Apocalipsis no se habla de presidir, únicamente de entrar. Jesús no quiere presidir nada, solamente quiere participar de nuestra mesa, de nuestra vida. Le da igual que tenga que servir a esa mesa. De ahí que menospreciar la mesa de la vida, cerrarla, maldecirla es no haber entendido la hermosura de una mesa de vida a la que Jesús quiere invitarse.

                Oramos: Gracias, Señor, por la mesa de la vida; gracias por la oportunidad de la mesa de la vida; gracias por la hermosura de la mesa de la vida.

 

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La luz que viene de la sociedad:

 

                Para ampliar la mesa hay que escuchar a quien llama, hay que ser proclive a los gritos (a veces duros) de aquellos que están excluidos de la mesa. Siempre se puede trabajar en esa dirección manifestado, primeramente, comprensión, después generosidad, quizá finalmente acogida. Escuchar la voz de los millones de personas que aún se sientan a la mesa de la vida. Hacerlo significativamente con alguien que tengamos más cerca.

                Oramos: Que tengamos oídos finos para escuchar los gritos de los pobres; que seamos generosos a la hora de abrir nuestra mesa; que acojamos con mayor agilidad a quienes se dirigen a nosotros.

               

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La luz que aporta la comunidad virtual:

 

                No vamos a decir que nuestras mesas sean superabiertas, pero sí experimentamos alegría comiendo juntos, hablando juntos, estando juntos. Eso es un hecho. Quizá sea también uno de los buenos frutos de la oración. Y luego, también experimentamos alegría cuando la mesa se amplía, cuando nos visita alguien, cuando vemos una cara nueva. Son rostros que quedan en el recuerdo y en el “tesoro” del grupo. Otro frutos bueno.

                Oramos: Que nuestra mesa sea siempre acogedora; que disfrutemos viendo nuevos rostros; que vivamos la cercanía del otro como un don.

 

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Palabras de luz:

 

COMO pan vino la palabra,

como fragmento de crujiente pan

fue dada,

igual que pan que alimentase el cuerpo

de materia celeste.

Vino, compartimos su íntima sustancia

en la cena final del sacrificio.

Y nos hicimos hálito, sólo soplo de voz.

Palabra, cuerpo, espíritu.

El don había sido consumado.

 

(José A. Valente)

***

 

Para estos días:

 

                Si tienes oportunidad, abre tu mesa o tu corazón a alguien que ande un poco mal.

 

***