Blogia
FIAIZ

COMUNIDAD FILIPENSES

Filipenses 21

CVF 

Domingo 15 de marzo de 2015

 

VOLVER A JESÚS

 Plan de oración con Filipenses

 

21. Filp 4,18-22

 

Introducción:

 

                Los humanos no solamente nos intercambiamos bienes, también podemos intercambiarnos vida. La existencia no es meramente un mercado, sino un lugar donde se pone en común lo más valioso de cada uno. Una mentalidad mercantilista puede llevarnos a creer que esta vida tiene sentido en la medida en que se compra y se vende. Por eso hay algunos que son productores, y otros somos consumidores. Esta manera de ver la vida puede ser muy pobre. Todos podemos trasvasarnos vida, aprender unos de otros, ampararnos unos en otros, enriquecernos con el amor unos a otros. Si no entendemos la vida como un trasvase, como un intercambio de humanidad, la empobrecemos.

                Hacemos esta reflexión porque en las líneas finales de la carta a los Filipenses se habla de eso, de que Pablo ha recibido, por medio de Epafrodito, un trasvase de vida de la parte de los filipenses. No solamente le han mandado una ayuda que la necesitaba. Con ella le ha llegado a su prisión un soplo de vida, la certeza de saber que hay alguien ahí afuera que piensa en él y le ama. Eso es mucho más importante que los bienes recibidos. No es de extrañar que llame a esa donación de vida “incienso perfumado”, algo muy agradable a Dios y a la persona. Las propias necesidades de los filipenses, dice Pablo, serán cubiertas por Dios ya, que el trasvase de vida produce el increíble milagro de ver que compartiendo llega para todos.

 

***

 

Texto:

 

                18Este es mi recibo por todo: tengo de sobra, he quedado bien provisto al recibir lo que me mandáis con Epafrodito: es un incienso perfumado, un sacrificio aceptable que agrada a Dios. 19Mi Dios, por su parte, cubrirá todas vuestras necesidades con sus inagotables riquezas por medio del Mesías Jesús. 20A Dios nuestro Padre la gloria por los siglos de los siglos.

                21Recuerdos a todo consagrado por el Mesías Jesús. Os mandan saludos los hermanos que están conmigo; 22os saludan también los consagrados, especialmente los que están al servicio del emperador. 23El favor del Señor os acompañe.

 

***

 

La sociedad nos ayuda a volver a Jesús:

 

                Esta mujer es Inmaculada Pimentel, una dentista que hace continuos viajes a Senegal para ayudar con su oficio sanitario. Ella se expresa así: “Voy a que me ayuden, porque yo vuelvo nueva”. Es un trasvase de valore: ella ofrece su saber y su entrega; los otros le dan el sentido y el respiro vital. Así se entienden las relaciones humanas no como una donación sin retorno, sino como un trasvase que enriquece a todos.

                Oramos: Que crezca el número de quienes se entregan y reciben; que agradezcamos a quien se entrega dándole algo de lo nuestros; que entendamos la vida como un trasvase de bondad.

 

***

 

Volver al Jesús del Evangelio:

 

                 Jesús ha trasvasado bienes: de él a nosotros, de nosotros a él. Esto segundo lo vemos en el caso de sus discípulos: no le ayudaban casi nada y prácticamente le estorbaban. Pero nunca los rechazó, porque necesitaba de ellos, de su compañía, de su cercanía, de su presencia, de su vida. Ellos le dieron también sentido. Él también recibió de nosotros, no solamente nosotros de él.

                Oramos: Gracias, Señor, por confiar en nosotros; gracias por recibir de lo nuestro; gracias por encontrar amor en nuestros sencillos caminos.

 

***

 

Volver a los valores hondos:

 

                Nuestra sociedad basa su bienestar en el crecimiento económico. Y crece, pero crece casi únicamente para los poderosos, con lo que tal crecimiento no sirve a amplias capas de la población. La sociedad vive más por el trasvase de valores, por los amparos dados, por los apoyos incondicionales, por el acompañamiento sencillo. Eso es lo que verdaderamente la hace vivir, no la economía excluyente.

                Oramos: Que nos amparemos con generosidad; que nos sostengamos con tenacidad; que nos animemos con buenas palabras.

 

***

 

 

Volvemos a la comunidad:

 

                Una de las evidencias de pertenecer a la comunidad virtual es que, a lo largo de los años, nos hemos ido trasvasando algunas cosas, por sencillas que sean: cariño, interés, acompañamiento, compartir, tener la suerte de poder reunirse y otros muchos “bienes” que han ido circulando. No es tanto el fruto de la oración cuanto el fruto de la relación. La oración ayuda a la relación, esa es su función. Lo agradecemos de verdad.

                Oramos: Que sigamos trasvasándonos vida; que sigamos interesándonos unos por otros; que sigamos creyendo en el valor de la relación humana.

               

***

 

Palabras que alientan:

 

En el olor de los jacintos salvo

la mañana, en la delicadeza de su delgado

aroma. Y está también la mariposa gira

que te gira, girando sobre lo mismo, con otro

apego, me figuro. Quién me lo iba a decir

cuando era un niño derrotado, tantas veces

y a solas, que finalmente aquello fuese a ser

mi salvación, un enrocarse jubiloso en lo frágil

y emocionarse en lo secreto y deleitarse

como la mariposa, gira que te gira, girando. 

 

Fermín Herrero

 

***

 

Tu parte:

 

                Intenta ser generoso con quien es generoso contigo.

 

                              

***

 

Filipenses 20

CVF 

Domingo 8 de marzo de 2015

 

VOLVER A JESÚS

 Plan de oración con Filipenses

 

20. Filp 4,15-17

 

Introducción:

 

                Ante las tragedias humanas, ante los duros caminos de las personas, ante situaciones de dificultad nos conmovemos, tenemos palabras amables, pero nuestra solidaridad no llega a concretarse. Todo queda en el indefinido mundo del deseo. Pero no se encuentra un modo visible de actuar, no se llega uno/a a remangar para aportar algo, aunque sea un pequeño gesto, una aportación que parece que sirve poco. La concreción es necesaria para que fluya la verdadera humanidad. De lo contrario, todo queda en un limbo de incertidumbre que no solamente no ayuda nada, sino que termina por crear una indudable decepción. Para concretar la buena relación es preciso tener unas dosis altas de amor que es el motor de cualquier concreción. Si ese motor del amor falla, la concreción no amanece y brotan a raudales las bellas y vacías palabras. Donde hay amor, hay concreción.

                Eso le ha ocurrido a Pablo: los de Filipos amaban a Pablo, desde aquellos lejanos días en que se encontró con aquella pobre comunidad que se reunía en un recodo del camino, porque no tenían ni un lugar de reunión. Por lo que fuera, el amor surgió entre ellos y ese amor no solamente se mantuvo a lo largo del tiempo, como vemos, sino que adquirió modos muy concretos. Pablo dice que tal amor fue una indudable ganancia para él y un socorro en su pobreza, pero, además, fue un motivo de que “los intereses se acumularan en la cuenta” de los filipenses. Ellos también salieron ganando, a la vez que daban generosamente al pobre Pablo. La concreción delamor fue, sin duda, beneficiosa para todos.

 

***

 

Texto:

 

                15Vosotros los filipenses sabéis además que desde que salí de Macedonia y empecé la misión, ninguna iglesia, aparte de vosotros, se hizo cargo de saldar mi debe y mi haber. 16Ya a Tesalónica me mandasteis más de una vez un subsidio para aliviar mi necesidad; 17no es que yo busque el regalo, busco que los intereses se acumulen en vuestra cuenta.

***

 

La sociedad nos ayuda a volver a Jesús:

 

                Pocas veces ponemos una viñeta gráfica. Esta es de una gran sencillez. La raíz del voluntariado es el buen corazón. Un buen corazón que no solamente se conmueve, sino que se concreta. Los voluntarios dejan ver lo que a nosotros nos cuesta mucho: que la solidaridad ha de cobrar algún rostro concreta, para que abandone el mundo de las meras buenas intenciones. Por eso, habríamos de agradecer mucho a los voluntarios porque nos recuerdan en maneras visibles que no basta con buenas intenciones para construir un mundo humano.

                Oramos: Gracias, Señor, por quienes concretan los movimientos de su corazón; gracias por quienes ponen rostro a la bondad; gracias por quienes nos ayudan a mirar la realidad de los débiles de frente.

 

***

 

Volver al Jesús del Evangelio:

 

                Jesús no ha enseñado el Reino desde una ideología, en una escuela, con una teoría. Se ha lanzado a los caminos y ha concretado su enseñanza en una vida en relación humanizadora. Con ello ha dejado bien clara la primacía de la práctica sobre cualquier ortodoxia. El Evangelio pide la concreción de la vida, más allá de cualquier teoría. Una percepción del Evangelio que no va aterrizando en concreciones (algo más que meros propósitos) arriesga ser una teoría hueca.

                Oramos: Que para nosotros sea más importante la práctica que la teoría; que concretemos la fe en modos de vida; que nos atraiga más el rostro de la persona que el brillo de las teorías.

 

***

 

Volver a los valores hondos:

 

                Socialmente es muy importante poder visibilizar la bondad. Efectivamente, predicar desde planteamientos sociales o políticos la bondad, la mejoría, el progreso, la misma riqueza sin que nada de esos cobre cuerpo y sea tocable en las capas sociales más frágiles es un cínico ejercicio de verborrea, palabras que nacen muertas y que acarrean la muerte. Por eso, quien las lanza con tanta facilidad haría mejor favor si, simplemente, se callara. Una bondad social que no se ve es una perniciosa estrategia de engaño. De ahí que quien se pretenda buen gestor social ha de mirar al lado de la bondad que se toca, no a las hermosas teorías que son intocables.

                Oramos: Que colaboremos y exijamos la bondad que se toca; que se hagan visibles los buenos sentimientos que decimos tener; que no engañemos a nadie con palabras deliberadamente vacías.

 

***

 

Volvemos a la comunidad:

 

                La comunidad virtual habría de visibilizar su relación en pequeños gestos de cercanía, de preocupación por los itinerarios del otro, de amparo. Una comunidad que hace visible su preocupación no es la propia de los seguidores de Jesús. Para visibilizar el bien hay que volver la mirada sobre la realidad del otro, sobre su nombre, sobre sus caminos. A veces un pequeño gesto es suficiente. El silencio es, con frecuencia, el peor de los caminos.

                Oramos: Que los caminos del otros se nos hagan visibles; que la mirada del otro se nos haga visibles; que los anhelos del otro se nos hagan visibles.

 

***

 

Palabras que alientan:

 

EL CESTO

 

PRIMERO se toma una mimbre,

y se la pone en agua, para que pierda altanería, se haga dulce,

mandible, y tenga amor; 

luego se la trenza como un sueño,

y, cuando ya está hecho el cesto,

puede ponerse en él la ropa blanca,

una frutas rojas, doradas, o un gatito.

A veces, crujirá en la noche; 

pero así se hizo el mundo, 

y así, a veces, se lamenta. 

 

 

José Jiménez Lozano,

 

***

 

 

 

 

 

Tu parte:

 

                Durante esta semana intenta hacer visible la bondad que, indudablemente, anida en tu corazón.

                              

***

 

 

Filipenses 19

CVF 

Domingo1 de marzo de 2015

 

VOLVER A JESÚS

 Plan de oración con Filipenses

 

19. Filp 4,10-14

 

Introducción:

 

                La sobriedad no tiene buena prensa, ni en sí misma, ni socialmente. En sí misma porque relacionamos la austeridad y la sobriedad con la pobreza. No tienen nada que ver, porque la sobriedad contempla las necesidades básicas cubiertas. Pero pensamos que vivir a gusto con lo simplemente necesario es lo mismo que vivir mal. Por otra parte, como socialmente la austeridad ha sido invocada por quienes nos han estado explotando todos estos años, tampoco es un valor que tenga buena prensa. Sin embargo, desde antiguo se ha visto como una gran sabiduría el vivir con lo necesario y no más como un camino de humanidad, de solidaridad y, en definitiva, de gozo vital. No es fácil meter este valor en nuestra vida, pero pensemos también si el desmadre consumista nos ha llevado, realmente, a modos de vida más felices. Más bien, da la impresión de lo contrario.

                Es que el Pablo preso (no olvidemos que Filipenses se escribe desde la cárcel) se autorretrata como un sobrio feliz. Esa visión de la persona que sabe vivir con lo que hay deja entrever que el acento está puesto sobre lo esencial: el amor a Jesús y la buena relación con las personas. El resto, por necesario que sea, será siempre secundario. Es verdad que la pobreza de Pablo ha puesto en evidencia la generosidad de los Filipenses. Pero, en realidad, más que su generosidad, lo que ha evidenciado es su amor. Y ese amor no duda en desprenderse de cualquier cosa, aun de lo necesario, por la persona que se aprecia. El sobrio feliz es, con frecuencia, el más generoso.

 

***

 

Texto:

 

                10Como fiel del Señor, me alegré muchísimo de que ahora pudierais por fin expresar de nuevo vuestro interés por mí; pues, aunque lo sentíais, os faltaban ocasiones. 11No penséis que lo digo porque ando escaso, pues yo he aprendido a arreglarme en toda circunstancia: sé vivir con estrechez y sé tener en abundancia; 12ninguna situación tiene secretos para mí, ni estar harto, ni pasar hambre, ni tener de sobra, ni pasar falta; 13para todo me siento con fuerzas, gracias al que me robustece. 14Con todo, me habéis hecho un favor al tomar como vuestra mi dificultad.

 

***

 

La sociedad nos ayuda a volver a Jesús:

 

 

            Este señor es Pierre Rabhi (Kenadsa, Argelia, 1938) es un agricultor, político, escritor y filósofo francés de origen argelino. Es uno de los precursores e impulsores del agro-ecologismo. Es asimismo partidario del movimiento de regreso a la tierra, y fundador del concepto de “oasis en todos los lugares” Defiende un modo de sociedad más respetuosa con las personas y la tierra, y apoya el desarrollo de prácticas agrícolas respetuosas con el medio y preservando los recursos naturales, principalmente en los países áridos. Ha escrito un libro hermoso sobre la sobriedad feliz, defendiendo un estilo humano de vivir con lo necesario y no más. Modelos de referencia.

                Oramos: Gracias, Señor, por quienes son sensibles a otro tipo de vida; gracias por quienes valoran más las personas que las cosas; gracias por quienes descubren el gozo en lo sencillo.

 

***

 

Volver al Jesús del Evangelio:

 

                Aunque a Jesús le llamaron “comilón y borracho, amigo de pecadores” (Mt 11,19), en realidad fue un hombre sobrio y no amargado (aunque los evangelios no lo describan como una persona bienhumorada). Cuando dice que “el hijo del hombre no tiene dónde reclinar la cabeza” (Mt 8,20), parece que lo dice sin amargura, como una opción elegida, que no le impide disfrutar de la relación y de la vida. Volver al Jesús sobrio nos alejaría de ese otro Jesús cristológico lleno de oropeles que nada tiene que ver con la espiritualidad de la sobriedad.

                Oramos: Gracias, Señor, por tu contenida sobriedad; gracias por tu manera simple de ver la vida; gracias por tu desapegode lo no necesario.

 

***

 

Volver a los valores hondos:

 

                Como decíamos más arriba, hablar hoy de austeridad en nuestra sociedad es condenarse al fracaso. Sin embargo la austeridad aceptada nos ayuda a convivir entre nosotros, nos acerca a las situaciones reales de los débiles y, como cristianos, nos hace entender algo mejor el misterio abrupto de la cruz de Cristo. De manera, que, bien tomada, la sobriedad es un beneficio para la persona, siempre, como decimos, que lo básico esté cubierto.

                Oramos: Que, por nuestra sobriedad, mejoremos nuestro nivel de relación; que, por nuestra sobriedad, comprendamos mejor la situación de los débiles; que, por nuestra sobriedad, se nos haga más cercano el misterio de la cruz de Jesús.

 

***

 

Volvemos a la comunidad:

 

                Podríamos decir que nuestra relación en la comunidad virtual es sobria, tal vez un tanto excesivamente. Quizá tendríamos que ser más “jugosos”. Pero eso muestra que el trabajo orante nos lleva a la relación, aunque para que sea más jugosa tiene que haber un ingrediente más explícito. Para hacer más verdad nuestro trabajo orante, habría, pues, que echar más “jugo” a nuestra relación. ¿O no?

                Oramos: Que nos preocupemos más, unos de otros; que nos acerquemos más unos a otros; que nos colguemos más unos de otros.

 

               

***

 

Palabras que alientan:

 

 

 Y el discípulo  dijo: 

"¿Es la pregunta a Dios pregunta a Dios solo?". 

    Y el maestro respondió: "Dios cambia con nosotros. Dejó 

de ser Dios antes de existir, porque Él no existe más que por 

nosotros". 

    Y añadió: "Para ser, cada vez, la invariable pregunta a la 

infinita pregunta a nosotros mismos". 

 

EdmondJabès, 

 

 

***

 

Tu parte:

 

                Intenta estos días mirar la posibilidad de ser, a la vez, sobrio y feliz. Coméntalo con alguien.

 

***

 

Filipenses 18

CVF 

Domingo 22 de febrero de 2015

 

VOLVER A JESÚS

 Plan de oración con Filipenses

 

18. Filp 4,8-9

 

Introducción:

 

                Se insiste mucho en que esta crisis larga que estamos viviendo es una crisis de valores, como si antes de estos años los valores habrían estado ahí. La lucha por los valores es una realidad de siempre. Más aún, quizá nunca como hoy los apreciemos, aunque haya que trabajarlos siempre. Vivir sin valores es llevar el camino humano al abismo. Por eso en la sociedad, por muy insolidaria que se la quiera, tiene en su fondo valores de toda índole que son los que hacen que la vida sea vivible. Contribuir a que tales valores vivan es contribuir al sentido de lo humano. Los valores hay que llevarlos al terreno de lo cotidiano porque sin esa cercanía, los valores son mero sueño, mera utopía inalcanzable. Cuando los valores cobran rostro cercano es cuando brota la esperanza sobre esta vida nuestra.

                Pablo habla en este pasaje de los valores que él aprecia: lo verdadero, lo respetable, lo justo, lo honrado, lo estimable, la buena fama, etc., valores todos ellos de rango humano. Es que la verdad de los valores se juega en el cimiento de lo humano. Pretender construir valores espirituales sobre un cimiento humano frágil es construir sobre arena. De tal manera que cualquier actividad espiritual ha de lleva a hacer más sólido el cimiento de los valores humanos. Ahí está la clave de su valor y de su verdad.

 

***

 

Texto:

 

                8Por último, hermanos, todo lo que sea verdadero, todo lo respetable, todo lo justo, todo lo honrado, todo lo estimable, todo lo de buena fama, cualquier virtud o mérito que haya, eso tenedlo por vuestro; 9 y lo que aprendisteis, y recibisteis, y oísteis, y visteis de mí o en mí, eso llevadlo a la práctica; así el Dios de la paz estará con vosotros.

 

***

 

La sociedad nos ayuda a volver a Jesús:

 

            Ha sido noticia en estos últimos días el “Proyecto Gloria”: una señora de Madrid ha abierto su casa durante años a personas sin techo y marginadas, más de 180 han pasado por su casa. Con días buenos, y con días duros. Es algo especial; incluso se pueda decir que estas maneras personales de ejercer la solidaridad tienen sus pegas. Pero no deja de ser algo admirable. Ahí, los valores más básicos (dignidad, respeto, solidaridad, amparo) están activos. De lo contrario, no sería posible llevar tal cosa adelante. En la sociedad de la conciencia aislada como la nuestra, surgen estos movimientos de profundos valores.

                Oramos: Gracias, Señor, por quienes mantienen vivos los valores de lo humano; gracias por quienes se sienten responsables de los frágiles; gracias por quienes se estremecen ante las situaciones ajenas.

 

***

 

 

Volver al Jesús del Evangelio:

 

                No cabe duda: el gran valor de Jesús ha sido la persona, ni siquiera Dios. Él ha supeditado todo a la persona: la religión, las costumbres, los comportamientos sociales, la moral, todo ha de quedar por debajo y al servicio de la persona. El mismo Dios está al servicio de la persona. Esto no es ningún reduccionismo, sino asentar la verdad de Jesús sobre el cimiento común de lo humano. Efectivamente, ¿qué sería de Jesús y su mensaje sin ese cimiento? Un peligro.

                Oramos: Te alabamos, Señor, por tu honda humanidad; te bendecimos por tu inagotable amor; te damos gracias por mirar siempre en dirección de lo humano.

                 

***

 

Volver a los valores hondos:

 

                Los valores que interesan los que se viven, no los que se publicitan. Hay entidades que, con fines muy variados, publicitan valores. Tienen un denominador común: el beneficio no es tanto para el otro sino para quien se presenta como poseedor de tal valor. Eso da que sospechar. Porque los verdaderos valores humanos tienen como beneficiario principal no tanto quien dice poseer ese valor, sino el débil que se beneficia de los mismos. O sea, que si la recompensa es tu gloria, el valor queda supeditado a ella. Por eso mismo, el desinterés es el mejor aval de cualquier valor.

                Oramos: Que nuestros valores no sean interesados; que el bien del otro nos satisfaga; que la alegría del otro nos alegre.

 

***

 

Volvemos a la comunidad:

 

                Podemos decir que los valores mejores de nuestra comunidad son, en verdad, valores humanos: la alegría, la cercanía, el respeto, el gozo de compartir experiencias de dentro, los pequeños amparos cotidianos, la escucha. Estos son los valores más importantes y sobre ellos se asienta la espiritualidad, el aprecio por la persona de Jesús, el deseo de una fe más honda, los sacramentos vividos en una cierta novedad. Estos valores creyentes sin aquellos valores humanos serían, como decimos, casa sin cimiento.

                Oramos: Que nuestros valores espirituales estén asentados sobre el cimiento de lo humano; que seamos humanos y creyentes a la vez; que valores lo que somos y lo que creemos.

               

***

 

Palabras que alientan:

 

SI no has visto un cántaro vacío, 

rojo, terroso, seco, áspero,

no sabrás qué es un alma

en su solemne soledad de barro

hueco.

Y, si no has visto un alma derramada,

no sabrás qué es un cántaro,

su sonora soledad si lo golpeas

y retumba su nada. 

Como el alma. 

 

 

José Jiménez Lozano

 

***

 

Tu parte:

 

                No te apees de tus mejores valores. No te desalientes si te parece que no son apreciados. Insiste.

                              

***

 

Filipenses 17

CVF 

Domingo 15 de febrero de 2015

 

VOLVER A JESÚS

 Plan de oración con Filipenses

 

17. Filp 4,4-7

 

Introducción:

 

                Ya se ha hecho proverbial el aserto de que “otra forma de vida es posible”. Porque hemos llegado a la convicción de que esta manera de vivir de la que parece que no podemos escapar, sí admite escapatoria. No es que la vida sea así, es que la hacemos de un determinado modo. Si la hiciéramos de otro modo, los resultados serían diversos. Así que la cuestión no es cómo es la vida, sino cómo la hacemos. El resultado final es si, dentro de las limitaciones, la vivimos con sosiego o alteradamente. El sosiego vital, que no es pasotismo, sino modo apaciguado de vivir es decisivo. La histeria, la alteración, el sobresalto, son síntomas de un interior alterado; la tranquilidad, el sosiego, el respirar hondo, la contemplación, el silencio, son síntomas de un vivir sosegado. Construir esta manera de vivir es la mejor forma de encontrar sentido a nuestro camino humano.

                Es que Pablo nos habla de esto: vivir en paz. Para ello da unos ingredientes interesantes: ser agradecidos, ser comprensivos, vivir con la mayor tranquilidad que se pueda, orar con paz. Son ingredientes elementales que llevan a una vida en paz. Esta no es una vida de rosas, porque la vida tiene sus alteraciones diarias. Se trata de vivir en una paz de base, aunque haya problemas. Ese logro de una vida en paz, de otro estilo de vida, menos histérico, menos alterado, menos nervioso, es posible si se lo construye día a días. Los trabajos de la fe, la oración, tendrían que contribuir más que a asuntos religiosos, al logro de esa paz básica de la que depende el gusto por la vida. No es una meta inalcanzable; basta hacer camino día a día.

 

***

 

Texto:

 

                4Estad siempre alegres con el Señor, os lo repito, estad alegres. 5Que todo el mundo note lo comprensivos que sois. El Señor está cerca, 6no os agobiéis por nada; en lo que sea, presentad ante Dios vuestras peticiones con esa oración y esa súplica que incluyen acción de gracias; 7así la paz de Dios, que supera todo razonar, custodiará vuestra mente y vuestros pensamientos mediante el Mesías Jesús.

 

***

 

La sociedad nos ayuda a volver a Jesús:

 

            Este es el cartel del Festival de Mantras que se realizará en Madrid la semana que viene. Puede parecer que es cosa de otra época, algo residual. Pero la búsqueda de  otra manera de vivir, de la interioridad, de los valores que están más hondo que la piel, no se apaga. Siempre hay personas que escuchan la llamada de otra manera de vivir, con más profundidad, con más hondura. Nos hacen mucho bien, aunque los caminos sean algo pintorescos.

                Oramos: Te damos gracias por quienes buscan en el interior; te bendecimos por quienes alaban con paz; te bendecimos por quienes apuntan al corazón de la persona.

 

***

 

Volver al Jesús del Evangelio:

 

                 Jesús ha sido una persona de paz interior. Quizá los Evangelios lo perfilan de una manera un tanto hierática, pero, en el fondo, es alguien que no pierde la paz. En sus noches de oración, en la escucha del corazón de las personas, en la vida sencilla, aprendió la paz. Esa paz no le abandonó nunca. Por eso, más allá de matices, para muchas personas sigue siendo hoy una fuente de paz.

                Oramos: Gracias, Señor, por ser fuente de paz; gracias por tu corazón pacificado; gracias por envolver nuestra vida en tu paz.

 

***

 

Volver a los valores hondos:

 

                Para logra vivir en paz en el hecho social, tan alterados siempre, es preciso tener una visión benigna de la sociedad. Si nuestra manera de enfocar el hecho social es negativista y censurador, no habrá manera de vivir en paz en nuestras calles, en nuestras empresas, en nuestras actividades sociales. La crispación estará siempre en primer lugar. Un mirada benigna (no exenta de crítica) a nuestra sociedad puede sernos de gran utilidad para generar paz interior.

                Oramos: Que miremos con benignidad al hecho social; que valoremos lo más positivamente a nuestros conciudadanos; que tengamos sosiego para enfocar bien la debilidad social.

 

***

 

Volvemos a la comunidad:

 

                En nuestra comunidad virtual hemos de tratar de encontrar modos de darnos paz, sobre todo con los que convivimos a diario. Orar para el logro de la paz esencial, de la paz del corazón. Esa sería una buena finalidad para nuestros grupos. Eso no es debilitar la vertiente religiosa, sino situar el trabajo orante en el marco de la vida. La oración, efectivamente, es para la vida, no al revés. Por eso, una manera de “medir” los efectos beneficiosos de la oración es mirar el nivel de paz: a más paz, mejor oración; a más desasosiego menor calidad en la oración:

                Oramos: Que oremos para tener paz; que nuestra paz se alimente de la oración; que oremos y nos pacifiquemos.

 

***

 

Palabras que alientan:

 

Nada más indeleble que la huella

de la esperanza, cuando están las cosas

por hacer y los días prometen ocasiones. 

Luego todo se hace para olvidar, no salen

las horas, no se amoldan los veranos 

al dibujo, no cuadran 

las cuentas. Es el tiempo primero el que se hace 

a la medida del deseo: todo

crece y crece, la estancia se hace enorme;

lejana, la lejana raya del mar; el cielo 

nunca se acaba, nunca terminará el anuncio 

de lo feliz. Feliz aquél que quiere 

ser feliz, el que intenta pronósticos dorados, 

planea paraísos, urde edenes, 

quema torvos agueros y a sí mismo se elige 

dios. Los años divinos nunca insisten, mas dejan 

un reguero de gracia que permite 

ahogar lo que nos queda

 

                        Alfonso Canales

 

***

 

Tu parte:

 

                Trata en esta semana de vivir lo más sosegadamente que puedas. Contagia paz en el corazón de quien vive contigo.

 

***

 

 

Filipenses 16

CVF 

Domingo 8 de febrero de 2015

 

VOLVER A JESÚS

 Plan de oración con Filipenses

 

16. Filp 4,2-3

 

Introducción:

 

                La vida social y personal nos muestra la dificultad que es, a veces, lograr y llegar a un acuerdo. El desacuerdo parece ser lo normal; sin embargo, algo dentro nos dice que los humanos estamos hechos para lograr acuerdos. Efectivamente, cuando se logra un acuerdo, aunque sea a costa de ceder algo, lo humano, lo personal, sale potenciado. Los acuerdos generan humanidad, mientras que los desacuerdos nos llevan a la oscuridad y a la ruina. De ahí que, por razones de humanidad, haya que estar siempre dispuestos al acuerdo y sea preciso alejar lo más posible el desacuerdo que no lleva a nada. Propiciar acuerdos es crear humanidad; fomentar desacuerdos es sembrar la mala semilla de lo inhumano. Por eso, quien anhela ser persona anhela a la vez colaborar siempre con la espiritualidad del acuerdo.

                Es que el pasaje de esta semana nos pone delante un caso singular: dos mujeres, Evodia y Síntique, que son cristianas, que han trabajado codo a codo por el Evangelio y ahora están enemistadas. Es decir, el Evangelio no ha logrado que anduvieran de acuerdo, no ha sido capaz de englobar la diferencia. Es la evidencia del fracaso de la propuesta de Jesús que es una propuesta para el acuerdo. Por eso, Pablo recomienda a Timoteo que haga todo lo posible para volver al acuerdo entre ellas, porque volver al acuerdo es volver a lo genuino del Evangelio. Porque un Evangelio en el desacuerdo no es el Evangelio de Jesús.

***

 

Texto:

 

                2Recomiendo a Evodia y lo mismo a Síntique que anden de acuerdo como cristianas que son; por supuesto, a ti en particular, leal compañero, te pido que les ayudes, pues ellas lucharon a mi lado por el evangelio, con Clemente y los demás colaboradores míos, cuyos nombres están inscritos en el registro de los vivos.

 

***

 

La sociedad nos ayuda a volver a Jesús:

 

 

                Estos son A. Tsipras y M. Schultz, presidente de Grecia y del Parlamento europeo respectivamente. Es encomiable que, partiendo de posturas políticas y económicas, tan distintas y distantes traten de llegar a un acuerdo. Están ambos convencidos que el camino de los acuerdos es más productivo para un país que el desacuerdo. Ellos no lo enfocan así, pero al ir en la línea de lo humano van en la línea del Evangelio.

                Oramos: Te bendecimos, Señor, por quienes quieren lograr acuerdos para el bien de todos; te damos gracias por quienes creen que el camino de la concordia lleva al corazón de lo humano; te pedimos que los acuerdos provechosos sean el terreno de lo humano.

 

***

 

Volver al Jesús del Evangelio:

 

                Se puede decir que el Jesús del Evangelio ha sido uno que ha querido propiciar acuerdos, entre pobres y poderosos, entre enfermos y sanos, entre legisladores y legislados. Pero eso sí, siempre con la verdad. Por eso, los acuerdos de Jesús potencian el lado de los frágiles, ya que ellos, por razones de equidad, deben ser socorridos y amparados con un plus de humanidad. Los acuerdos del Evangelios no son meros pactos de no agresión, de puro equilibrio. Son acuerdos para el bien de los humildes, no hay que olvidarlo.

Oramos: Gracias, Señor, por tus acuerdos a favor de los frágiles; gracias por tus acuerdos que humanizan a todos; gracias por tus acuerdos con cimiento de justicia.         

 

***

 

Volver a los valores hondos:

 

                Para llegar a acuerdos sociales hay que creer en la posibilidad de construir un acuerdo. Ir a la negociación con la certeza inicial de que esto no hay quien lo arregle es condenar de antemano el resultado al fracaso. Para ir en una actitud positiva es necesario volver al valor elemental de la bondad del corazón humano: toda negociación demanda que se crea que en el fondo de la persona anida el bien y el deseo de vivir en bondad. Si esta certeza no se halla presente, el acuerdo es poco menos que imposible.

Oramos: Que creamos en la bondad del corazón de toda persona; que creamos en las posibilidades de buen entendimiento entre humanos; que creamos que hay caminos para el encuentro.

 

***

 

Volvemos a la comunidad:

 

                Raramente estamos en desacuerdo en la comunidad virtual. Como hay un previo de aprecio y cariño, el acuerdo, para una actividad u otra, resulta siempre fácil. Es otro de los beneficios de este grupo, ayudarnos a entender que la posibilidad de acuerdo entre quienes se aprecian es mucho más grande que si no media el aprecio primero. Por eso mismo, para estar de acuerdo, antes es preciso tener un talante amable y afectuoso con el otro.

                Oramos: Que andemos de acuerdo con facilidad; que nos respetemos para que el acuerdo sea posible; que el amor sea el previo de todo acuerdo entre nosotros.

 

               

***

 

Palabras que alientan:

 

Y LA LLUVIA vendrá y se irán con ella

la clausura, el dolor, la culpa, el frío. 

Los aullidos del viento. 

 

Consuélate, por fin febrero es corto. 

Ya no puede tardar la primavera. 

 

Carlos Aganzo

 

***

 

Tu parte:

 

                Intenta estos días evitar el desacuerdo. Pon por medio el respeto y el aprecio para que el acuerdo brote.

 

***

 

Filipenses 15

CVF 

Domingo 1 de febrero de 2015

 

VOLVER A JESÚS

 Plan de oración con Filipenses

 

15. Filp 3,17-4,1

 

Introducción:

 

                Muchas veces nos lo decimos: nuestro mayor enemigo es la superficialidad. Hay quien cree que no hay nada más allá de la piel, que la persona es una realidad vacía, que dentro no hay nada. Y no nos referimos al “alma”, esa manera dicotómica de describir lo humano que quizá ya no rige. Nos referimos a la interioridad, a la evidencia de que dentro de la persona hay vida, a los valores que conforman ese “disco duro” que es el corazón. Por eso hay dos mentalidades a la hora de vivir: la de quien profundiza y la de quien se sitúa en una perspectiva de profundidad, de humanidad, de espiritualidad. Mirar en la dirección de lo profundo es la mejor manera de ser humano, la forma más enriquecedora de transitar los días. Situarse en términos de hondura no es ninguna extraña mística. Es no sucumbir únicamente a lo que se ve y afirmar la verdad y el valor de lo que no se ve, de lo que anida dentro.

                Hacemos estas reflexiones porque Pablo contrapone en este pasaje dos mentalidades, dos maneras de ver la vida, dos formas de situarse en lo que somos: la de quien no mira más que a lo de fuera, los “centrados en lo terreno” y los que apuntan a profundidades de vida y de fe, “los que tienen el esplendor de Jesús”.  No se trata de cuestiones religiosas, en primera instancia, sino de maneras de entender la vida. Vivir desde fuera termina llevando a un empobrecimiento de lo humano; vivir con profundidad, con ahondamiento, con reflexión, con mirada a lo que no se ve, es lo que va haciendo que el camino humano sea hermoso. Sobra decir que quien trabaja la fe de Jesús, que quien lee la Palabra con detenimiento, está queriendo construir el segundo camino: la mentalidad de quien cultiva lo que hay más adentro de la mera piel.

 

***

 

Texto:

 

                17Hermanos, seguid todos mi ejemplo y tened siempre delante a los que proceden según el modelo que tenéis en nosotros, porque andan por ahí muchos… 18¡Cuántas veces os lo he señalado, y ahora lo hago con lágrimas en los ojos, a esos enemigos de la Cruz del Mesías! 19Su paradero es la ruina, honran a Dios con el estómago, y ponen su gloria en sus vergüenzas, centrados como están en lo terreno.

                20Nosotros, en cambio, somos ciudadanos del cielo, de donde aguardamos como salvador al Señor Jesús, el Mesías; 21él transformará la bajeza de nuestro ser reproduciendo en nosotros el esplendor del suyo, con esa energía que le permite incluso someterse el universo.

                4,1De modo que, hermanos míos queridos y añorados, mi alegría y mi corona, mis amigos, manteneos así fieles al Señor.

 

***

 

La sociedad nos ayuda a volver a Jesús:

 

                He aquí una escena entrañable: Kareem y sus nietos juegan al ajedrez en el campo de refugiados sirios de Al Azraq, en Jordania. Juegan a la luz de una pequeña lámpara de energía solar. Un proyecto de la ONU lleva iluminación a los campos de refugiados donde cientos de personas viven en condiciones muy duras. “Después de la guerra, estos pequeños placeres son la vida”, dicen. Algo tan simple como una lámpara y no solo se hace la luz, sino que se abre el camino de la profundidad, de la relación, de la vida. Esto indica que esa es la tendencia de la verdad en lo humano: ir a lo profundo, a lo disfrutado, a lo espiritual, entendiendo por tal el nivel ahondado de lo humano.

                Oramos: Gracias, Señor, por quienes posibilitan lo humano; gracias por quienes ayudan al disfrute de los pobres; gracias por quienes cultivan el espíritu con medios sencillos.

 

***

 

Volver al Jesús del Evangelio:

 

                 Dice Pablo que el creyente que mira a lo profundo aguarda como salvador a Jesús. Siempre se ha entendido la salvación en el más allá. Pero el Evangelio postula una salvación en la historia, en el más acá. Esa salvación no es sino la humanización de la vida. Cuanto más humanos más salvados; cuanto más inhumanos, más perdidos. De ahí que si la experiencia cristiana no ayuda a humanizar, no ayuda a salvar. Salvarnos del empobrecimiento, de la soledad, de la maldad, de la pena, a eso apuntan los anhelos del programa de Jesús:

                Oramos: Sálvanos, Señor, del empobrecimiento que nos hace enemigos unos de otros; sálvanos de la soledad que nos aleja a unos de otros; sálvanos de la maldad que nos hace ignorar los rasgos del rostro del otro.

 

***

 

 

 

 

Volver a los valores hondos:

 

                Habla Pablo de una energía que nos permite someter al universo. No se trata de someter, de dominar, de explotar, sino de integrarse, de compartir, de colaborar. La mentalidad humanizadora es una mentalidad colaboradora, respetuosa, amable. Estos son los valores hondos, necesarios, para poder vivir en armonía con lo creado, para conectar el fondo de todas las realidades, humanas y creacionales. Conectarse en el fondo, ejercer la com-pasión con toda realidad creada es lo que puede llevarnos a una nueva mentalidad humanizadora y creyente.

                Oramos: Que conectemos con el fondo de las criaturas; que construyamos la paz con toda realidad creada; que seamos com-pasivos con quien, como nosotros, transita el camino de la vida.

 

***

 

Volvemos a la comunidad:

 

                Tanto los trabajos orantes como los relacionales quieren ayudarnos a escapar de la mera superficie, de la mera piel, para sentirnos y entendernos más desde lo profundo, desde lo real, desde la verdad. Por eso, un gran beneficio de la comunidad orante es ayudarnos a escapar de la superficialidad. Efectivamente, la comunidad nos ayuda a la profundidad y, con ello, nos ayuda a la dicha, al éxito humano, al disfrute sencillo de la vida.

                Oramos: Que nos ayudemos a profundizar; que nos ayudemos a ahondar; que nos ayudemos a disfrutar.

 

***

 

Palabras que alientan:

 

¿Mi tierra? 
Mi tierra eres tú. 

¿Mi gente? 
Mi gente eres tú. 

El destierro y la muerte 
para mi están adonde 
no estés tú. 

¿Y mi vida? 
Dime, mi vida, 
¿qué es, si no eres tú?

L. Cernuda

 

***

 

Tu parte:

 

                Trata en estos días de mirar lo que te pasa con cierta profundidad. Evita los juicios rápidos y superficiales.

                              

***

 

 

Filipenses 14

CVF 

Domingo 25 de enero de 2015

 

VOLVER A JESÚS

 Plan de oración con Filipenses

 

14. Filp 3,12-16

 

Introducción:

 

                En casi todos los órdenes de la vida, ésta queda entendida y vivida como una competición. Tal es así que quien no tiene espíritu competitivo andará muy malgasta para encontrar trabajo. Se valora socialmente la competición, y menos la colaboración. Quien compite y gana (si pierde, silencio) se hace un hueco en la sociedad, logra su cuota de fama. Quien colabora está más en lo oscuro y puede que hasta que nunca salga a la palestra de los medios. De ahí que hasta a los niños se les inculca el espíritu competitivo en el deporte, en los resultados escolares, en las habilidades sociales. Una sociedad colabora tiene mucho mejor futuro que otra competitiva. Aprender el valor de la colaboración demanda un espíritu sensible y abierto a la realidad del otro, “descentrado” de uno mismo, haciendo un sitio al distinto en el propio horizonte. A la larga, eso es mucho más “productivo”.

                San Pablo dice, para evitar personalismos, liderazgos absorbentes y competiciones estériles, que Jesús le ha obtenido el premio. A él y a todos. De tal manera que la competición ha quedado sin sentido. Efectivamente, para Jesús no hay competidores sino hermanos, no hay disputas por un premio, sino el más jugoso compartir, no existe rivalidad sino amble compañerismo. A esto tendría que llevarnos la comprensión de la persona de Jesús y su mensaje. Si en esto también somos como lagente “normal”, ¿qué aporta realmente el Evangelio a una visión alternativa de la sociedad? Conviene pensarlo.

 

***

 

Texto:

 

                12No es que ya haya conseguido el premio o que ya esté en la meta; sigo corriendo a ver si lo obtengo, pues el Mesías Jesús lo obtuvo por mí. 13Hermanos, yo no pienso ya haberlo obtenido personalmente, y solo una cosa me interesa: olvidando lo que queda atrás y 14lanzándome a lo que está por delante, correr hacia la meta, para coger el premio al que Dios llama desde arriba por el Mesías Jesús.

                15¡A ver, los hombres hechos, esta es nuestra línea! Y si en algún punto pensáis de otro modo, Dios se encargará de aclararos también eso. 16En todo caso, seamos consecuentes con lo ya alcanzado.

 

***

 

La sociedad nos ayuda a volver a Jesús:

 

 

                Esta muchacha es Laia Sanz que ha competido el Dakar de este año. La única mujer y ha logrado un buen puesto. Todos los telediarios han ofrecido información sobre ella y su “proeza”. Salta a la fama por su capacidad competidora. Desde ahí se hacen populares y entran en todos los hogares. Quien compite tiene un sitio en la sociedad. Quien colabora pasa un segundo plano. Pero en la colaboración está el verdadero futuro de lo humano. No en la competición.

                Oramos: Que admiremos a quien colabora; que apreciemos a quien se entrega; que valoremos a quien ampara.

 

***

 

Volver al Jesús del Evangelio:

 

                 Jesús ha sido un no-competidor nato. No ha querido entrar en litigio con nadie, aunque su vida haya sido complicada. No ha juzgado a nadie, no ha tenido pretensiones sobre nadie y sobre nada. El poder establecido lo ha visto más como un obstáculo a sus inhumanos fines que como un competidor en el mismo terreno. Su generosidad básica, su darse por entero, su buscar el bien del otro han alejado de él todo posible espíritu de competición. Por eso es hermano de cualquiera.

                Oramos: Gracias, Señor, por no haberte apropiado de nadie; gracias por no haber tenido pretensiones sobre nadie; gracias por tener un interior desposeído y ofrecido.

 

***

 

Volver a los valores hondos:

 

                Un peligro del competidor es menospreciar el pasado; un peligro, instalarse en el pasado. Pablo dice que él se lanza hacia lo que está por delante. Sin obviar el pasado, pero el verdadero campo de trabajo de lo humano es el futuro. Por eso, interesante por el futuro, dejarse interrogar por él, construir desde el hoy un futuro más humano, tener preocupación por los grandes futuros (del mundo, del Evangelio, de los débiles…) es la manera de situarse de quien entiende a Jesús, un hombre de futuro.

                Oramos: Que nos preocupe el futuro del mundo; que nos preocupe el futuro del Evangelio; que nos preocupe el futuro de los débiles.

 

***

 

Volvemos a la comunidad:

 

                Nuestra comunidad no compite en nada, no hay zancadillas, ni anhelos de derrotar al otro. No tenemos pretensiones sobre nadie y cualquiera es aceptado como es. Ese es un fruto de la oración y de la vida. Sería un síntoma fatal que hubiera que competir en algo entre nosotros. No habríamos entendido nada de la buena relación y, menos aún, de lo que es una comunidad.

                Oramos: Que nunca compitamos con quien amamos; que nunca litiguemos con quien vive con nosotros; que nunca tratemos de vencer a quien nos quiere.

               

***

 

Palabras que alientan:

 

   NO se puede prever. Sucede siempre

cuando menos lo esperas. Puede pasar que vayas

por la calle, deprisa, porque se te hace tarde

para echar una carta en correos, o que

te encuentres en tu casa por la noche; puede 

acontecer también que sea verano

y que te hayas sentado en la terraza

de una cafetería, o que sea invierno y llueva

y te duelan los huesos; que estés triste o cansado,

que tengas treinta años o que tengas sesenta. 

Resulta imprevisible. Nunca sabes

cuándo ni cómo ocurrirá. 

                                       Transcurre

tu vida igual que ayer, común y cotidiana. 

"Un día más", te dices. Y de pronto,

se desata una luz poderosísima

en tu interior, y dejas de ser el hombre que eras

hace sólo un momento. El mundo, ahora,

es para ti distinto. Se dilata

mágicamente el tiempo, como en aquellos días

tan largos de la infancia, y respiras al margen

de su oscuro fluir y de su daño. 

Praderas del presente, por las que vagas libre

de cuidados y culpas. Una acuidad insólita

te habita el ser: todo está claro, todo

ocupa su lugar, todo coincide, y tú,

sin lucha, lo comprendes. 

                                        Tal vez dura

un instante el milagro; después las cosas vuelven

a ser como eran antes de que esa luz te diera

tanta verdad, tanta misericordia. 

Mas te sientes conforme, limpio, feliz, salvado, 

lleno de gratitud. Y cantas, cantas. 

 

 

Eloy Sánchez Rosillo 

 

***

 

Tu parte:

 

                Activa tu espíritu de colaboración en estos días. Deja de lado cualquier tentación de competir con nadie.

 

                              

***