Marcos 41-51
CVMc
Domingo, 15 de enero de 2017
VIDA Y EVANGELIO:
UN MISMO CAMINO
Plan de oración con el Evangelio de Marcos
41. Mc 6,35-37
Una reflexión inicial:
El continuo bombardeo de datos negativos al que nos someten los medios de comunicación crea en nosotros/as la certeza de que todo va mal, de que no hay progreso, de que los humanos marchamos hacia nuestra propia autodestrucción.
Pero cuando se hacen recopilatorios de unos cuantos años, esto no es así. Por ejemplo: Entre 1960 y 1980 las guerras provocaron 4 de cada 100.000 muertes. Desde el año 2000 han provocado menos del 0,5 por 100.000. O por ejemplo: en 1900 solamente el 12% de la población mundial vivía en países democráticos; en 1950 eran el 31% y en 2015 somos el 53%.
Esto indica que los trabajos activos por la mejora del camino humano dan sus resultados positivos y que la especie humana tiene capacidad para mejorar y que, más lentamente de lo que algunos desearíamos, la desarrolla.
Es cierto que todavía nos afligen muchas calamidades causadas por nosotros. Pero si este es el ritmo de humanización, podemos pensar que el futuro será mucho mejor que el pasado vivido.
Situarse en este lado positivo no lleva a obviar lo negativo, pero habla del anhelo de hacer un camino más humano y fraterno. Quien ama el Evangelio ahí habría de colocarse.
El texto:
35Avanzada ya la tarde se le acercaron sus discípulos y le dijeron:
- El lugar es despoblado y ya es tarde; 36despídeles que vayan a los cortijos y aldeas de alrededor y se compren de comer.
Él les contestó:
- Dadles vosotros de comer.
Le dijeron.
- ¿Vamos a comprar panes por doscientos denarios de plata para darles de comer?
- La enseñanza de Jesús afecta al bien de todos. Pero antes una situación de carencia, los discípulos creen que cada uno tiene que buscarse la vida. Se acabó la idea comunitaria: el que venga atrás, que arree.
- Jesús no piensa así: cree que hay una responsabilidad humana de unos para con otros, piensa que el progreso ha de venir de la mano de la generosidad social de unos para con otros. De ahí su imperativo “Dadles vosotros de comer”. Cubrir las necesidades básicas no es tarea de Dios, sino de la persona.
- La ironía es el arma de los débiles: por eso hablan de comprar pan por una cantidad grande de dinero como si eso fuera a solucionar algo. No han entendido que el asunto no está en la cantidad, sino en la generosidad del propio corazón. El modelo económico de Jesús es el de bien común desde el lado de la generosidad. El éxito de este modelo no radica en el dinero sino en la actitud de las personas.
Para pensar:
- ¿Por qué nos cuesta creer en el progreso humano?
- ¿Creces cada vez más en generosidad? ¿Lo notas?
- ¿Aprecias a las personas generosas? Pon ejemplos.
Un valor: una lucha activa
Creemos que los grandes problemas humanos se van a solucionar por su pie, sin el concurso de una lucha activa. Craso error.
- Una lucha activa demanda una decisión clara por la persona, por su dignidad, como valor inalienable.
- Una lucha activa se basa más en la generosidad que en la cantidad de bienes de que uno dispone.
- Una lucha activa no se apea de la confianza de que la persona puede mejorar.
- Una lucha activa traslada, en la medida que puede, estas inquietudes al marco social y político.
- Una lucha activa demanda apoyarse en otras personas que están en parecido anhelo, ya que solo es muy difícil.
Una foto:
Esta foto recoge una situación que hemos visto mucho estos días: un columna de camiones de la cruz-media luna rojas aguarda a entrar en la cercada y masacrada ciudad de Alepo. Es el “dadles vosotros de comer” con el agravante de la máxima necesidad y del máximo peligro. Pero eso no les detiene. Mucha gente, creyente o no, siente lo que dice el Evangelio y se apresta a una colaboración activa. Eso es lo que Jesús pedía a sus discípulos amigos, y a nosotros.
Un poema:
EL INTRUSO
Caminaba sobre el agua, llenaba las redes,
los pescadores abandonaban su oficio por seguirlo.
En una boda faltó el vino. Él se hizo cargo:
centenares de litros,
un golpe de maestro viñador,
agua en vasos de piedra convirtiéndose en vino.
Es mejor, dijeron los invitados, sí, es mejor
el vino que surge sin pisar la uva,
el pan hecho sin grano ni horno,
el pez que se mete en la barca de un salto.
Desencadenaba el gratis que pertenece a la gracia,
apasionada y violenta.
Venía de un bautismo en aguas del Jordán,
murió poco más allá
sobre un travesaño con forma de T
y, cuando un hierro le atravesó el costado,
brotó agua, como la incisión de un parto.
Murió convertido en fuente.
He aquí el intruso del mundo,
empapado de la grasa de todas las culpas,
perdiendo el color, pálido de frío, en un abril
o incluso en un marzo, más allá de ochocientos metros
sobre el nivel del mar jamás tocado.
Un gargarismo de aguas en el fondo de un pozo seco,
un carraspeo en la tubería de las arterias:
así jarrea su resurrección.
Erri de Luca
CVMc
Domingo, 22 de enero de 2017
VIDA Y EVANGELIO:
UN MISMO CAMINO
Plan de oración con el Evangelio de Marcos
42. Mc 6,38-46
Una reflexión inicial:
Cuando se habla de modos alternativos de entender la economía, gran parte de la población y, sobre todo los economistas del neoliberalismo, sonríen y dicen: no hay más que esta manera nuestra de entender la economía, la economía del mercado y de la ganancia, la economía de las multinacionales y de los grandes dineros que ordenan y mandan sobre la historia.
En parte es cierto y en parte no. Es cierto, porque de hecho, hoy día, ellos tienen la sartén por el mango y ninguna intención de soltarla. No es cierto porque hay en el mundo intentos reales, con carne, de otro tipo de economía por minoritario que sea: economía del bien común, del decrecimiento, de la sobriedad feliz, de rostro humano, economía sensible, solidaria, etc.
No representan más que una parte pequeña de la economía real. Por eso el gigante se ríe a mandíbula batiente. Pero teme mucho a esas semillas porque pueden dar otro fruto.
De tal manera que quizá no se puede ser optimita respecto a un cambio de modelo económico pero sí se puede tener la esperanza de que se vaya poniendo en pie un tipo de economía de rostro e intención humana, sin abandonar el anhelo del progreso económico.
Muchos llaman a esto populismo, pero es, en realidad, la vieja utopía de la fraternidad igualitaria. Hay sectores sociales que se empeñan en mantener viva esta llama.
El texto:
38Él les dijo:
- ¿Cuántos panes tenéis? Id a ver.
Cuando lo averiguaron, le dijeron:
- Cinco panes y dos peces.
39Les ordenó que les hicieran recostarse a todos en la hierba verde formando corros, 40pero se echaron formando cuadros de ciento y de cincuenta.
41Tomando él los cinco panes y los dos peces, alzó la mirada al cielo, pronunció la acción de gracias, partió los panes y los fue dando a los discípulos para que los sirvieran; también los dos peces los dividió para todos. 42Comieron todos hasta saciarse, 43y recogieron de trozos doce cestos llenos, también de los peces. 44Los que comieron los panes eran cinco mil hombres adultos.
45Enseguida obligó a sus discípulos a que se montaran en la barca y fueran delante al otro lado, en dirección a Bestaida, mientras él despedía a la multitud. 46Cuando se despidió de ellos se marchó al monte a orar.
- El milagro de los panes repartidos no es que salieran panes del cesto, sino que alguien se aprestara a poner sobre la mesa común lo poco que tiene, cinco panes o dos peces. El milagro es el del compartir, no el de los panes multiplicados (estos se multiplica únicamente partiéndolos).
- La gente quiere entender esto en la economía de la producción. Por eso se sientan “en cuadros”, la vieja manera de hacer justicia a los pobres, el viejo modelo de mercado. Mientras que Jesús quiere que se siente “en corro”, en una economía que mira la cara del otro, que hace la necesidad del otro mi preocupación, importándome la situación de quien sufre.
- Los panes se reparten en este segundo escenario y entonces es cuando “comen todos hasta saciarse”. La saciedad económica no viene tanto por la abundante producción sino por el equilibrado reparto.
Para pensar:
- ¿Crees que es posible otro tipo de economía más humana?
- ¿Tienes alguna práctica persona de ese tipo de economía?
- ¿Crees que la economía del bien común puede tener futuro?
Un valor: la sobriedad feliz
Un autor francés (P. Rahbí) ha difundido este tipo de economía alternativa que encierra un gran valor de fondo: se puede ser feliz siendo sobrio.
La sobriedad, la austeridad, ha tenido mala prensa porque se ha practicado de manera ascética, sin tener clara su finalidad o dándole una finalidad religiosa (por Dios) que hoy ya no tiene enganche.
Pero podría ponerse en pie por causa de la dignidad de la persona: vivo sobriamente y contento porque eso puede influir en que otra persona tenga sus necesidades básicas cubiertas. La evidencia de que este mecanismo funciona es insoslayable.
Más que de una manera de pensar, se trata de una manera de actuar. Cualquier pequeño paso, cualquier gesto que vaya en esa dirección habla de esperanza.
Una foto:
Esta muchacha es Marta Avesani, una especialista internacional en la economía del Bien común. Ella ha dicho: “La economía del Bien Común, al igual que el modelo True Business Sustainability, invita a la empresa a cambiar de perspectiva: de un enfoque de maximización del beneficio económico para los emprendedores y los inversores externos a repensar la empresa en su totalidad de manera que ella sea la respuesta a una necesidad humana o a un problema local o global. Esta respuesta está integrada en el business model y en los objetivos de la empresa. Además, la empresa no solamente crea valor positivo para la sociedad con su producto o servicio sino también evita crear externalidades negativas sociales y medioambientales en los procesos productivos”.
Un poema:
“Tener el sol entre las manos, sin quemarse, y pasarlo como una antorcha a los que proseguirán la marcha, es un acto arduo pero sagrado. Lo necesitamos. Vendrá un día en que a medida que se llene de luz la conciencia del hombre, se debilitarán los dogmas que lo esclavizaron desde siempre; y este se irá identificando con el sol cuanto más se aproxime a los ideales de dignidad y libertad humanas”.
Odiseas Elytis
CVMc
Domingo, 22 de enero de 2017
VIDA Y EVANGELIO:
UN MISMO CAMINO
Plan de oración con el Evangelio de Marcos
42. Mc 6,38-46
Una reflexión inicial:
Cuando se habla de modos alternativos de entender la economía, gran parte de la población y, sobre todo los economistas del neoliberalismo, sonríen y dicen: no hay más que esta manera nuestra de entender la economía, la economía del mercado y de la ganancia, la economía de las multinacionales y de los grandes dineros que ordenan y mandan sobre la historia.
En parte es cierto y en parte no. Es cierto, porque de hecho, hoy día, ellos tienen la sartén por el mango y ninguna intención de soltarla. No es cierto porque hay en el mundo intentos reales, con carne, de otro tipo de economía por minoritario que sea: economía del bien común, del decrecimiento, de la sobriedad feliz, de rostro humano, economía sensible, solidaria, etc.
No representan más que una parte pequeña de la economía real. Por eso el gigante se ríe a mandíbula batiente. Pero teme mucho a esas semillas porque pueden dar otro fruto.
De tal manera que quizá no se puede ser optimita respecto a un cambio de modelo económico pero sí se puede tener la esperanza de que se vaya poniendo en pie un tipo de economía de rostro e intención humana, sin abandonar el anhelo del progreso económico.
Muchos llaman a esto populismo, pero es, en realidad, la vieja utopía de la fraternidad igualitaria. Hay sectores sociales que se empeñan en mantener viva esta llama.
El texto:
38Él les dijo:
- ¿Cuántos panes tenéis? Id a ver.
Cuando lo averiguaron, le dijeron:
- Cinco panes y dos peces.
39Les ordenó que les hicieran recostarse a todos en la hierba verde formando corros, 40pero se echaron formando cuadros de ciento y de cincuenta.
41Tomando él los cinco panes y los dos peces, alzó la mirada al cielo, pronunció la acción de gracias, partió los panes y los fue dando a los discípulos para que los sirvieran; también los dos peces los dividió para todos. 42Comieron todos hasta saciarse, 43y recogieron de trozos doce cestos llenos, también de los peces. 44Los que comieron los panes eran cinco mil hombres adultos.
45Enseguida obligó a sus discípulos a que se montaran en la barca y fueran delante al otro lado, en dirección a Bestaida, mientras él despedía a la multitud. 46Cuando se despidió de ellos se marchó al monte a orar.
- El milagro de los panes repartidos no es que salieran panes del cesto, sino que alguien se aprestara a poner sobre la mesa común lo poco que tiene, cinco panes o dos peces. El milagro es el del compartir, no el de los panes multiplicados (estos se multiplica únicamente partiéndolos).
- La gente quiere entender esto en la economía de la producción. Por eso se sientan “en cuadros”, la vieja manera de hacer justicia a los pobres, el viejo modelo de mercado. Mientras que Jesús quiere que se siente “en corro”, en una economía que mira la cara del otro, que hace la necesidad del otro mi preocupación, importándome la situación de quien sufre.
- Los panes se reparten en este segundo escenario y entonces es cuando “comen todos hasta saciarse”. La saciedad económica no viene tanto por la abundante producción sino por el equilibrado reparto.
Para pensar:
- ¿Crees que es posible otro tipo de economía más humana?
- ¿Tienes alguna práctica persona de ese tipo de economía?
- ¿Crees que la economía del bien común puede tener futuro?
Un valor: la sobriedad feliz
Un autor francés (P. Rahbí) ha difundido este tipo de economía alternativa que encierra un gran valor de fondo: se puede ser feliz siendo sobrio.
La sobriedad, la austeridad, ha tenido mala prensa porque se ha practicado de manera ascética, sin tener clara su finalidad o dándole una finalidad religiosa (por Dios) que hoy ya no tiene enganche.
Pero podría ponerse en pie por causa de la dignidad de la persona: vivo sobriamente y contento porque eso puede influir en que otra persona tenga sus necesidades básicas cubiertas. La evidencia de que este mecanismo funciona es insoslayable.
Más que de una manera de pensar, se trata de una manera de actuar. Cualquier pequeño paso, cualquier gesto que vaya en esa dirección habla de esperanza.
Una foto:
Esta muchacha es Marta Avesani, una especialista internacional en la economía del Bien común. Ella ha dicho: “La economía del Bien Común, al igual que el modelo True Business Sustainability, invita a la empresa a cambiar de perspectiva: de un enfoque de maximización del beneficio económico para los emprendedores y los inversores externos a repensar la empresa en su totalidad de manera que ella sea la respuesta a una necesidad humana o a un problema local o global. Esta respuesta está integrada en el business model y en los objetivos de la empresa. Además, la empresa no solamente crea valor positivo para la sociedad con su producto o servicio sino también evita crear externalidades negativas sociales y medioambientales en los procesos productivos”.
Un poema:
“Tener el sol entre las manos, sin quemarse, y pasarlo como una antorcha a los que proseguirán la marcha, es un acto arduo pero sagrado. Lo necesitamos. Vendrá un día en que a medida que se llene de luz la conciencia del hombre, se debilitarán los dogmas que lo esclavizaron desde siempre; y este se irá identificando con el sol cuanto más se aproxime a los ideales de dignidad y libertad humanas”.
Odiseas Elytis
CVMc
Domingo, 5 de febrero de 2017
VIDA Y EVANGELIO:
UN MISMO CAMINO
Plan de oración con el Evangelio de Marcos
44. Mc 6,54-56
Una reflexión inicial:
Una asignatura pendiente en la sanidad es la humanización de la salud. Los pasos que se van dando son notables, desde la amabilidad de muchos de los sanitarios hasta la creación multiplicada de unidades de dolor para quienes están peor.
Ahí se ve claramente que curar es no solamente sacar de la enfermedad (en la medida en que esto sea posible), sino humanizar una situación de fragilidad, hacerla compatible, a pesar de la debilidad, con el camino humano.
Por eso mismo, a quien es humano tratando al enfermo lo apreciamos por encima de sus conocimientos de medicina. Con ello queda clara la sed de humanidad que brota imparable en el corazón humano y que lo hace a borbotones cuando la situación de debilidad lo demanda.
A esta tarea de humanización está llamada no solamente la clase sanitaria, sino toda persona. El éxito de la vida es su humanización y su fracaso cualquier deshumanización.
El PIB no dice nada del nivel de humanización; la dicha de la persona sí que lo dice. De ahí que contribuir a esa dicha es la gran riqueza de un país. Y cuando la persona lo necesita más, la dicha lograda es doble.
El texto:
54Al bajar ellos de la barca, algunos los reconocieron y, enseguida, 55recorriendo toda aquella comarca, empezaron a transportar en camillas a los que se encontraban mal, hasta donde oían que estaba.
56En cualquier parte en que entraba, aldeas, pueblos o caseríos, colocaban a los enfermos en las plazas y le rogaban que les dejase tocar aunque fuera el borde de su manto; y cuantos lo tocaron obtuvieron la salud.
- Estos sumarios dan cuenta de la actividad curativa ejercida por Jesús. Muchos otros hacían lo mismo en aquellos tiempos en que no había sanidad técnica. Pero la comunidad cristiana desveló las curaciones de Jesús la llegada del Reino. ¿Por qué? Quizá por la inmensa ternura con que estaban hechas.
- Colocar a los enfermos en “las plazas” da una idea no solamente de popularidad, sino de legalidad: se hacen las curaciones a la vista de todos, en la plaza. Con ello se está indicando que éstas son una especie de “predicación” del Reino. Se predica más curando que hablado. El seguidor ha de tomar nota.
- Piden los enfermos “tocar el manto”, que es símbolo del espíritu de la persona. Tocar su espíritu, participar de su fuerza interior, conectar con sus valores, tener algo de lo que constituye el alma de Jesús. Eso es lo que realmente puede curar.
Para pensar u orar:
- ¿Haces obra de “curación” con gente frágil?
- ¿Humanizas en tu entorno?
- ¿Hablas de la fe o actúas de manera que se trasluce en tu conducta los valores evangélicos.
Un valor: la capacidad curativa de la ternura
La medicina técnica progresa cada día, para nuestro bien. Pero aún hay valores, como la ternura, que tienen un alto valor curativo:
- Una ternura curativa es aquella que no piensa en sí misma, sino en la dicha del otro.
- Una ternura curativa es aquella que quiere conectar con el corazón del otro, pasando por alto asuntos superficiales.
- Una ternura curativa es aquella que emplea palabras buenas y gestos amables como su único lenguaje.
- Una ternura curativa es aquella que tomar en serio los pequeños argumentos de la persona frágil.
Una foto:
Las manos que acogen otras manos, las de una enferma de alzheimer. Quizá no recuerdan nada, porque todo se ha borrado, pero el tacto de las manos permanece. Y por eso, esas manos heridas anhelan ser acogidas en otras manos. Es la ternura que no cura pero que ayuda a dar sentido al sinsentido de una enfermedad destructora. Es el amor y su fuerza increíble.
Un poema:
¿Quién dijo alguna vez: hasta aquí la sed,
hasta aquí el agua?
¿Quién dijo alguna vez: hasta aquí el aire,
hasta aquí el fuego?
¿Quién dijo alguna vez: hasta aquí el amor,
hasta aquí el odio?
¿Quién dijo alguna vez: hasta aquí el hombre,
hasta aquí no?
Sólo la esperanza tiene las rodillas nítidas.
Sangran.
J. Gelman
CVMc
Domingo, 12 de febrero de 2017
VIDA Y EVANGELIO:
UN MISMO CAMINO
Plan de oración con el Evangelio de Marcos
45. Mc 7,1-18
Una reflexión inicial:
Los pueblos no saben vivir sin tradiciones. Son como las raíces del sentido, la mística de la tribu, los sentimientos que generan identidad.
Por eso pesan tanto las tradiciones. Y, a veces, son un peso absurdo e incluso tóxico, con consecuencias tremendas.
Hay que tener a las tradiciones entre ceja y ceja. Si se las deja a su aire, terminan por adueñarse de la voluntad de los pueblos y de las conciencias de las personas.
¿No podrían ser las tradiciones raíces con humanidad? ¿No podrían ayudar no tanto a significar la tribu, sino a colaborar con el camino de humanización de la vida? ¿No puede haber tradiciones de humanidad?
Creemos que las hay, pero no son las que se publicitan ni las que se apropian quienes quieren sacar partido de sentimientos muchas veces carentes de racionalidad.
Por eso, la “prueba del algodón” de las tradiciones son su componente humano. Si éste no se halla presente en ellas, se convierten en realidades muy peligrosas.
El texto:
7,1Se congregaron alrededor de él los fariseos y algunos letrados llegados de Jerusalén 2y notaron que algunos de sus discípulos comían los panes con manos impuras, es decir, sin lavarse las manos.
3Es que los fariseos, y los judíos en general, no comen sin lavarse las manos restregando bien, aferrándose a la tradición de sus mayores; 4y, al volver de la plaza, no comen sin antes hacer abluciones; y se aferran a otras muchas cosas que han recibido por tradición, como enjuagar vasos, jarras y ollas.
5Le preguntaron entonces los fariseos y los letrados:
-¿Por qué razón no siguen tus discípulos la tradición de los mayores, sino que comen el pan con manos impuras?
6Él les contestó:
-¡Qué bien profetizó Isaías acerca de vosotros los hipócritas! Así está escrito:
Este pueblo me honra con los labios,
pero su corazón está lejos de mí.
7El culto que me dan es inútil,
porque la doctrina que enseñan
son preceptos humanos.
8Dejáis el mandamiento de Dios para aferraros a la tradición de los hombres.
- Nosotros no entendemos bien el trasfondo de este pasaje porque la llamada “impureza legal” ha acogotado al judaísmo antiguo: para presentarse ante Dios había que estar en situación de pureza total, algo prácticamente imposible porque siempre había algún motivo para “contaminarse” (por ejemplo, estar en un mercado donde haya una menstruante; eso causaba impureza, imagínese entre cientos de mujeres).
- El error de este planteamiento es creer que lavar por fuera es lo mismo que lavar por dentro. Lo que habría que hacer sería justamente lo contrario, poner interés en lavar por dentro. Una pureza de humanidad y de corazón, no de formas externas.
- Aferrarse a las tradiciones como motivo de identidad puede llevar a situaciones absurdas, peligrosas incluso. Las tradiciones deberían estar al servicio de la persona, no al revés.
- Todo esto lleva a una religiosidad vacía, a un culto sin raíces, a una fe que no lo es tal, sino regodeo en la práctica de unas costumbres que no tienen sentido. Vaciedad.
- Se deja “el mandamiento de Dios”, el amor, la humanización. Se ha pervertido el camino. Ya no hay orientación.
Para pensar u orar:
- ¿Soy de los que absolutizan las tradiciones?
- ¿Me molesta que se cambien las cosas religiosas u otras, o soy flexible?
Un valor: la racionalidad cordial
Lo más terrible del apego a las tradiciones sin más es su irracionalidad que, no pocas veces, raya en el absurdo. Habría que vivirlas con una racionalidad cordial, no fría, pero sensata.
- La racionalidad cordial lleva a preciar las tradiciones sin absolutizarlas.
- La racionalidad cordial sabe decir cuándo una tradición está caduca y no tiene ya sentido.
- La racionalidad cordial impulsa aquellas tradiciones que humaniza.
- La racionalidad cordial apunta al interior de la persona más que al exterior.
Una foto:
Hay tradiciones que plantean muchas preguntas. En USA se “indulta” a uno de los 40.000 pavos que se comen en el día de Acción de Gracias. En un país donde no se indulta a muchos reos que son ejecutados. Una tradición simpática esta del indulto del pavo. Por eso se ríen los dirigentes de la foto de este año. Mientras tanto, muchos presos en el corredor de la muerte esperan la inyección letal. Curiosas tradiciones, vacías de humanidad. Se indulta a un pavo, no se indulta a un reo.
Un poema:
Maldigo la poesía concebida como un lujo
cultural por los neutrales
que, lavándose las manos, se desentienden y evaden.
Maldigo la poesía de quien no toma partido hasta mancharse.
Hago mías las faltas. Siento en mí a cuantos sufren
y canto respirando.
Canto, y canto, y cantando más allá de mis penas
personales, me ensancho.
G. Celaya
CVMc
Domingo, 19 de febrero de 2017
VIDA Y EVANGELIO:
UN MISMO CAMINO
Plan de oración con el Evangelio de Marcos
46.Mc 7,9-13
Una reflexión inicial:
Un signo de sociedad evolucionada se da cuando las cargas personales pasan a ser también, en parte, cargas sociales.
Es el caso del cuidado de nuestros mayores. Siempre han sido cargas personales, familiares, que se han resuelto de la mejor manera posible, a veces de mala manera.
Pero de un tiempo aquí estar cargas personales o familiares devienen en cargas sociales: es la sociedad la que se ve concernida y toma parte en ello con el consiguiente gasto público.
Esto, creemos, es un avance y no un retroceso. El Papa Francisco pone, a veces, como ejemplo de familia cristiana, aquella que cuida a sus mayores en casa. Pero, la realidad es que, con frecuencia, o no se puede, o no se debe, o no hay posibilidad, o el mismo anciano elige una forma personal de ir acabando su vida. Estas variables son un progreso.
Efectivamente, en ellas se verifica que la sociedad tiene deudas de fraternidad con todos sus miembros, sobre todo con los más frágiles y que, en la medida que las cumple, se eleva el nivel de lo humano.
Por eso, el compromiso ciudadano, el deber de contribuir al hecho social, es una salida al natural desentendimiento con el que, a veces, tendemos a solucionar los problemas de los débiles. En ese sentido hemos mejorado, creemos, respecto a otras épocas donde o la familia respondía o, como era en muchas casos, te quedabas en absoluto desamparo.
El texto:
9Y añadió:
- ¡Qué bien echáis a un lado el mandamiento de Dios para implantar vuestra tradición! 10Porque Moisés dijo: “Sustenta a tu padre y a tu madre” y “el que deje en la miseria a su padre y a su madre tiene pena de muerte” (Ex 20,12; 21,27). 11En cambio vosotros decís: Si uno le declara a su padre o a su madre: “Eso mío con lo que podría ayudarte lo ofrezco en donativo al templo”, 12ya no le dejáis hacer nada por el padre o por la madre, 13invalidando la palabra de Dios con esa tradición vuestra que os habéis transmitido. Y de estas hacéis muchas”.
No habrá que olvidarlo: Jesús es un disidente, uno que se ha enfrentado a las tradiciones, un crítico, en épocas donde serlo era mucho más “peligroso” que ahora, en una sociedad donde esto pesaba como el plomo.
- Jesús apela a la autoridad de Moisés, al querer de Dios manifestado en una Ley hecha para humanizar. Se ha conseguido darle la vuelta: en vez de humanizar, contribuye al olvido del débil. La ley deja de ser “santa” para convertirse un obstáculo hacia Dios.
- Con el donativo al templo se mataban dos pájaros de un tiro: Se pagaba el tributo obligatorio al templo y se cumplía supuestamente la Ley. Los únicos perdedores eran el padre o la madre que quedaban desatendidos. La persona se quitaba la obligación y la sociedad se llamaba andana ante el asunto.
- Así queda invalidada la Palabra que quiere ser una cobertura para la fragilidad. La Palabra es agua de borrajas.
- Estas tradiciones “se transmiten” con lo que quedan consagradas y nadie puede osar tocarlas o cambiarlas a riesgo de quedar excomulgado por el sistema. Se ha logrado ganar la partida en todos los frentes.
Para orar o pensar:
- 1. ¿Conforme oro con el Evangelio, crezco en corresponsabilidad?
- 2. ¿Me interpela la suerte de los frágiles sociales?
- 3. ¿Soy persona aferrada a tradiciones?
Un valor: cuando amar es difícil
A veces amar a los frágiles es tarea más o menos fácil. Pero, con frecuencia, esta clase de amores tiene un plus de dificultad:
- Es difícil amar cuando el frágil es exigente y de trato difícil. Hay que hacer acopio de humanidad y de paciencia.
- Es difícil amar cuando el frágil se vale de su fragilidad para chantajearnos. Es preciso se amable y fuerte a la vez.
- Es difícil amar cuando el frágil se cierra y no quiere dejarse ayudar. Es preciso saber estar a la puerta todo lo que sea necesario.
- Es difícil amar cuando el frágil no quiere moverse de sus posiciones. Hay que animarse a llevar parte de su carga para “seducirle” y que ande.
Una foto:
Una foto común de un niño en un marco de pobreza. Dicen que España no es país para niños pobres. Que la pobreza severa afecta a un 16,7% de los menores de 18 años, nueve puntos por encima de la media europea. Y la brecha entre niños ricos y niños pobres es incluso mayor que la ya de por sí alta desigualdad de la población adulta española. Es una realidad que nos ha de golpear personal y socialmente.
Un poema:
Si alguna vez callásemos
como callan los árboles, las nubes
y las piedras, podrían escucharse
los árboles, las nubes y las piedras.
También en estas cosas se escucha una canción.
Y desde su silencio nos invitan
a creer en la voz que sin verbo habla.
Así,
mientras alguien fabula estrategias que calmen
su incertidumbre,
un lúgano le canta a la mañana
y el cielo le regala los colores del bosque.
Mientras alguien disfraza con plegarias su miedo,
un milano dibuja su vuelo entre las nubes
y esparce libertad.
Y mientas alguien busca con palabras
la respuesta que salve su alegría,
la primavera llega, tan callada,
y expande los secretos de la dicha.
El mundo nos entona su canción.
Una canción en blanco,
sin dictado ni acorde, sin ciencia ni conciencia,
que de la nada viene y en todo se refleja.
Basta callar, dejar cantar al mundo,
y oír su voz fugaz para entenderlo.
C. Molina
CVMc
Domingo, 26 de febrero de 2017
VIDA Y EVANGELIO:
UN MISMO CAMINO
Plan de oración con el Evangelio de Marcos
47.Mc 7,14-15
Una reflexión inicial:
Hay una tendencia en nosotros a achacar los errores a los demás, a ver los causantes de nuestra desgracia fuera de nosotros, a poner a los demás como excusa de nuestros yerros.
Pero hay que decir, con san Francisco, “que el enemigo está dentro”. Es decir, con harta frecuencia nosotros somos las causa de nuestros propios desajustes. Es preciso aceptar esto con la mayor cordialidad posible.
Es entonces cuando se puede iniciar un proceso de curación, porque mientras uno no reconozca su parte en el daño, hablar de curación es hablar de lo imposible.
Y es que, nos guste o no, hay dentro una fuente de aguas corruptas, una fiera escondida en el cañaveral, un Caín dentro. Es el componente limitado de nuestro ser que, como decimos, habrá que encajar con la mayor paz posible.
Eso mismo nos dará fuerza para potenciar lo que de positivo contenemos, que también lo hay en cada interior, y quizá más que contenidos negativos.
Al final hay que mantener la certeza de que el bien se irá adueñando de nuestro interior, siempre que le demos espacio, porque, por mucho que se diga lo contrario, el bien tiene más fuerza que el mal.
Esto habría de llevarnos a amar esta vida nuestra por encima de sus evidentes limitaciones con realismo y también con ilusión.
El texto:
14Y convocando esta vez a la multitud les dijo: - ¡Escuchadme todos y entended! 15No hay nada que desde fuera del hombre entre en él y pueda hacerlo profano; no, lo que sale del hombre es lo que hace profano al hombre.
Jesús ha roto con un tabú imperante en el mundo religioso: no hay barrera entre lo sagrado y lo profano. Todo es sagrado; únicamente el mal es profano. No hay realidades manchadas, únicamente el corazón puede manchar y estropearlo todo. Por eso hay que tener cucho cuidado en vigilar la ecología interior, el mundo de dentro que voy construyendo.
- Es algo dicho “a la multitud”, es decir, esto afecta a toda persona, porque nos llevamos el canto de un duro. Quien se crea libre del peligro de “profanar” las cosas no se entiende bien a sí mismo.
- Hay una dialéctica entre “lo que entra” y “lo que sale”. El problema no está en lo que entra, sino en lo que sale. Lo que entra nunca es malo, porque la creación es buena. Lo que sale, pasado por el tamiz del corazón, es lo que puede ser malo. Con eso es con lo que hay que tener cuidado.
- De modo que lo profano es una categoría del corazón, no de la creación. Hacer profano lo que ha sido creado como sagrado es empobrecerlo.
Para pensar u orar:
- 1. ¿Voy consiguiendo con el tiempo tener un interior más limpio, un corazón menos maleado?
- 2. ¿Tengo una visión positiva de la creación y de la vida en general?
- 3. ¿Influyo en la visión negativa de los demás o en la positiva?
Un valor: ecología interior
L. Boff dice muchas veces que hay que ir construyendo una ecología interior, una especie de mundo interior limpio y positivo, huyendo de grisuras y de perspectivas maleadas. No resulta fácil porque, además de lo que llevamos dentro, influye mucho la sociedad y los medios de comunicación.
- La ecología interior demanda una mirada limpia sobre la realidad.
- La ecología interior se identifica con el lado más humano y más positivo de la creación.
- La ecología interior tiene la certeza de que todas las cosas tienen valor en sí mismas, más allá de su utilidad.
- La ecología interior sabe que todos los seres tienen una finalidad positiva en el conjunto de lo creado.
- La ecología interior va eliminando los trasfondos negativos y se aplica a la construcción de los positivos.
Una foto:
Estas personas son Luis Gonzalo Segura, Ana Garrido y Azahara Peralta, personas que han sido valientes y, con gran perjuicio, han denunciado la corrupción en el país. Son gente, además de valiente, de un interior alejado del engaño y el encubrimiento. Más allá de cualquier limitación, son un ánimo para la ciudadanía con el fin de construir un interior social más ecológico y justo. Merecen un respeto y un agradecimiento.
Un poema:
Si alguna vez callásemos
como callan los árboles, las nubes
y las piedras, podrían escucharse
los árboles, las nubes y las piedras.
C. Molina.
CVMc
Domingo, 5 de marzo de 2017
VIDA Y EVANGELIO:
UN MISMO CAMINO
Plan de oración con el Evangelio de Marcos
48.Mc 7,17-23
Una reflexión inicial:
¿Qué hay realmente en el fondo del corazón de la persona? Somos un verdadero misterio. Uno se asombra de descubrir en el fondo del propio corazón cosas, reacciones, maneras de mirar que nunca habría pensado que estaban ahí, buenas y no tanto.
Un pozo sin fondo el propio corazón al que nunca llegamos del todo y los demás, a veces, prácticamente ni se asoman a tal fondo.
Por eso, para entender algo de los extraños caminos del corazón hay que mirar lo mucho, hay que ser muy paciente con él, hay que esperar que grite todo lo que tenga que gritar, que saque afuera todo lo que le pesa, que vierta sus lágrimas con total libertad.
Solamente así puede uno hacer amistad con el inextricable interior de la persona. Y desde ahí podrá entender algo y acompañar los raros caminos que, a veces, toma el corazón de la persona, el propio y el ajeno.
No hay que buscar siempre la lógica en su comportamiento, no hay que tratar de entender del todo su comportamiento, no es preciso conocer todos sus recovecos. A veces basta con asistir a ese misterio de manera solidaria, sobrecogida, amparadora.
Entender el corazón de los humanos, el propio de cada uno, es más cuestión de amparo que de entendimiento. Pero es algo importante, porque mientras no entendamos tales caminos del corazón no sabremos casi nada del sentido de lo humano.
El texto:
17Cuando entró en casa separándose de la multitud, le preguntaron los discípulos el sentido de la parábola. 18Él les dijo: - ¿Así que también vosotros sois incapaces de entender? ¿No caéis en la cuenta de que nada de fuera que entre en el hombre puede hacerlo profano? 19Porque no entra en su corazón, sino en su vientre, y se echa en la letrina. (Con esto declaraba puros todos los alimentos). 20Y añadió: -Lo que sale del interior del hombre, eso hace profano al hombre; 21porque de dentro, del corazón de los hombres, salen las malas ideas: libertinajes, robos, homicidios, 22adulterios, maldades, codicias, engaño, desenfreno, envidia, difamación, arrogancia, desatino. 23Todas esas maldades salen de dentro y hacen profano al hombre.
En conexión con el texto anterior, el presente vuelve a ponerse frente al misterio del corazón humano. El Evangelio no solamente es camino de contemplación de Dios, también lo es de contemplación del fondo de lo humano, del corazón. Hay que preguntarse lo que de común tienen ambos misterios.
- Le preguntan en casa: hay ciertas cosas que solamente te entienden en las distancias cortas, en la verdad de lo que uno es. Así ocurre con las cosas del corazón.
- Todo es puro: la realidad es buena en sí misma. Es cuando pasa por el filtro de nuestra maldad cuando se vuelve nociva. Por eso hay que vigilar ese filtro del corazón, su enorme capacidad para malear todo.
- Malas ideas: no solamente ideas, sino caminos comportamientos, flujos de mal que no podemos controlar a veces. Asistir a este torrente de mal sin perder la esperanza es una prueba máxima de humanidad y de fe.
- Desatino: eso es lo que anida en el corazón de la persona si uno no elabora una terapia adecuada para controlar y disminuir tal desatino.
Para pensar u orar:
- 1. ¿Controlas cada vez más el fondo de tu corazón?
- 2. ¿Eres amparo para el corazón de quien vive cerca de ti?
- 3. ¿Contemplas con respeto y aprecio el misterio del corazón del otro?
Un valor: vigilar lo que entra en el estómago
Es cierto que, de alguna manera, somos lo que comemos. Por eso hay que vigilar lo que entra en el estómago:
- Hay que vigilar la justicia o injusticia con la que están hechos los alimentos.
- Hay que vigilar la mano de obra que los ha confeccionado.
- Hay que vigilar la repercusión en el medio ambiente de los mismos.
- Hay que vigilar las buenas prácticas de la empresa que los produce.
- Hay que vigilar los componentes en pro de una composición sencilla y que se entienda.
- Hay que vigilar que no entren en los círculos de las grandes multinacionales que son las que nos dan gato por liebre.
Una foto:
A partir de 2018 los comercios cobrarán entre 5 y 30 céntimos las bolsas de plásticos de los supermercados. Es una manera de mantener mejor el medioambiente y de limpiar algo el corazón de los océanos que es una ciénaga de residuos. También hay que vigilar el corazón y el “estómago” de los mares. Quizá ello contribuya a controlar mejor el contenido de nuestro propio corazón.
Un poema:
No puedo encontrar a tu recuerdo olvido
Y no se que hacer en mi pasar lunático
Letras y letras que no dan alivio
Escribo en las horas del existir frenético
Las palabras frías en el momento estático
Suenan a nada silencio autentico
Y este dolor de singlar hipnótico
Lleva una angustia a mi dolor idéntico
Como lo digo en el mural lingüístico
Sin sonar ufano o proxeneta bélico
Aun te amo y el poema lírico
Es el adiós a nuestro amor agónico
Pero eres altanera por tu lindo físico
Y dices que sufro como un dramático
Que puedes decir si tu corazón de plástico
Jamás ha de sentir el amor verídico
Te creí y soñé porque fui un estúpido
Quizás atraído por el pensamiento erótico
Fueron solo palabras como un antídoto
Que me embelesaron y quede atónito
Siempre he de ser a tu amor incógnito
Y no he de esperar porque es fatídico
Te digo adiós aunque suene irónico
Y prometo olvidarte es lo mas empírico
Me dices adiós con un motivo exótico
Siento morir y me mantengo estoico
Porque el mentir se te da fantástico
Y yo no he de creer lo que suene irónico
A. David
CVMc
Domingo, 12 de marzo de 2017
VIDA Y EVANGELIO:
UN MISMO CAMINO
Plan de oración con el Evangelio de Marcos
49.Mc 7,24-31
Una reflexión inicial:
La persona religiosa estigmatiza y, con frecuencia, condena a la increencia, a la secularidad, al agnosticismo. Piensa que son sus “enemigos” y que, por lo tanto, hay que combatirlos. No cree que anide en ellos ni rastro de bondad. Y, sin embargo, eso no es así.
Efectivamente, la increencia tiene el gran valor de derribar nuestros ídolos y eso aquilata la fe. Además, como comprobamos a diario, muchos increyentes son personas de una calidad moral y aun espiritual que nos desborda y que conecta con el fondo del Evangelio, aunque se emplee el lenguaje contrapuesto. Pero en el fondo, se tocan.
La misma secularidad es curativa ante los desmanes a los que siempre está expuesto el sentimiento religioso. Por eso, el marco de la secularidad es buenísimo para vivir la fe: contiene las desviaciones que siempre acechan al camino religioso.
Incluso el agnosticismo es valioso porque éste no es solamente la mera negación de la posibilidad de conocer a Dios, sino que se sitúa humildemente ante el misterio oculto y, en ese sentido, beneficia al camino creyente porque tal camino también se sitúa ante el misterio y relativiza las manipulaciones y abaratamientos que se pueden hacer del mismo.
De manera que habríamos de estar agradecidos a esta sociedad nuestra por la ayuda que presta a la vivencia de una fe recia y por la indudable bondad que anida en el corazón y en la vida de muchas personas que se dicen fuera del marco religioso.
El texto:
24Se marchó de allí a la comarca de Tiro. Entró en una casa, no queriendo que nadie se enterase, pero no pudo pasar inadvertido. 25Una mujer que había oído hablar de él, y cuya hijita tenía un espíritu inmundo, llegó enseguida y se echó a sus pies. 26La mujer era pagana, una fenicia de Siria, y él le rogaba que echase el demonio de su hija. 27Él le dijo:
- Deja primero que se sacien los hijos, porque no está bien tomar el pan de los hijos y echárselo a los perros.
28Le contestó ella:
- Señor, también los perros debajo de la mesa comen las migajas que dejan caer los chiquillos.
29Él le dijo:
- Por eso que has dicho, puedes marcharte: el demonio ha salido de tu hija.
30Al llegar a casa encontró a la chiquilla echada en la cama; el demonio se había marchado.
31Dejó Jesús la comarca de Tiro, pasó por Sidón y llegó de nuevo al mar de Galilea por mitad del territorio de la Decápolis.
Jesús va a disgusto a tierra de paganos. No hay más que ver la dura respuesta a la mujer sirofenicia. Pero algo le empujó a ir a tierra de paganos: aprendió (¿dónde? ¿en las noches de oración?) que la propuesta del Reino también era paganos, que debía saltar el molde estrecho de la religión. Y fue. A regañadientes, pero fue.
- La mujer tiene con su hija una relación de dominio. Por eso, el mensaje tiene que colaborar a que tal relación se quiebre.
- La hija está “endemoniada”, es decir, siente rabia de que se le oprima, del dominio que se ejerce sobre ella. Aspira a la libertad.
- La mujer tiene que renunciar a todo principio discriminatorio del mismo modo que los judíos han de renunciar a considerar “perros” a los paganos. Las discriminaciones generan respuestas violentas, “endemoniadas”.
- Cuando se rompe el principio discriminatorio, cuando se ve en el otro la dignidad que le invade, es cuando hay liberación, el “milagro” de una vida en libertad y fraternidad. El “demonio” se ha ido.
Para pensar u orar:
- 1. ¿Te va haciendo el Evangelio ser menos opresor, menos instalado en el poder?
- 2. ¿Te gusta, para ti y para todos, el tema de la libertad?
- 3. ¿Vas siendo crecientemente respetuoso/a y agradecido/a a medida que vas orando con el Evangelio?
Un valor: Caminos diversos para llegar al fondo de lo humano
La persona creyente tiene a veces la certeza de que el único camino para llegar a la verdad es el suyo. Pero lo que realmente interesa es no tanto la verdad absoluta cuanto situarse y tocar la verdad de la persona, su fondo. Y para eso los caminos son múltiples:
- Está el camino de las religiones que, en la medida de su humanidad, pueden acercarnos al fondo de lo humano.
- Está el camino de la belleza, de las artes, que desvelan con brillo lo que anida de más hermoso en el anhelo de toda persona.
- Está el arduo camino de las ciencias, imprescindible para intentar desvelar el interrogante de la vida.
- Están los extraños caminos del corazón que generan adhesiones fuertes, verdadero lenguaje del corazón humano.
Múltiples son los caminos que apuntan al fondo de lo humano Absolutizar uno solo de esos caminos sería reducir, empobrecerse.
Una foto:
Este señor es el filósofo riojano Gustavo Bueno. Ha veces ha sido un “azote de la religión”, pero muchas de sus afirmaciones tienen arraigo social. Ha intervenido en muchos temas sociales y ha censurado con rigor la actuación de la Iglesia española en materias de educación y otras. Son voces disonantes pero que es preciso escuchar.
Un poema:
MIRAR es poseer:
todo es tuyo si miras,
aunque el ciego te vea
con las manos vacías.
Eloy Sánchez Rosillo,
CVMc
Domingo, 19 de marzo de 2017
VIDA Y EVANGELIO:
UN MISMO CAMINO
Plan de oración con el Evangelio de Marcos
50.Mc 7,32-37
Una reflexión inicial:
La implicación es un baremo de verdad. Hay gente que habla mucho y bien. Pero, a la hora de la verdad, no se implica en nada, es experta en escurrir el bulto. Todas sus palabras quedan entredicho porque sin implicación no hay verdad humana.
Por el contrario, hay personas de pocas palabras, de poca relevancia social, no aparecen en los medios. Pero son quienes de verdad se implican en la vida de los demás. No temen tomar postura, no esquivan los problemas reales, terminan pringándose.
A veces lo hacen por razones de humanidad, de familiaridad, de compromiso social o de simple bondad humana. La razón es lo de menos. La realidad es que terminan tomando partido e implicándose. Mezclan su camino humano con el de los demás.
Son gente que “tocan”, que se pringan, que se manchan las manos con los problemas concretos de cada día. Son la esperanza, porque sin implicación no hay esperanza.
Son gente que han descubierto que es más importante darse que dar. Y por eso se dan sin medir siempre las cosas, sin tener siempre guardadas las espaldas, sin demandar siempre una ganancia a cambio. Son lo mejor del lado humano. Su implicación nos redime de tantas maldades con las que amasamos nuestros días. Les debemos mucho.
El texto:
32Le llevaron un sordo tartamudo y le suplicaron que le aplicase la mano. 33Lo tomó aparte, separándolo de la multitud, le metió los dedos en sus oídos y con su saliva le tocó la lengua. 34Levantando la mirada al cielo dio un suspiro y le dijo:
-Effatá (esto es: “ábrete”).
35Inmediatamente se le abrió el oído, se le soltó la traba de la lengua y hablaba normalmente. 36Les advirtió que no lo dijeran a nadie, pero, cuanto más se lo advertía, más y más lo pregonaban ellos. 37Extraordinariamente impresionados, decían:
-¡Qué bien lo hace todo! Hace oír a los sordos y hablar a los mudos.
- Cuando Jesús “aplica la mano” está mostrando su implicación con la situación de quien anda en limitación, en sordomudez. Su propuesta del reino es implicativa, no es cosa de teorías ni de escuela.
- Al ponerle saliva emplea Jesús métodos curativos de poca monta, los de aquellos tiempos. La saliva es antiséptica. No teme mezclar lo más suyo con la necesidad del otro.
- Al decir “ábrete” está indicando que toda persona, incluso la más limitada, tiene posibilidades que desarrollar. La limitación de la persona no tiene por qué ocupar todo el espacio.
- Cuando anima a que no digan lo ocurrido quiere preservar un gesto de humanidad del ensalzamiento del prodigio. Hacer el bien no debería ser considerado como algo milagroso, sino como cosa normal.
- La impresión de la gente tiene un componente admirativo. Pero también tiene algo de prevención: como si hubiera que temer a quien se implica, como si cada uno debiera apechugar con lo suyo. El Evangelio es claro: el otro te compete; se es responsable de la situación del débil. Es cosa tuya
Para pensar u orar:
- 1. ¿Te va llevando la oración con la Palabra a aumentar tu implicación?
- 2. ¿Te sientes responsable de la suerte de los débiles?
Un valor: Devolver la voz
A veces se suele decir que hay que ser “voz de los son voz”, como si estos no tuvieran voz. La tienen. Solamente que es preciso devolvérsela, caso de que se les haya arrebatado, y escucharles:
- Devolver la demanda mirar al otro con toda dignidad.
- Devolver la voz supone hacer parte al débil de los beneficios del banquete de la vida.
- Devolver la voz demanda tener que bajar el tono de voz de los que hablan demasiado alto.
- Devolver la voz requiere renuncia tener siempre la voz, la sartén por el mango.
- Devolver la voz es un ejercicio de humanidad, de compartid, de benignidad.
Una foto:
Esta joven se llama Laura Carretero y es una voluntaria de Málaga Acoge. Trabaja en temas de alfabetización. Como ella, hay tantos y tantas. Gente casi anónima que dedica parte de su tiempo a los problemas del otro. No temen implicarse en gestos y posicionamientos sociales a favor de quien anda peor. Como ella, tantos. Son el soporte de lo humano.
Un poema:
«Ha brotado la parra, verde y roja, del milímetro roto en el cemento. Ya nada detendrá su crecimiento. Ya va plantando donde se le antoja nuevo estandarte cada nueva hoja, trémulo bajo el sol, feliz si lento. Bajo la lluvia todo es un momento de diminuto bosque que se moja».
José A. González Iglesias
CVMc
Domingo, 26 de marzo de 2017
VIDA Y EVANGELIO:
UN MISMO CAMINO
Plan de oración con el Evangelio de Marcos
51.Mc 8,1-9
Una reflexión inicial:
La necesidad hace que en muchas partes del mundo, de un tiempo a esta parte, hayan rebrotado las “ollas comunes”, lugares y formas donde los frágiles pueden comer algo y paliar así su inmediata pobreza.
Entre nosotros mismos vemos largas colas en comedores sociales o en lugares donde se reparten alimentos para paliar el hambre más inmediata. Es el rostro duro de la pobreza. Cáritas reparte más que nunca, el banco de alimentos está a tope, cruz roja se multiplica, y muchas asociaciones privadas tratan de paliar el mero hambre del lado más frágil de la sociedad.
Dicen algunos que eso mismo hace que se suscite la solidaridad, que hoy más que nunca hay gente generosa que da para otros. Eso es verdad.
Pero también hay que decir que esas ollas comunes son una denuncia: indican que la justicia está todavía lejos, que la equidad con la que merece ser tratado el débil no amanece, que el bienestar al que toda persona tiene derecho está todavía escondido.
De alguna manera, la solidaridad es el fracaso de la justicia. Por eso, aun valorando aquella, hay que tener siempre en el punto de mira a la más elemental de las justicias.
No puede quedar satisfecha una sociedad por el verdear de las ollas comunes sino por la aparición de la justicia.
El texto:
8,1Por aquellos días, como había otra vez una gran multitud y no tenían qué comer, convocó a los discípulos y les dijo:
2-Me conmueve esta multitud, porque llevan ya tres días conmigo y no tienen qué comer; 3y si los mando a su casa en ayunas, desfallecerán en el camino. Además, algunos de ellos han venido de lejos.
4Le replicaron sus discípulos:
-¿Cómo va a poder nadie saciar a estos de pan aquí en descampado?
5Él les preguntó:
-¿Cuántos panes tenéis?
Contestaron:
-Siete
6Mandó a la multitud que se echara en el suelo; tomando los siete panes, pronunció una acción de gracias, los partió y los fue dando a sus discípulos para que los sirvieran; ellos los sirvieron a la multitud. 7Tenían además unos cuantos pececillos; los bendijo y encargó que los sirvieran también.
8Comieron todos hasta saciarse y recogieron los trozos que habían sobrado; siete espuertas. 9Eran unos cuatro mil, y él los despidió.
- Jesús se “conmueve” ante la multitud. Sin conmoción por las pobrezas no se podrá encontrar solución a los problemas. Sin sentido de la dignidad no habrá posibilidad de encarar las pobrezas.
- Jesús hace una verdadera “eucaristía” (tomó…pronunció…partió…fue dando). Es la eucaristía de la justicia. La ritual sin esta no tendría ningún sentido.
- La saciedad la marcan los propios hambrientos. Los límites de la ayuda los ha de poner la situación de la persona. Esta manda: si las situaciones de pobreza no retroceden, hay que seguir en ello.
- Sobran panes, es decir, la solidaridad puede llegar a cubrir las necesidades reales de la persona.
Para pensar u orar:
- 1. ¿Creces en generosidad
- 2. ¿Creces en sentido de justicia?
- 3. ¿Te duele el lado frágil de la sociedad?
Un valor: La fuerza de lo pequeño
Creemos que solamente los medios potentes son eficaces. Pero, en realidad, muchas cosas comienzan a arreglarse con medios sencillos, con la fuerza de lo pequeño.
- La fuerza de lo pequeño está en los detalles, en la sensibilidad.
- La fuerza de lo pequeño está al alcance de cualquier.
- La fuerza de lo pequeño, si se une a otros, resulta imparable.
- La fuerza de lo pequeño está alimentada por la sed de justicia.
- La fuerza de lo pequeño se asienta en la dignidad.
- La fuerza de lo pequeño devuelve el gozo de vivir a muchos.
Una foto:
Esta cola de personas es de la iglesia de los capuchinos de Mallorca, en pleno centro de la ciudad, en la plaza de España. Cada mañana hacen cola para recibir una bolsa de alimentos. La riqueza de Palma, la opulencia del turismo, se mezcla con esta pobreza evidente de quien anda mal para sobrevivir. Nunca podremos entender lo que nos dice este gobierno: que creciendo el país, haya a la vez más pobreza.
Un poema:
«Dios quiere que esta noche
haya amor para todos.
Él permanece inmóvil
mientras todos se mueven,
porque sabe el alcance
de la noción de danza
Se ofrece como centro.
Él, creador de la noche,
no interfiere en el giro
de los cuerpos celestes,
pero su amor anima
cada ardiente diástole
y respira en los poros
de las pieles muy próximas.
Dios conoce uno a uno
a todos los que aman».
José A. González Iglesias