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FIAIZ

COMUNIDAD DE MARCOS

Marcos 41-51

CVMc

Domingo, 15 de enero de 2017

 

 

VIDA Y EVANGELIO:

UN MISMO CAMINO

Plan de oración con el Evangelio de Marcos

 

41. Mc 6,35-37

 

Una reflexión inicial:

 

                El continuo bombardeo de datos negativos al que nos someten los medios de comunicación crea en nosotros/as la certeza de que todo va mal, de que no hay progreso, de que los humanos marchamos hacia nuestra propia autodestrucción.

                Pero cuando se hacen recopilatorios de unos cuantos años, esto no es así. Por ejemplo: Entre 1960 y 1980 las guerras provocaron 4 de cada 100.000 muertes. Desde el año 2000 han provocado menos del 0,5 por 100.000. O por ejemplo: en 1900 solamente el 12% de la población mundial vivía en países democráticos; en 1950 eran el 31% y en 2015 somos el 53%.

                Esto indica que los trabajos activos por la mejora del camino humano dan sus resultados positivos y que la especie humana tiene capacidad para mejorar y que, más lentamente de lo que algunos desearíamos, la desarrolla.

                Es cierto que todavía nos afligen muchas calamidades causadas por nosotros. Pero si este es el ritmo de humanización, podemos pensar que el futuro será mucho mejor que el pasado vivido.

                Situarse en este lado positivo no lleva a obviar lo negativo, pero habla del anhelo de hacer un camino más humano y fraterno. Quien ama el Evangelio ahí habría de colocarse.

 

 

El texto:

 

            35Avanzada ya la tarde se le acercaron sus discípulos y le dijeron:

                - El lugar es despoblado y ya es tarde; 36despídeles que vayan a los cortijos y aldeas de alrededor y se compren de comer.

                Él les contestó:

-          Dadles vosotros de comer.

Le dijeron.

 - ¿Vamos a comprar panes por doscientos denarios de plata para darles de comer?

 

  • La enseñanza de Jesús afecta al bien de todos. Pero antes una situación de carencia, los discípulos creen que cada uno tiene que buscarse la vida. Se acabó la idea comunitaria: el que venga atrás, que arree.
  • Jesús no piensa así: cree que hay una responsabilidad humana de unos para con otros, piensa que el progreso ha de venir de la mano de la generosidad social de unos para con otros. De ahí su imperativo “Dadles vosotros de comer”. Cubrir las necesidades básicas no es tarea de Dios, sino de la persona.
  • La ironía es el arma de los débiles: por eso hablan de comprar pan por una cantidad grande de dinero como si eso fuera a solucionar algo. No han entendido que el asunto no está en la cantidad, sino en la generosidad del propio corazón. El modelo económico de Jesús es el de bien común desde el lado de la generosidad. El éxito de este modelo no radica en el dinero sino en la actitud de las personas.

 

Para pensar:

 

  1. ¿Por qué nos cuesta creer en el progreso humano?
  2. ¿Creces cada vez más en generosidad? ¿Lo notas?
  3. ¿Aprecias a las personas generosas? Pon ejemplos.

 

Un valor: una lucha activa

 

            Creemos que los grandes problemas humanos se van a solucionar por su pie, sin el concurso de una lucha activa. Craso error.

  • Una lucha activa demanda una decisión clara por la persona, por su dignidad, como valor inalienable.
  • Una lucha activa se basa más en la generosidad que en la cantidad de bienes de que uno dispone.
  • Una lucha activa no se apea de la confianza de que la persona puede mejorar.
  • Una lucha activa traslada, en la medida que puede, estas inquietudes al marco social y político.
  • Una lucha activa demanda apoyarse en otras personas que están en parecido anhelo, ya que solo es muy difícil.

 

Una foto:

 

 

 

Esta foto recoge una situación que hemos visto mucho estos días: un columna de camiones de la cruz-media luna rojas aguarda a entrar en la cercada y masacrada ciudad de Alepo. Es el “dadles vosotros de comer” con el agravante de la máxima necesidad y del máximo peligro. Pero eso no les detiene. Mucha gente, creyente o no, siente lo que dice el Evangelio y se apresta a una colaboración activa. Eso es lo que Jesús pedía a sus discípulos amigos, y a nosotros.

 

Un poema:

 


EL INTRUSO
 

 

Caminaba sobre el agua, llenaba las redes,

los pescadores abandonaban su oficio por seguirlo. 

 

En una boda faltó el vino. Él se hizo cargo: 

centenares de litros,

un golpe de maestro viñador,

agua en vasos de piedra convirtiéndose en vino. 

 

Es mejor, dijeron los invitados, sí, es mejor

el vino que surge sin pisar la uva, 

el pan hecho sin grano ni horno,

el pez que se mete en la barca de un salto. 

 

Desencadenaba el gratis que pertenece a la gracia, 

apasionada y violenta. 

 

Venía de un bautismo en aguas del Jordán, 

murió poco más allá

sobre un travesaño con forma de T

y, cuando un hierro le atravesó el costado, 

brotó agua, como la incisión de un parto. 

Murió convertido en fuente. 

 

He aquí el intruso del mundo, 

empapado de la grasa de todas las culpas, 

perdiendo el color, pálido de frío, en un abril

o incluso en un marzo, más allá de ochocientos metros

sobre el nivel del mar jamás tocado. 

 

Un gargarismo de aguas en el fondo de un pozo seco, 

un carraspeo en la tubería de las arterias: 

así jarrea su resurrección.

 

                Erri de Luca 

 

CVMc

Domingo, 22 de enero de 2017

 

 

VIDA Y EVANGELIO:

UN MISMO CAMINO

Plan de oración con el Evangelio de Marcos

 

42. Mc 6,38-46

 

Una reflexión inicial:

 

                Cuando se habla de modos alternativos de entender la economía, gran parte de la población y, sobre todo los economistas del neoliberalismo, sonríen y dicen: no hay más que esta manera nuestra de entender la economía, la economía del mercado y de la ganancia, la economía de las multinacionales y de los grandes dineros que ordenan y mandan sobre la historia.

                En parte es cierto y en parte no. Es cierto, porque de hecho, hoy día, ellos tienen la sartén por el mango y  ninguna intención de soltarla. No es cierto porque hay en el mundo intentos reales, con carne, de otro tipo de economía por minoritario que sea: economía del bien común, del decrecimiento, de la sobriedad feliz, de rostro humano, economía sensible, solidaria, etc.

                No representan más que una parte pequeña de la economía real. Por eso el gigante se ríe a mandíbula batiente. Pero teme mucho a esas semillas porque pueden dar otro fruto.

                De tal manera que quizá no se puede ser optimita respecto a un cambio de modelo económico pero sí se puede tener la esperanza de que se vaya poniendo en pie un tipo de economía de rostro e intención humana, sin abandonar el anhelo del progreso económico.

                Muchos llaman a esto populismo, pero es, en realidad, la vieja utopía de la fraternidad igualitaria. Hay sectores sociales que se empeñan en mantener viva esta llama.

           

El texto:

 

                38Él les dijo:

-          ¿Cuántos panes tenéis? Id a ver.

Cuando lo averiguaron, le dijeron:

-          Cinco panes y dos peces.

39Les ordenó que les hicieran recostarse a todos en la hierba verde formando corros, 40pero se echaron formando cuadros de ciento y de cincuenta.

                41Tomando él los cinco panes y los dos peces, alzó la mirada al cielo, pronunció la acción de gracias, partió los panes y los fue dando a los discípulos para que los sirvieran; también los dos peces los dividió para todos.  42Comieron todos hasta saciarse, 43y recogieron de trozos doce cestos llenos, también de los peces. 44Los que comieron los panes eran cinco mil hombres adultos.

                45Enseguida obligó a sus discípulos a que se montaran en la barca y fueran delante al otro lado, en dirección a Bestaida, mientras él despedía a la multitud. 46Cuando se despidió de ellos se marchó al monte a orar.

 

  • El milagro de los panes repartidos no es que salieran panes del cesto, sino que alguien se aprestara a poner sobre la mesa común lo poco que tiene, cinco panes o dos peces. El milagro es el del compartir, no el de los panes multiplicados (estos se multiplica únicamente partiéndolos).
  • La gente quiere entender esto en la economía de la producción. Por eso se sientan “en cuadros”, la vieja manera de hacer justicia a los pobres, el viejo modelo de mercado. Mientras que Jesús quiere que se siente “en corro”, en una economía que mira la cara del otro, que hace la necesidad del otro mi preocupación, importándome la situación de quien sufre. 
  • Los panes se reparten en este segundo escenario y entonces es cuando “comen todos hasta saciarse”. La saciedad económica no viene tanto por la abundante producción sino por el equilibrado reparto. 

 

Para pensar:

 

  1. ¿Crees que es posible otro tipo de economía más humana?
  2. ¿Tienes alguna práctica persona de ese tipo de economía?
  3. ¿Crees que la economía del bien común puede tener futuro?
  4.  

Un valor: la sobriedad feliz

 

                Un autor francés (P. Rahbí) ha difundido este tipo de economía alternativa que encierra un gran valor de fondo: se puede ser feliz siendo sobrio.

                La sobriedad, la austeridad, ha tenido mala prensa porque se ha practicado de manera ascética, sin tener clara su finalidad o dándole una finalidad religiosa (por Dios) que hoy ya no tiene enganche.

                Pero podría ponerse en pie por causa de la dignidad de la persona: vivo sobriamente y contento porque eso puede influir en que otra persona tenga sus necesidades básicas cubiertas. La evidencia de que este mecanismo funciona es insoslayable.

                Más que de una manera de pensar, se trata de una manera de actuar. Cualquier pequeño paso, cualquier gesto que vaya en esa dirección habla de esperanza.

 

Una foto:

 

 

Esta muchacha es Marta Avesani, una especialista internacional en la economía del Bien común. Ella ha dicho: “La economía del Bien Común, al igual que el modelo True Business Sustainability, invita a la empresa a cambiar de perspectiva: de un enfoque de maximización del beneficio económico para los emprendedores y los inversores externos a repensar la empresa en su totalidad de manera que ella sea la respuesta a una necesidad humana o a un problema local o global. Esta respuesta está integrada en el business model y en los objetivos de la empresa. Además, la empresa no solamente crea valor positivo para la sociedad con su producto o servicio sino también evita crear externalidades negativas sociales y medioambientales en los procesos productivos”.

 

Un poema:

 

“Tener el sol entre las manos, sin quemarse, y pasarlo como una antorcha a los que proseguirán la marcha, es un acto arduo pero sagrado. Lo necesitamos. Vendrá un día en que a medida que se llene de luz la conciencia del hombre, se debilitarán los dogmas que lo esclavizaron desde siempre; y este se irá identificando con el sol cuanto más se aproxime a los ideales de dignidad y libertad humanas”.

 

                             Odiseas Elytis

CVMc

Domingo, 22 de enero de 2017

 

 

VIDA Y EVANGELIO:

UN MISMO CAMINO

Plan de oración con el Evangelio de Marcos

 

42. Mc 6,38-46

 

Una reflexión inicial:

 

                Cuando se habla de modos alternativos de entender la economía, gran parte de la población y, sobre todo los economistas del neoliberalismo, sonríen y dicen: no hay más que esta manera nuestra de entender la economía, la economía del mercado y de la ganancia, la economía de las multinacionales y de los grandes dineros que ordenan y mandan sobre la historia.

                En parte es cierto y en parte no. Es cierto, porque de hecho, hoy día, ellos tienen la sartén por el mango y  ninguna intención de soltarla. No es cierto porque hay en el mundo intentos reales, con carne, de otro tipo de economía por minoritario que sea: economía del bien común, del decrecimiento, de la sobriedad feliz, de rostro humano, economía sensible, solidaria, etc.

                No representan más que una parte pequeña de la economía real. Por eso el gigante se ríe a mandíbula batiente. Pero teme mucho a esas semillas porque pueden dar otro fruto.

                De tal manera que quizá no se puede ser optimita respecto a un cambio de modelo económico pero sí se puede tener la esperanza de que se vaya poniendo en pie un tipo de economía de rostro e intención humana, sin abandonar el anhelo del progreso económico.

                Muchos llaman a esto populismo, pero es, en realidad, la vieja utopía de la fraternidad igualitaria. Hay sectores sociales que se empeñan en mantener viva esta llama.

           

El texto:

 

                38Él les dijo:

-          ¿Cuántos panes tenéis? Id a ver.

Cuando lo averiguaron, le dijeron:

-          Cinco panes y dos peces.

39Les ordenó que les hicieran recostarse a todos en la hierba verde formando corros, 40pero se echaron formando cuadros de ciento y de cincuenta.

                41Tomando él los cinco panes y los dos peces, alzó la mirada al cielo, pronunció la acción de gracias, partió los panes y los fue dando a los discípulos para que los sirvieran; también los dos peces los dividió para todos.  42Comieron todos hasta saciarse, 43y recogieron de trozos doce cestos llenos, también de los peces. 44Los que comieron los panes eran cinco mil hombres adultos.

                45Enseguida obligó a sus discípulos a que se montaran en la barca y fueran delante al otro lado, en dirección a Bestaida, mientras él despedía a la multitud. 46Cuando se despidió de ellos se marchó al monte a orar.

 

  • El milagro de los panes repartidos no es que salieran panes del cesto, sino que alguien se aprestara a poner sobre la mesa común lo poco que tiene, cinco panes o dos peces. El milagro es el del compartir, no el de los panes multiplicados (estos se multiplica únicamente partiéndolos).
  • La gente quiere entender esto en la economía de la producción. Por eso se sientan “en cuadros”, la vieja manera de hacer justicia a los pobres, el viejo modelo de mercado. Mientras que Jesús quiere que se siente “en corro”, en una economía que mira la cara del otro, que hace la necesidad del otro mi preocupación, importándome la situación de quien sufre. 
  • Los panes se reparten en este segundo escenario y entonces es cuando “comen todos hasta saciarse”. La saciedad económica no viene tanto por la abundante producción sino por el equilibrado reparto. 

 

Para pensar:

 

  1. ¿Crees que es posible otro tipo de economía más humana?
  2. ¿Tienes alguna práctica persona de ese tipo de economía?
  3. ¿Crees que la economía del bien común puede tener futuro?
  4.  

Un valor: la sobriedad feliz

 

                Un autor francés (P. Rahbí) ha difundido este tipo de economía alternativa que encierra un gran valor de fondo: se puede ser feliz siendo sobrio.

                La sobriedad, la austeridad, ha tenido mala prensa porque se ha practicado de manera ascética, sin tener clara su finalidad o dándole una finalidad religiosa (por Dios) que hoy ya no tiene enganche.

                Pero podría ponerse en pie por causa de la dignidad de la persona: vivo sobriamente y contento porque eso puede influir en que otra persona tenga sus necesidades básicas cubiertas. La evidencia de que este mecanismo funciona es insoslayable.

                Más que de una manera de pensar, se trata de una manera de actuar. Cualquier pequeño paso, cualquier gesto que vaya en esa dirección habla de esperanza.

 

Una foto:

 

 

Esta muchacha es Marta Avesani, una especialista internacional en la economía del Bien común. Ella ha dicho: “La economía del Bien Común, al igual que el modelo True Business Sustainability, invita a la empresa a cambiar de perspectiva: de un enfoque de maximización del beneficio económico para los emprendedores y los inversores externos a repensar la empresa en su totalidad de manera que ella sea la respuesta a una necesidad humana o a un problema local o global. Esta respuesta está integrada en el business model y en los objetivos de la empresa. Además, la empresa no solamente crea valor positivo para la sociedad con su producto o servicio sino también evita crear externalidades negativas sociales y medioambientales en los procesos productivos”.

 

Un poema:

 

“Tener el sol entre las manos, sin quemarse, y pasarlo como una antorcha a los que proseguirán la marcha, es un acto arduo pero sagrado. Lo necesitamos. Vendrá un día en que a medida que se llene de luz la conciencia del hombre, se debilitarán los dogmas que lo esclavizaron desde siempre; y este se irá identificando con el sol cuanto más se aproxime a los ideales de dignidad y libertad humanas”.

 

                             Odiseas Elytis

CVMc

Domingo, 5 de febrero de 2017

 

 

VIDA Y EVANGELIO:

UN MISMO CAMINO

Plan de oración con el Evangelio de Marcos

 

44. Mc 6,54-56

 

Una reflexión inicial:

 

                Una asignatura pendiente en la sanidad es la humanización de la salud. Los pasos que se van dando son notables, desde la amabilidad de muchos de los sanitarios hasta la creación multiplicada de unidades de dolor para quienes están peor.

                Ahí se ve claramente que curar es no solamente sacar de la enfermedad (en la medida en que esto sea posible), sino humanizar una situación de fragilidad, hacerla compatible, a pesar de la debilidad, con el camino humano.

                Por eso mismo, a quien es humano tratando al enfermo lo apreciamos por encima de sus conocimientos de medicina. Con ello queda clara la sed de humanidad que brota imparable en el corazón humano y que lo hace a borbotones cuando la situación de debilidad lo demanda.

                A esta tarea de humanización está llamada no solamente la clase sanitaria, sino toda persona. El éxito de la vida es su humanización y su fracaso cualquier deshumanización.

                El PIB no dice nada del nivel de humanización; la dicha de la persona sí que lo dice. De ahí que contribuir a esa dicha es la gran riqueza de un país. Y cuando la persona lo necesita más, la dicha lograda es doble.

 

 

El texto:

 

            54Al bajar ellos de la barca, algunos los reconocieron y, enseguida, 55recorriendo toda aquella comarca, empezaron a transportar en camillas a los que se encontraban mal, hasta donde oían que estaba.

                56En cualquier parte en que entraba, aldeas, pueblos o caseríos, colocaban a los enfermos en las plazas y le rogaban que les dejase tocar aunque fuera el borde de su manto; y cuantos lo tocaron obtuvieron la salud.

 

  • Estos sumarios dan cuenta de la actividad curativa ejercida por Jesús. Muchos otros hacían lo mismo en aquellos tiempos en que no había sanidad técnica. Pero la comunidad cristiana desveló las curaciones de Jesús la llegada del Reino. ¿Por qué? Quizá por la inmensa ternura con que estaban hechas.
  • Colocar a los enfermos en “las plazas” da una idea no solamente de popularidad, sino de legalidad: se hacen las curaciones a la vista de todos, en la plaza. Con ello se está indicando que éstas son una especie de “predicación” del Reino. Se predica más curando que hablado. El seguidor ha de tomar nota.
  • Piden los enfermos “tocar el manto”, que es símbolo del espíritu de la persona. Tocar su espíritu,  participar de su fuerza interior, conectar con sus valores, tener algo de lo que constituye el alma de Jesús. Eso es lo que realmente puede curar.

 

Para pensar u orar:

 

  1. ¿Haces obra de “curación” con gente frágil?
  2. ¿Humanizas en tu entorno?
  3. ¿Hablas de la fe o actúas de manera que se trasluce en tu conducta los valores evangélicos.

 

 

 

 

Un valor: la capacidad curativa de la ternura

 

            La medicina técnica progresa cada día, para nuestro bien. Pero aún hay valores, como la ternura, que tienen un alto valor curativo:

  • Una ternura curativa es aquella que no piensa en sí misma, sino en la dicha del otro.
  • Una ternura curativa es aquella que quiere conectar con el corazón del otro, pasando por alto asuntos superficiales.
  • Una ternura curativa es aquella que emplea palabras buenas y gestos amables como su único lenguaje.
  • Una ternura curativa es aquella que tomar en serio los pequeños argumentos de la persona frágil.

 

Una foto:

 

 

 

      Las manos que acogen otras manos, las de una enferma de alzheimer. Quizá no recuerdan nada, porque todo se ha borrado, pero el tacto de las manos permanece. Y por eso, esas manos heridas anhelan ser acogidas en otras manos. Es la ternura que no cura pero que ayuda a dar sentido al sinsentido de una enfermedad destructora. Es el amor y su fuerza increíble.

 

 

 

 

 

Un poema:



¿Quién dijo alguna vez: hasta aquí la sed,
hasta aquí el agua?

¿Quién dijo alguna vez: hasta aquí el aire,
hasta aquí el fuego?

¿Quién dijo alguna vez: hasta aquí el amor,
hasta aquí el odio?

¿Quién dijo alguna vez: hasta aquí el hombre,
hasta aquí no?
 


Sólo la esperanza tiene las rodillas nítidas.
Sangran.

 

J. Gelman

CVMc

Domingo, 12 de febrero de 2017

 

 

VIDA Y EVANGELIO:

UN MISMO CAMINO

Plan de oración con el Evangelio de Marcos

 

45. Mc 7,1-18

 

Una reflexión inicial:

 

                Los pueblos no saben vivir sin tradiciones. Son como las raíces del sentido, la mística de la tribu, los sentimientos que generan identidad.

Por eso pesan tanto las tradiciones. Y, a veces, son un peso absurdo e incluso tóxico, con consecuencias tremendas.

Hay que tener a las tradiciones entre ceja y ceja. Si se las deja a su aire, terminan por adueñarse de la voluntad de los pueblos y de las conciencias de las personas.

¿No podrían ser las tradiciones raíces con humanidad?  ¿No podrían ayudar no tanto a significar la tribu, sino a colaborar con el camino de humanización de la vida? ¿No puede haber tradiciones de humanidad?

Creemos que las hay, pero no son las que se publicitan ni las que se apropian quienes quieren sacar partido de sentimientos muchas veces carentes de racionalidad.

Por eso, la “prueba del algodón” de las tradiciones son su componente humano. Si éste no se halla presente en ellas, se convierten en realidades muy peligrosas.

 

 

 

El texto:

 

            7,1Se congregaron alrededor de él los fariseos y algunos letrados llegados de Jerusalén 2y notaron que algunos de sus discípulos comían los panes con manos impuras, es decir, sin lavarse las manos.

                3Es que los fariseos, y los judíos en general, no comen sin lavarse las manos restregando bien, aferrándose a la tradición de sus mayores; 4y, al volver de la plaza, no comen sin antes hacer abluciones; y se aferran a otras muchas cosas que han recibido por tradición, como enjuagar vasos, jarras y ollas.

                5Le preguntaron entonces los fariseos y los letrados:

                -¿Por qué razón no siguen tus discípulos la tradición de los mayores, sino que comen el pan con manos impuras?

                6Él les contestó:

                -¡Qué bien profetizó Isaías acerca de vosotros los hipócritas! Así está escrito:

 

Este pueblo me honra con los labios,

                pero su corazón está lejos de mí.

7El culto que me dan es inútil,

                porque la doctrina que enseñan

                son preceptos humanos.

 

                8Dejáis el mandamiento de Dios para aferraros a la tradición de los hombres.

 

  • Nosotros no entendemos bien el trasfondo de este pasaje porque la llamada “impureza legal” ha acogotado al judaísmo antiguo: para presentarse ante Dios había que estar en situación de pureza total, algo prácticamente imposible porque siempre había algún motivo para “contaminarse” (por ejemplo, estar en un mercado donde haya una menstruante; eso causaba impureza, imagínese entre cientos de mujeres).
  • El error de este planteamiento es creer que lavar por fuera es lo mismo que lavar por dentro. Lo que habría que hacer sería justamente lo contrario, poner interés en lavar por dentro. Una pureza de humanidad y de corazón, no de formas externas.
  • Aferrarse a las tradiciones como motivo de identidad puede llevar a situaciones absurdas, peligrosas incluso. Las tradiciones deberían estar al servicio de la persona, no al revés.
  • Todo esto lleva a una religiosidad vacía, a un culto sin raíces, a una fe que no lo es tal, sino regodeo en la práctica de unas costumbres que no tienen sentido. Vaciedad.
  • Se deja “el mandamiento de Dios”, el amor, la humanización. Se ha pervertido el camino. Ya no hay orientación.

 

Para pensar u orar:

 

  1. ¿Soy de los que absolutizan las tradiciones?
  2. ¿Me molesta que se cambien las cosas religiosas u otras, o soy flexible?

 

Un valor: la racionalidad cordial

 

            Lo más terrible del apego a las tradiciones sin más es su irracionalidad que, no pocas veces, raya en el absurdo. Habría que vivirlas con una racionalidad cordial, no fría, pero sensata.

  • La racionalidad cordial lleva a preciar las tradiciones sin absolutizarlas.
  • La racionalidad cordial sabe decir cuándo una tradición está caduca y no tiene ya sentido.
  • La racionalidad cordial impulsa aquellas tradiciones que humaniza.
  • La racionalidad cordial apunta al interior de la persona más que al exterior.

 

Una foto:

 

 

 

      Hay tradiciones que plantean muchas preguntas. En USA se “indulta” a uno de los 40.000 pavos que se comen en el día de Acción de Gracias. En un país donde no se indulta a muchos reos que son ejecutados. Una tradición simpática esta del indulto del pavo. Por eso se ríen los dirigentes de la foto de este año. Mientras tanto, muchos presos en el corredor de la muerte esperan la inyección letal. Curiosas tradiciones, vacías de humanidad. Se indulta a un pavo, no se indulta a un reo.

 

Un poema:

 

Maldigo la poesía concebida como un lujo
cultural por los neutrales
que, lavándose las manos, se desentienden y evaden.
Maldigo la poesía de quien no toma partido hasta mancharse.
Hago mías las faltas. Siento en mí a cuantos sufren
y canto respirando.
Canto, y canto, y cantando más allá de mis penas
personales, me ensancho.

                                                                                                                                             G. Celaya

CVMc

Domingo, 19 de febrero de 2017

 

 

VIDA Y EVANGELIO:

UN MISMO CAMINO

Plan de oración con el Evangelio de Marcos

 

46.Mc 7,9-13

 

Una reflexión inicial:

 

            Un signo de sociedad evolucionada se da cuando las cargas personales pasan a ser también, en parte, cargas sociales.

                Es el caso del cuidado de nuestros mayores. Siempre han sido cargas personales, familiares, que se han resuelto de la mejor manera posible, a veces de mala manera.

                Pero de un tiempo aquí estar cargas personales o familiares devienen en cargas sociales: es la sociedad la que se ve concernida y toma parte en ello con el consiguiente gasto público.

                Esto, creemos, es un avance y no un retroceso. El Papa Francisco pone, a veces, como ejemplo de familia cristiana, aquella que cuida a sus mayores en casa. Pero, la realidad es que, con frecuencia, o no se puede, o no se debe, o no hay posibilidad, o el mismo anciano elige una forma personal de ir acabando su vida. Estas variables son un progreso.

                Efectivamente, en ellas se verifica que la sociedad tiene deudas de fraternidad con todos sus miembros, sobre todo con los más frágiles y que, en la medida que las cumple, se eleva el nivel de lo humano.

                Por eso, el compromiso ciudadano, el deber de contribuir al hecho social, es una salida al natural desentendimiento con el que, a veces, tendemos a solucionar los problemas de los débiles. En ese sentido hemos mejorado, creemos, respecto a otras épocas donde o la familia respondía o, como era en muchas casos, te quedabas en absoluto desamparo.

 

El texto:

 

            9Y añadió:

                - ¡Qué bien echáis a un lado el mandamiento de Dios para implantar vuestra tradición! 10Porque Moisés dijo: “Sustenta a tu padre y a tu madre” y “el que deje en la miseria a su padre y a su madre tiene pena de muerte” (Ex 20,12; 21,27). 11En cambio vosotros decís: Si uno le declara a su padre o a su madre: “Eso mío con lo que podría ayudarte lo ofrezco en donativo al templo”, 12ya no le dejáis hacer nada por el padre o por la madre, 13invalidando la palabra de Dios con esa tradición vuestra que os habéis transmitido. Y de estas hacéis muchas”.

 

                No habrá que olvidarlo: Jesús es un disidente, uno que se ha enfrentado a las tradiciones, un crítico, en épocas donde serlo era mucho más “peligroso” que ahora, en una sociedad donde esto pesaba como el plomo.

  • Jesús apela a la autoridad de Moisés, al querer de Dios manifestado en una Ley hecha para humanizar. Se ha conseguido darle la vuelta: en vez de humanizar, contribuye al olvido del débil. La ley deja de ser “santa” para convertirse un obstáculo hacia Dios. 
  • Con el donativo al templo se mataban dos pájaros de un tiro: Se pagaba el tributo obligatorio al templo y se cumplía supuestamente la Ley. Los únicos perdedores eran el padre o la madre que quedaban desatendidos. La persona se quitaba la obligación y la sociedad se llamaba andana ante el asunto.
  • Así queda invalidada la Palabra que quiere ser una cobertura para la fragilidad. La Palabra es agua de borrajas.
  • Estas tradiciones “se transmiten” con lo que quedan consagradas y nadie puede osar tocarlas o cambiarlas a riesgo de quedar excomulgado por el sistema. Se ha logrado ganar la partida en todos los frentes.

 

Para orar o pensar:

 

  1. 1.       ¿Conforme oro con el Evangelio, crezco en corresponsabilidad?
  2. 2.       ¿Me interpela la suerte de los frágiles sociales?
  3. 3.       ¿Soy persona aferrada a tradiciones?

 

Un valor: cuando amar es difícil

 

                A veces amar a los frágiles es tarea más o menos fácil. Pero, con frecuencia, esta clase de amores tiene un plus de dificultad:

  • Es difícil amar cuando el frágil es exigente y de trato difícil. Hay que hacer acopio de humanidad y de paciencia.
  • Es difícil amar cuando el frágil se vale de su fragilidad para chantajearnos. Es preciso se amable y fuerte a la vez.
  • Es difícil amar cuando el frágil se cierra y no quiere dejarse ayudar. Es preciso saber estar a la puerta todo lo que sea necesario.
  • Es difícil amar cuando el frágil no quiere moverse de sus posiciones. Hay que animarse a llevar parte de su carga para “seducirle” y que ande.

           

Una foto:

 

 

                Una foto común de un niño en un marco de pobreza. Dicen que España no es país para niños pobres. Que la pobreza severa afecta a un 16,7% de los menores de 18 años, nueve puntos por encima de la media europea. Y la brecha entre niños ricos y niños pobres es incluso mayor que la ya de por sí alta desigualdad de la población adulta española. Es una realidad que nos ha de golpear personal y socialmente.

 

Un poema:

 

Si alguna vez callásemos

como callan los árboles, las nubes

y las piedras, podrían escucharse

los árboles, las nubes y las piedras.

 

También en estas cosas se escucha una canción.

Y desde su silencio nos invitan

a creer en la voz que sin verbo habla.

 

Así,

mientras alguien fabula estrategias que calmen

su incertidumbre,

un lúgano le canta a la mañana

y el cielo le regala los colores del bosque.

 

Mientras alguien disfraza con plegarias su miedo,

un milano dibuja su vuelo entre las nubes

y esparce libertad.

 

Y mientas alguien busca con palabras

la respuesta que salve su alegría,

la primavera llega, tan callada,

y expande los secretos de la dicha.

 

El mundo nos entona su canción.

Una canción en blanco,

sin dictado ni acorde, sin ciencia ni conciencia,

que de la nada viene y en todo se refleja.

 

Basta callar, dejar cantar al mundo,

y oír su voz fugaz para entenderlo.

C. Molina 

 

CVMc

Domingo, 26 de febrero de 2017

 

 

VIDA Y EVANGELIO:

UN MISMO CAMINO

Plan de oración con el Evangelio de Marcos

 

47.Mc 7,14-15

 

Una reflexión inicial:

 

                Hay una tendencia en nosotros a achacar los errores a los demás, a ver los causantes de nuestra desgracia fuera de nosotros, a poner a los demás como excusa de nuestros yerros.

                Pero hay que decir, con san Francisco, “que el enemigo está dentro”. Es decir, con harta frecuencia nosotros somos las causa de nuestros propios desajustes. Es preciso aceptar esto con la mayor cordialidad posible.

                Es entonces cuando se puede iniciar un proceso de curación, porque mientras uno no reconozca su parte en el daño, hablar de curación es hablar de lo imposible.

                Y es que, nos guste o no, hay dentro una fuente de aguas corruptas, una fiera escondida en el cañaveral, un Caín dentro. Es el componente limitado de nuestro ser que, como decimos, habrá que encajar con la mayor paz posible.

                Eso mismo nos dará fuerza para potenciar lo que de positivo contenemos, que también lo hay en cada interior, y quizá más que contenidos negativos.

                Al final hay que mantener la certeza de que el bien se irá adueñando de nuestro interior, siempre que le demos espacio, porque, por mucho que se diga lo contrario, el bien tiene más fuerza que el mal.

                Esto habría de llevarnos a amar esta vida nuestra por encima de sus evidentes limitaciones con realismo y también con ilusión.

 

El texto:

 

            14Y convocando esta vez a la multitud les dijo: - ¡Escuchadme todos y entended! 15No hay nada que desde fuera del hombre entre en él y pueda hacerlo profano; no, lo que sale del hombre es lo que hace profano al hombre.

 

                Jesús ha roto con un tabú imperante en el mundo religioso: no hay barrera entre lo sagrado y lo profano. Todo es sagrado; únicamente el mal es profano. No hay realidades manchadas, únicamente el corazón puede manchar y estropearlo todo. Por eso hay que tener cucho cuidado en vigilar la ecología interior, el mundo de dentro que voy construyendo.

  • Es algo dicho “a la multitud”, es decir, esto afecta a toda persona, porque nos llevamos el canto de un duro. Quien se crea libre del peligro de “profanar” las cosas no se entiende bien a sí mismo.
  • Hay una dialéctica entre “lo que entra” y “lo que sale”. El problema no está en lo que entra, sino en lo que sale. Lo que entra nunca es malo, porque la creación es buena. Lo que sale, pasado por el tamiz del corazón, es lo que puede ser malo. Con eso es con lo que hay que tener cuidado. 
  • De modo que lo profano es una categoría del corazón, no de la creación. Hacer profano lo que ha sido creado como sagrado es empobrecerlo. 

 

Para pensar u orar:

 

  1. 1.       ¿Voy consiguiendo con el tiempo tener un interior más limpio, un corazón menos maleado?
  2. 2.       ¿Tengo una visión positiva de la creación y de la vida en general?
  3. 3.       ¿Influyo en la visión negativa de los demás o en la positiva?

 

Un valor: ecología interior

 

            L. Boff dice muchas veces que hay que ir construyendo una ecología interior, una especie de mundo interior limpio y positivo, huyendo de grisuras y de perspectivas maleadas. No resulta fácil porque, además de lo que llevamos dentro, influye mucho la sociedad y los medios de comunicación.

  • La ecología interior demanda una mirada limpia sobre la realidad.
  • La ecología interior se identifica con el lado más humano y más positivo de la creación.
  • La ecología interior tiene la certeza de que todas las cosas tienen valor en sí mismas, más allá de su utilidad.
  • La ecología interior sabe que todos los seres tienen una finalidad positiva en el conjunto de lo creado.
  • La ecología interior va eliminando los trasfondos negativos y se aplica a la construcción de los positivos.

 

Una foto:

 

 

 

                Estas personas son Luis Gonzalo Segura, Ana Garrido y Azahara Peralta, personas que han sido valientes y, con gran perjuicio, han denunciado la corrupción en el país. Son gente, además de valiente, de un interior alejado del engaño y el encubrimiento. Más allá de cualquier limitación, son un ánimo para la ciudadanía con el fin de construir un interior social más ecológico y justo. Merecen un respeto y un agradecimiento.

 

Un poema:

 

Si alguna vez callásemos

como callan los árboles, las nubes

y las piedras, podrían escucharse

los árboles, las nubes y las piedras.

 

C. Molina.

CVMc

Domingo, 5 de marzo de 2017

 

 

VIDA Y EVANGELIO:

UN MISMO CAMINO

Plan de oración con el Evangelio de Marcos

 

48.Mc 7,17-23

 

Una reflexión inicial:

 

                ¿Qué hay realmente en el fondo del corazón de la persona? Somos un verdadero misterio. Uno se asombra de descubrir en el fondo del propio corazón cosas, reacciones, maneras de mirar que nunca habría pensado que estaban ahí, buenas y no tanto.

                Un pozo sin fondo el propio corazón al que nunca llegamos del todo y los demás, a veces, prácticamente ni se asoman a tal fondo.

                Por eso, para entender algo de los extraños caminos del corazón hay que mirar lo mucho, hay que ser muy paciente con él, hay que esperar que grite todo lo que tenga que gritar, que saque afuera todo lo que le pesa, que vierta sus lágrimas con total libertad.

                Solamente así puede uno hacer amistad con el inextricable interior de la persona. Y desde ahí podrá entender algo y acompañar los raros caminos que, a veces, toma el corazón de la persona, el propio y el ajeno.

                No hay que buscar siempre la lógica en su comportamiento, no hay que tratar de entender del todo su comportamiento, no es preciso conocer todos sus recovecos. A veces basta con asistir a ese misterio de manera solidaria, sobrecogida, amparadora.

                Entender el corazón de los humanos, el propio de cada uno, es más cuestión de amparo que de entendimiento. Pero es algo importante, porque mientras no entendamos tales caminos del corazón no sabremos casi nada del sentido de lo humano.

 

El texto:

 

            17Cuando entró en casa separándose de la multitud, le preguntaron los discípulos el sentido de la parábola. 18Él les dijo: - ¿Así que también vosotros sois incapaces de entender? ¿No caéis en la cuenta de que nada de fuera que entre en el hombre puede hacerlo profano? 19Porque no entra en su corazón, sino en su vientre, y se echa en la letrina. (Con esto declaraba puros todos los alimentos). 20Y añadió: -Lo que sale del interior del hombre, eso hace profano al hombre; 21porque de dentro, del corazón de los hombres, salen las malas ideas: libertinajes, robos, homicidios, 22adulterios, maldades, codicias, engaño, desenfreno, envidia, difamación, arrogancia, desatino. 23Todas esas maldades salen de dentro y hacen profano al hombre.

 

                En conexión con el texto anterior, el presente vuelve a ponerse frente al misterio del corazón humano. El Evangelio no solamente es camino de contemplación de Dios, también lo es de contemplación del fondo de lo humano, del corazón. Hay que preguntarse lo que de común tienen ambos misterios.

  • Le preguntan en casa: hay ciertas cosas que solamente te entienden en las distancias cortas, en la verdad de lo que uno es. Así ocurre con las cosas del corazón.
  • Todo es puro: la realidad es buena en sí misma. Es cuando pasa por el filtro de nuestra maldad cuando se vuelve nociva. Por eso hay que vigilar ese filtro del corazón, su enorme capacidad para malear todo.
  • Malas ideas: no solamente ideas, sino caminos comportamientos, flujos de mal que no podemos controlar a veces. Asistir a este torrente de mal sin perder la esperanza es una prueba máxima de humanidad y de fe.
  • Desatino: eso es lo que anida en el corazón de la persona si uno no elabora una terapia adecuada para controlar y disminuir tal desatino.

 

Para pensar u orar:

 

  1. 1.       ¿Controlas cada vez más el fondo de tu corazón?
  2. 2.       ¿Eres amparo para el corazón de quien vive cerca de ti?
  3. 3.       ¿Contemplas con respeto y aprecio el misterio del corazón del otro?

 

Un valor: vigilar lo que entra en el estómago

 

            Es cierto que, de alguna manera, somos lo que comemos. Por eso hay que vigilar lo que entra en el estómago:

  • Hay que vigilar la justicia o injusticia con la que están hechos los alimentos.
  • Hay que vigilar la mano de obra que los ha confeccionado.
  • Hay que vigilar la repercusión en el medio ambiente de los mismos.
  • Hay que vigilar las buenas prácticas de la empresa que los produce.
  • Hay que vigilar los componentes en pro de una composición sencilla y que se entienda.
  • Hay que vigilar que no entren en los círculos de las grandes multinacionales que son las que nos dan gato por liebre.

 

Una foto:

 

 

                A partir de 2018 los comercios cobrarán entre 5 y 30 céntimos las bolsas de plásticos de los supermercados. Es una manera de mantener mejor el medioambiente y de limpiar algo el corazón de los océanos que es una ciénaga de residuos. También hay que vigilar el corazón y el “estómago” de los mares. Quizá ello contribuya a controlar mejor el contenido de nuestro propio corazón.

 

Un poema:

 

No puedo encontrar a tu recuerdo olvido

Y no se que hacer en mi pasar lunático

Letras y letras que no dan alivio

Escribo en las horas del existir frenético

 

Las palabras frías en el momento estático

Suenan a nada silencio autentico

Y este dolor de singlar hipnótico

Lleva una angustia a mi dolor idéntico

 

Como lo digo en el mural lingüístico

 Sin sonar ufano o proxeneta bélico

Aun te amo y el poema lírico

Es el adiós a nuestro amor agónico

 

Pero eres altanera por tu lindo físico

Y dices que sufro como un dramático

Que puedes decir si tu corazón de plástico

Jamás ha de sentir el amor verídico

 

Te creí y soñé porque fui un estúpido

Quizás atraído por el pensamiento erótico

Fueron solo palabras como un antídoto

Que me embelesaron y quede atónito

 

Siempre he de ser a tu amor incógnito

Y no he de esperar porque es fatídico

Te digo adiós aunque suene irónico

Y prometo olvidarte es lo mas empírico

 

Me dices adiós con un motivo exótico

Siento morir y me mantengo estoico

Porque el mentir se te da fantástico

Y yo no he de creer lo que suene irónico 

A. David

 

CVMc

Domingo, 12 de marzo de 2017

 

 

VIDA Y EVANGELIO:

UN MISMO CAMINO

Plan de oración con el Evangelio de Marcos

 

49.Mc 7,24-31

 

Una reflexión inicial:

 

            La persona religiosa estigmatiza y, con frecuencia, condena a la increencia, a la secularidad, al agnosticismo. Piensa que son sus “enemigos” y que, por lo tanto, hay que combatirlos. No cree que anide en ellos ni rastro de bondad. Y, sin embargo, eso no es así.

                Efectivamente, la increencia tiene el gran valor de derribar nuestros ídolos y eso aquilata la fe. Además, como comprobamos a diario, muchos increyentes son personas de una calidad moral y aun espiritual que nos desborda y que conecta con el fondo del Evangelio, aunque se emplee el lenguaje contrapuesto. Pero en el fondo, se tocan.

                La misma secularidad es curativa ante los desmanes a los que siempre está expuesto el sentimiento religioso. Por eso, el marco de la secularidad es buenísimo para vivir la fe: contiene las desviaciones que siempre acechan al camino religioso.

                Incluso el agnosticismo es valioso porque éste no es solamente la mera negación de la posibilidad de conocer a Dios, sino que se sitúa humildemente ante el misterio oculto y, en ese sentido, beneficia al camino creyente porque tal camino también se sitúa ante el misterio y relativiza las manipulaciones y abaratamientos que se pueden hacer del mismo.

                De manera que habríamos de estar agradecidos a esta sociedad nuestra por la ayuda que presta a la vivencia de una fe recia y por la indudable bondad que anida en el corazón y en la vida de muchas personas que se dicen fuera del marco religioso.

 

El texto:

 

            24Se marchó de allí a la comarca de Tiro. Entró en una casa, no queriendo que nadie se enterase, pero no pudo pasar inadvertido. 25Una mujer que había oído hablar de él, y cuya hijita tenía un espíritu inmundo, llegó enseguida y se echó a sus pies. 26La mujer era pagana, una fenicia de Siria, y él le rogaba que echase el demonio de su hija. 27Él le dijo:

- Deja primero que se sacien los hijos, porque no está bien tomar el pan de los hijos y echárselo a los perros.

28Le contestó ella:

- Señor, también los perros debajo de la mesa comen las migajas que dejan caer los chiquillos.

29Él le dijo:

- Por eso que has dicho, puedes marcharte: el demonio ha salido de tu hija.

30Al llegar a casa encontró a la chiquilla echada en la cama; el demonio se había marchado.

31Dejó Jesús la comarca de Tiro, pasó por Sidón y llegó de nuevo al mar de Galilea por mitad del territorio de la Decápolis.

 

                Jesús va a disgusto a tierra de paganos. No hay más que ver la dura respuesta a la mujer sirofenicia. Pero algo le empujó a ir a tierra de paganos: aprendió (¿dónde? ¿en las noches de oración?) que la propuesta del Reino también era paganos, que debía saltar el molde estrecho de la religión. Y fue. A regañadientes, pero fue.

  • La mujer tiene con su hija una relación de dominio. Por eso, el mensaje tiene que colaborar a que tal relación se quiebre.
  • La hija está “endemoniada”, es decir, siente rabia de que se le oprima, del dominio que se ejerce sobre ella. Aspira a la libertad.
  • La mujer tiene que renunciar a todo principio discriminatorio del mismo modo que los judíos han de renunciar a considerar “perros” a los paganos. Las discriminaciones generan respuestas violentas, “endemoniadas”.
  • Cuando se rompe el principio discriminatorio, cuando se ve en el otro la dignidad que le invade, es cuando hay liberación, el “milagro” de una vida en libertad y fraternidad. El “demonio” se ha ido.

 

Para pensar u orar:

 

  1. 1.       ¿Te va haciendo el Evangelio ser menos opresor, menos instalado en el poder?
  2. 2.       ¿Te gusta, para ti y para todos, el tema de la libertad?
  3. 3.       ¿Vas siendo crecientemente respetuoso/a y agradecido/a a medida que vas orando con el Evangelio?

 

Un valor: Caminos diversos para llegar al fondo de lo humano

 

                La persona creyente tiene a veces la certeza de que el único camino para llegar a la verdad es el suyo. Pero lo que realmente interesa es no tanto la verdad absoluta cuanto situarse y tocar la verdad de la persona, su fondo. Y para eso los caminos son múltiples:

  • Está el camino de las religiones que, en la medida de su humanidad, pueden acercarnos al fondo de lo humano.
  • Está el camino de la belleza, de las artes, que desvelan con brillo lo que anida de más hermoso en el anhelo de toda persona.
  • Está el arduo camino de las ciencias, imprescindible para intentar desvelar el interrogante de la vida.
  • Están los extraños caminos del corazón que generan adhesiones fuertes, verdadero lenguaje del corazón humano.

Múltiples son los caminos que apuntan al fondo de lo humano Absolutizar uno solo de esos caminos sería reducir, empobrecerse.

 

 

Una foto:

 

 

 

                Este señor es el filósofo riojano Gustavo Bueno. Ha veces ha sido un “azote de la religión”, pero muchas de  sus afirmaciones tienen arraigo social. Ha intervenido en muchos temas sociales y ha censurado con rigor la actuación de la Iglesia española en materias de educación y otras. Son voces disonantes pero que es preciso escuchar.

 

Un poema:

 

MIRAR es poseer: 

todo es tuyo si miras, 

aunque el ciego te vea

con las manos vacías. 

 

 

Eloy Sánchez Rosillo,  

 

CVMc

Domingo, 19 de marzo de 2017

 

 

VIDA Y EVANGELIO:

UN MISMO CAMINO

Plan de oración con el Evangelio de Marcos

 

50.Mc 7,32-37

 

Una reflexión inicial:

 

                La implicación es un baremo de verdad. Hay gente que habla mucho y bien. Pero, a la hora de la verdad, no se implica en nada, es experta en escurrir el bulto. Todas sus palabras quedan entredicho porque sin implicación no hay verdad humana.

                Por el contrario, hay personas de pocas palabras, de poca relevancia social, no aparecen en los medios. Pero son quienes de verdad se implican en la vida de los demás. No temen tomar postura, no esquivan los problemas reales, terminan pringándose.

                A veces lo hacen por razones de humanidad, de familiaridad, de compromiso social o de simple bondad humana. La razón es lo de menos. La realidad es que terminan tomando partido e implicándose. Mezclan su camino humano con el de los demás.

                Son gente que “tocan”, que se pringan, que se manchan las manos con los problemas concretos de cada día. Son la esperanza, porque sin implicación no hay esperanza.

                Son gente que han descubierto que es más importante darse que dar. Y por eso se dan sin medir siempre las cosas, sin tener siempre guardadas las espaldas, sin demandar siempre una ganancia a cambio. Son lo mejor del lado humano. Su implicación nos redime de tantas maldades con las que amasamos nuestros días. Les debemos mucho.

El texto: 

 

                32Le llevaron un sordo tartamudo y le suplicaron que le aplicase la mano. 33Lo tomó aparte, separándolo de la multitud, le metió los dedos en sus oídos y con su saliva le tocó la lengua. 34Levantando la mirada al cielo dio un suspiro y le dijo:

                -Effatá (esto es: “ábrete”).

                35Inmediatamente se le abrió el oído, se le soltó la traba de la lengua y hablaba normalmente. 36Les advirtió que no lo dijeran a nadie, pero, cuanto más se lo advertía, más y más lo pregonaban ellos. 37Extraordinariamente impresionados, decían:

                -¡Qué bien lo hace todo! Hace oír a los sordos y hablar a los mudos.

 

  • Cuando Jesús “aplica la mano” está mostrando su implicación con la situación de quien anda en limitación, en sordomudez. Su propuesta del reino es implicativa, no es cosa de teorías ni de escuela.
  • Al ponerle saliva emplea Jesús métodos curativos de poca monta, los de aquellos tiempos. La saliva es antiséptica. No teme mezclar lo más suyo con la necesidad del otro.
  • Al decir “ábrete” está indicando que toda persona, incluso la más limitada, tiene posibilidades que desarrollar. La limitación de la persona no tiene por qué ocupar todo el espacio.
  • Cuando anima a que no digan lo ocurrido quiere preservar un gesto de humanidad del ensalzamiento del prodigio. Hacer el bien no debería ser considerado como algo milagroso, sino como cosa normal.
  • La impresión de la gente tiene un componente admirativo. Pero también tiene algo de prevención: como si hubiera que temer a quien se implica, como si cada uno debiera apechugar con lo suyo. El Evangelio es claro: el otro te compete; se es responsable de la situación del débil. Es cosa tuya

 

 

 

Para pensar u orar:

  1. 1.       ¿Te va llevando la oración con la Palabra a aumentar tu implicación?
  2. 2.       ¿Te sientes responsable de la suerte de los débiles?

 

Un valor: Devolver la voz

 

            A veces se suele decir que hay que ser “voz de los son voz”, como si estos no tuvieran voz. La tienen. Solamente que es preciso devolvérsela, caso de que se les haya arrebatado, y escucharles:

  • Devolver la demanda mirar al otro con  toda dignidad.
  • Devolver la voz supone hacer parte al débil de los beneficios del banquete de la vida.
  • Devolver la voz demanda tener que bajar el tono de voz de los que hablan demasiado alto.
  • Devolver la voz requiere renuncia tener siempre la voz, la sartén por el mango.
  • Devolver la voz es un ejercicio de humanidad, de compartid, de benignidad.

 

Una foto:

 

 

                Esta joven se llama Laura Carretero y es una voluntaria de Málaga Acoge. Trabaja en temas de alfabetización. Como ella, hay tantos y tantas. Gente casi anónima que dedica parte de su tiempo a los problemas del otro. No temen implicarse en gestos y posicionamientos sociales a favor de quien anda peor. Como ella, tantos. Son el soporte de lo humano.

Un poema:

 

«Ha brotado la parra, verde y roja, del milímetro roto en el cemento. Ya nada detendrá su crecimiento. Ya va plantando donde se le antoja nuevo estandarte cada nueva hoja, trémulo bajo el sol, feliz si lento. Bajo la lluvia todo es un momento de diminuto bosque que se moja».

 

José A. González Iglesias

CVMc

Domingo, 26 de marzo de 2017

 

 

VIDA Y EVANGELIO:

UN MISMO CAMINO

Plan de oración con el Evangelio de Marcos

 

51.Mc 8,1-9

 

Una reflexión inicial:

 

 

                La necesidad hace que en muchas partes del mundo, de un tiempo a esta parte, hayan rebrotado las “ollas comunes”, lugares y formas donde los frágiles pueden comer algo y paliar así su inmediata pobreza.

                Entre nosotros mismos vemos largas colas en comedores sociales o en lugares donde se reparten alimentos para paliar el hambre más inmediata. Es el rostro duro de la pobreza. Cáritas reparte más que nunca, el banco de alimentos está a tope, cruz roja se multiplica, y muchas asociaciones privadas tratan de paliar el mero hambre del lado más frágil de la sociedad.

                Dicen algunos que eso mismo hace que se suscite la solidaridad, que hoy más que nunca hay gente generosa que da para otros. Eso es verdad.

                Pero también hay que decir que esas ollas comunes son una denuncia: indican que la justicia está todavía lejos, que la equidad con la que merece ser tratado el débil no amanece, que el bienestar al que toda persona tiene derecho está todavía escondido.

                De alguna manera, la solidaridad es el fracaso de la justicia. Por eso, aun valorando aquella, hay que tener siempre en el punto de mira a la más elemental de las justicias.

                No puede quedar satisfecha una sociedad por el verdear de las ollas comunes sino por la aparición de la justicia.

 

El texto:

 

8,1Por aquellos días, como había otra vez una gran multitud y no tenían qué comer, convocó a los discípulos y les dijo:

2-Me conmueve esta multitud, porque llevan ya tres días conmigo y no tienen qué comer; 3y si los mando a su casa en ayunas, desfallecerán en el camino. Además, algunos de ellos han venido de lejos.

4Le replicaron sus discípulos:

-¿Cómo va a poder nadie saciar a estos de pan aquí en descampado?

5Él les preguntó:

-¿Cuántos panes tenéis?

Contestaron:

-Siete

6Mandó a la multitud que se echara en el suelo; tomando los siete panes, pronunció una acción de gracias, los partió y los fue dando a sus discípulos para que los sirvieran; ellos los sirvieron a la multitud. 7Tenían además unos cuantos pececillos; los bendijo y encargó que los sirvieran también.

8Comieron todos hasta saciarse y recogieron los trozos que habían sobrado; siete espuertas. 9Eran unos cuatro mil, y él los despidió.

 

  • Jesús se “conmueve” ante la multitud. Sin conmoción por las pobrezas no se podrá encontrar solución a los problemas. Sin sentido de la dignidad no habrá posibilidad de encarar las pobrezas.
  • Jesús hace una verdadera “eucaristía” (tomó…pronunció…partió…fue dando). Es la eucaristía de la justicia. La ritual sin esta no tendría ningún sentido.
  • La saciedad la marcan los propios hambrientos. Los límites de la ayuda los ha de poner la situación de la persona. Esta manda: si las situaciones de pobreza no retroceden, hay que seguir en ello.
  • Sobran panes, es decir, la solidaridad puede llegar a cubrir las necesidades reales de la persona.

Para pensar u orar:

 

  1. 1.       ¿Creces en generosidad
  2. 2.       ¿Creces en sentido de justicia?
  3. 3.       ¿Te duele el lado frágil de la sociedad?

 

Un valor: La fuerza de lo pequeño

 

                Creemos que solamente los medios potentes son eficaces. Pero, en realidad, muchas cosas comienzan a arreglarse con medios sencillos, con la fuerza de lo pequeño.

  • La fuerza de lo pequeño está en los detalles, en la sensibilidad.
  • La fuerza de lo pequeño está al alcance de cualquier.
  • La fuerza de lo pequeño, si se une a otros, resulta imparable.
  • La fuerza de lo pequeño está alimentada por la sed de justicia.
  • La fuerza de lo pequeño se asienta en la dignidad.
  • La fuerza de lo pequeño devuelve el gozo de vivir a muchos.

 

 

Una foto:

 

 

                Esta cola de personas es de la iglesia de los capuchinos de Mallorca, en pleno centro de la ciudad, en la plaza de España. Cada mañana hacen cola para recibir una bolsa de alimentos. La riqueza de Palma, la opulencia del turismo, se mezcla con esta pobreza evidente de quien anda mal para sobrevivir. Nunca podremos entender lo que nos dice este gobierno: que creciendo el país, haya a la vez más pobreza.

 

Un poema:

 

«Dios quiere que esta noche

haya amor para todos.

Él permanece inmóvil

mientras todos se mueven,

porque sabe el alcance

de la noción de danza

Se ofrece como centro.

Él, creador de la noche,

no interfiere en el giro

de los cuerpos celestes,

pero su amor anima

cada ardiente diástole

y respira en los poros

de las pieles muy próximas.

Dios conoce uno a uno

a todos los que aman».

 

José A. González Iglesias

 

Marcos 29-40

CVMc

Domingo,  2 de octubre de 2016

 

 

VIDA Y EVANGELIO:

UN MISMO CAMINO

Plan de oración con el Evangelio de Marcos

 

29. Mc 4,26-29

 

Una reflexión inicial:

 

            Muchos se pregunta sorprendidos de dónde brota el bien y la dulzura, por qué sigue habiendo gente buena más allá de toda maldad, por qué la humilde planta del amor surge en cada esquina de la existencia, cuáles son las fuerzas que hacen germinar la semilla pequeña de la generosidad.

                En el subsuelo de lo humano obran unas fuerzas germinativas de enorme potencia: la entrega sin pedir nada a cambio, la preocupación por el otro aunque eso no sea de mi familia o de mi grupo, la impresión que siguen causando las lágrimas de los pobres, el interés por el bien de quienes son más frágiles, el cuidado de lo que se quiebra con facilidad, el empeño por sacar una sonrisa de los rostros apagados, el amor en definitiva por todo aquello que necesita ser amado.

                Estas fuerzas están siempre trabajando en el subsuelo de la vida, día y noche, sin fronteras ni límites, en las zonas más oscuras de la existencia. Hay quien llama Dios a tales fuerzas; hay quien las considera un misterio de la vida. Pero lo cierto es que hacen germinar el bien traspasando la dura corteza del mal, del desamor, del abandono, del frío.

                Por eso mismo, mientras esas fuerzas sigan estando ahí, que lo estarán siempre, la cosecha del bien está asegurada. Nadie podrá frenar su poder germinativo. Nadie las podrá encadenar.

 

El texto:

 

                26Y siguió diciendo: - Así es el reinado de Dios, como cuando un hombre ha lanzado la semilla en la tierra: 27duerma o esté despierto, de noche o de día, la semilla germina y va creciendo sin que él sepa cómo. 28Por sí misma la tierra va produciendo el fruto: primero hierba, luego espiga, luego grano repleto en la espiga. 29Y cuando el fruto se entrega, envía enseguida la hoz, porque la cosecha está ahí.

  • Las parábolas tratan de explicar lo incomprensible del misterio del reino que está ya actuando en la historia mediante comparaciones comprensibles: aquí la de una fuerza similar al “incomprensible” vigor de la tierra que hace que la semilla llegue a la sazón del grano.
  • El sembrador está dotado de una confianza sensata. No sabe si habrá cosecha o no. Pero como en otras ocasiones nunca ha fallado la cosecha, mejor o peor, vuelve a lanzar la semilla. No es una confianza ciega sino probada. Así es el reino y el bien: siempre han brotado ¿por qué no van a brotar una vez más si se siembra?
  • El misterio de la semilla que crece se resuelve en el poder de los nutrientes de la tierra. El reino tiene sus nutrientes: el amor, la le ternura, la generosidad, la preocupación por el débil, la respuesta al dolor ajeno, etc. Esos son sus nutrientes. Por eso el reino brota y llegará madurar. El bien hará madurar al reino.
  • El que haya “grano repleto en la espiga” está indicando que el proceso de eclosión del reino no se quedará a medias. Llegará a buen fin y de manera generosa. La certeza del triunfo del bien es lo que alimenta la esperanza del sembrador.
  • “La cosecha está ahí”. Y a veces no la vemos, pero la cosecha del bien acompaña el tortuoso camino de los humanos. Si la vemos es porque somos nutrientes de la bondad.

 

Para pensar u orar:

 

  1. 1.       Que celebremos los nutrientes del bien que hay bajo la vida.
  2. 2.       Que colaboremos nosotros a ser nutrientes del bien.
  3. 3.       Que la confianza en el bien nunca nos abandone.

 

Un valor: Descubrir a los bondadosos

 

            Se ha puesto de moda esa peculiar “caza” de Pokemon por las esquinas de las ciudades. “Cazar” el bien, descubrir a los bondadosos sería un ejercicio muy interesante para alimentar nuestra base humana y para confiar en la promesa del Evangelio de que el reino llegará a su cita, a ser “grano repleto”.

  • Para descubrir a los bondadosos es preciso ser atraído por el brillo de la bondad. Mientras lo oscuro de lo inhumano nos impacte más que el bien, nos costará dar el paso.
  • Para descubrir a los bondadosos es preciso capacitarse con prácticas de bondad. Es la mejor forma de establecer conexión con quien, en el subsuelo de la vida, no sucumbe al mal.
  • Para descubrir el bien es preciso no dejarse anegar por la corriente del mal, no engrosar el río de la desesperanza. Por el contrario, hay que verter la humilde gota de la vida en el cauce del gozo y del amparo.
  • Para descubrir a los bondadosos hay que ponerse las gafas del amor porque el bien, con frecuencia, se oculta entre los pliegues de lo cotidiano, como camuflado.
  • Para descubrir a los bondadosos hay que alejarse de una mentalidad de poder, porque a este no le interesa para nada el bien.

 

 

 

 

 

 

Una foto:

 

 

 

Hemos visto tantas fotos como esta que ya no nos impresiona. En uno de los “asaltos” de la valla  de Melilla, dos subsaharianos ayudan a un compañero desfallecido. Posiblemente lo hacen por amistad o por simple bonhomía. Es el amparo que se dan los excluidos. La bondad en estado puro. Descubrir a estos bondadosos natos es lo que habría de ayudarnos a no desfallecer en la certeza de que el bien dará fruto.

 

Un poema:

 

Que nada nos detenga. La llamada

del infinito debe obedecerse.

Soberana inquietud que nos animas,

enséñanos a merecer el néctar

de estos días que nos tocan. Muéstranos

un modo de luchar contra el vacío

de este dulce interludio. Que la fe

en la alegría posible no abandone

ni la razón despierta ni el recuerdo.

Sé que tengo sentido porque vivo,

y sé que no hay dolor ni menoscabo

que puedan inmolar esta fortuna

de ser en el presente, de existir,

de sentirme el orfebre del instante.

Yo soy mi propio riesgo. Doy por cierta

la sed de infinitud que me espolea.

Ante el placer de respirar me postro.

No hay verdad más profunda que la vida

 

R. Lanseros

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

CVMc

Domingo,  9 de octubre de 2016

 

 

VIDA Y EVANGELIO:

UN MISMO CAMINO

Plan de oración con el Evangelio de Marcos

 

30. Mc 4,30-34

 

Una reflexión inicial:

 

            La tendencia a generar “cotos privados” parece imparable. Es una tendencia social e ideológica. Hay “cotos” que son urbanizaciones, barrios selectos, clubes, etc., y “cotos” ideológicos, religiosos, científicos, sociales, populares. Cotos de toda índole.

                Posiblemente sea esto debido a que los humanos necesitamos perfiles definidos de territorios. No hemos logrado todavía superar los límites de la “caverna” que nos acompañan desde la época de los homínidos.

                Pero puede haber otra manera de vivir. Una que tienda a ir superando la tendencia a construir cotos privados, aquella que empieza a entender en su pequeño ámbito de vida que las fronteras, del tipo que sean, no dejan de constituir algo cuestionable, con muchos interrogantes. Aquellas personas que entienden lo “selecto” no viene por el coto, sino por el amor y la entrega del corazón.

                Son personas del futuro, de los horizontes nuevos, de los caminos no hollados. Posiblemente su nombre no pase a la historia pero son los/as constructores/as de la historia nueva.

                Porque desde muchos lados vamos aprendiendo que el futuro está ligado a la generosidad, a los límites desaparecidos, a las fronteras inexistentes, a la cavernas ignoradas. El futuro de lo humano es la amplitud, la generosidad, el terreno amplio y común de una vida que abraza a todas las realidades, de una mesa en la que cada ser tiene un puesto. No son utopías totalmente inalcanzables; hay quien las está construyendo.

 

El texto:

 

                30Dijo Jesús también: - ¿Con qué compararemos el reinado de Dios? 31Con un grano de mostaza; cuando se siembra en la tierra es la semilla más pequeña de todas, 32pero, una vez sembrada, brota, se hace más alta que las demás hortalizas y echa ramas tan grandes que los pájaros pueden anidar a su sombra.

                33Con muchas parábolas parecidas les estuvo exponiendo el mensaje, según lo que podían oír. 34No les habló más que en parábolas, pero a sus propios discípulos se lo explicaba todo en privado.

  • El judaísmo, como todo sistema religioso-ideológico, había elaborado la certeza de que los paganos (esos “pájaros”, así los llamaban) no entrarían nunca en el huerto cerrado, en el coto religioso, del pueblo elegido. Estaban excluidos por origen. Sin más.
  • Jesús maneja otro paradigma: él cree que la pertenencia al reino no demanda ningún coto cerrado. Más aún, el horizonte más amplio, la pertenencia más común, la comensalía más abierta son las señas del reino. De ahí que las actitudes privatizadoras quedan desenmascaradas y desautorizadas.
  • Por eso la mostaza, metáfora del humilde reino, va a invadir, como una plaga, el coto religioso del judaísmo y cualquier otro coto que se quiera construir.
  • No se trata de una cuestión religiosa solamente. Es algo antropológico. La parábola apunta a lo básico de la vida: querer construir el camino humano con una mentalidad particularista es lastrarlo, ponerlo al borde del colapso, para la evolución del corazón.
  • Por eso el Evangelio quiere que entendamos la parábola. Jesús, la Palabra, nos la explica todas las veces que haga falta. Pero, al final, hay que comprender que el abrazo total, la eliminación de cotos, la generosidad que crea la gran familia de la ida, es lo natural, aquello a lo que estamos destinados/as.

 

Para pensar u orar:

  1. 1.       Que no nos roan los particularismos.
  2. 2.       Que nos deslumbre la humilde pero hermosa voz de lo común.
  3. 3.       Que cantemos el himno de un coro universal, voces mezcladas y entrelazadas.

                 

 

Un valor: Sentirse a gusto en lo común

 

            Quizá esa sea la condición para entender de manera vital que los cotos no tienen futuro. Es preciso ir construyendo una mística del disfrute y valoración de lo más común, de lo de todos, de aquello que nos hace iguales a cualquier ser, hasta de aquellos de los que nos creemos más alejados.

  • Para sentirse a gusto en lo común hay que habituarse a mirar a los ojos del otro, a los “ojos” de las cosas. Una mirada huidiza de la mirada del otro no logrará ver en la persona alguien con quien ser uno mismo sin necesidad de muchas justificaciones.
  • Para sentirse a gusto en lo común hay que valorar lo que la persona es y hace no tanto desde la productividad sino desde la ofrenda. No vale uno más porque produce más, sino porque se entrega más.
  • Para sentirse a gusto en lo común hay que tender a sumar, más que a restar. Y no solamente a causa de la eficacia (por eso de que “la unión hace la fuerza”), sino porque sumar multiplica posibilidades de encuentro, facilita la relación cordial y pone en funcionamiento lo mejor que llevamos cada ser dentro.
  • Para sentirse a gusto en lo común hay que entonar un canto común a la vida, un himno compartido de experiencias y de valores. Los particularismos terminan por hacer desaparecer el anhelo de lo común.

 

Una foto:

 

 

 

Dentro de la “literatura” deportiva que se escucha en períodos como las elecciones hay frases que nos pueden ser sugerentes. La atleta Ruth Beitia, medalla de oro en salto de altura femenino, decía que, cuando volvió a entrenar tras un período de obligada pausa, lo hizo “sin piedras en la mochila”, liberada, disfrutante. Es hermosa la frase: las piedras que lastran la mochila humana derivan, con frecuencia, de los particularismos, de la vuelta a la “caverna” de lo mío, de los egoísmos enquistados que pesan como plomo. Sacarlos de la “mochila”, liberarse de ellos es todo un trabajo, hermoso y productivo.

 

Un poema:

 

¿Tantos años

para tan parco saber,

corazón tan débil?

¿Ni un desgastado óbolo con que pagar

al barquero, si si se acerca?

––Me surtí de hierba y agua rápida,

permanecí liviano

para hundir menos la barca.

 

Ph. Jaccottet

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

CVMc

Domingo,  16 de octubre de 2016

 

 

VIDA Y EVANGELIO:

UN MISMO CAMINO

Plan de oración con el Evangelio de Marcos

 

31. Mc 4,35-41

 

Una reflexión inicial:

 

            Lo duro de la vida, los avatares sufridos, las heridas acumuladas, y muchos otros factores invitan a la persona a replegarse sobre sí misma, a verse como único centro, a asentarse en su propia y única ideología. Es la tentación del involucionismo, de la vuelta a los cuarteles de invierno, la reducción del mundo a mi mundo.

                Pero resulta que en el salir hay un secreto de vida. Quien sale, quien se aventura, quien “cruza la mar”, solemos decir, encuentra horizontes de vida que le enriquecen.

                Por eso, los humanos vivimos a costa de los profetas, los aventureros, los arriesgados, los emprendedores, los investigadores, los que nadan contra corriente. Todos esos que han “salido” son los que abren los horizontes de la vida.

                Porque, como decimos, en “salir” hay una clave de vida que contrarresta la tendencia empequeñecedora a quedarse en lo mío, en lo cercano, en lo manejable, en lo conocido.

                Salir demanda una confianza indudable porque esa es la masa de la que está hecho. Salir requiere mirar en la dirección de lo otro, en la dirección de lo que aún no es. Salir pide mantener vivas las preguntas, aunque todavía no se encuentre respuesta. Salir es apostar, arriesgarse, dejar de lado un poco lo que consideramos nuestras seguridades.

                Quien sale encuentra vida, aunque haya pérdidas. Quien no sale, quizá no pierda mucho, pero no encuentra casi nada, se empobrece.

 

El texto:

 

                35El día aquel, al caer la tarde, les fijo: - Crucemos a la orilla de enfrente. 36Ellos dejaron a la gente y se lo llevaron en la barca, como estaba; otras barcas lo acompañaban. 37Se produjo un fuerte torbellino de viento y las olas se abalanzaban sobre la barca hasta casi llenarla de agua. 38Él estaba a popa, dormido sobre un cabezal. Lo despertaron gritándole: -Maestro, ¿no te importa que nos hundamos? 39Se despertó, increpo al viento y dijo al lago: -¡Silencio, cállate! El viento amainó y sobrevino una gran calma. 40Él les dijo: - ¿Por qué sois tan cobardes? ¿Cómo es que no tenéis fe? 41Les entró un miedo atroz y se decían unos a otros: - Pero entonces, ¿quién será éste que hasta el viento y el mar le obedecen?

  • Jesús descoloca a sus discípulos cuando les dice que pase al otro lado, al lado de los paganos (la Decápolis). ¿Qué se le había perdido a un judío en territorio de paganos, de esos destinados al infierno? Y más: ¿Qué se le había perdido a un Mesías en esa tierra? El Mesías era solo para Israel.
  • Por eso “secuestran” a Jesús, lo cogen en la barca y lo alejan del territorio pagano. Pero las fuerzas del mar que simbolizan al paganismo se levantan encrespadas. También los paganos tienen derecho al reino. Era, pues, necesario haber salido en esa dirección, no haberse vuelto a territorio judío. Los discípulos no entienden que el “salir” hacia el otro, aunque sea un pagano, hace parte de los dinamismos del reino.
  • Jesús calma el ardor del paganismo y el involucionismo de los discípulos. Hay que tener “fe” en los dinamismos del reino, en que cuanto más se da uno al otro, en que cuanto más se “sale” en la dirección del otro, más beneficio reciben las personas.

 

Para pensar u orar:

 

  1. 1.       Hay que animarse a salir para ofrecer el reino y sus valores.
  2. 2.       Hay que animarse a salir para aprender de lo bueno de la sociedad.
  3. 3.       Hay que animarse a salir para que los corazones se encuentren.

 

Un valor: Lo positivo del despojo

 

            Para animarse a salir hay que aceptar un cierto nivel de despojo. Pretender salir con todo el bagaje personal y cultural intacto es difícil, ya que es, muchas veces, eso, un peso.

  • Hay que despojarse de los dogmas culturales y religiosos que nos dicen que lo nuestro, nuestra cultura, nuestra religión, es la única y la valiosa. Hay que ver los valores de otras culturas, de otras religiones.
  • Hay que despojarse de los prejuicios, estereotipos, velos que nos impiden percibir que estamos hechos para vivir el uno con y para el otro.
  • Hay que despojarse de las pequeñas comodidades que nos atan cuando no sabemos compartirlas con los demás. Si lo hacemos, son comodidades y ayudas para todos.
  • Hay que despojarse del “demonio” de querer tener la razón en todo, de imponer mi criterio como único válido, de pretender consagrar mi visión de la vida como la que debe ser aceptada por todas.
  • Hay que desprenderse de costumbres, tradiciones, rutinas que consagramos con los años hasta darles la categoría de leyes.

 

 

 

Una foto:

 

 

 

                Esta señora es África de la Cruz Tomé, profesora jubilada, que ejerce de celebrante los domingos en las aldeas de Segovia. Lo hace con conciencia y con sentido crítico, sabiendo que, hoy por hoy, el lugar de la mujer en la Iglesia es de completa inferioridad. Lo hace para reivindicar una igualdad que no llega. Personas que abandonan su comodidad de jubilada y que quieren seguir en la brecha porque consideran que en el salir arriesgado hay posibilidad de crecimiento humano y cristiano. Personas que pasan “a la otra orilla”, como quería Jesús.

 

Un poema:

 

Consejos llegados del afuera: algunos lugares, algunos momentos nos inclinan, hay como una presión de la mano, de una mano invisible, que nos incitan a cambiar de dirección (de los pasos, de la mirada del pensamiento); esta mano podría ser también un soplo, como el que orienta las hojas,  las nubes, los veleros. Una insinuación, en voz muy baja, como de alguien que susurra: mira, o escucha, o simplemente espera. Pero, ¿tenemos tiempo para esperar, paciencia para esperar? Y además, ¿se trata realmente de esperar?

Ph. Jaccottet

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

CVMc

Domingo,  23 de octubre de 2016

 

 

VIDA Y EVANGELIO:

UN MISMO CAMINO

Plan de oración con el Evangelio de Marcos

 

32. Mc 5,1-20

 

Una reflexión inicial:

 

                La maldad es, ciertamente, un torrente avasallador, se lleva todo por delante, anega todas las parcelas de la vida, pasa por encima de las humildes iniciativas del bien. Hay quien deduce que no se puede hacer nada contra él. Argumentos no le faltarán.

                Sin embargo, hay que resistir, no dejarse anegar por el torrente de la maldad. Tratar de sobrevivir a su embate, mantener fuera la cabeza y el corazón para que las aguas cenagosas del mal no nos inunden el alma.

                Resistir al mal es una obra de profunda humanidad, ya que la sociedad se deja, con frecuencia, arrastrar por ese torrente devastador. Pero siempre hay personas que le plantan cara, flexibles y aguerridas para no dejarse vencer a la primera.

                Con frecuencia demandan nuestra colaboración, ya que una resistencia ante el torrente del mal hecha en grupo tiene más visos de ser eficaz, más posibilidades de aguantar. No les neguemos esa colaboración porque, a la larga, nos beneficiará a nosotros.

                Y es preciso aprender a resistir no tanto con soflamas o quejas, sino proponiendo alternativas humanizadoras, abriendo pequeños caminos de humanización en el kilómetro cercano en el que uno/a desarrolla su vida diaria.

                De cualquier manera, lo más importante es no caer en la indiferencia, esa actitud que, a priori, menosprecia el torrente del mal, sobre todo si afecta a otros, pero, a la larga ella misma es víctima de su propia indiferencia. Ser indiferentes al torrente del mal es ser sus mejores colaboradores.

 

El texto:

 

            5,1Llegaron a la orilla de enfrente, a la región de los gerasenos. 2Apenas desembarcó, le salió al encuentro desde el cementerio un hombre poseído por un espíritu inmundo, 3que vivía en los sepulcros; ni con cadenas podía ya nadie sujetarlo; 4muchas veces lo habían ya sujetado con grillos y cadenas, pero él rompía las cadenas y destrozaba los grillos, y nadie tenía fuerza para domeñarlo. 5Se pasaba el día y la noche en las tumbas y en los montes, gritando e hiriéndose con piedras.

                6Viendo de lejos a Jesús, echó a correr, se postró ante él y gritó a voz en cuello: 7- ¿Quién te mete a ti en esto, Jesús, Hijo de Dios Soberano? Te conjuro por Dios a que no me atormentes.

                8Porque Jesús le había dicho: -Espíritu inmundo, sal de este hombre. 9Jesús le preguntó: -¿Cómo te llamas? Le respondió: - Me llamo Legión, porque somos muchos.

                10Y le rogaba con insistencia que no los expulsara de aquella comarca.

                11Había allí cerca una gran piara de cerdos hozando en la falda del monte. 12Los espíritus le rogaron: - Déjanos ir y meternos en los cerdos.

                13Él se lo permitió. Los espíritus inmundos salieron del hombre y se metieron en los cerdos; y la piara, unos dos mil, se lanzó al lago acantilado abajo y se ahogó.

                14Los porquerizos salieron huyendo y lo contaron por el pueblo y por los cortijos. La gente fue a ver lo que había pasado. 15Se acercaron a Jesús y vieron al endemoniado sentado, vestido y en su juicio, el mismo que había tenido la legión y les entró miedo. 16Los que lo habían visto les refirieron lo que le había ocurrido al endemoniado y lo de los cerdos. 17Ellos le rogaban que se marchase de su país.

                18Mientras se embarcaba, el endemoniado le rogaba que lo admitiese en su compañía, 19pero no se lo consintió y, en cambio, le dijo: - Vete a casa con los tuyos y cuéntales todo lo que el Señor ha hecho contigo por su misericordia.

                20El hombre se marchó y se puso a proclamar por la Decápolis lo que Jesús había hecho por él; y todos se admiraban.

  • Jesús se enfrenta al “torrente del mal” yendo a tierra de paganos, a la Decápolis. Para un judío, el paganismo era el mal por antonomasia. Jesús va ahí como un resistente, como alguien que no se pliega a los dictados de ese mal.
  • Jesús saca al endemoniado del torrente del mal y lo sitúa en el ámbito de lo humano (sentado, vestido y en su juicio).
  • Los de la zona no le entiende y le piden que se aleje de su término. Están tan anegados que no perciben lo dramático de su situación. Jesús se va. Paciencia histórica.
  • Contaba el curado “lo que Jesús había hecho por él”. Esa es la gran cuestión para resistir al mal: hacer el bien que está en nuestra mano.

 

Para pensar u orar:

 

  1. 1.       Haznos fuertes como tú, Señor, ante el torrente del mal.
  2. 2.       Haznos generosos como tú ante el egoísmo del mal.
  3. 3.       Haznos resistentes como tú ante el empuje de quien pasa por encima de los frágiles.

 

Un valor: Responsables del bien

 

                Resistir al torrente del mal solamente será posible en la medida en que nos sintamos responsables del bien:

  • Responsables del bien cercano y del lejano en la medida que sea.
  • Dispuestos a hacer lo que esté en nuestra mano para que el mal no tenga bula.
  • Sabedores de que cualquier acción buena que se haga no se pierde, por mucho que sea el canto de victoria que entone el mal.
  • Manteniendo la certeza de que el mal triunfará sobre el bien, a pesar de todo.

 

Una foto:

 

 

 

Cuando el atleta etíope Feyisa Lilesa cruzó la línea de meta en segundo lugar en el maratón de los Juegos Olímpicos de Río, elevó sus brazos y los cruzó en forma de 'x'. En la ceremonia de celebración posterior, repitió el gesto y desveló su significado: protestaba contra el gobierno de su país y en señal de solidaridad con el grupo étnico Oromo, al que pertenece, perseguido por su gobierno. Gente que resiste al torrente del mal en modos sencillos pero con consecuencias y riesgos.

 

Un poema:

 

Entre tanto guijarro de la orilla  

no sabe el mar  

en dónde deshacerse 

 

¿Cuándo terminará su infernidad 

que lo ciñe 

a la tierra enemiga 

como instrumento de tortura 

y no lo deja agonizar 

no le otorga un minuto de reposo? 

 

Tigre entre la olarasca 

de su absoluta impermanencia 

Las vueltas 

jamás serán iguales 

La prisión 

es siempre idéntica a sí misma 

 

Y cada ola quisiera ser la última

quedarse congelada

en la boca de sal y arena

que mudamente

le está diciendo siempre:

Adelante.

 

J.E. Pacheco

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

CVMc

Domingo,  30 de octubre de 2016

 

 

VIDA Y EVANGELIO:

UN MISMO CAMINO

Plan de oración con el Evangelio de Marcos

 

33. Mc 5,21-24a.35-43

 

Una reflexión inicial:

 

            Todos sabemos que una de las formas más sutiles de poder es la sobreprotección. Efectivamente, es una forma sutil porque va envuelta, aparentemente (y quizá también realmente) en amor. Por causa del amor se sobreprotege y por esa misma causa se oprime. Es algo que, sobre todo aplicado a niños, es rechazado por todos los terapeutas.

                Pero así somos: con buena voluntad, queriendo lo mejor para el otro, lo rodeamos de cuidados excesivos que anulan a la persona, la reducen a mero repetidor de nuestros anhelos y, en fin, queda sometido a nuestra voluntad. Romper, a veces, ese círculo infernal es muy difícil. Por eso hay que estar alerta.

                Es preciso dejar que el otro sea otro, que elija los caminos que quiera andar, que se arriesgue en las sendas que le resulten atractivas. Por eso, quien no quiera caer en la sobre protección tendrá que aprender a encajar sobresaltos, a aguantar las opciones que no cuadran con su sensibilidad. Ni sobre protección ni sobre exigencia.

                Y, además, habrá de aprender a leer positivamente los disfrutes y opciones del otro, a no querer imponer marcos de gozo que son los propios pero que no son los ajenos siempre. Respetar la libertad que disfruta por caminos propios es un aprendizaje necesario para eludir la sobreprotección.

                Todo este trabajo se inscribe en la tarea de construir relaciones saludables, cosa no fácil siempre y en muchas ocasiones muy complicada. Pero si las relaciones no son saludables, la vida se convierte en un infierno. Por eso hay que lanzarse con buen ánimo a esta hermosa y complicada tarea.

 

El texto:

 

            21Jesús atravesó de nuevo en barca a la orilla de enfrente, se le reunió otra vez mucha gente alrededor y se quedó junto al lago.

22Se acercó un jefe de sinagoga que se llamaba Jairo, 23y al verlo se echó a sus pies rogándole con insistencia: - Mi hijita está en las últimas; ven a aplicarle las manos para que se cure y viva.

24aJesús se fue con él.

35Aún estaba hablando cuando llegaron de casa del jefe de sinagoga para decirle: - Tu hija ha muerto. ¿Por qué molestar al maestro?

36Pero Jesús, sin hacer caso del recado, le dijo al jefe de la sinagoga: - No temas, te fe y basta.

37No permitió que lo acompañara nadie más que Pedro, Santiago y su hermano Juan. 38Llegaron a casa del jefe de sinagoga y estuvo contemplando el alboroto de los que lloraban gritando sin parar. 39Luego entró y les dijo: - ¿Qué alboroto y qué lloros son estos? La chiquilla no está muerta, está dormida.

40Ellos se reían de él, pero él los echo a todos fuera y con el padre y la madre de la chiquilla y sus acompañantes entró donde estaba la niña. 41La cogió de la mano y le dijo: - Talitha qum (que significa “Muchacha, a ti te digo, levántate”).

42Inmediatamente se uso en pie la muchacha y echó a andar (tenía doce años). Se quedaron viendo visiones.

43Les advirtió con insistencia que nadie se enterase y encargó que se le diera de comer.

 

  • Hay una progresión en la manera de denominar a la hija del jefe de sinagoga que indica la orientación del relato: para el padre es, primeramente, “hijita”: indica minoría de edad, dependencia, sobreprotección. Los criados habla de “hija”: pertenencia legal, sin sobreprotección. Jesús comienza hablando de “chiquilla”: afecto sin sobre protección para terminar nombrándola como “muchacha”: persona en situación legal de adultez (en aquel tiempo la edad adulta para casarse era temprana, debida a la mortalidad infantil).
  • Es decir: el verdadero milagro no es curar a la muchacha sino dejarle ser ella misma. Su enfermedad es el sometimiento al sistema al que se ve obligada. Liberarla de las garras de sistema sobreprotector es como resucitarla.
  • Lo que el reino de Jesús pretende es justamente eso: dar adultez a la persona y con ella, la libertad innegociable a la dignidad.

 

Para pensar u orar:

  1. 1.       Que el Mensaje nos lleve a la libertad.
  2. 2.       Que el Mensaje nos lleve a la adultez.
  3. 3.       Que el Mensaje nos lleve al respeto

 

Un valor: El sentido de la adultez

 

            El entenderse y vivirse como persona adulta es sinónimo todo el itinerario humano para llegar a ser uno/a mismo/a.

  • Para ser adulto hay que considerar a los demás como adultos.
  • Para ser adulto se demanda no apagar nunca el anhelo de libertad.
  • Para ser adulto es preciso respetar la pluralidad de los caminos humanos.
  • Para ser adulto se requiere la renuncia a cualquier poder que oprima al otro.
  • Para ser adulto se requiere una paciente espera ante los caminos distintos de los demás.
  • Para ser adulto hay que entender que al misterio de la persona y al de Dios se accede por puertas muy diversas.

 

 

Una foto:

 

 

Es una foto que se puede aplicar a muchas cosas, pero también al tema de la sobreprotección. Hemos de dejar que el otro sea él, que aspire el perfume de las flores por su cuenta, que se embelese de lo que le llama la atención, que elija sus opciones, que ande los caminos que le atraen. Contemplar la diversidad es lo que puede ayudarnos a generar flexibilidad en las relaciones.

 

Un poema:

 

Yo no te pido

que me bajes una estrella azul

solo te pido

que mi espacio llenes con tu luz.

 

Yo no te pido

que me firmes diez papeles grises para amar

solo te pido

que tú quieras las palomas que suelo mirar.

 

En lo pasado no lo voy a negar

el futuro algún día llegará

y en el presente

que me importa la gente si es que siempre van hablar.

 

Sigue llenando

este minuto de razones para respirar

no me complazcas

no te niegues

no hables por hablar.

S. Rodríguez

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

CVMc

Domingo,  6 noviembre de 2016

 

 

VIDA Y EVANGELIO:

UN MISMO CAMINO

Plan de oración con el Evangelio de Marcos

 

34. Mc 24b-34

 

Una reflexión inicial:

 

            Por alguna razón, hay en nuestro interior una facilidad grande para conectar con lo gris, lo malo, lo negativo, lo truculento. Por eso venden tanto las noticias que tienen ese componente trágico; por eso tienen tanta acogida grupos sociales o políticos de componente muy sombrío; por eso nos atrae menos la luz y lo positivo.

                Sin embargo, conectar con lo bueno, situarse en lo positivo, valorar lo luminoso, serían cosas que nos harían mucho bien. Efectivamente, desarrollarían los mejores valores que tenemos las personas y las sociedades, fomentarían pautas positivas y humanizadoras de comportamiento, serían causa de alegría para nuestros días.

                De ahí que sea interesante poner siempre delante este anhelo, animar a tomar estos caminos, empujar en la dirección de lo luminoso, no en la de lo tenebroso. Los anhelos son dinamismos fuertes; si los tomamos desde el lado positivo pueden contribuir notablemente al beneficio de la persona.

                Pero también es necesario hacer opciones concretas, situarnos cada vez más en el terreno de lo positivo, alejarnos de quienes han hecho de la oscuridad el marco habitual de su vida.

                Y junto con todo esto, resistir el embate de lo negativo, hacer frente explícitamente a quien propugna las sombras, valorar a las personas que aportan luz al hacho social.

 

El texto:

 

                24bLo seguía una gran multitud que lo apretujaba.

                25Una mujer que llevaba doce años con un flujo de sangre, 26que había sufrido mucho por obra 27de muchos médicos y se había gastado todo lo que tenía sin aprovecharle nada, sino más bien poniéndose peor, 27como había oído hablar de Jesús, acercándose entre la multitud le tocó por detrás el manto, 28porque se decía: “Si le toco aunque sea la ropa, me salvaré”. 29Inmediatamente se secó la fuente de su hemorragia, y notó en su cuerpo que estaba curada de aquel tormento.

                30Jesús, dándose cuenta interiormente de la fuerza que había salido de él, se volvió inmediatamente entre la multitud preguntad: - ¿Quién me ha tocado?

                31Los discípulos le contestaron: - Estás viendo que la multitud te apretuja y ¿sales preguntando “quién me ha tocado”?

                32Él miraba a su alrededor para distinguir a la que había sido. 33La mujer, asustada y temblorosa por ser consciente de lo que había ocurrido, se acercó, se postró ante él y le confesó toda la verdad. 34Él le dijo: - Hija, tu fe te ha salvado. Márchate a la paz y sigue sana de tu tormento.

  • Para los judíos antiguos el “manto” era una prenda tan importante (no había ropa interior) que robar el manto era uno de los pecados más graves, ya que se exponía a la persona a la muerte.
  • No es de extrañar que el manto llegara a confundirse con lo más valioso de una persona, con su espíritu. El profeta Eliseo le pide a Elías antes de morir que le dé una parte de su espíritu; este le da la mitad de su manto.
  • Por eso mismo, tocar el manto era como tocar el espíritu, lo más valioso de la persona, su verdad más profunda. La mujer lo toca y queda sana.
  • Es decir: toca los valores de Jesús (la paz, el amor, el servicio, la generosidad, etc.). Esto es lo que sana a la mujer: el vivir de acuerdo con los criterios del Evangelio, porque son criterios que aportan salud.

 

Para pensar u orar:

  1. 1.       Que toquemos el manto de Jesús viviendo sus valores.
  2. 2.       Que toquemos el manto de Jesús tocando a los frágiles.
  3. 3.       Que toquemos el manto de Jesús en el manto de nuestros hermanos.

 

Un valor: No hacer el juego al mal

 

            Tiene tanta potencia el mal que hacerle el juego parece la cosa más normal del mundo, aplaudirle, reírle sus gracias, excusar con facilidad sus desmanes. Hay que tomar otra postura:

  • Marcar territorios separados; hacer ver que queremos salir del marco de su influencia.
  • Mantener la crítica y hasta la censura ante los desmanes del mal. Mostrar explícitamente el desacuerdo.
  • Tomar opciones sociales y políticas alejadas de sistemas que consagran el mal y lo banalizan.
  • No hacerles el juego pensando que eso nos va a aportar alguna ganancia. A la larga, hay que pagar la factura.
  • No temer significarse por no estar de su lado; hay muchas personas que nos darán las gracias.
  • Mantener un tono vital de cierto optimismo ante la irrefrenable tendencia del mal por ennegrecer toda la realidad.
  • Desdramatizar situaciones de “negrura” sabiendo que las cosas no son blancas o negras, sino con muchos matices.

 

 

Una foto:

 

 

Esta muchacha es Luisa Broto, vicealcaldesa de Zaragoza. Ella, como otros políticos, cree que para hacer política no hay que tener la piel dura y el rostro de pedernal sino que, por el contrario, hay que redoblar la sensibilidad humana. Posiblemente no se equivoca, por más que haya sectores políticos que piensan justamente lo contrario.

 

Un poema:

 

Quiero echar mi suerte

en el lado de la bondad,

en el campo del corazón,

en el huerto del amor.

 

Por eso he comenzado

por abandonar la telaraña

de los mezquinos.

 

Quiero tocar el espíritu

de quien es humano.

Esa es mi opción.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

CVMc

Domingo,  13 de noviembre de 2016

 

 

VIDA Y EVANGELIO:

UN MISMO CAMINO

Plan de oración con el Evangelio de Marcos

 

35. Mc 6,1-6

 

Una reflexión inicial:

 

            Los agnósticos dicen que es difícil tener fe en Dios. Los ateos que es mejor no tenerla. Pero lo verdaderamente difícil es dar fe a las personas, tener fe en ellas, llegar a una confianza básica, radical, en el corazón humano.

                Eso resulta difícil porque de la persona vemos sus fallos, sus limitaciones, sus contradicciones, sus maldades. ¿Cómo vamos a dar fe a nadie que tenga tales limitaciones?

                Y, sin embargo, sin fe en la persona el mundo caminaría a su destrucción, ya que la confianza en la persona es el sustento de la historia, la posibilidad de llegar a vivir en buena relación, en fraternidad entre humanos y con la creación.

                De ahí que el cultivo de la fe en la persona sea, de alguna manera, mucho más importante que el de la fe en Dios. Esta, según como se mire, depende de aquella.

                Efectivamente, ¿qué tipo de fe en Dios es aquella que puentea la fe en la persona? Si no podemos confiar en la persona, la fe en Dios es una superestructura, un añadido, algo inexistente, algo imposible.

                Y en la tarea de creer en la persona toda persona queda emplazada, porque esa fe no demanda un previo religioso. Sí demanda una aceptación del valor del otro por encima de sus límites y fracasos.

                Esa fe esencial en el otro es decisiva para que la bondad humana se abra camino por la tiniebla de sus sendas. Sin ellas, la vida se hace imposible.

 

El texto:

 

            6,1Y salió de aquel lugar. Fue a su tierra, seguido de sus discípulos. 2Cuando llegó el día de precepto se puso a enseñar en la sinagoga.

                La mayoría, al oírlo, decían impresionados: - ¿De dónde le vienen a éste esas cosas? ¿Qué clase de saber le han comunicado a éste y qué clase de fuerzas son esas que le salen de las manos? 3¿No es este el carpintero, el hijo de María y hermano de Santiago y José, de Judas y Simón? Y ¿no están sus hermanas aquí con nosotros? Y se escandalizaban de él. 4Jesús les dijo: - No hay profeta despreciado, excepto en su tierra, entre sus parientes y en su casa.

                5No le fue posible de ningún modo actuar allí con fuerza; solo curó a unos pocos postrados aplicándoles las manos. 6Y estaba sorprendido de su falta de fe.

                Entonces fue dando una vuelta por las aldeas de alrededor, enseñando.

 

  • El modo de enseñanza al uso era el de citar los textos de los grandes rabinos y así iban haciendo luz. Jesús no cita a nadie, a su experiencia, y eso bloquea la aceptación de su enseñanza popular. Por otra parte, obra “con fuerza”, con espíritu.
  • La inaceptación de que un pobre se meta a enseñar y a curar se traslada al origen familiar de Jesús: si conocemos a su pobre familia, su enseñanza y curaciones quedan desautorizadas, marcadas por la pobreza. Es decir: dar fe a un pobre es el gran problema.
  • El menosprecio de Jesús, la falta de fe en el él, se traduce en escasez de curaciones. Pero al haber algunas, la puerta queda abierta. No se desacredita tan fácilmente al que hace el bien.
  • Jesús mismo se sorprende de que no se le dé fe debido a su origen humilde. Lo que habría que calibrar sería el valor de sus obras a favor de la persona. Eso no cuenta.

 

Para pensar u orar:

  1. 1.       Que demos fe a la persona por encima de sus limitaciones.
  2. 2.       Que demos fe a quien hace el bien.
  3. 3.       Que demos fe a quien amamos y a quien no amamos tanto.

 

Un valor: No estrellarse contra las apariencias

 

            Porque es, con frecuencia, el muro contra el que nos estrellamos: las apariencias de una persona son pobres, le retiramos la confianza, ya no creemos en él. Hay que darse el trabajo de superar ese muro:

  • Para superar el muro de las apariencias hay que mirar en la dirección del corazón del otro.
  • Para superar el muro de las apariencias hay que escuchar pacientemente y no dejarse guiar por habladurías.
  • Para superar el muro de las apariencias hay que valorar humanamente a la persona, no solo desde planteamientos económicos.
  • Para superar el muro de las apariencias hay que rasgar los velos que nos ponemos, los prejuicios, los estereotipos, los lugares comunes.
  • Para superar el muro de las apariencias hay que creer que toda persona tiene valores, más o menos ocultos.

 

Una foto:

        Este es un grupo de usuarios de Proyecto Hombre en Salamanca, fase de reinserción. Están muy agradecidos a los Capuchinos de esa ciudad que han puesto un inmueble a su disposición. Dicen que Los capuchinos nos han demostrado que Francisco de Asís y su espíritu siguen vivos. Quizá demasiado, pero se trata de dar confianza a la persona que anda buscando caminos nuevos para su vida. Lo que hizo Jesús.

 

Un poema:

 

En campos de silencio

las estrellas que caen

siempre germinan. 

 

Todo nos reconoce. 

Todo inclina su gesto generoso

hacia donde la vida

nos cubre y nos concreta. 

 

Hay un cuenco de asombro

en el umbral

de los que saben esperar milagros, 

susurra una verdad. 

 

Hay música, también, 

bajo las cuerdas. 

 

Vanesa Pérez-Sauquillo

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

CVMc

Domingo, 20 de noviembre de 2016

 

 

VIDA Y EVANGELIO:

UN MISMO CAMINO

Plan de oración con el Evangelio de Marcos

 

36.Mc 6,7-13

 

Una reflexión inicial:

 

            No resulta fácil andar confiadamente por la vida. Mil constricciones te obliga a desconfiar de cualquier compañero/a de camino. Y sin embargo, no es posible caminar en la total desconfianza. Por eso, aunque haya fallos, aunque muchas veces sintamos el zarpazo del mal, no hay más remedio que confiar.

                Por otra parte, un camino en la desconfianza se hace amargo, cuesta arriba, desabrido. Esta siempre en actitud de nada y guardar la ropa es algo muy cansino, desgasta mucho. Alguna vez habrá que sacar la mano de la guarda de la espada y tenderla a quien viaja con nosotros. Si no, el desgaste es enorme.

                Más aún, la confianza en el otro, aunque a veces nos falle, es el verdadero descanso del corazón. Hallar descanso en uno mismo solamente es algo incompleto. Al final, se descansa en el corazón del otro, en la vida del otro. Digamos lo que digamos, el otro es nuestro mejor descanso.

                Por eso, la Palabra de Jesús quiere colaborar a construir seguidores/as confiados, no gente que mirar siempre a derecha e izquierda con desasosiego y desconfianza. Incluso más: un/a desconfiado/a no puede ser buen seguidor de Jesús porque el Evangelio no busca gente religiosa y cumplidora, sino personas que ofrezcan el corazón como casa del otro y que entren al corazón del otro como casa suya.

                Orar con la Palabra y no percibir que los niveles de confianza aumentan, sería una evidente contradicción.

 

El texto:

 

            7Llamó a los Doce y los fue enviando de dos en dos, confiriéndoles poder sobre los espíritus inmundos. 8Les encargó que no llevaran para el camino más que un bastón; ni pan, ni alforja, ni dinero en la faja, 9que calzaran sandalias pero que no llevaran dos túnicas.

                10Les decía: -Cuando entréis en una casa, quedaos allí hasta que os marchéis. 11Si en un lugar no os reciben, quedaos allí hasta que os marchéis. 11Si en un lugar no os reciben ni escuchan, salid de allí y sacudíos el polvo de los pies como protesta contra ellos.

                12Se fueron y predicaban que se arrepintieran; 13expulsaban muchos demonios, ungían con aceite a muchos enfermos y sanaban.

 

  • Este texto refleja las condiciones en que Jesús ha mandado a sus amigos a hacer aquella rudimentaria misión de anunciar el Evangelio a las aldeas de la Galilea. El denominador común de todas las instrucciones (aunque no salga la palabra exacta) es la confianza. Sobre todo la confianza en las personas y en las casas a las que van. Es decir, Jesús cree que la gente, en general, es buena y que se puede confiar en ella. Sin esa confianza, no se podría ir así.
  • Esa confianza se traduce en beneficio para la gente. De ahí las curaciones en formas sencillas, propias de la época en que no había medicina técnica. Curar con palabras, con exhortaciones, untando con aceite, poniendo las manos, dando ánimo. La confianza es curativa, aunque no lo parezca.
  • Ellos mismos han de suscitar confianza entre la gente. Por eso, hay que apartar todo afán de lucro y de ganancia para que pueda brotar esa confianza.
  • A pesar de esas indicaciones ellos también “predican para que se arrepientan”, cosa que no les había mandado Jesús. Por ahí se puede colar la desconfianza. Hay que tener cuidado con las exigencias religiosas y morales que pueden apartarnos de un camino de confianza básica.

 

Un valor: Mirar adentro de la persona

 

            Porque si no se mira adentro de la persona resulta imposible confiar en ella. Las apariencias, lo de fuera, nos lleva a la desconfianza. Si miramos al interior confiaremos más fácilmente. Para mirar dentro:

  • Hay que huir de tópicos, prejuicios y estereotipos.
  • Hay que sentirse hermanados en el fondo. Todos nos llevamos el canto de un duro.
  • Hay que hacer camino juntos, vivir juntos, para espantar la desconfianza que nos genera la debilidad ajena.
  • Hay que aprender a desvelar los valores pequeños que son susceptibles de engendrar confianza.

 

 

Una foto:

 

 

            Es una foto del papa Francisco saludando a un preso. Ha querido el papa reunirse con ellos en el jubileo de la misericordia. Es una reunión de confianza. Dejar que mil presos vayan a Roma )aunque los habrán “seleccionado”) muestra la confianza de las instituciones penitenciarias en tales reos. Con esos gestos de confianza se dignifica más que con muchas palabras. El papa se lo ha agradecido. No es para menos. Estamos necesitados de gestos sociales de confianza.

 

Un poema:

 

PIENSA

en los que se mantienen al margen, 

en los que pasan, casi anónimos, 

                                                     y escuchan,

y guardan para sí lo que acaso dirían

si las cosas fuesen de otra manera,

si el altavoz brutal callara un poco. 

No imagines que el mar es sólo superficie; 

piensa en las aguas hondas, silenciosas,

o surcadas tal vez de profundas corrientes,

pero llenas de vida. 

Una vida que calla, pero que es verdadera

--más que el fugaz bañista, más que el barco--,

y sigue, sigue siempre. 

 

J. Cereijo

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

CVMc

Domingo, 27 de noviembre de 2016

 

 

VIDA Y EVANGELIO:

UN MISMO CAMINO

Plan de oración con el Evangelio de Marcos

 

37. Mc 6,14-16

 

Una reflexión inicial:

 

            La cuestión de la identidad parece ser un problema de filosofía. Pero, en realidad, es un asunto de vida: ¿quién soy? ¿Quiénes somos como colectivo? ¿Quiénes somos como grupo creyente? ¿Quiénes somos como familia? ¿Quiénes somos, incluso, como cosmos? Son preguntas que vuelven, una y otra vez, sobre la mesa del discernimiento.

                Necesitamos aclararnos, poner luz en nuestra realidad, saber lo mejor posible cuál es la senda que tenemos que recorrer para tocar, siquiera con la punta de los dedos, la dicha que anhelamos. Somos así los humanos.

                En realidad, las preguntas sobre la identidad tienen una respuesta común: somos más acertadamente cuando somos humanos. Lo humano es el denominador común de todas las preguntas sobre la identidad. Cuanto más humanos somos, más sabemos lo que somos; cuanto menos humanos somos, más se diluye la cuestión de la identidad y más volumen cobran las preguntas sin respuesta.

                La identidad se resuelve en la humanidad, en la bondad del corazón, en el amor asimétrico, en la capacidad creciente para darse. Es decir, no es tanto cuestión de ideología, sino de corazón, de interior, de amor, en definitiva.

                La razón de lo humano es darse, entregarse. Y en ese “despojo” se halla la mayor riqueza y la fuente de la identidad.

 

El texto:

 

14Como su fama se había extendido, llegó a oídos del rey Herodes. Unos decían: -Juan Bautista ha resucitado de la muerte y por esto las potencias actúan por su medio. 15Otros, en cambio, opinaban: -Es Elías. Otros, por su parte, decían: -Es un profeta comparable a los antiguos. 16Pero Herodes, al oírlo, decía: -Aquel Juan a quien yo le corté la cabeza, ése ha resucitado.

 

  • El rey Herodes no puede desvelar la identidad verdadera de Jesús por dos razones: por su miedo y porque no entiende la novedad de Jesús. El miedo bloquea la percepción de lo humano de Jesús, de su verdadera identidad. La mirada hacia atrás bloquea la identidad de Jesús porque lo suyo, el Reino, es un planteamiento de total novedad.
  • Confundir a Jesús con el Bautista es no haber entendido que a Jesús no le interesa tanto la conversión religiosa cuanto una vida en buena relación. Esa es la seña de su identidad.
  • Confundir a Jesús con Elías, el fanático religioso, es no saber nada de él. A Jesús no le interesa la religión, sino el amor. En él se basa su identidad.
  • Confundir a Jesús con un profeta de los antiguos es no haber olfateado la novedad de una vida en entrega que es lo que caracteriza la identidad de Jesús.
  • Buena relación, amor, vida entregada. En estos parámetros de sitúa la identidad de Jesús como ánimo para que, también en ellos, se enmarque la vida del seguidor/a.

 

Para pensar o rezar.

 

  • Te alabamos, Señor, por tu capacidad de buena relación.
  • Te bendecimos por tu amor inapagable.
  • Te damos gracias por la novedad de tu vida entregada.

 

Un valor: mirar al rostro del otro

 

                Para desvelar la verdadera identidad del otro, para saber quién es el que realmente convive conmigo, con el que entro en contacto a lo largo del día, es necesario mirar muchas veces su rostro para aprenderlo. En él se refleja su identidad.

  • Mirar un rostro alegre empuja a participar en su alegría para que ésta cobre aún más vuelo.
  • Mirar un rostro sombrío es invitación a acercarse a las sombras del corazón para tratar de aportar algo de luz.
  • Mirar un rostro amable es aprender que la amabilidad es salsa necesaria para todo guiso en la vida.
  • Mirar un rostro cansado es animarse a aliviar los cansancios que tienden a ocupar todo el terreno del corazón.
  • Mirar un rostro generoso es animarse a compartir los caminos donde se aprende la generosidad y la entrega.

 

Una foto:

 

 

                En plena Gran vía de Zaragoza se colocó la exposición “Caminos del Exilio” sobre el éxodo de los refugiados sirios. Unas fotos que impactaban, que llegan al corazón y que hacían brotar la pregunta: ¿Qué estamos haciendo con estas personas? Europa, nosotros, hemos perdido la identidad, si es que la teníamos, de ser tierra de acogida. ¿Cómo recuperarla? Siendo benignos en la comprensión de estos movimientos humanos, siendo sensibles a su situación, colaborando algo si está en nuestra mano. La identidad, ya lo hemos dicho, no es un asunto de filosofía, sino de generosidad humana.

 

Un poema:

 

PIENSA

en los que se mantienen al margen, 

en los que pasan, casi anónimos, 

                                                     y escuchan,

y guardan para sí lo que acaso dirían

si las cosas fuesen de otra manera,

si el altavoz brutal callara un poco. 

No imagines que el mar es sólo superficie; 

piensa en las aguas hondas, silenciosas,

o surcadas tal vez de profundas corrientes,

pero llenas de vida. 

Una vida que calla, pero que es verdadera

--más que el fugaz bañista, más que el barco--,

y sigue, sigue siempre. 

 

José Cereijo

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

CVMc

Domingo, 4 de diciembre de 2016

 

 

VIDA Y EVANGELIO:

UN MISMO CAMINO

Plan de oración con el Evangelio de Marcos

 

38. Mc 6,17-29

 

Una reflexión inicial:

 

            Por desgracia, el mundo está lleno de muerte inútiles, o así lo parecen. Mueren muchas personas, niños incluidos, en bombardeos homicidas que no arreglan nada la situación de un país. Mueren personas en enfrentamientos que hunden más a una región en la violencia. Se muere en accidente insensato, en menosprecio de la vida. Miles de miles de muertes inútiles: no aportan nada al caminar humano, sino dolor.

                Pero algunas de estas muertes son “útiles”, porque están provocadas por el anhelo de justicia y se convierten en clamor de justicia. Las muertes por la justicia, por más que se las quiera silenciar, claman por el día en que la humanidad llegará a taponar todas las vías que llevan a la muerte. Anida en ellas el anhelo de la vida.

                Puede que no se distingan mucho unas de otras, pero las muertes que provoca el anhelo de justicia son siembra de vida para el futuro, se sepa o no, se reconozca o no.

                Siempre será una desgracia la muerte, cualesquiera que sea. Pero hay muertes, como decimos, que incluyen el anhelo de la verdad y la justicia. Son muertes fecundas, por más que todas sea horribles.

                Valorar esas muertes con paz es, también, una manera de sumarse al anhelo que arde en su interior.

 

El texto:

 

17En aquel tiempo, Herodes había mandado prender a Juan y lo había metido en la cárcel, encadenado. El motivo era que Herodes se había casado con Herodías, mujer de su hermano Filipo, 18y Juan le decía que no le era lícito tener la mujer de su hermano. 19Herodías aborrecía a Juan y quería quitarlo de en medio; no acababa de conseguirlo, 20porque Herodes respetaba a Juan, sabiendo que era un hombre honrado y santo, y lo defendía. Cuando lo escuchaba, quedaba desconcertado, y lo escuchaba con gusto. 21La ocasión llegó cuando Herodes, por su cumpleaños, dio un banquete a sus magnates, a sus oficiales y a la gente principal de Galilea. 22La hija de Herodías entró y danzó, gustando mucho a Herodes y a los convidados. 
El rey le dijo a la joven: «Pídeme lo que quieras, que te lo doy.»  23Y le juró: «Te daré lo que me pidas, aunque sea la mitad de mi reino.»  24Ella salió a preguntarle a su madre: «¿Qué le pido?» La madre le contestó: «La cabeza de Juan, el Bautista.»  25Entró ella en seguida, a toda prisa, se acercó al rey y le pidió: «Quiero que ahora mismo me des en una bandeja la cabeza de Juan, el Bautista.»  26El rey se puso muy triste; pero, por el juramento y los convidados, no quiso desairarla. 27En seguida le mandó a un verdugo que trajese la cabeza de Juan. Fue, lo decapitó en la cárcel, 28trajo la cabeza en una bandeja y se la entregó a la joven; la joven se la entregó a su madre. 29Al enterarse sus discípulos, fueron a recoger el cadáver y lo enterraron.

 

  • Más allá de la lectura moralizante, este pasaje puede ser leído como una muerte inútil: no solucionó nada ni al rey, ni a Herodías y su hija. Es pretender acallar una voz, la de la justicia, que no se puede acallar sino afrontando la citación a la que apunta. Por eso, la “voz” del bautista decapitado sigue sonando en la vida de Herodes, como lo ha verificado el párrafo de la semana pasada.
  • Más que un acto de inmoralidad, sobrar al hermano la mujer es un acto de antifraternidad, de mala relación, de no haber entendido que las personas merecen un respeto básico. Esa falta grave de respeto se volverá contra un monarca que no fue respetado (este Herodes Agripa, hijo de Herodes el grande, el de los inocentes, murió en el destierro en Francia).
  • Tendría que haber arrostrado las consecuencias de sus actos. Si hablaba con gusto con el Bautista, tendrían que haber aclarado las consecuencias de los propios actos, tendrían que haber hecho luz sobre los propios caminos.
  • Como no se hace ese trabajo, se llega al resultado de una muerte inútil.

 

Un valor: arriesgar la vida por amor

 

            Hay gente que lo hace:

 

  • Misioneros y humanitarios que están en las trincheras donde las balas silban.
  • Médicos y sanitarios que dejan de lado su mundo de ganancias y de fama y se entierran en lugares de pobreza haciendo medicina solidaria.
  • Personas de nuestros pueblos y ciudades que dedican tiempo e ilusión a mejorar la vida de la ciudadanía, sin echarse un euro al bolsillo (los hay).
  • Orantes que en el silencio hacen presente el dolor del mundo a los demás y al mismo Dios para que eche una mano y para que lo socorramos en la medida de nuestras posibilidades.
  • Gente solidaria que ha hecho voto de fidelidad y de acompañamiento a personas cercanas que están necesitadas de amparo.

 

Una foto

El trabajador social Anás al Basha que se disfrazaba de payaso para animar a los niños de la ciudad septentrional siria de Alepo ha muerto en un bombardeo llevado a cabo por fuerzas rusas y sirias, anuncio hoy su hermano Mahmud. En un comunicado publicado en Facebook, Mahmud explicó que Anás había rechazado abandonar la asediada Alepo para “continuar su labor como voluntario ayudando a los civiles y dar regalos a los niños en las calles para traerles esperanza”. Muertes útiles, dentro de su “inutilidad”.

 

Un poema

 

Toda la gente

de la que nadie habla

Viviendo

mirando el sol

diciendo hola

cogiendo un resfriado

cogiendo el autobús

Viendo un cuadro

leyendo un libro

teniendo una revelación

de su yo verdadero

antes de morir.

 

Miguel A. Bernat

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

CVMc

Domingo, 11 de diciembre de 2016

 

 

VIDA Y EVANGELIO:

UN MISMO CAMINO

Plan de oración con el Evangelio de Marcos

 

39. Mc 6,30-32

 

Una reflexión inicial:

 

            La tentación de adoctrinar es siempre grande. Se anhela que el otro piense como yo, diga lo que yo, tenga el mismo discurso que el que yo tengo. Adoctrinar para someter.

                Por eso se emplean muchos medios en propaganda, en publicidad, en divulgación. Se cree que si se atrapa al otro con ideas se lo tiene sojuzgado y a nuestra disposición.

                Muchos sistemas (incluido el religioso) tienden a emplear los mecanismos del adoctrinamiento como mecanismos para crear “fieles”, personas adictas, gente del propio bando.

                Pero habría otro camino para establecer una relación humanizadora: amar sin esperar premio, entregarse sin que siempre haya recompensa, trabajar por el bien del otro sin que siempre haya aplauso, ser generoso sin esperar que todo tenga una paga.

                ¿Este modo es menos eficaz que el adoctrinamiento para crear lazos de amor, de humanidad? Digamos lo que digamos, el amor es más potente que la ideología. Lo decía muy bien Gandhi cuando hablaba de la fuerza política del amor.

                Apuntarse al amor es más productivo que sembrar ideología a mansalva. Lo vemos en nuestras relaciones cotidianas.

 

El texto:

 

            30Los enviados se congregaron donde estaba Jesús y le contaron todo lo que habían hecho y todo lo que habían enseñado. 31Él les dijo: - Venid vosotros solos aparte, a un lugar despoblado, y descansad un poco. Es que eran tantos los que iban y venían, que no encontraban tiempo ni para comer. 32Y se marcharon en la barca, aparte, a un lugar despoblado.

 

  • Se envía a los discípulos a curar y a anunciar el reino de Dios. Pero ellos hacen otra cosa que Jesús no les ha mandado: “enseñar”, adoctrinar al modo de la espiritualidad judía. Es decir, siguen diciendo que para entrar en el reino hay que ser religioso, cumplir la ley, las prácticas de la costumbre. La novedad del reino queda empañada.
  • Por eso Jesús los lleva a “un lugar despoblado”, a un desierto, para reconducir el asunto, para reorientar la opción. Ellos tenían que haber curado únicamente, porque ese era el signo de al amor, el signo del reino. Tienen que aprender a dejar de lado la ideología judía que ellos aman tanto.
  • No encuentran tiempo “ni para comer”, ni para compartir con Jesús en profundidad y aprender lo que significa la entrega. Necesitan volver a sentarse a la mesa con él, entrar de nuevo en la dinámica de la entrega.
  • La soledad es camino buena: solos, en la barca, desligados de todo, a un despoblado. Es el silencio que reconduce las orientaciones, que nos resitúa, que nos marca de nuevo el camino a seguir.

 

Para pensar u orar:

 

  1. Que demos amor más que ideología.
  2. Que curemos, más que enseñemos.
  3. Que acompañemos, más que constituirnos en maestros.

 

Un valor: el testimonio de la vida

 

            La persona tiende a creerse grande por las grandes ideas que defiende. Pero, en realidad, la grandeza le viene por el testimonio de su vida. Efectivamente, en la medida en que tu testimonio es humano, tu persona es grande en sí misma.

  • Para dar testimonio, primeramente hay que vivir lo que uno sostiene. O, al menos, habrá que intentarlo. Un testimonio sin una vida que lo respalda es algo frágil.
  • Además habrá que testimoniar con humanidad y mesura, porque un testimonio grandilocuente desvela unas irremediables carencias.
  • Tendrá que ser, además, un testimonio compasivo, capaz de entender las situaciones de los frágiles, más allá de cualquier censura o exclusión.
  • Finalmente, habrá de ser un testimonio muy ligado a la vida, a lo cotidiano, a lo sencillo de la relación más elemental.

 

Una foto:

 

 

 

            Este señor es Teo Nieto, un cura rural en la provincia de Zamora que atiende unos cuantos pueblos pequeños. Su labor es tan sencilla como sentarse en un banco con una anciana, hablar un poco y darle allí mismo la comunión. Testimonios de vida ocultos y sencillos de acompañamiento a quien anda solo por la vida. Así de simple.

 

Un poema:

 

Bajo el sol

 hay bondad

frente a la luz sólo basta

abrir los ojos.

Limpia las penas

de tu corazón

el sufrimiento

de tu cuerpo

bajo el sol

da gracias

a la hierba

al musgo a la lluvia

da gracias

al placer

a la tierra sobre la que vives

y sobre la que mueres

al primer jardín

a los árboles de música

y a sus follajes de silencio

da gracias

al agua de la acequia

al bálsamo en la sangre

al rocío la floresta

al ciervo vulnerable

bajo el sol

al cielo y a sus siglos

a las nubes del aire

al fuego y al frío

a los vientos a las noches

y a los días y a la luz

a los montes y colinas

a las fuentes los mares y riberas

a la muerte

a los pájaros del cielo

y a la muerte

oscuro corzo herido

da gracias

               bajo el sol.

Ernesto Kavi 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

CVMc

Domingo, 18 de diciembre de 2016

 

 

VIDA Y EVANGELIO:

UN MISMO CAMINO

Plan de oración con el Evangelio de Marcos

 

40. Mc 6,33-34

 

Una reflexión inicial:

 

            Los pastores siempre han gozado de un pensamiento a su favor. La lírica les ha aupado. Y por eso, hablar de pastores es hablar de algo positivo y hasta hermoso.

                Sin embargo, y a nada que se piense, el mayor enemigo del rebaño el pastor porque es quien explota a las ovejas (explotación ganadera). Si las ovejas pensaran, se rebelarían contra su pastor, que es quien las explota.

                Por eso hay que tener mucho cuidado con los “pastores”, por quienes se erigen, o los erigen, en conductores-salvadores del rebaño. Con mucha frecuencia se ve que son meramente explotadores del rebaño.

                Por eso, y a la vez que se lucha contra los pastores, hay que luchar contra la mentalidad de rebaño. Ya lo decía Krahe: “El Señor no es mi pastor, yo no soy un borrego”.

                Efectivamente, no somos borregos, no debiéramos serlo, somos personas adultas y por eso mismo hay que apoyar a quien más ayuda a la adultez, a la autonomía, al valor de toda persona en base a su propia dignidad.

                Construir la adultez de la persona es una de las cosas más positivas a las que los humanos estamos llamados.

 

El texto:

 

            33Los vieron marcharse y muchos los reconocieron; entonces, desde todos los pueblos fueron corriendo por tierra a aquel sitio y se les adelantaron. 34Al desembarcar vio una gran multitud; se conmovió, porque estaban como ovejas sin pastor.

 

  • La masa funciona con anhelos oscuros. Quieren soluciones rápidas a sus carencias. Corren tras los pastores, tras los magos, tras los encantadores. Se encontrarán con un Jesús que les enseña “muchas cosas”, les enseñará a ser adultos.
  • Si andan “como ovejas sin pastor” es por la rapacidad de los pastores y por el poco esfuerzo personal en construir un camino de adultez. Habrá que atajar los dos frentes.
  • Los “muchas cosas” que Jesús les enseña tienen que llevar a la adultez personal. De lo contrario no servirían para nada. Para aprender esa adultez hay que mirarse más a sí mismo que al pedagogo que la enseña. Una mirada al propio interior se hace imprescindible.

 

Para pensar u orar:

 

  1. ¿Me va ayudando el Evangelio a ser más adulto?
  2. ¿Miro con exceso a los “pastores”, al sistema, a las directrices de la propaganda, a las leyes?
  3. ¿Tengo aprecio por las personas más autónomas y libres?

 

Un valor: la autonomía

 

            Los sistemas temen a la autonomía. Para ellos es más rentable la heteronomía: que las leyes que se dan a la persona vengan de fuera, no que la persona elabore sus propias pautas de comportamiento. Pero en este trabajo está el quid de la autonomía.

  • Para ser autónomo hay que construir un camino de equilibrio personal y humanizador.
  • Para ser autónomo hay que creer en el valor de la dignidad propia sin fisuras.
  • Para ser autónomo hay que trabajar los propios caminos sin desaliento.
  • Para ser autónomo hay que recuperar la dimensión de la profundidad.
  • Para ser autónomo hay que cantar en la noche cuando las cosas no vienen bien dadas.
  • Para ser autónomo hay que aprender a respetar la autonomía de los demás.

 

Una foto:

 

 

 

        Este señor es Marcelo Crivella, nuevo alcalde de Río de Janeiro. Es, además, pastor evangélico. Tiene unas ideas peregrinas y religiosas ultraconservadoras. Ha tenido manifestaciones contra los gays, las religiones africanas y la Iglesia católica. Como Trump, pero en brasilero. Un pastor de cuidado. No les arrendamos la ganancia a los ciudadanos de Río. De estos “pastores”, cuanto más lejos, mejor.

 

Un poema:

 

Dicen que nada volverá a ser lo que era

antes de que tu pétalo de luz

encendiera mi curva más oscura.

Tú, que no sabes ni que existes

mientras me redondeas,

que te formas y sueñas sin mapas

 

ni conceptos,

que no tienes ni nombre,

tú me haces infinita

en tu indefinición.

 

Tú y yo

vamos creando tu cuerpo

a ojos cerrados,

sin saber lo que hacemos,

cómo será la flor.

 

Yo, media luna de sueño,

y tú, mi otra mitad.

 

      Vanesa Pérez-Sauquillo

 

 

***

 

 

 

¡¡¡FELIZ NAVIDAD Y BENIGNO AÑO 2017

A TODA LA COMUNIDAD VIRTUAL!!!

 

Marcos 28

CVMc

Domingo,  25 de setiembre de 2016

 

 

VIDA Y EVANGELIO:

UN MISMO CAMINO

Plan de oración con el Evangelio de Marcos

 

28. Mc 4,24-25

 

Una reflexión inicial:

 

            La sabiduría popular dice que “a la hora de dar, hasta las campanas tiemblan”. Hace referencia al “temblor” que nos ataca cuando damos algo, porque creemos que, al dar, yo pierdo y los otros ganan. ¿Habría alguna manera de entender y practicar la certeza de que, si me doy a los demás, yo también gano algo bueno (o quizá mucho)?

                Hay quien dice que esto es imposible dado el presupuesto del que parten: yo antes que nadie. ¿Y si se partiera de otro presupuesto: nosotros a la vez, sin postergar a nadie? ¿Si se partiera de que cuando el colectivo gana todos ganan y que cuando gana uno solo de alguna manera los demás pierden, incluido quien cree que gana?

                Estas utopías antropológicas hacen sonreír a cualquiera que tenga sentido común, pero ¿funcionan o no funcionan? ¿Hay ejemplos de ello o no los hay? ¿No se asienta en este tipo de certezas el bienestar de la familia, e incluso el de la sociedad? ¿No es mejor una sociedad donde el colectivo gane? ¿No tiene mejor salud un pueblo donde no se dé una lucha encarnizada entre quienes quieren ganar ellos solos y los que se ven abocados a perder siempre?

                Hay que decirse una y mil veces: si los demás ganan, yo también gano. Las buenas certezas demandan miles de estímulos. Por eso hay que estar machacando siempre sobre el mismo clavo.

 

El texto:

 

24Y siguió diciéndoles: -¡Atención a lo que vais a escuchar! La medida que llenéis la llenarán para vosotros, y con creces, 25pues al que produce se le dará, pero al que no produce le quitarán hasta lo que había recibido.

  • Este texto es un enseñanza a los discípulos, en la intimidad, palabras dichas al corazón, más que a la cabeza.
  • Es cierto que la formulación no es pedagógicamente de nuestro gusto porque utiliza la “amenaza” para animar. Pero se le puede dar la vuelta: una medida generosa genera más generosidad. Os conviene ser generosos: siempre se gana.
  • Se produce bien cuando se produce para todos. Si se produce para unos pocos, el egoísmo roe las relaciones humanas y estas se quiebran. Producir para otros, es producir para todos.
  • Apropiarse e aquello que se produce, guardarlo con celo egoísta, mirarlo únicamente desde el propio lado es darle el peor de los horizontes. La vida lo confirma en no poca ocasiones.

 

Para pensar u orar:

 

  1. 1.       ¿Conforme pasan los años eres más generoso/a o más tacaño/a?
  2. 2.       ¿Te alegra ver que los colectivos débiles progresan algo?
  3. 3.       ¿Cómo hacer una ciudad más generosa?

 

Un valor: Creer en el valor de lo gratuito

 

Hay personas que creen y dicen que lo gratuito no es valorado y, por ello, todo ha de tener un precio. No creen que el valor de lo gratuito es, precisamente, la gratuidad. Ese sí que es un valor de primera magnitud.

  • Lo gratuito tiene valor porque procede del corazón. Y todo lo que brota de esa fuente no puede ser sino algo positivo.
  • Lo gratuito tiene valor porque apunta al bienestar amplio de la persona y no solamente a la parcela de lo económico que, aunque necesaria, no lo es todo.
  • Lo gratuito tiene valor porque une corazones, crea redes de amor, teje vidas y situaciones. Sobre ese tejido de vida se forjan los caminos de las personas.
  • Lo gratuito tiene valor cuando es gratuito hasta el fondo, cuando no crea dependencias, cuando no exige contraprestaciones ocultas, cuando no tiraniza ni ata a nadie.
  • Lo gratuito tiene valor porque, para los creyentes, ayuda a entender la gratuidad de un Dios que no exige nada a cambio, ni siquiera que seamos más buenos, sino que se da a todos para hacer brotar así la bondad que él mismo ha sembrado en todo corazón.

 

Una foto:

 

Las últimas olimpiadas nos dejaron gestos de auténtica generosidad. Uno de los más celebrados ha sido el de Meghan Vogel, alumna de la West Liberty-Salem de Ohio (EE UU) que no dudó en colocar su brazo sobre el hombro de su rival y la cargó hasta la meta. Era en la carrera de 3200 m. Los jueces decidieron no penalizar a las dos corredoras por lo generoso del acto. El gesto provocó un aplauso espontáneo del público. Son gestos de gratuidad que encuentran eco en el corazón de las personas. Prueba evidente de que ahí se encierra un valor social.

 

Un poema:

 

A cambio de mi vida nada acepto.

¿Qué se puede ofrecer que valga más

que el calor de la llama, que la espiga

convocada a ser grano, que la noche

que dentro ya contiene el joven día?

 

Escucho mis pisadas sobre el suelo.

A lo lejos, alguien también las oye.

Tañido lastimero de campanas

en su oído. Eco de brasas tiernas

en el mío, que todavía es temprano

y en el cuerpo palpita el pulso errante.

 

Me pongo por testigo en esta hora,

cuando la lluvia lava más que riega

y los libros liberan más que nutren.

 

¿A qué esperáis? Encended los caminos,

que empapen bien los ojos. Recorredlos

mientras haya una lumbre en los pulmones,

mientras un niño aguarde su ocasión

de convertirse en hombre, mientras verbos

de orígenes distantes desemboquen

en una voz unida, mientras reinen

las noches que nos prenden, abrazad

el destello arcilloso de la tierra

que es nuestro hogar común,

el verdadero. 

 

Raquel Lanseros

 

 

Con esta hojita comenzamos el Curso 2016-2017. La utilizaremos en nuestra convivencia del 25-9-2016.

 

Marcos 27

CVMc

Domingo, 26 de mayo de 2016

 

 

VIDA Y EVANGELIO:

UN MISMO CAMINO

Plan de oración con el Evangelio de Marcos

 

27. Mc 4,21-23

 

Una reflexión inicial:

 

            Lo que sale a la luz, generalmente, se desvirtúa, se desenfoca. El brillo le arrebata el alma y lo que era hermoso termina siendo pasto de los focos de un plató que engulle a todo lo que entra en él.

                Por eso mismo hay que tener mucho cuidado para que lo que sale a la luz permanezca en su identidad, en sus valores y pueda ser interesante, causa de luminosidad, para quien anda por la vida sin caer en el brillo cegador de una luz que nos descoloca.

                ¿Cómo ser luz sin que ésta se desvirtúe?. Únicamente si no se pretende el brillo personal, sino que se pretende el brillo de la compasión y de la justicia. Cuando lo que se desea es que la compasión suba de nivel y que la justicia sea considerada, se es luz y no hay peligro de autogloria, de autoafirmación, de egoísmo insensible, de caer en las garras de un yo indiferente a la situación de los demás.

                La luz de los platós nada tiene que ver con la luz de vida. Aquella es ruidosa y sirve para poco; esta es callada, aunque sea luz, y se convierte en instancia luminosa para muchos que andamos en zonas de sombras.

                Si la humilde luz de la compasión acompaña a nuestro modo de estar en la vida y si somos capaces, cada vez más, de aguantar la cegadora luz de la justicia, estaremos siendo instancia de luz para otros. Si lo que pretendemos es el simple brillo de mi propio ego, nuestra luz no alumbrará un metro más allá de nosotros mismos.

 

El texto

 

21-¿Acaso se trae la lámpara para meterla debajo del perol o debajo de la cama? ¿No es para ponerla en el candelero? 22Porque si algo está escondido es para que se manifieste, o si algo se ha ocultado es para que salga a la luz. 23¡Si alguno tiene oídos para oír, que escuche!

  • Este es un texto de ánimo para la primera misión cristiana: el mensaje escuchado en las ignotas tierras de Galilea tiene que ser extendido al imperio, tiene que ser luz para otros pueblos. Y eso es lo que ocurrió, dentro de una cierta modestia.
  • Pero, trayéndolo a nuestro caminar humano diario, se plantea la dialéctica entre lo público y lo privado, lo luminoso y lo oculto. En ese sentido hay que prevenir al texto bíblico desde nuestros contextos de hoy: lo oculto que sale a la luz, a los focos, a la primera página, al escaparate, tiene el peligro de desvirtuarse, de corromperse, de quedar cegado por el brillo de los focos. Y entonces, una propuesta quizá buena se convierte en un endiosamiento personal que no sirve a nadie. Ojo, pues, con algo, con alguien, cuando sale a la luz.
  • Cuando el texto dice que lo que se pone en público es para que “se manifieste” está queriendo indicar que eso ha de ser en beneficio de aquello que debe manifestarse, el reino de Dios, reino de la compasión y de la justicia. Si el manifestar no va acompañado de una subida de nivel en temas de compasión y de justicia, hay que sospechar.
  • Escuchar la importancia de la compasión y de la justicia solamente pueden hacerlo oídos que tengan alto contenido humano. Si, por el contrario, ese componente humano es escaso, el mensaje de la compasión y de la justicia se hará inaudible.

 

Para pensar u orar:

  1. Que nuestra luz no deslumbre a nadie sino que ilumine con sencillez.
  2. Que seamos luz de compasión y de justicia.
  3. Que huyamos del brillo que nos roba el alma.

 

 Un valor: Amar la luz de lo humilde

 

                Porque normalmente se ama la luz de lo brillante, de lo que cuenta, de lo que tiene eco social. Amar una luz humilde es difícil. Por eso habrá que amar:

  • La fuerza de los pocos, porque en ellos reside la fuerza de la profecía que habla lenguaje de futuro.
  • El brillo de lo oscuro, porque en lo oscuro también hay brillo, aunque no deslumbre, aunque no consiga seguidores a porrillo.
  • El valor de los que tragan su miedo, porque el brillo humilde está hecho también de miedo vencido, de temor asimilado, de conflicto elaborado.
  • El vigor de quienes dudan, porque no todo es duda en la persona, y en la duda y el temblor hay, a veces, mucha determinación.
  • El coraje de quien sabe que la justicia y la compasión están de su lado, aunque esos valores no le sean explícitamente reconocidos.

 

Una foto:

 

Esta señora es Margarita, una gallega de 101 años que aún cultiva su huerto con sus propias manos. Luces humildísimas: ¿qué puede iluminar una persona así? El amor por la tierra con la que a diario mancha sus manos y de la que vive; el amor por el trabajo humilde, fuente de bienes y de honradez; el amor por la soledad, porque en soledad trabaja; el amor por la vocación ecológica a “labrar y cuidar” la tierra; el amor por la vida simple como una vida con sentido. Luces humildísimas, menospreciadas por muchos, lejos de los focos de los platós y de los periódicos (de no ser esporádicamente). Pero luces, al fin y al cabo.

 

Un poema:
 

LA NUBE

 

Nube, viaje del agua  por el cielo...

nube, cuna del agua niña,

meciéndose en el aire traspasado

de pájaros...

Nube: Infancia celeste de la lluvia...

 

Dulce María Loynaz

 

 

 

 

 

                Con esta hojita finalizamos los envíos por este Curso. Reanudaremos en setiembre. ¡Buen verano!

 

Marcos 26

CVMc

Domingo, 15 de mayo de 2015

 

 

VIDA Y EVANGELIO:

UN MISMO CAMINO

Plan de oración con el Evangelio de Marcos

 

26. Mc 4,13-20

 

Una reflexión inicial: 

 

                Lo que nos salvará será una mirada humana sobre la vida. Hay a quienes estas cosas les suenan a “buenismo”, a falsa utopía, a no tener los pies en tierra. No hay más que ver las reacciones al discurso del papa cuando hace unos días le dieron el premio Carlomagno. Los adalides del realismo se le echaron a la yugular viniendo a decir que, cuando menos, este tío está en las nubes. Y, sin embargo, la mirada del Papa era la mirada de la persona humana en profundidad.

                Lo mismo ocurre con personas de otro ámbito. Manuela Carmena suele repetir que ella no se resigna a tener que acarrear con enemigos. Según ella, es posible andar por la vida sin ellos. Y vuelven a decir los realistas: es estar en las nubes.

                Pero lo que nos salvará es nuestra capacidad de mirar con humanidad las situaciones de vida y el corazón de los demás. Esa mirada es la que puede devolvernos a ese estado de la persona donde la fraternidad social sea posible. De lo contrario estamos abocados a una vida gris, sin sabor y llena de dolor.

                Quien sabe mirar con humanidad termina por ser humano, en la medida que pueda. Quien no quiere mirar con humanidad, da pábulo a lo más oscuro que lo habita y de ahí al gran disgusto de vivir solamente hay un paso.

 

El texto

 

13 Les dijo además:-¿No habéis entendido esa parábola? Entonces, ¿cómo vais a comprender ninguna de las demás? 14 El sembrador siembra el mensaje. 15 Éstos son “los de junto al camino”: aquellos donde se siembra el mensaje, pero, en cuanto lo escuchan, llega Satanás y les quita el mensaje sembrado en ellos. 16 Éstos son “los que se siembran en terreno rocoso”: los que, cuando escuchan el mensaje, en seguida lo aceptan con alegría, 17 pero no echa raíces en ellos, son inconstantes; por eso, en cuanto surge una dificultad o persecución por el mensaje, fallan. 18 Otros son “los que se siembran entre las zarzas”: éstos son los que escuchan el mensaje, 19 pero las preocupaciones de este mundo, la seducción de la riqueza y los deseos de todo lo demás van penetrando, ahogan el mensaje y se queda estéril. 20 Y ésos son “los que se han sembrado en la tierra buena”: los que siguen escuchando el mensaje, lo van haciendo suyo y van produciendo fruto: treinta por uno y sesenta por uno y ciento por uno.

 

  • La persona de “junto al camino” es la que sucumbe a una mirada injusta. No hay nada que hacer. La injusticia desfigura la realidad y donde se cree que funciona la lógica del mercado y de la economía, lo que funciona es la lógica de la inhumanidad.
  • La persona del “terreno rocoso” es la de quien mira sin atender a las raíces, sin apuntar a la profundidad. Una mirada superficial hace superficial todo lo que mira. Nada tiene importancia, se pasa de todo, no hay que enfadarse por nada (siempre que a mí me vaya bien).
  • La persona de “las zarzas” es la mirada siempre preocupada, excesivamente preocupada. No encuentra tiempo para disfrutar un poco, para pasar un buen rato, para situarse en el terreno de la alegría. Es una mirada siempre apresurada, no se sabe a dónde se va.
  • La persona que “va haciendo suya la Palabra” es la que va haciendo cada día el camino de lo humano. La que se interesa por llegar a entender algo de este “misterio”, la que termina por creer que lo más importante de esta vida es lograr entrar a la casa del corazón del otro, nuestra casa verdadera.

 

Para pensar u orar:

  1. 1.       ¿Te resulta interesante llegar a mirar con mirada humana a las personas y a las cosas?
  2. 2.       ¿Crees que podemos ayudarnos a esto en algo?
  3. 3.       Mira con esa mirada a quien te rodea, con quien convives, incluso a los de lejos.

 

Un valor: Aprender a mirar bien

 

                No es algo que va de sí. Hay que trabajarlo poco a poco, día a día.

  • Mira sin prejuicios, sin velos, sin estereotipos, sin tópicos.
  • Mira sin engaño, sin doblez, sin segundas intenciones.
  • Mira con benignidad, con compasión e incluso con ternura.
  • Mira con sentido crítico, con información, con una valoración equilibrada.
  • Mira con perdón, con capacidad para volver al comienzo.
  • Mira como quisieras que los demás te miraran a ti.

 

Una foto:

 

            Es una de tantas fotos conmovedoras de los refugiados sirios. Es este Abdul HalimAttar, un padre sufriente, al borde del llanto, que trata de vender bolígrafos con su hija dormida a cuestas. ¿Cómo no leer estas vidas con el corazón, con una mirada profunda? ¿Cómo podemos decir luego que no vengan, que no entren, que os quitan la identidad? ¿Es posible? Si algún día estas fotos no nos dicen nada, desapuntémonos del Evangelio.

 

Un poema:

 

Consejos llegados del afuera: algunos lugares, algunos momentos nos inclinan,

hay como una presión de la mano, de una mano invisible,

que nos incitan a cambiar de dirección (de los pasos, de la mirada del pensamiento);

esta mano podría ser también un soplo, como el que orienta las hojas, 

las nubes, los veleros. Una insinuación, en voz muy baja,

como de alguien que susurra: mira, o escucha, o simplemente espera.

Pero, ¿tenemos tiempo para esperar, paciencia para esperar?

Y además, ¿se trata realmente de esperar?

 

 

PhilippeJaccottet

 

 

Marcos 25

CVMc

Domingo, 8 de mayo de 2015

 

 

VIDA Y EVANGELIO:

UN MISMO CAMINO

Plan de oración con el Evangelio de Marcos

 

25. Mc 4,10-12

 

Una reflexión inicial:

 

            Ante problemas o situaciones arduas de la vida escuchamos con frecuencia: yo, de eso no entiendo. De política, no entiendo; de economía, no entiendo; de justicia, no entiendo; de pobrezas, no entiendo. Pero, ¿no se entiende o no se quiere entender?

                La vida muestra que cuando nos toca de cerca un problema (de tribunales, de hipotecas, de relaciones difíciles) se puede entender aunque uno no sea experto en leyes.

                Para entender es necesario, en primer lugar, tener deseo de entender, querer mezclarse a eso, a ese problema, aunque la cosa me complique la vida. Además, hay que acercarse, porque de lejos las cosas se ven siempre mal. Incluso habrá que informarse y preguntar a quien ha pasado por ahí, porque los otros nos pueden enseñar muchas cosas. Y, claro está, habrá que estar dispuesto a tomar postura. Esto último es lo que más nos enseña.

                La vida ciudadana y la vida cristiana queda siempre en el aire si no hay implicación. Mientras lo cristiano no toque la realidad de nuestra casa, de nuestra persona, de nuestros componentes sociales, siempre será una bella teoría, bella, pero teoría.

                El Evangelio no quiere tanto admiradores de sus enseñanzas, sino seguidores/as que estén dispuestos a remangarse.

El texto:

 

            10Cuando se quedó a solas, los que estaban en torno a él le preguntaron con los Doce la razón de usar parábolas. 11Él les dijo: -A vosotros se os ha comunicado el secreto del reinado de Dios; ellos, en cambio, los de fuera, todo eso lo van teniendo en parábolas, 12para que por más que vean no perciban y por más que escuchen no entiendan, a menos que se conviertan y se les perdone (Is 6,9-10).

 

  • Las parábolas son muy poco habituales en el Antiguo Testamento. Sin embargo, Jesús las usa mucho. Es un modo popular de explicar algo. De manera que son parábolas que la gente sencilla las entendía. Quizá no sacaran las consecuencias que Jesús pretendía. Por eso dice “ven sin percibir”.
  • A los discípulos se les revela “el secreto del reino” porque están con Jesús y entienden a qué va. Ese “secreto” es muy sencillo: Dios quiere hacer de la historia una sola familia, la de los hermanos que se respetan y aman. Esta “reconciliación” de fondo es el secreto designio de Dios (así lo dice san Pablo), la razón del reino.
  • Esa cita de Isaías es una cita de “despecho profético”. El profeta quiere que se le entienda y acepta. Pero si no aceptan, ¡que les zurzan!. Algo parecido ocurre con Jesús: explica el reino, lo entienden, pero no aceptan. Pues ¡que les den! En realidad es un grito de dolor ante la incomprensión de los planteamientos de Jesús.

Para orar o pensar:

  • ¿Entendemos el Evangelio pero nos implicamos?
  • Profundizar en el Evangelio puede ser una buena ayuda para entender el “secreto”.
  • Ser hermano/a es el secreto. Así de sencillo.

 

 

 

Un valor: Sentirse concernido

 

            Alguna otra vez hemos hablado de la amenaza de la indiferencia: mientras algo no me pase a mí, si les pasa a los demás allá penas. La indiferencia es uno de los peores azotes morales de la sociedad de hoy (esto lo dice en todos los tonos el papa Francisco).

                El antídoto contra esta “enfermedad” es llegar a sentirse concernido. No puede por ello sernos indiferente la situación de quien lo pasa mal.

                Para sentirse concernido hay que:

  • Percibir que todo está unido, que estamos más cerca de las situaciones de los demás que lo que nos parece.
  • Hay que darse cuenta también de que tengo parte en las situaciones de los frágiles. Ellos no tienen toda la culpa de sus desgracias. Yo, nuestra sociedad está también ahí con sus maneras de pensar, vivir, gastar, relacionarse, etc.
  • También será bueno caer en la cuenta de que mis comportamientos no son inocuos. Si no son justos, en otra parte del mundo, en otras personas, recae mi injusticia. Esto es verdad, por lejano que parezca.
  • En definitiva, no cabe eludir la responsabilidad de que una parte de la situación de los débiles se debe a nosotros. Como decía Rosa Montero, uno de esos ahogados en el mediterráneo, al menos, me toca a mí. Y esto no es lírica, es verdad de algún modo. Decir que yo no tengo parte en nada de eso es cerrar los ojos a la realidad.

 

Una foto:

 

                Miremos bien a este señor: es Mohamed Wasim Maaz, médico sirio. El único médico pediatra de un gran barrio de Alepo (Siria). El día 29 murió bajo las bombas. Su familia había huido. Él se quedó para atender a los niños en el hospital. Tenía 36 años. Iba a casarse. ¿Pensamos que no tenemos nada que ver cuando no hay manera de acoger a alguno de los sirios que huyen de este infierno? ¿Y aún tenemos el valor de decir que no tenemos que acogerles para que no se cuelen yihadistas? ¿Quién se acusa de este horrendo crimen”? ¿Quién tiene que hacer “penitencia”?

 

Un poema

 

Mira, ha entrado mayo,
Ha extendido su párpado azul sobre el puerto.
Ven, hace tiempo que no sé de ti,
Se te ve tembloroso, como esos gatitos que ahogamos siendo niños.
Ven, y hablaremos de las cosas de siempre,
Del valor que tiene ser amable,
De la necesidad de arreglárselas con las dudas,
De cómo llenar los huecos que tenemos dentro.
Ven, siente en tu rostro la mañana,
Cuando estamos tristes, todo nos parece oscuro;
Cuando estamos fuertes, el mundo se desmigaja.
Cada uno de nosotros guarda algo desconocido de las vidas ajenas,
Sea un secreto, un error o un gesto.
Ven y pondremos verdes a los vencedores,
Saltaremos desde el puente riéndonos de nosotros mismos.
Contemplaremos en silencio las grúas del puerto,
Porque estar juntos en silencio es
La mejor prueba de la amistad.
Vente conmigo, quiero cambiar de país,
Dejar este cuerpo mío a un lado
Y meterme contigo en una concha,
Con nuestra pequeñez, como los bígaros.
Ven, te espero,
Continuaremos la historia interrumpida hace un año,
Como si no tuvieran un círculo más
los abedules blancos de la ribera. 

Kirmen Uribe

 

 

 

Marcos 24

CVMc

Domingo, 1 de mayo de 2016

 

 

VIDA Y EVANGELIO:

UN MISMO CAMINO

Plan de oración con el Evangelio de Marcos

 

24. Mc 4,2b-9

 

Una reflexión

 

                La palabra “confianza” se ha convertido, hoy en día, en un auténtico talismán. Piden confianza los políticos, la piden los empresarios y, por supuesto, la piden los bancos. Se ve que sin confianza no hay posibilidad de hacer negocio. Pero cuanta más confianza se demanda, más parece escasear.

                No se llega a entender que la confianza no es una moneda de cambio ni una herramienta para hacer transacciones. La confianza es un asunto de la interioridad, del corazón, de lo que está en el terreno de lo vivo, de las entretelas del alma. Y si no se baja a ese lugar demandarla es un brindis al sol.

                Por eso mismo, quien quisiera situarse en el terreno de la confianza habrá de ser un experto en  interioridad, en corazones entreverados, en empatía, en caminos del corazón. Es en ese terreno peculiar del lenguaje del corazón donde se habla el lenguaje de la confianza.

                Quizá la comunidad, el grupo, los otros, sea una instancia buena para crecer en confianza. Lo meramente individual, el simple egoísmo constitutivo de la persona no abre puertas a la confianza. Cuanto más nos volvamos a los otros, más posibilidades de que mane la fuente de la confianza.

                Habría que hacer apuestas comunes para el logro de la confianza. Y quizá eso se logra empezado a confiar en quien tienes más cerca, en tu ámbito relacional cercano.

El texto

 

            2bJesús dijo: 3-¡Escuchad! Una vez salió el sembrador a sembrar. 4Sucedió que, en la siembra, algo cayó junto al camino; llegaron los pájaros y se lo comieron. 5Otra parte cayó en el terreno rocoso, donde apenas tenía tierra; como la tierra no era profunda, brotó enseguida, 6pero cuando salió el sol se abrasó y, por falta de raíz, se secó. 7Otra cayó entre las zarzas, la ahogaron y no llegó a dar fruto. 8Otros granos cayeron en la tierra buena: a medida que brotaban y crecían fueron dando fruto, produciendo treinta por uno y sesenta por uno y ciento por uno. 9Y añadió: -¡Quien tenga oídos para oír, que escuche!

 

                Esta clase de textos se han recopilado tras la experiencia de la misión cristiana primitiva. En esa aventura se ha experimentado que siempre ha habido fruto. Y, a la vez, que las pérdidas, de todo tipo, han sido también considerables. Pero la conclusión se impone: por muchas que sean las pérdidas, la posibilidad del fruto está ahí. O sea: nunca será estéril el hacer la propuesta del reino, siempre que se haga desde planteamientos humanizadores, más que desde perspectivas doctrinales.

  • La pérdida del camino es porque “los pájaros” (los paganos) se la comen. Hay modos sociales invasores que hacen mella en cualquier creyente.
  • La pérdida del terreno rocoso es la pérdida que acarrea la superficialidad, la banalización de lo más sagrado.
  • La pérdida de las zarzas es la de los frutos asilvestrados, porque las zarzas dan frutos, pero de poca utilidad.
  • La escala de producción es irreal: las espigas dan, como máximo, de 25 a 30 granos nuevos. Pero indica que siempre hay posibilidad de acogida, que nunca es estéril una oferta de humanidad.

La conclusión de quien lee esta lectura es que hay que levantar los hombros y respirar. Siempre la persona responderá con humanidad (en un grado o en otro) si se le hace una oferta de humanidad, si se acerca uno a ella con la confianza por delante.

 

Un valor: Mirar a lo profundo

 

            Lo hemos dicho muchas veces: nuestro mayor enemigo es la superficialidad. Es muy cómodo ser superficial, muy sencillo. Basta dejarse llevar. Pero eso nos hace muy vulnerables. Mientras que la profundidad es difícil lograrla, hay que trabajar mucho. Pero, en la medida en que se consigue, nos hace fuertes.

                Para que brote la confianza es preciso ser persona de profundidad. A mayor profundidad, más confianza; a menor profundidad, menos confianza. Por eso es importante mirar en la dirección de lo profundo. Para ello:

  • Animarse a preguntar las causas de lo que nos pasa.
  • Usar el diálogo como herramienta para acercarse a lo que no se ve de la persona.
  • Trabajar la reflexión, la lectura, todo aquello que empuja hacia lo de adentro.
  • Fomentar la contemplación, la visión ahondada, la mirada perspicaz para que se escapen el menor número de detalles.

La confianza no es una adhesión bobalicona, sino bien lúcida. Cuanto más se cultive la lucidez que anida en lo profundo, más posibilidad de una confianza hermosa.

 

Una foto

 

                Hay parejas que han hecho de la acogida un estilo de vida, no algo esporádico. Jesús Fernández y Marta Vázquez son una pareja de Zaragoza que llevan más de 14 años acogiendo a niños como alternativa a los centros de menores. Para ellos es como una vocación. No se podría hacer todo esto sin una confianza explícita en el valor de los niños, en su dignidad. Personas de “gran confianza”, sembradores de bondad. Jesús muestra en la foto el símbolo de inocencia y vida de los niños.

 

Un poema

 

A Job pidió un mendigo una limosna, y contestóle aquel: "¡Dios le ampare! Aunque

no debería nombrar a Dios, ciertamente,

porque estoy con Él en guerra".

Rogó el mendigo, entonces: "Si le vences,

¡por favor ni le hieras ni le mates!

Es mi amparo único".

 

                                     José Jiménez Lozano

 

 

Marcos 23

CVMc

Domingo, 24 de abril de 2016

 

 

VIDA Y EVANGELIO:

UN MISMO CAMINO

Plan de oración con el Evangelio de Marcos

 

23. Mc 4,1-2a

 

Una reflexión

 

            Para entender muchas cosas de la vida o, al menos, para encajarlas bien hay una clave inicial: apertura. Una menta abierta, un corazón abierto, una casa abierta es, en principio, una herramienta muy buena para entender el secreto de la vida, que estamos hechos para vivir el uno con y para el otro.

                La cerrazón, el corazón duro, la mente obtusa, el empecinamiento y cabezonería no llevan a nada; con ellos el camino se oscurece y se hace más pesado.

                Por el contrario, la persona de mente abierta vive más y mejor, los días se le hacen más livianos porque adquieren más sentido, la convivencia con las personas se le vuelve grata porque se aproxima a ese secreto último de las personas que se confunde con el ansia de ser feliz.

                Tener la mente y el corazón abiertos no debilita el núcleo de la propia identidad, como si acoger a otros y a otras situaciones en ese centro personal desplazara al yo. Al contrario, cuanto más se acoge, cuantos más caben en esa casa celosamente guardada del yo, cuantas más brisas recorren la tierra del adentro, más es uno mismo, más fuerte la propia identidad, más seguros los pasos sobre la tierra.

                De ahí que, aunque parezca un despilfarro, en la apertura está el secreto de la dicha y del sentido, el gozo de vivir simplemente como persona en el conjunto de la fraternidad humana y de la creación. Por eso mismo, nunca insistiremos demasiado: cuanto más abiertos, más humanos.

 

El texto

 

            4,1De nuevo empezó a enseñar junto al mar. Se congregó alrededor de él una multitud grandísima; él entonces se subió a la barca y se quedó sentado, dentro del mar. Toda la multitud quedó en tierra, de cara al mar, 2y se puso a enseñarles muchas cosas con parábolas.

 

                Esto es la introducción a la colección de parábolas que reporta el EvMc. Viene a decir que, para entender bien las parábolas, el mensaje del reino, hay que colocarse en tierra mirando al mar de Galilea, o sea, de cara a las ciudades paganas (la Decápolis) que están en la orilla oriental del lago. Al hablar desde la barca, Jesús “obliga” a que la gente se ponga de cara a los paganos a los que abominan. Como si se dijera: el reino es para todos, incluso para esos paganos que despreciáis. Quizá para ellos más que para ningún otro. Si no entendéis bien esto, no podréis entender nada de los que es el reino.

  • Jesús enseña junto al mar: el mar, para el judío, es el camino que lleva al paganismo. Israel no ha sido nunca un pueblo marinero.
  • Si se congrega una multitud grandísima es porque desvelan en Jesús el perfil de un Dios acogedor con el débil que no tenía el Dios de la legalidad judía.
  • Se subió a una barca: enseñar desde la barca es lo opuesto a enseñar desde una cátedra. Fragilidad, movilidad, riesgo, esos son los componentes de esta enseñanza.
  • Enseña sentado: con calma, con paciencia, de igual a igual no en pie desde la cátedra superior.
  • Dentro del mar: en el lugar mismo de la duda, del riesgo. No es una enseñanza dogmática sino sujeta a todos los avatares.
  • La gente se queda en la tierra, de cara al mar: teniendo ante sus ojos a los paganos. De alguna manera hay que integrar a la secularidad en el proyecto del reino.
  • La enseñanza en parábolas (inusual en toda la Biblia) indica que Jesús quiere llegar al corazón de la persona, del pueblo. Si no se entiende el reino cordialmente, no se entiende bien.

 

Un valor

 

            Dentro del valor que es la apertura, tiene un lugar especial la apertura al débil. Y ello porque en la fila de quienes esperan, están los últimos por su “inutilidad”, porque se dice que no aportan nada (no es así, pero…). Por eso, si se quiere medir el vigor de la apertura de uno, hay que mirar a ver su relación con el frágil. El Papa Francisco pone especial énfasis en ello.

  • Dice que hay que tener en cuenta a los “descartados” y crear un tipo de sociedad y de economía no solamente que los tenga en cuenta sino, sobre todo, que no los produzca.
  • Dice que hay que salir de la “indiferencia globalizada”, ese no importarme más que lo mío que me hace insensible a la suerte de los desheredados, de los empobrecidos.
  • Afirma también que hemos de salir de la “conciencia aislada”, una vida centrada en mis asuntos, instalados a perpetuidad en la orilla del yo, sin terminar de pasar nunca a la orilla del nosotros.

 

Una foto

 

            Una  foto más del tema de los refugiados sirios. Un griego trata de sacar del agua a un niño sirio que se ahoga. Gente, los griegos, algunos por lo menos, que se pone de cara al mar y de cara a los frágiles que se adentran en sus aguas y que da un socorro. Hacen lo que Jesús quería que hiciéramos cuando nos pone de cara al mar. Cumple, sin saberlo, el principal mandato del reino: hacer con ellos, con quien sea, lo mismo que necesita uno: ser sacado de las aguas de la muerte para poder vivir. 

 

Un poema

 

Cántaro roto, su agua derramada

como la vida del hombre cuando muere,

no puede recogerse,

y así siglo tras siglo,

y desgarro a desgarro. Mas la esperanza,

aun también derramada como el agua

puede recogerse. Es un hecho, una certeza.

 

José Jiménez Lozano