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FIAIZ

COMUNIDAD 3 JUAN

3 Juan 5

C3J 

Domingo 26 de abril de 2015

 

SERVICIO O PODER

 Plan de oración con 3 Juan

 

5. 3 Jn 12-15

 

 

Introducción:

 

                A veces se nos llena la boca con la palabra verdad. Aludimos a principios ideológicos, religiosos o sociales, que creemos fundamentales y que deducimos que, como nosotros, toda la gente habría de admitirlos. Son “las verdades”. Pero estas verdades, lo comprobamos, fallan más que una escopeta de feria. Hay otra verdad, sencilla, cotidiana, humana: es la entrega a la persona cuando esta lo necesita, cuando demanda que le echen una mano, cuando su situación vital es frágil. Entonces hay personas que se dan, que se entregan, que apoyan, que sostienen. Esas son personas con verdad, con la mayor de las verdades: que estamos hechos para vivir el uno con y para el otro. Y que no hay verdad más profunda que entregarse, en maneras sencillas, a la persona en necesidad.

                De esa  verdad parece que está adornado el tal Demetrio, en contraposición al bandido Diotrefes. Este lanzaba puyas, se lucraba, excluía. Se supone que Demetrio habla con humanidad, es generosos sin aprovecharse de nadie y no excluye a quien no piensa como él. Por eso, es recomendado “con verdad”, la verdad de quien entiende el corazón de la persona y sus profundas necesidades. No se trata de un hombre de verdades ideológicas, sino de verdades vitales. Por eso es bueno para dirigir la comunidad, porque un colectivo cuidado por una persona con esos valores tiene un gran amparo.

***

 

Texto:

 

                12Todos recomiendan a Demetrio, y esto responde a la verdad; también nosotros lo recomendamos y sabes que nuestro testimonio es verdadero.

                13Tendría mucho que decirte, pero no quiero hacerlo con tinta y pluma. 14Espero verte pronto y hablar cara a cara.

                18La paz esté contigo. Un saludo para ti de los amigos. Saluda tú a los amigos uno a uno.

 

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La sociedad nos ayuda a volver a Jesús:

 

 

                Esta mujer es Ayaan Hirsi Ali una voz valiente en medio del miedo al absolutismo de las religiones, de islam en concreto. Es atea y opina que las religiones están abiertas a las interpretaciones y que deben adaptarse a la sociedad. Gente que arriesga por mantener su verdad, aquello que cree que la convivencia humana es posible con cualquier religión y sin ella. Arriesgan por la verdad, la verdad humana de la posible fraternidad.

                Oramos: Gracias por quienes arriesgan por la verdad; gracias por quienes superando el miedo creen posible la fraternidad; gracias por quienes miran la sociedad con respeto.

 

***

 

Volver al Jesús del Evangelio:

 

                Jesús ha sido un hombre no de verdades teóricas, políticas o religiosas, que se defienden con la fuerza de los argumentos o de las armas. Su verdad ha sido su propia entrega a la causa de los débiles. Una verdad que es ofrenda, donación, amor volcado al necesitado. Quizá por eso se le recuerde hoy aún, quizá por eso mismo se le siga amando. Por eso mismo, convertir la vida de Jesús en verdades doctrinales es arriesgarse a perderse lo mejor de Él.

                Oramos: Gracias, Señor, por la verdad de tu entrega; gracias por tu amor volcado al necesitado; gracias por tu ofrenda del corazón que no demanda nada a cambio.

 

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Volver a los valores hondos:

 

                El valor social de la verdad parece estar arrumbado, vistas las injurias que se le hacen y la casi certeza de que aquí todo el mundo miente. Pero no es así, hay muchas personas que arrostran muchos inconvenientes simplemente por mantenerse en la verdad. Es cierto que, con frecuencia, eso les lleva a verse cuestionados, a perder poder y nivel social, a verse metidos en muchos líos. Pero permanecen en la verdad. Son ciudadanos recomendables, por más que el poder se empeñe en devaluarlos.

                Oramos: Que seamos fuertes para ser verdaderos; que seamos sencillos para no apearnos de la verdad; que seamos desinteresados para no tratar de beneficiarnos de la verdad.

 

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Volvemos a la comunidad:

 

                Nosotros no funcionamos con engaños, no nos ocultamos la verdad, no nos mentimos. Quizá esa sinceridad elemental, ese ser cada uno lo que es, sea la fuerza de un grupo. Habrá que preguntarse si no es un fruto más de la oración. Porque, a veces, creemos que el trabajo orante no llega a concretarse en nada. Pero no es verdad. Van creciendo por dentro actitudes que nos hacen más humanos y más fraternos. Frutos de la oración.

                Oramos: Que vivamos en sinceridad elemental; que dejemos ser a cada uno lo que es; que los frutos de la oración sean frutos de vida.

 

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Palabras que alientan:

 

Una sociedad sin poetas ni místicos, en la que 
se pierde la dimensión espiritual, sólo conduce al
achatamiento de un ser humano entregado al ansia del consumismo insaciable"
 


Juan Goytisolo

 

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Tu parte:

 

                Trata de darte a la persona con la que convives en cosas sencillas. Así serás más verdadero/a.

                              

***

 

3 Juan 4

C3J 

Domingo 19 de abril de 2015

 

SERVICIO O PODER

 Plan de oración con 3 Juan

 

4. 3 Jn 11

 

Introducción:

 

                Hay, sin duda, mucha gente que valora el bien, que lo aplaude, que se siente conmovida cuando percibe el bien en su derredor, en la sociedad. Pero el número disminuye cuando se trata de hacer el bien. Con razón dice la sabiduría popular que “del dicho al hecho hay un gran trecho”. Hacer el bien es lo que nos define, no únicamente desear y conmoverse por el bien. Los humanos somos gente que hablamos mucho y hacemos poco. Quien hace el bien, aunque aparentemente sea menospreciado, es persona querida. Hacer el bien es toda una obra de humanidad. No se trata de socorrer sin más, sino de construir un camino donde la dignidad de la persona sea reconocida y valorada. Hacer el bien es algo más que dar algo a un pobre; es trabajar para que ese pobre ocupe un sitio en el concierto social y así su pobreza sea solucionada.

                Dice 3 Jn 11 que quien hace el bien es de Dios. No quien ama a Dios, quien le venera, quien lo estudia, quien propaga la idea de Dios, quien construye edificios para Dios. No, quien hace el bien. El quid está en hacer bien. Ese/a tal es de Dios por una razón muy simple: porque Dios hace el bien con su creación, porque la fragilidad de la creación está envuelta por el anhelo de Dios de hacernos bien, aunque el precio de la historia sea alto. Saramago decía que de Dios no te puedes fiar. La única manera de fiarse de él sería percibir con claridad que, más allá de las circunstancias hostiles de la vida, hay detrás un Dios que quiere tu bien. La propuesta de vida que nos hace es para nuestro bien, aunque, como decimos, el precio que es preciso pagar a la historia sea fuerte.

 

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Texto:

 

                11Querido amigo, no imites lo malo, sino lo bueno; quien hace el bien es de Dios, quien hace el mal no ha visto a Dios.

 

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La sociedad nos ayuda a volver a Jesús:

 

 

                La imagen pertenece al último gran naufragio de inmigrantes en el Mediterráneo: más de 700 inmigrantes desaparecidos, seguramente muertos. Uno de los pocos rescatados es rodeado por mujeres que le arropan y acompañan. Una imagen de la bondad en el escenario mismo del dolor. Una metáfora: la única manera de salir a flote en las paradojas de nuestra sociedad es hacer el bien a todos los niveles. Creer que el bien tienen una posibilidad de cambio social.

                Oramos: Gracias, Señor, por quien se conmueve y actúa a favor del débil; gracias por quien apunta a las causas; gracias por quien mira con benignidad a quien, simplemente, busca ser feliz.

 

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Volver al Jesús del Evangelio:

 

                A Jesús se le define como uno que “pasó haciendo el bien” (Hech 10,38). En realidad, Jesús no hizo grandes obras: no escribió un libro memorable (quizá ni sabía escribir), no ganó una batalla decisiva, no construyó una obra gigantesca, no fundo un movimiento religioso (por más que los cristianos nos fundamentemos en él). Solamente hizo el bien en la medida que pudo, hasta el límite de sus fuerzas. Por eso vemos en él la evidencia del bien que Dios hace con nosotros.

                Oramos: Gracias, Señor, por Jesús, el bueno; gracias por su entrega al bien; gracias por ser bueno con todos.

 

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Volver a los valores hondos:

 

                Una parte notable de la sociedad parece desdeñar el bien como una virtud de débiles. Pero no mengua el número de quienes sienten el bien y hacen el bien. Volver al valor del bien esencial será siempre una tarea en el caminar humano. Ese bien esencial parte de una certeza: toda persona (e incluso toda creatura) encierra dentro de sí la semilla de la bondad. No hay que apearse nunca de esta certeza.

                Oramos: Que creamos en la bondad de la persona; que nunca desistamos de mirar lo bueno de los demás; que valoremos lo que otros hacen para el bien de las personas.

 

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Volvemos a la comunidad:

 

                La comunidad virtual es un pequeño oasis donde percibimos, de manera sencilla, que vivir haciéndonos el bien lleva a buen puerto, al de la alegría de vivir y el contento humano. Son cosas sencillas y esporádicas, pero dejan entrever las ganancias de la bondad. Cuando uno/a está tentado de abandonar la práctica del bien debido a los reveses de la relación, podríamos recordar nuestra relación como un ánimo para seguir adelante.

                Oramos: Que creamos siempre que el bien tendrá la última palabra; que pensemos que cuanto más bien nos hagamos más felices seremos; que valoremos los detalles de bondad con que los días nos obsequian.

               

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Palabras que alientan:

 

La palabra y el amor se implican. 

Todas las desgracias que ocurren entre los hombres proceden de que éstos rara vez pronuncian la palabra recta. 

La palabra recta es siempre aquella que pronuncia el amor. 

 

Ferdinand Ebner

 

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Tu parte:

 

                Trata, en la medida que puedas, de ser una persona simplemente buena.

                              

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3 Juan 3

C3J 

Domingo 12 de abril de 2015

 

SERVICIO O PODER

 Plan de oración con 3 Juan

 

3. 3 Jn 9-10

 

Introducción:

 

                El afán de dominio es un componente de la estructura humana y se manifiesta en el ámbito público y, también, en la más estricta intimidad. Queremos autoafirmarnos por el poder. Para ello empleamos un lenguaje opresor y construimos toda una normativa de exclusión. Sin embargo, hay ciudadanos que creen que ser respetuoso y comprensivo en el lenguaje es condición imprescindible para la convivencia. Y por ello hablan siempre con respeto, hasta de sus rivales. Y piensan también que incluir al otro, sobre todo al débil, es la mejor forma de construir la ciudadanía. Su mente y sus hechos de vida tienden a la inclusión. Estos segundos son los constructores de la amistad cívica, esa que es absolutamente necesaria para poder ser humano con y para el otro.

                Estos mecanismos relacionales existían ya en las primeras comunidades cristianas. De hecho, tenemos hasta el nombre de uno, Diotrefes, que habla mal de quienes no son de su cuerda y los excluye. Explota a la comunidad en su provecho. Nos hemos alejado ya del mensaje del servidor Jesús y sale a flote lo que uno es de verdad. La propuesta de 3 Jn es clara: hay que aceptar al otro, hablar bien de él y acogerlo. Con esos elementos relacionales tan sencillos se puede llegar a controlar el ansia de poder y, además, se construye la comunidad sobre bases sólidas. Efectivamente, una espiritualidad evangélica sin bases relacionales sólidas es una fantasía expuesta al derrumbe. Por el contrario, cuando la relación comunitaria es humana, respetuosa y acogedora, se puede comenzar a hablar de espiritualidad.

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Texto:

 

                9Escribí unas letras a la comunidad, pero Diotrefes, con su afán de dominar, no nos acepta. 10En vista de eso, cuando vaya por ahí sacaré a relucir lo que está haciendo con esas puyas malignas que nos echa. Y no contento con eso, él, por sí o ante sí, tampoco acepta a los hermanos, y a los que quieren aceptarlos se lo impide y los expulsa de la comunidad.

 

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La sociedad nos ayuda a volver a Jesús:

 

 

                Estos son los miembros de una Fundación denominada “Amistad Cívica”, de allá por Chile, en Valparaíso. Ciudadanos que tratan de difundiré en el ámbito educativo y social los más elementales valores ciudadanos. Puede que nos haga sonreír este sencillo afán, pero quizá sean los constructores de la sociedad del mañana, ya que una sociedad que pretende una básica amistad está engendrando la fraternidad humana soñada.

                Oramos: Gracias por quienes se esfuerzan en generar amistad; gracias por quienes miran benignamente a la sociedad; gracias por quienes aman socialmente.

 

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Volver al Jesús del Evangelio:

 

                No se suele calificar a Jesús como “buen ciudadano”. Pero, en realidad, lo fue. Aun cuando fustigó a quienes esquilmaban al pueblo, ejerció una ciudadanía responsable. Por eso, no se hallan en el Evangelio palabras duras contra los de su pueblo, ni su mensaje contempla ningún tipo de exclusión. Todo lo contrario, incluye a los más débiles y habla con humanidad a toda persona. La suya fue una ciudadanía curativa y humanizadora.

                Oramos: Gracias, Señor, por acogernos; gracias por hablarnos con amor; gracias por aceptarnos con nuestras debilidades.

                 

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Volver a los valores hondos:

 

                Uno de los valores hondos que son necesarios para vivir en amistad cívica es el sentido de familia humana. Efectivamente, si no miramos al otro, quienquiera que sea, como miembro real de nuestra familia humana estaremos tentados de aprovecharnos del él, aunque lo hiramos. Pero si lo vemos como familiar nunca ejerceremos violencia contra él y jamás lo expropiaremos o excluiremos. Nos conviene ejercitar una mirada benignamente crítica con nuestra sociedad.

                Oramos: Que nunca nos aprovechemos del otro; que nunca lo excluyamos; que jamás lo hiramos.

 

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Volvemos a la comunidad:

 

                De alguna forma, los tres elementos de la amistad cívica (aceptación, hablar bien, inclusión) se dan en nuestra comunidad virtual. Quizá la lejanía física facilite la cosa, porque es más difícil mantener estos valores en el roce diario. Pero, de todos modos, son valores que también en la lejanía se pueden vivir. Los largos años que llevamos en este empeño hablan de que esa amistad cívica ha sido la base de nuestra oración común en torno a la Palabra.

                Oramos: Que sigamos aceptándonos; que continuemos valorándonos; que persistamos en la acogida sin condiciones.

 

***

 

Palabras que alientan:

 

Haz una llave, aunque sea pequeña, 

entra en la casa. 

Consiente en la dulzura, ten piedad

de la materia de los sueños y de las aves. 

 

Invoca el fuego, la claridad, la música

de los flancos. 

No digas piedra, di ventana,

no seas como la sombra. 

 

Di hombre, di niño, di estrella. 

Repite las sílabas

donde la luz es feliz y se demora. 

 

Vuelve a decir: hombre, mujer, niño. 

Donde la belleza es más nueva. 

 

 

 

                    Eugénio de Andrade

 

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Tu parte:

 

                Intenta valorar las declaraciones de los partidos desde un ángulo de amistad. Empuja en esta dirección en este tiempo preelectoral.

 

                              

 

3 Juan 2

C3J 

Domingo, 5 de abril de 2015

 

SERVICIO O PODER

 Plan de oración con 3 Juan

 

2. 3 Jn 5-8

 

Introducción:

 

                Dicen que la lealtad, que es poner confianza en quien sabes que no te va a traicionar,es escasa en nuestra sociedad y que la desconfianza brota en la sociedad con una pujanza inusitada. No estamos seguros de ello, porque vemos también mucha gente leal en la que se puede confiar. Sobre todo, la lealtad brilla cuando se traduce en generosidad con los frágiles sin exigirles nada a cambio. Ser leal con el poderoso puede albergar temores o esperanzas de recompensas. Serlo con el frágil que o puede devolverte el favor es decir con claridad que el único premio que se espera de uno es que sea él quien prospere y nada más. Por extraño que parezca, como lo hemos dicho, el nuestro no es mal tiempo para la lealtad que se traduce en generosidad.

                3 Jn habla de la lealtad de Gayo que se ha traducido en ayudar a unas personas a las que ni siquiera conocía, sin pedirles nada a cambio. Quien detentara el “poder” en la comunidad, habría de ser persona leal. La deslealtad y el egoísmo le desautorizan. Si no se puede confiar en quien está llamado a presidir la fe, si su generosidad es escasa, si los frágiles, de hecho, no le importan, ese tal no merecería estar al frente de la comunidad. Para que estos criterios sean efectivos se necesita otra mentalidad de más calado humano y cristiano. Esta mentalidad es la que todo seguidor puede ir cultivando y las comunidades irán conformándose no en base a nombramientos sino en base a valores.

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Texto:

 

                5Querido amigo, qué lealmente te portas en todo lo que haces por los hermanos, y eso que para ti son extraños; 6ellos han hablado de tu caridad delante de la comunidad de aquí. Por favor, provéelos para el viaje, como Dios se merece, 7pues emprendieron este viaje por Cristo sin aceptar nada de los paganos; 8es deber nuestro hacernos cooperadores de la verdad ayudando a hombres como estos.

 

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La sociedad nos ayuda a volver a Jesús:

 

 

Hablando de personas leales, vuelve a nuestro recuerdo la persona de FelixArrondo. Muchos de vosotros lo conocisteis. Un hombre bueno y humilde en quien se podía confía. Un amigo lo definió como “una luz que nos guió cuando estábamos despistados”. Otro amigo cura dijo de él que se le podía aplicar aquello del viejo canto: “Iba diciendo por los caminos amigo soy, soy amigo”. Uno en quien se podía confiar, una persona leal.

                Oramos: Te damos gracias por todos los leales; te bendecimos por quienes no tienen doblez; te damos gracias por quienes brindan amistad.

 

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Volver al Jesús del Evangelio:

 

                En Jn 3,33 se dice que Dios pone su sello en la realidad de Jesús y que ese sello lleva una inscripción: “Dios es leal”. O sea: Jesús es el rostro de la lealtad de Dios con nosotros. Por él podemos saber que Dios se porta con nosotros lealmente, sin doblez, con generosidad desinteresada. Esta lealtad de Dios con Jesús se traduce en lealtad con nosotros. Jesús es uno de quien la persona se puede fiar. Esto es mucho más importante que creer.

                Oramos: Gracias, Señor, por tu inagotable lealtad; gracias por ser generoso en extremo con nosotros; gracias por ser para nosotros rostro de la lealtad de Dios.

 

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Volver a los valores hondos:

 

                Lógicamente el valor social al que habría que volver sería la lealtad. Pero en lo cotidiano. Como todos los grandes valores humanos, la lealtad se juega en el metro cuadrado en que se desenvuelve la vida de uno. No hay que pensar en lealtades extraordinarias sino en la que demanda esa persona que entreteje su camino contigo, en esa situación laboral o social que te afecta directamente, en ese ámbito del que haces parte. Lealtad en lo diario; ése es un buen ideal.

                Oramos: Que seamos leales en lo diario; que lo seamos con las personas cercanas; que la vivamos con naturalidad.

 

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Volvemos a la comunidad:

 

                No sabemos si la lealtad es uno de nuestros valores, pero pensamos que sí, aunque sea en pequeña medida. Efectivamente, construir un grupo orante asentado en el cimiento de la desconfianza sería algo realmente imposible. Uno de los frutos de la oración compartida es la posibilidad de fiarnos los unos de los otros. Lo contrario sería extraño.

                Oramos: Que confiemos siempre en quien ora con nosotros; que apoyemos siempre a quien ora con nosotros; que nos situemos cerca de quien ora con nosotros.

               

***

 

Palabras que alientan:

 

Poema de Pascua

 

El instante se ha llenado de azul. 

 

Caminamos bajo la monarquía absoluta del sol. 

 

Hay un total acuerdo

entre el estar aquí y estar vivos. 

 

                  José Emilio Pacheco  

 

***

 

Tu parte:

 

                Procura vivir con la mayor lealtad posible en estas semanas de Pascua.

                              

***

 

¡¡¡FELIZ PASCUA!!!

 

 

 

 

 

3 Juan 1

C3J 

Domingo 22 de marzo de 2015

 

SERVICIO O PODER

 Plan de oración con 3 Juan

 

1. 3 Jn 1,1-4

 

Introducción:

 

                El ansia de poder es un componente de la estructura humana. Es verdad que, a veces, toma el cariz del despotismo y de la opresión. Pero, sin llegar a tanto, todos observamos que en las relaciones humanas hay un inevitable componente de poder. La cuestión está cómo controlarlo y cómo orientarlo. Se controla bien si hay sinceridad; se desmanda si se asienta sobre la mentira. Mirar de frente a nuestro afán de poder y no ocultarlo con cortinas de humo es ya un paso notable. A partir de ahí se podría reorientar si le sumamos una buena dosis de colaboración, participación, sentido de grupo, dejando de lado liderazgos que, descaradamente, sostienen que uno es el único que puede resolver una situación. generalmente esto no es así y encubre un ansia desmedida y no tratada de poder. Encarar este tema del poder como simple componente antropológico puede ser algo muy saludable.

                Es que la 3 Jn habla justamente de ese asunto del poder. Estamos en el año 100 de nuestra era y, a pocos años de la muerte de Jesús, se pone un ejemplo de comunidad cristiana que ha caído ya en las garras del ambicioso de poder (se llama Diotrefes). Por eso viene bien volcarse orantemente sobre este escrito casi desconocido. La figura de Cayo, amigo del autor de la carta, es la antítesis de Diotrefes, el jefe de la comunidad que hace y deshace a su antojo. En Cayo se dan los valores del buen jefe de comunidad, aunque la carta no pretenda desfenestrar a Diotrefes, sino reorientar su comportamiento. Cayo, por el contrario, es una persona sincera. Ese valor es el que alegra al autor del texto y, puesto de entrada, viene a querer decir que tendría que ser valor, sobre todo, de quien está al frente de la comunidad. Una comunidad con un insincero delante puede echarse a temblar.

 

***

 

Texto:

 

                1El anciano, a su amigo Gayo, a quien quiere de verdad.

                2Querido amigo, te deseo que la prosperidad personal de que ya gozas se extienda a todos tus asuntos, y buena salud.

                3¡Qué alegría he tenido cuando han llegado hermanos y nos han hablado de tu sinceridad, de lo sinceramente que tú procedes! 4No puedo tener mayor alegría que enterarme de que mis hijos proceden con sinceridad.

 

***

 

La sociedad nos ayuda a volver a Jesús:

 

                Esta mujer ruandesa es Victoria Ingabire, una pacifista que el régimen dictatorial de Paul Kagame ha condenado a 15 años de prisión por alta traición (lo de siempre). Lleva ya tres años en la cárcel. Es una mujer poco conocida, pero su lucha es de la envergadura de la de otros como Gandhi, Luter King o Nelson Mandela. Un día será reconocida como se merece y se valorará su pacífica y tenaz resistencia, a costa de su vida, del poder opresor que arrasa su país.

                Oramos: Gracias, Señor, por quienes construyen la paz; gracias por quienes hace frente al poder opresor con humanidad; gracias por quienes sufren por su pueblo.

 

***

 

Volver al Jesús del Evangelio:

 

                 Jesús fue una persona sincera. Hizo suyo aquel dicho: “Vuestro sí sea un sí y vuestro no un no” (Mt 5,37). Eso le ha servido para no sucumbir a la tentación del poder, ya que la suya ha sido, como la nuestra o más, una vida tentada por el poder. Su formidable resistencia ha hecho que cumpliera lo que el Padre quería, un designio de entrega, no lo que le tentaba a él, un poder mesiánico sobre personas y cosas (así lo vemos en Mc 14,36).

                Oramos: Te alabamos, Señor, por tu sinceridad de fondo; te damos gracias por tu entrega generosa; te bendecimos por resistir con firmeza a la tentación del poder.

 

***

 

Volver a los valores hondos:

 

                La regeneración social exigen una dosis de sinceridad de la que hoy no disponemos. Pero esa sinceridad ha de estar hecha de sinceridad personal. ¿Cómo vamos a anhelar la sinceridad en la gestión pública si la privada está trufada de mentiras? De ahí que tanto social como personalmente hay que trabajar la “higiene” de la verdad, necesaria para la construcción de un camino humano. De lo contrario, el horizonte de lo humano se entenebrece.

                Oramos: Que seamos sinceros para poder demandar sinceridad; que apoyemos los caminos sociales más sinceros; que nos alejemos de los caminos de la mentira y de la trampa.

 

***

 

Volvemos a la comunidad:

 

                Si mantenemos el gozo de encontrarnos, de rezar juntos, de comunicar nuestras inquietudes, de compartir las alegrías, todo eso está basado en la sinceridad. No sería posible vivir en ningún de comunidad, de relación, con el trasfondo de la mentira y del engaño. Por eso, para poder rezar en comunidad no solamente hay que tener fe, es preciso también tener deseos y comportamientos sinceros. Tan necesario es lo uno como lo otro.

                Oramos: Que además de rezar juntos, seamos sinceros entre nosotros; que además de apreciar la Palabra, apreciemos nuestras palabras veraces; que además de caminar juntos, caminemos en la mayor sinceridad posible.

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Palabras que alientan:

 

Quisiera que tú me entendieras a mí sin palabras. 

Sin palabras hablarte, lo mismo que se habla mi gente. 

Que tú me entendieras a mí sin palabras 

como entiendo yo al mar o a la brisa enredada en un álamo verde.

 

Me preguntas, amigo, y no sé qué respuesta he de darte, 

Hace ya mucho tiempo aprendí hondas razones que tú no comprendes. 

Revelarlas quisiera, poniendo en mis ojos el sol invisible, 

la pasión con que dora la tierra sus frutos calientes.

 

Me preguntas, amigo, y no sé qué respuesta he de darte. 

Siento arder una loca alegría en la luz que me envuelve. 

Yo quisiera que tú la sintieras también inundándote el alma, 

yo quisiera que a ti, en lo más hondo, también te quemase y te hiriese. 

Criatura también de alegría quisiera que fueras, 

criatura que llega por fin a vencer la tristeza y la muerte.

 

Si ahora yo te dijera que había que andar por ciudades perdidas 

y llorar en sus calles oscuras sintiéndose débil, 

y cantar bajo un árbol de estío tus sueños oscuros, 

y sentirte hecho de aire y de nube y de hierba muy verde…

 

Si ahora yo te dijera 

que es tu vida esa roca en que rompe la ola, 

la flor misma que vibra y se llena de azul bajo el claro nordeste, 

aquel hombre que va por el campo nocturno llevando una antorcha, 

aquel niño que azota la mar con su mano inocente…

 

Si yo te dijera estas cosas, amigo, 

¿qué fuego pondría en mi boca, qué hierro candente, 

qué olores, colores, sabores, contactos, sonidos? 

Y ¿cómo saber si me entiendes? 

¿Cómo entrar en tu alma rompiendo sus hielos? 

¿Cómo hacerte sentir para siempre vencida la muerte? 

¿Cómo ahondar en tu invierno, llevar a tu noche la luna, 

poner en tu oscura tristeza la lumbre celeste?

 

Sin palabras, amigo; tenía que ser sin palabras como tú me entendieses.

José Hierro

 

***

 

Tu parte:

 

                Trata de ser lo más sincero posible, huyendo de trampas o palabras de doble sentido.

                              

***