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FIAIZ

COMUNIDAD SAN MATEO

Mateo 157

Domingo, 25 de enero de 2009

 

EL SUEÑO QUE TOCAN NUESTRAS MANOS

Plan de oración con san Mateo

 

157. Mt 28,16-20

 

Introducción:

 

                Una de las maneras más humanas de decir cuál es el sentido de la vida es ésta: la vida humana consiste en acompañarnos. La radical soledad que anida en el corazón de la existencia, más las soledades añadidas, muchas, pueden ser mitigadas, reorientadas, incluso en parte asumidas, mediante la honda terapia del acompañamiento. Acompañar, lo hemos dicho otras veces, no es, únicamente, dar un poco de tiempo, de alegría, de compañía, a una persona en debilidad. Es hacer caminos juntos, andar proyectos comunes, compartir el fondo de las penas y de las alegrías. Acompañar requiere tiempo, mirada compasiva, certeza de la propia y ajena dignidad, sentimientos hondos compartidos. Acompañarse es un modo de gran hondura de decirnos la más hermosa de nuestras metas históricas. Quien sabe de acompañamiento, sabe de humanidad. La persona experta en acompañamientos termina siendo experta en el sentido de la vida.

                Es que cuando el texto evangélico quiere hablarnos en modos profundos de la resurrección recurre e las palabras del acompañamiento. El resucitado no podía decir a sus seguidores/as, cariacontecidos, de manera más honda y cálida que vivía con ellos que ésta: estoy con vosotros cada día. Lo que quiere decir: hago mi camino con vosotros; por eso, nunca penséis que vuestra soledad es señora de vuestra vida. Estoy con vosotros/as cada día; vuestros afanes, trabajos, sueños y búsquedas no caen nunca en el olvido. Estoy con vosotros/as cada día; podéis dar rienda suelta a vuestra alegría, por encima de penas y de congojas. ¿Comprendieron los discípulos/as lo que Jesús les quería decir? Si así fue, seguramente que su corazón se llenó de profunda paz, de aliento, de osadía incluso. Si no comprendieron, tal vez intuyeron que Jesús les llamaba a hacer camino. Con eso era suficiente.

 

***

 

Texto:

 

                16Los doce discípulos fueron a Galilea al monte donde Jesús les había citado. 17Al verlo se postraron ante él, los mismos que habían dudado. 18Jesús les habló así:

                -Se me ha dado plena autoridad en el cielo y en la tierra. 19Id y haced discípulos de todas las naciones, bautizándolos para vincularlos al Padre, al Hijo y al Espíritu Santo 20y enseñadles a guardar todo lo que os mandé; mirad que yo estoy con vosotros cada día, hasta el fin de esta edad.

 

***

 

Desde un acontecimiento:

 

 

            En realidad, esta foto no es ningún acontecimiento. Es algo que lo vemos cada día, cada noche, en las grandes ciudades. Personas que, por lo que sea, se han descolgado del carro de la sociedad y viven fuera de los filtros sociales. Están al margen y no hay solución para ellos. Su tremenda soledad es el rostro visible de la total soledad humana. Habría que mirarlos con benignidad, como quien se mira al propio interior y descubre la soledad que le compone. Habría que echarles una mano, si se puede. O al menos, agradecer a Dios, a quienes viven contigo, el "simple" hecho, la suerte, de tener quien acompañe y mitigue nuestra soledad.

                Oración: Que miremos con benignidad las soledades humanas; que comprendamos a quienes están heridos porque no saben salir de sus soledades; que agradezcamos a quienes nos sostienen y animan en nuestras constitutivas soledades.

 

***

 

Desde la persona de Jesús:

 

                Jesús dice en este texto que estará con sus seguidores/as acompañando sus soledades cada día, día tras días, siempre. Este detalle revela la fidelidad y tenacidad de Jesús, su honda fraternidad, para no abandonar nunca, por ninguna causa, el camino humano. En esa fidelidad se basa nuestro aliento creyente. Percibir a un Jesús como acompañante tan fiel habría de sembrar equilibrio y gozo por la vida incluso en situaciones adversas. Que el sosiego envuelva nuestros días, aunque, a veces, se vean sacudidos por fuertes turbulencias.

                Oramos: Gracias por Jesús, acompañante fiel; gracias por Jesús, hermano que nunca se marcha de nuestros caminos; gracias por Jesús, sabedor de cada uno de nuestros pasos.

 

***

 

Desde posturas personales:

 

                El texto afirma que el resucitado en Galilea se acercó a sus discípulos. No hay posibilidad de comprender en hondura el tema del acompañamiento si no se hace un continuo acercamiento a la realidad de las soledades históricas. Acercarse supone benignidad, mirada limpia, comprensión inagotable, deseo de verdad, afán de conectar con el subsuelo de la persona. Sin estos componentes el acercamiento es imposible. Y sin él, no hay manera de intuir la hermosa tarea de acompañar.

                Oramos: Que tengamos mirada limpia cuando apuntamos al corazón de la persona; que no nos dé miedo bajar a los sótanos de lo humano; que el afán de verdad sea también camino de acompañamiento en nuestras vidas.

 

***

 

Desde la comunidad virtual:

 

                Hoy terminamos nuestro largo recorrido con Mateo. Seguramente que podemos destacar un buen número de cosas positivas. Pero una manera global de decir lo bueno que nos ha ocurrido es ésta: nos hemos acompañado. Más o menos, pero con buen corazón, con buenos deseos, nos hemos acompañado. Hemos hecho un largo trecho con Mateo, un trecho común, en gran medida compartido. Nos hemos acompañado. A lo largo de estos años nos hemos sentido comunidad, dicho, muchas cosas. Nos hemos acompañado. Un hermoso trabajo de oración con Mateo y un trabajo, no menos hermoso, de acompañamiento. Para agradecerlo en el fondo del alma.

                Oramos: Gracias, Señor, por habernos dado hermanos/as que nos han acompañado; gracias por los caminos orante compartidos; gracias por los caminos de vida compartidos.

 

***

 

Poetización:

 

No era fácil,

ni siquiera para el resucitado,

hacerles ver

qué suponía

la fuerza nueva

que brotaba

de la fuente de la resurrección.

Por eso, Jesús,

se lo dijo de forma simple:

yo os acompaño,

yo estoy con vosotros,

yo os sostengo,

yo os reconstruyo.

Más aún,

les dijo:

cada día,

todos los días,

en toda circunstancia,

por encima de avatares,

más allá de temblores,

pasando por encima del miedo.

¿Lo entendieron?
Tal vez no

porque su temor era enorme,

porque la herida de la muerte vergonzosa

estaba todavía fresca.

Pero algo les decía dentro

que su honda soledad

estaba tocada de muerte,

que había quien compartiera

sus caminos pesarosos,

que la oscuridad del alma

podía recibid una luz.

Percibieron

la resurrección

como un vigor,

como un dinamismo,

como un empuje.

No ha de extrañar que, luego,

se lanzaran al ancho mar,

al océano de las grandes ciudades,

a la cueva del lobo de un mundo extraño.

Si Él estaba con ellos,

todo terminaría bien.

Nunca les abandonó

esa convicción...

 

***

 

 

 

 

 

 

 

 

               

 

 

Mateo 156

Domingo, 18 de enero de 2009

 

EL SUEÑO QUE TOCAN NUESTRAS MANOS

Plan de oración con san Mateo

 

 

156. Mt 28,11-15

 

Introducción:

 

                El engaño, la trampa, el embuste, siempre han hecho parte del caminar humano. Hay gente especialista en vender lo engañoso como verdadero. Y, con frecuencia, lo consiguen. Ahora mismo, el engaño cobra unas dimensiones planetarias por las modernas tecnologías cuando éstas son manipuladas para intereses engañosos. No es fácil hacer luz en este panorama ensombrecido por la trampa. Pero hay muchas personas que no se resignan, que intentan sacar a la luz la verdad, que ponen las ocas en su sitio. Es cierto que su voz, mucho más débil que los grandes instrumentos de difusión al servicio del dinero y del engaño, se escucha menos. Pero nunca se apaga.

                Es que el Evangelio que leemos esta semana es un "engaño": los judíos de la primera época de la fe decían que los discípulos habían robado el cuerpo del Resucitado para luego afirmar que había resucitado. Como contrarréplica, se inventó este relato: los guardias fueron sobornados para que dijeran una mentira. Pero este relato es de todo punto improbable (para empezar ¿cómo iba a dejar soldados el Gobernador para custodiar a un reo de ínfima condición, quizá insepulto sobre el estercolero?). Si Jesús hubiera podido hablar les diría: no es necesario inventar cosas que no han existido para fundamentar la verdad de mi resurrección; con vuestro amor fiel es bastante. Ése es el verdadero argumento. Por eso, cuando la fe se apoya en embustes, en invenciones, en falsedades, se le hace un flaco favor. La verdad pura y dura, desnuda, es la mejor aliada del Mensaje de Jesús, aunque haya que soportar interrogantes que nunca acaban de resolverse.

 

***

 

Texto:

 

                11Mientras las mujeres iban de camino, algunos de la guardia fueron a la ciudad e informaron a los sumos sacerdotes de todo lo sucedido. 12Éstos se reunieron con los senadores, llegaron a un acuerdo y dieron a los soldados una suma considerable, 13encargándoles:

                -Decid que sus discípulos fueron de noche y robaron el cuerpo mientras vosotros dormíais. 14Y si esto llega a oídos del gobernador, nosotros lo calmaremos y os sacaremos de apuros.

                15Los soldados aceptaron el dinero y siguieron las instrucciones. Por eso corre esta versión entre los judíos hasta el día de hoy.

 

***

 

Desde un acontecimiento:

 

 

                Este señor es un fotógrafo llamado Gervasio Sánchez. En mayo pasado se le entregó el premio Ortega y Gasset de fotografía, el más importante en España. En el pequeño discurso ante las autoridades dijo cosas muy duras contra la venta de armas que hace España porque la foto premiada era la de una mujer mutilada junto a su niño. Entre otras cosas dijo: "me siento escandalizado cada vez que me topo con armas españolas en los olvidados campos de batalla del tercer mundo, y  me avergüenzo de mis representantes políticos". Son voces que no se callan ante la verdad, que la dicen ante quien sea, con las consecuencias que sea.

                Oramos: Gracias, Señor, porque no muere la verdad; gracias por quien la defiende sin miedo; gracias por los profetas que luchan contra la mentira.

 

***

 

Desde la persona de Jesús:

 

                Nada se dice de Jesús en este pasaje, pues se le supone muerto. Pero si él hubiera podido hablar habría dicho a las primeras comunidades cristianas: no teníais que haber inventado este relato para contrarrestar una mentira, porque una mentira no se contrarresta con otra. Además, la verdad de la resurrección se basta a sí misma y no se demuestra con relatos apologéticos, sino con la adhesión al Resucitado. Por eso, si queréis construir un argumento fuerte a favor de la resurrección, poneos de parte de la vida, apuntaos a una vida en justicia y amor, derramad alegría en torno. Esas son las maneras de "demostrar" la resurrección.

                Oramos: Que nos pongamos de parte de la vida para decir nuestra fe en el Resucitado; que nos apuntemos a una vida en justicia y amor para creer en el Resucitado; que derramemos alegría en los caminos humanos para creer en el Resucitado.

 

***

 

Desde actitudes personales:

 

                Aceptar un soborno para justificar una mentira es una de las peores formas de mentira. El dinero es tentador, por eso hay que estar siempre muy alerta para que no justifique en nuestra vida ningún tipo de mentira. Y si, por lo que fuera, uno/a cae en esa tramapa, ser ágiles para reconocerlo y para volver a apuntarse de nuevo a la verdad, sin temer quedar a la intemperie. A la larga, una vida en verdad es mucho más reconfortante que otra en la impostura.

                Oramos: Que controlemos nuestro deseo del dinero para mantenernos en la verdad; que no justifiquemos ninguna mentira para crecer en estima de los poderosos; que seamos ágiles para reconocer el fallo y volver lo más pronto posible a la senda de la verdad.

 

***

 

Desde la comunidad virtual:

 

                Por suerte, nuestras relaciones son sinceras. Sería un cañonazo en la línea de flotación que funcionáramos entre nosotros/as con mentiras o con medias verdades. La limitación, el fallo, puede ser comprensible y excusable. Pero el engaño es mucho más difícil de perdonar.  No se trata de ir siempre cantando las verdades al lucero del alba, sino simplemente de funcionar en modos lo más claramente posibles. Eso lo agradece todo el mundo.

                Oramos: Que siempre nos relacionemos en modos de verdad y de aprecio; que valoremos a los otros/as más allá de su debilidad; que la verdad haga cada vez más parte de nuestras vidas.

 

***

Poetización:

 

Eran tiempos duros.

El nacimiento de la fe

fue dificultoso,

polémico.

Por eso,

se inventaron relatos

para justificar la fe.

Jesús podría haberlo dicho:

la fe en mi resurrección

no necesita

de relatos ficticios.

Basta con que me améis sencillamente,

con que derraméis justicia,

con que sembréis amor,

con que derrochéis alegría,

con que miréis con benignidad.

Porque creer en el Resucitado

no es algo que se demuestra con argumentos,

con relatos capciosos,

con ideas elaboradas.

La vida sencilla,

la generosidad creciente,

el amor afable,

el consuelo amable,

éstos son los argumentos

de la resurrección.

Porque si algo es compatible con la verdad

e incompatible con la mentira

es la resurrección.

Si Jesús hubiera podido hablar

les habría comprendido

cuando inventaron este relato.

Pero les habría animado

a no entrar en polémicas,

a no enzarzarse

en discusiones doctrinales,

a no porfiar

por cuestiones religiosas.

Les habría animado incluso

a ver en cualquier persona,

incluso en los judíos,

los de antes y los de ahora,

la innegable huella del Resucitado,

o lo que es lo mismo,

el deseo humano

de una vida

en humanidad y gozo.

Quizá ese ánimo

habría relativizado

tantos litigios.

 

***

 

               

 

Mateo 155

 

Domingo, 11 de enero de 2009

 

 

EL SUEÑO QUE TOCAN NUESTRAS MANOS

Plan de oración con san Mateo

 

155. Mt 28,1-10

 

Introducción:

 

                Hay un escritor que dice que cuando su madre le dio a luz, alumbró gemelos: a él y a su miedo. Y es cierto: el miedo brota de la oscuridad más profunda de nuestro primer ser, antes que la cultura, que la religión, que las ideas que, posteriormente, podrán abundar en dicho miedo. Antes que todo eso, ya existe el miedo. De ahí que una de las maneras de decir cuál es el sentido de la vida sería decir que es tratar de superar el miedo o, al menos, de hacerse "buen vecino" del mismo. Cuando se llega a desenmascarar el miedo, a controlarlo, a compartirlo con otros/as, su poder negativo mengua, su fuerza destructora se esfuma. Hacer que las personas abandonen sus miedos es contribuir a su humanización.

                El Evangelio, creo que lo hemos dicho alguna vez, contrapone la fe al miedo, no a la increencia. Tener miedo demuestra que todavía hay que trabajar la adhesión a Jesús porque aún muestra fisuras. No nos ha de extrañar que, como lo vemos en el pasaje de esta semana, la comunidad de Mateo entendiera la resurrección de Jesús como una realidad para quitar miedos. Creer el resucitado es, en ese caso, no una idea religiosa, sino un dinamismo capaz de controlar mis miedos, de encajarlos y, en la medida que se pueda, superarlos. De tal modo que uno/a verifica su fe real en la resurrección de Jesús en la medida en que esta certeza me ayuda a trabajar mis miedos, en la medida en que aumenta el nivel de confianza en mí, en los demás, en la vida,  hasta en las cosas. Vivir con el miedo controlado es la manera de vivir de quienes creen en la resurrección de Jesús.

 

***

 

Texto:

 

                28,1Pasado el sábado, al clarear el primer día de la semana, María Magdalena y la otra María fueron al sepulcro. 2De pronto la tierra tembló violentamente, porque el ángel del Señor bajó del cielo y se acercó, corriendo la losa y se sentó encima. 3Tenía aspecto de relámpago y su vestido era blanco como la nieve. 4Los centinelas temblaron de miedo y se quedaron como muertos.

                5El ángel habló a las mujeres:

                -Vosotras, no tengáis miedo. Ya sé que buscáis Jesús el crucificado; 6no está aquí, ha resucitado, como tenía dicho. Venid a ver el sitio donde yacía, 7y después id aprisa a decir a sus discípulos que ha resucitado de la muerte y que va delante de ellos a Galilea; allí lo verán. Esto es todo.

                8Con miedo, pero con mucha alegría, se marcharon a toda prisa del sepulcro y corrieron a anunciárselo a los discípulos. 9De pronto Jesús les salió al encuentro y les saludó diciendo:

                -¡Alegraos!

                Ellas se acercaron y se postraron abrazándole los pies. 10Jesús les dijo:

                -No tengáis miedo; id a avisar a mis hermanos que vayan a Galilea; allí me verán.

 

***

 

Desde un acontecimiento:

 

 

                No corresponde la foto a la noticia, porque no teníamos la foto de Mari, una mujer de 82 años que, según la columna de Rosa Montero (Guerrera, El País 13-1-2009) se acercó con timidez en el invierno de la vida a la puerta de un Instituto para hablar con algún profesor o profesora que pudiera enseñarla a leer. Dice: "la muy guerrera Mari, que en el invierno de su vida decidió lanzarse a la calle una mañana oscura en busca de una escuela en donde la enseñaran. Cuántas veces habrá soñado con poder aprender. Y cuánta fuerza y cuánta inteligencia hay que tener para perseguir ese sueño hasta cumplirlo". Gente sencilla, pero valiente, que ha vencido miedos de años. Gente "resucitada".

                Oramos: Gracias, Señor, por quienes no abandonan sus sueños; gracias por quienes tienen fuerzas para vencer viejos miedos; gracias por quien da cara a la vida con humilde valentía.

 

***

 

Desde la persona de Jesús:

 

                Jesús dice a las mujeres que avisen a los "hermanos" para que vayan a Galilea. Antes de la resurrección eran discípulos; ahora, son "hermanos". ¿Qué es lo que les hace hermanos? La superación del miedo a la muerte de Jesús y a la propia; la superación de todo miedo. Esto es lo que nos convierte en hermanos del resucitado. Porque, ya lo hemos dicho, una persona con miedo es, en esa medida, una contradicción con el creyente y con la misma realidad personal honda. El miedo vencido, asimilado, tratado, controlado, nos conecta con la fuerza del resucitado. Éste despliega todo su empuje para hacer de la nuestra una vida confiada.

                Oramos: Te alabamos, Señor, por Jesús, persona que ha controlado sus temores; te alabamos por Jesús porque ha vencido a la muerte al vencer todo temor; te alabamos por Jesús, porque se transforma en ánimo para toda realidad.

 

***

 

Desde actitudes personales:

 

                Dice el pasaje que en las mujeres se mezclaba el miedo con la alegría. Como en la vida misma, porque ambas realidades suelen ir inseparablemente unidas. Pretender una vida despojada de todo miedo quizá sea una utopía hoy inalcanzable. Pero tratar de que los miedos mengüen y la alegría suba de nivel es una meta alcanzable. Más aún, contribuir a que uno/a mismo/a y en los demás, los días de disfrute superen a los del trabajo y el pesar, es también una aspiración legítima. Así descubrimos el sentido de la existencia que no es otro sino la fiesta y el gozo. La resurrección de Jesús lo confirma.

                Oramos: Que la alegría crezca y baje el nivel de miedo en nosotros/as; que la confianza aumente y se disipen nuestras desconfianzas; que el ánimo se multiplique y los desalientos se debiliten.

 

***

 

Desde la comunidad virtual:

 

                No cabe duda de que las pequeñas experiencias comunitarias que vamos acumulando (reuniones, convivencias, encuentros esporádicos, emails, etc.) tienen el valor de hacer crecer en nosotros/as un sentimiento de alegría. De tal manera que podemos decir que en nuestra "comunidad virtual" no ha entrado el miedo. Ojalá nunca entre. Y la mejor forma de cerrarle la puerta es multiplicar entre nosotros/as el gozo de estar, de encontrarnos, de saber algo de nuestros caminos. Esa alegría "resurreccional" la podemos construir entre todos/as.

                Oramos. Que nunca entre el desaliento en nuestra comunidad; que el miedo esté controlado en nuestra comunidad; que la alegría tenga un sitio creciente en nuestra comunidad.

 

***

 

 

 

Poetización:

 

No pudo la losa del silencio

estrangular la alegría;

no pudo el trallazo de la muerte violenta

ocultar el gozo;

no tuvo el miedo

la última palabra.

Temerosas se acercaron las mujeres

 a la tumba solitaria;

alegres volvieron luego

después del abrazo.

Temerosos estaba los discípulos

agazapados en sus miedos,

luego se animarían

a salir para Galilea

convertidos en "hermanos".

¿Cómo se cambió su miedo en gozo,

su temor en valor,

su encogimiento en respiro?

Ellos/as no lo sabían,

pero era la fuerza del Resucitado,

el amor del Resucitado,

la alegría inagotable del Resucitado.

El Padre trasformaba

el triunfo de Jesús

en la más inmediata de las alegrías,

en el gozo recobrado,

en el ánimo puesto en pie.

No lo sabían, pero lo intuían.

Después de aquel abrazo

todo era posible;

si el resucitado tenía brazos y corazón

se podía esperar lo mejor.

Y aquella primera mañana

el temor se alejó a regañadientes

porque había Alguien

que le había ganado la partida.

 

***

 

 

 

 

 

 

 

Mateo 154

 

154. Mt 27,62-66

 

Introducción:

 

            Observamos en el comportamiento humano una defensa a ultranza de valores, posiciones, ideas. Cuando es “a ultranza”, mala señal. La defensa a ultranza de las ideas esconde, con frecuencia, un inmovilismo. La defensa a ultranza de una religión esconde, muchas veces, un fanatismo. La defensa a ultranza de una cultura encierra, no pocas veces, una cerrazón pueblerina. Y así sucesivamente. Defenderse con uñas y dientes es síntoma, con frecuencia, de debilidad. Sería mejor mantener una actitud de apertura, de acogida, de amplitud, de mirar en la dirección del otro.

            Es que el texto que tenemos para esta semana es una especie de defensa a ultranza. Tampoco los Evangelios se ven libres de eso. Se defiende a ultranza la resurrección de Jesús. Y para ello se construye un relato imposible: que Pilato puso una guardia ante el sepulcro de Jesús, de un malhechor. Los guardias se constituyen en “argumento” de la verdad de la resurrección. Luego, en 28,11-15 se completará el asunto diciendo que los guardias fueron sobornados. Son argumentos toscos para una gran verdad. Podrían haber usado, por ejemplo, aquel argumento del Cantar de los Cantares: “el amor es más fuerte que la muerte”. Porque el amor es la mejor “defensa” de la resurrección, ya que el amor es capaz de traspasar las fronteras de la misma muerte. De hecho, el pagano Flavio Josefo lo usará cuando diga que “quienes lo habían amado desde el principio dijeron que estaba vivo”. Un amor que traspasa las fronteras de la muerte. Ese es el mejor argumento para creer que al Jesús pobre y muerto que se deposita en el sepulcro le va a acompañar la vida de manera inseparable.

 

***

 

Texto:

 

            62A la mañana siguiente, pasado el día de la Preparación, los sumos sacerdotes y los fariseos acudieron en grupo a Pilato 63y le dijeron:

            -Señor, nos hemos acordado de que aquel impostor, estando en vida, anunció: “A los tres días resucitaré”. 64Por eso manda que vigilen el sepulcro hasta el tercer día, no sea que vengan sus discípulos, roben el cuerpo y digan que ha resucitado de la muerte. La última impostura sería peor que la primera.

            65Pilato contestó:

            -Tomad una guardia; id y asegurad la vigilancia como ya sabéis.

            66Ellos fueron, sellaron la losa y con la guardia aseguraron la vigilancia del sepulcro.

 

***

 

Desde un acontecimiento:

 

 

 

            La foto recoge el momento en que un periodista de Irak ha tirado a Bush sus zapatos y le ha llamado “perro”. Es, ciertamente, una falta de respeto. Pero la escena refleja el menosprecio hondo de un país hacia el tirano insensato que ha llevado muerte y desolación a esa tierra y, encima, se presenta como líder de paz diciendo que tal guerra era necesaria, cuando todos sabemos que ha servido a sus propios intereses. Las defensas a ultranza, y más cuando esconden intereses inhumanos, siempre tendrá alguna voz que la desenmascare, que la ponga en su sitio. No se apaga en la tierra el sentido de la justicia.

            Oramos: Te agradecemos, Señor, la profecía que denuncia las injusticias; te agradecemos que las defensas a ultranza no tengan la última palabra; te agradecemos que la verdad prevalezca sobre la mentira.

 

***

 

Desde la persona de Jesús:

 

            Según el relato, los sumos sacerdotes y los fariseos llaman a Jesús “impostor”. La impostura era la suya: la defensa de sus intereses religiosos y económicos a costa del sufrimiento de los pobres. El sistema vende la mentira como verdad y la verdad como mentira. Pero el sistema no tendrá la última Palabra. El silencio mortal, nunca mejor dicho, de Jesús desenmascara la impostura de quienes califican a cualquier liberador de impostor. El triunfo del mal, digan lo que digan, tiene los días (o los siglos) contados.

            Oramos: Te alabamos por Jesús, “impostor” que no lo es; te damos gracias porque ha desenmascarado al poder, aun al precio de su propia vida; te bendecimos por el valor audaz de Jesús que nos alienta.

 

***

 

Desde actitudes personales:

 

            Los fariseos usan la guardia para asegurar el sepulcro. Creen que , con medios coactivos, van a terminar por imponer su voluntad. Quien se siente débil por dentro siempre estará tentado de usar la coacción para el logro de sus propósitos. Quien tiene la certeza de estar en un camino de humanidad no necesita coaccionar a nadie. Usar la coacción es la manera de decir que se andan los extraviados caminos de la defensa a ultranza. Además, la coacción es planta del jardín de la violencia y lleva a ella. Por ello, el Evangelio la cuestiona radicalmente.

            Oramos: Que no coaccionemos, sino que amemos pacientemente; que no impongamos, sino que esperemos todo el tiempo necesario; que no abrumemos a nadie, sino que nuestra actuación sea libre y liberadora.

 

***

 

Desde la comunidad virtual:

 

            Donde hay fraternidad no hace falta defensa. La mejor defensa es el aprecio y el cariño del otro/a. Por eso, los sumos sacerdotes y fariseos que se defienden demuestran que están en el mayor de los desamparos. Sin hermanos. En nuestra comunidad virtual nadie tiene que defenderse porque sabe que cuenta, a priori, con el amparo del otro. Mientras este amparo esté ahí, vamos por buen camino. Habríamos de ir tejiendo una red de pequeños amparos que supondrían una preocupación más cercana y real por las personas de la comunidad que conocemos. Miremos en dirección unos de otros/as, y seguro que brotará el amparo.

            Oramos: Que no cese nuestra preocupación por el otro/a; que nos acerquemos a los caminos del otro/a; que nos interesen los derroteros humanos de quienes me son cercanos/as.

 

***

 

Poetización:

 

Quisieron defender a ultranza

el atropello que habían cometido.

Por eso,

pidieron la guardia.

Creían que aquellos hombres armados

eran la garantía de su verdad.

No se daban cuenta

de que aquel hombre,

injustamente afrentado y muerto,

que yacía en el silencio

era su mejor aliado.

Pusieron la guardia al sepulcro

cuando la tendrían que haber puesto

a su propio corazón

para percibir el camino errado

de su defensa a ultranza.

Pero también sus discípulos

que inventaron este relato

tenían que haber puesto guardia a su corazón.

tendrían que haber entendido

que construir un relato defensivo,

apologético,

no era el camino de mostrar

la verdad de la resurrección.

Si hubieran puesto el acento

en el amor

habrían acertado.

Habrían entendido

aquello del Cantar:

el amor es más fuerte que la muerte.

Habrían sabido

lo que más tarde supo

el pagano Flavio Josefo:

que el amor traspasa

las fronteras de la misma muerte.

El amor habría sido

su mejor argumento.

Y nosotros,

que leemos hoy esta historia,

tendríamos que saber

que las defensas a ultranza

son prueba de debilidad,

mientras que el amor que ampara y abraza

es prueba de verdad.

Tan simple la cosa…

 

***