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FIAIZ

Marcos 6

CVMc

Domingo, 29 de noviembre de 2015

 

 

VIDA Y EVANGELIO:

UN MISMO CAMINO

Plan de oración con el Evangelio de Marcos

 

6. 1,21b-28

 

Una reflexión inicial:

 

            Mucho se está hablando en estas semanas de los nacionalismos. Hay personas que los aborrecen a todos y a algunos más en particular. A veces detestan el nacionalismo de otros, pero no el suyo. Las palabras y actitudes son, con frecuencia, de mucha dureza.

                En realidad, los nacionalismos, con un ropaje o con otro, acompañan el caminar de las personas, desde las cavernas hasta hoy. Y posiblemente, sea un componente de la estructura humana de difícil transformación. Es cierto que la distinción entre nacionalismos excluyentes e incluyentes es decisiva. Nada tiene que ver un nacionalismo que excluye y aniquila, con otro que, sintiendo y valorando las propias raíces, es flexible hasta incluir a quien no es oriundo de esa “nación” en el ambiente elegido llegando a ser considerado uno más.

                Quizá el nacionalismo benigno tenga cosas buenas, el amor a las raíces, la valoración de lo heredado, la referencia que me hace ser pueblo, el disfrute de la pequeña historia de cada grupo, de cada pueblo. Pero el peligro es evidente.

                Dicen que el nacionalismo se cura viajando. Y quizá, más todavía, amando. Porque el amor pone a raya cualquier exclusión y el desamor, dejado a  sus anchas, puede llevar a exclusiones tremendas. Que los dioses nos libren de ellas.

 

El texto:

 

            21bEl sábado entró en la sinagoga e inmediatamente se puso a enseñar. 22Èstaban impresionados de su enseñanza, pues les enseñaba como quien tiene autoridad, no como los letrados. 23estaba en aquella sinagoga un hombre poseído de un espíritu inmundo en inmediatamente empezó a gritar: 24-¿Qué tienes tú contra nosotros, Jesús nazareno? ¿Has venido a destruirnos? Sé quién eres tu, el Consagrado por Dios. 25Jesús le conminó: -¡cállate la boca y sal de él! 26El espíritu inmundo, retorciéndolo y dando un alarido, salió de él. 27Se quedaron ellos tan desconcertados que se preguntaban unos a otros: -¿Qué significa esto? ¡Un nuevo modo de enseñar, con autoridad: incluso da órdenes a los espíritus inmundos y le obedecen! 28Su fama se extendió inmediatamente por todas partes, llegando a todo el territorio circundante de Galilea.

 

  • Esto de un “espíritu inmundo” hay que entenderlo en el Evangelio como un nacionalismo excluyente: es el judaísmo de la época que piensa que va a llegar un día en que se haga justicia a Israel, todos los pueblos le serán sometidos, Jerusalén será el centro del mundo, los paganos serán masacrados, reinará el Mesías glorioso. Eso es el mensianismo potente, el nacionalismo religioso-político excluyente. El Evangelio dice, ya desde el principio, que Jesús quiere transformar ese componente excluyente en sendas de servicio y fraternidad. ¿Es esto posible?
  • Los de Cafarnaún se quedan desconcertados porque ellos esperaban que el mesianismo de Jesús diera alas al nacionalismo excluyente de Israel. Pero Jesús, nada de eso: enseña con su experiencia humilde pero verdadera y hace callar a quien dice que Israel es todo y los demás no son nada.
  • La fama que se extiende por todas partes no es la buena fama, sino la mala: uno que no es nacionalista excluyente, uno que propone una senda de cordialidad y de amor fraterno. No conviene uno así. Pero estaba marcando un camino: la buena senda de lo humano es aquella manera de ser que acoge a todos y que sabe que, por el hecho de ser humanos, somos familia.

 

Para pensar un poco:

 

  1. ¿Te parece que este sentimiento de exclusión está totalmente alejado de tu vida o hay algunos síntomas de que anda por ahí?
  2. ¿Por qué echamos siempre la culpa de los nacionalismos excluyentes a otros?
  3. ¿Integras con facilidad al que es distinto, de otra tierra, de otra manera de pensar, de otro nivel?

 

Un valor: Un corazón abierto

 

            Porque la erradicación del nacionalismo tiene que ver con el corazón: un corazón abierto es proclive a incluir. Un corazón duro y cerrado excluye con facilidad. ¿Cómo construir en nuestra vida un corazón abierto?

  • Una de las claves está en la acogida: si acoges con facilidad, demuestras que tienes un corazón abierto. Si te cuesta acoger, quizá tengas un corazón cerrado.
  • Es más posible tener un corazón abierto si te esfuerzas por ponerte en la situación del otro. ¿Qué habría hecho yo en su caso? Es una pregunta que habría de ser recurrente.
  • Un corazón abierto es aquel que, aun sin entender todas las razones del otro, está dispuesto a dialogar y a intentar por todos los medios llegar a algún tipo de conclusión conjunta.
  • Tiene dificultades para lograr abir el corazón quien da por perdida la partida antes de jugarla, quien dice que con esos no hay nada que hacer, quien ante el primer intento fallido desiste.

Un corazón abierto es el mejor antídoto contra el veneno del nacionalismo excluyente. Además es tan contagioso que puede animar a otros andar esa senda de comprensión y armonía.

 

Una imagen

 

                Cualquiera podría pensar que este señor es un aldeano vasco escapado de su caserío. Pero no, es un misionero capuchino que lleva toda su vida, él y su boina, en las selvas del Ecuador. Habla el quichua, escribe libros en esa lengua, navega los ríos, tiene proyectos verdaderamente aventureros. Ha aparcado su “nacionalismo navarro” y se ha hecho uno con la gente con la que vive. Cumple aquello hermoso del libro de Rut: “Tu pueblo será mi pueblo, tu Dios será mi Dios, donde tú mueras, yo moriré”. Gente alternativa que transforma los nacionalismos en entrega. ¡Ah! Se llama José Miguel Goldáraz.

 

Una frase:

 

“El Bien acaba siempre por perder: es su manera de ganar”.

 

Ch. Bobin.

 

 

 

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