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FIAIZ

Filipenses 8

CVF 

Domingo 23 de noviembre de 2014

 

VOLVER A JESÚS

 Plan de oración con Filipenses

 

8. Filp 2,14-15

 

Introducción:

 

                Dice el papa Francisco que hay personas que se vuelven con el tiempo “requejosas”. Quejándose y quejándose. Acercarse a ellas es entrar en un ambiente contaminado del que uno quiere escapar a toda costa. Pero, por el contrario, muchas personas, movidas no solamente por el sentido del deber, sino también por el amor, hacen las cosas ágilmente, sin quejarse, si estar subrayando siempre el lado negativo de personas y situaciones. Puede que sean de natural optimista, pero más que eso, son gente que se lanza a hacer las cosas con generosidad y con dedicación sin estar situados a perpetuidad en el lamento. Constituyen una bocanada de aire fresco para las relaciones humanas.

                Dice san Pablo a los de Filipos que hay que hacer las cosas “sin protestas ni discusiones”. Para que la relación comunitario funcione medianamente hay que huir de las protestas que desvelan un disgusto y de las discusiones que, con frecuencia, encierran ansia de poder. Esa manera sencilla de hacer las cosas sin poner el grito en el cielo es lo que, según Pablo, constituye al cristiano en “lumbrera del mundo”. Porque es cierto que la sociedad está harta de litigios, disputas, rencillas y situaciones tensas. Busca un poco de sosiego, de armonía y de quietud. Las envidias y rencillas que surgen en la comunidad de Filipos recibirían un buen bálsamo con esta actitud de sencilla disponibilidad de unos para con otros. Esto es lo que frenaría situaciones más dramáticas que a veces llevan a verdaderas escisiones.

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Texto:

 

                14Cualquier cosa que hagáis sea sin protestas ni discusiones, 15para ser irreprochables y límpidos, hijos de Dios sin tacha en medio de una gente torcida y depravada, 16entre la cual brilláis como lumbreras en medio del mundo, manteniendo un mensaje de vida. El día del Mesías eso será una honra para mí, que mis trabajos no fueron inútiles ni mis fatigas tampoco.17Y aun suponiendo que mi sangre haya de derramarse sobre el sacrificio litúrgico que es vuestra fe, yo sigo alegre y me asocio a vuestra alegría; 18 pues lo mismo vosotros, estad alegres y asociaos a la mía. 

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La sociedad nos ayuda a volver a Jesús:

 

            A todo el mundo nos sorprendió aquella simpática foto en que un niño pequeño, con la cabeza gacha, algo avergonzado, separa en el terreno de juego a dos adultos, quizá padres, que se enzarzan en una pelea. Detrás una mujer señala con la mano como diciendo: hacedle caso. Otro niño mira perplejo admirado de la capacidad de disputa de los adultos. Toda una metáfora, toda una lección. El mundo al revés.

                Oramos: Que amemos con generosidad; que no disputemos entre humanos; que seamos crecientemente pacientes.

 

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Volver al Jesús del Evangelio:

 

                Es evidente que el Jesús del Evangelio es una persona que no tiene siempre la queja en los labios. Todo lo contrario. El perfil general es el de una persona en armonía y paz. Y de su disponibilidad nadie duda (basta recordar aquella escena de Jn 3 en que esperaba a Nicodemo de noche). Pero a veces se queja de la incredulidad de los de su tierra o de la dureza de Jerusalén. No es propiamente una queja, sino el asombro de que una propuesta de humanidad sea rechazada por prejuicios o por interese. Es la queja del profeta.

                Oramos: Que tu disponibilidad, Señor, nos haga disponibles; que tus quejas proféticas nos animen a denunciar la injusticia; que tu armonía nos ayude a construir la nuestra.

 

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Volver a los valores hondos:

 

                El valor de la disponibilidad no está en sus mejores momentos porque queda vencida por el interés y el lucro. Si algo se paga, se hace; si no se paga, se llama uno andana. Sin embargo, las personas disponibles son gente apreciada, requerida y buscada. No solamente porque te hace favores y no e cobra, sino porque se desvela en ellas un ideal de humanidad: el momento en que todos podamos estar disponibles para todos.

                Oramos: Que crezca nuestra disponibilidad; que aumente nuestra capacidad de servicio; que agradezcamos la bondad de quienes sirven.

  

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Volvemos a la comunidad:

 

                Las pequeñas cosas que hacemos en la comunidad virtual las hacemos sin refunfuñar porque hemos experimentado el gozo de ser grupo orante. No obstante, siempre hay un margen para crecer en disponibilidad, para echar una mano en pequeñas cosas que nos pueden ayudar a mejorar nuestro camino vital o nuestra actividad orante. Quien lo haga, contribuye espléndidamente a la construcción de lo fraterno y muestra ser persona agradecida con quienes le ayudan. 

                Oramos: Que no nos cansemos de estar disponibles; que agradezcamos a quien nos ayuda a vivir con gozo; que echemos una mano a quien vive con nosotros.

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Palabras que alientan:

 

Está llegando un día que me mira

con ojos enigmáticos. 

¿Qué ocurrirá, qué me traerán sus horas?

Nunca se sabe nada de la vida, 

y su hermosura es ésa. 

Piélagos bien cifrados de la luz,

donde nos zarandea y nos cumple lo incierto,

donde el amor nos salva. 

 

Eloy Sánchez Rosillo,

                                   

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Tu parte:

 

                Sé cuidadoso en los detalles durante estos días, sobre todo con las personas que tienes más cerca.

                              

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