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FIAIZ

Juan 127

CVJ 

Domingo, 9 de diciembre de 2012

 

VIDA ACOMPAÑADA

 Plan de oración con el Evangelio de Juan

 

 

127. Jn 19,8-11

 

Introducción:

 

Una de las maneras más crueles de conceptuar la perversidad humana es frenar, bloquear, impedir el desarrollo humano. Impedir el desarrollo es condenar a los pueblos, a la persona, a la pobreza y a la inhumanidad. Por eso, todo el mundo habla de desarrollo, aunque, en realidad, es el poder el gran dominador de las relaciones entre los humanos. La espiritualidad del desarrollo no es únicamente algo referente a la economía; lo es también a la persona. Impedir que la persona se desarrolle espiritualmente es condenar a un enanismo humano a quien vive conmigo, hacer que sus anhelos queden apagados y sus ilusiones nunca cumplidas. Quien ha sido bloqueado puede ser fácilmente manipulado. De ahí el empeño de ciertas fuerzas hostiles a lo humano en bloquear el desarrollo. Por el contrario, muchas personas se desviven por hacer crecer la frágil planta del desarrollo humano en muchas vertientes. Son como Jesús, que con sus pobres medios se dedicó a llevar a la persona a su máximo desarrollo humano.

El Jesús de la pasión puede ser entendido, sin más, como un condenado, pero también puede ser visto como uno a quien pretendieron frenar su desarrollo y sus trabajos de desarrollo. Las autoridades que lo entregaron y Pilato que lo condenó creían que condenandolo podrían frenar sus trabajos de desarrollo. Pero, en realidad, porque esos trabajos apuntaban al fondo de la persona, aun condenado, podría seguir (y quizá con más fuerza) colaborando al desarrollo de las personas, de la historia. Son los trabajos que ahora hace el resucitado por todos los seres de la vida.

***

 

Texto:

8Cuando Pilato oyó decir aque­llo, le entró más miedo. 9Entró de nuevo en la residencia y preguntó a Jesús:

- ¿De dónde procedes tú? Pero Jesús no le dio respuesta.

10Entonces le dijo Pilato:

- ¿Te niegas a hablarme a mí? ¿No sabes que está en mi mano soltarte y está en mi mano crucificarte?

11Le replicó Je­sús:

- No estaría en tu mano hacer nada contra mí si Dios no te deja­ra. Por eso, el que me ha entregado a ti tiene un pecado mayor.

 

***

 

Ventana abierta:

 

 

                Esta es la portada del llamado INFORME PNUD de naciones Unidas sobre el desarrollo humano. Es, francamente, un texto importante donde se exponen, cada dos años, los datos del desarrollo y también los anhelos de una buena parte de la comunidad internacional para contribuir al soñado desarrollo. “Este Informe¸ dice el PNUD,  ilustra los vínculos entre sostenibilidad y equidad y a la vez muestra cómo se pueden mejorar estos aspectos en el desarrollo humano”. De alguna manera, hacen la misma obra que Jesús.

            Oramos: Gracias, Señor, por quienes se preocupan del desarrollo de los pueblos; gracias por quienes demandan más equidad para con los débiles de la tierra; gracias por quienes aman la tierra que tú nos diste.

***

 

Desde la persona de Jesús:

 

                Parece que, en este pasaje y en toda la pasión, como si Dios estuviera ausente, como si no le importara que Jesús fuera condenado o no, como si le diera igual que este “desarrollador” de la persona y de la comunidad pereciera o no. Pero no es así: Dios estaba en la pasión de Jesús y lo está en la pasión de quienes sufren por causa del desarrollo de los pueblos (que son muchas, hasta dar la vida algunos de ellos). El Dios de Jesús es un Dios preocupado por que lo creado alcance ekl desarrollo pleno, la filiación divina decimos nosotros. Ese Dios empeñado en el desarrollo nos acompaña en nuestras pasiones.

                Oramos: Te alabamos, Señor, por acompañar a Jesús y a quienes trabajan por el desarrollo de los pueblos; te bendecimos por tu compromiso en nuestro desarrollo; te damos gracias por hacer ver que el desarrollo es el camino de la filiación.

               

***

 

Ahondamiento personal:

 

Se habla en el texto de un “pecado mayor”. Podríamos pensar que ese pecado innombrable es haber entregado a la muerte al Hijo de Dios. Pero hay uno todavía mayor: entregar a la persona, a pueblos enteros, al subdesarrollo, a la pobreza endémica, al retraso de siglos frenando así el anhelo del Padre de que toda realidad creada alcance el desarrollo creatural. Colaborar, en poco o en mucho, en esas tareas que frenan el desarrollo es el “pecado mayor” al que alude el Evangelio.

Oramos: Que nunca colaboremos en el “pecado mayor” de frenar el desarrollo de las personas; que apoyemos toda iniciativa de crecimiento y desarrollo; que celebremos los triunfos de quienes trabajan, poco o mucho, por el desarrollo de los pueblos.

 

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Desde la comunidad virtual:

 

                La comunidad virtual nos ayuda, y bastante, a desarrollar nuestra espiritualidad y, con ello, contribuye al desarrollo de nuestras personas. Alguien con el interior cultivado, sensibilizado, evangelizado, creemos que es una persona más desarrollada. Hay que escapar del concepto solamente economicista del desarrollo. Por eso mismo, cualquier gesto de cercanía, de oración, de acompañamiento, de recuerdo entre nosotros, vale para el tema del desarrollo.

                Oramos: Que sigamos cerca unos de otros para ayudarnos en nuestro desarrollo; que oremos unos por otros para ayudarnos en nuestro desarrollo; que nos acompañemos y recordemos para ayudarnos en nuestro desarrollo.

 

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Poetización:

 

Cuando lo condenaban

creían que lo bloqueaban.

Pensaban que bloqueándolo

el desarrollo de los pobres

y su potencial peligro

quedarían parados.

No entendían

que lo que él quería

era el desarrollo pleno,

la dicha más amplia,

la equidad más justa.

Todo eso no era obstáculo

para el desarrollo

sino para en ansia depredadora

de quienes lo quieren todo para sí

y no pueden ver

que el otro se desarrolle.

Por eso, al condenarlo,

quisieron bloquearlo

sin saber que su muerte

más que una condena y un bloqueo

era la puerta a la actividad mayor

que el resucitado realiza

para el desarrollo de lo humano.

Era como una metáfora

de una hermosa realidad:

que el desarrollo de los pueblos

es el plan, el designio

de Dios sobre la vida.

Por ello, no habrá nadie

ni ninguna condena

capaz de parar

lo que resulta imparable:

que el anhelo de dicha

sembrada en el corazón

coincide con el anhelo de Dios.

ambos dos,

corazón humano y Dios,

empleados en la tarea

del más pleno de los desarrollos.

 

***

 

Para esta semana:

 

                No bloquees ningún anhelo, no seas obstáculo para ninguna ilusión, no frenes ninguna acción de solidaridad.

 

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