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FIAIZ

Juan 122

CVJ 

Domingo, 4 de noviembre de 2012

 

VIDA ACOMPAÑADA

 Plan de oración con el Evangelio de Juan

 

122. Jn 18,28-32

 

Introducción:

 

                Hay bienhechores oficiales de la vida. Ellos mismo se postulan, organizan sus homenajes, sale nsiempre en las fotos, no tienen rubor en proponerse como ejemplo de bondad. A veces su bondad está hecha sobre el despojo a los pobres, pero parece que ellos no perciben la contradicción. Son los bienhechores oficiales. Pero hay bienhechores que van en otra dirección: no dan publicidad a lo que hacen, lo hacen porque les sale del corazón no por afanes de aplauso o de lucro, realizan cosas modestas pero útiles, se conmueven ante las situaciones de las personas, no demandan nada a cambio de su generosidad. Estos segundos son los bienhechores de verdad porque acrecientan el caudal de humanidad de la vida y hacen que la limitación humana, la misma muerte, den un paso atrás.

                A este segundo grupo pertenecía Jesús. Su humilde vida no fue sino un contribuir a humanizar la existencia de los demás, a poner un poco de luz entre las tinieblas de su época, a sembrar algo de sosiego y de contento en los corazones marcados por el mal y por el peso de la vida. Fue un bienhechor en toda regla. Y, sin embargo, cuando lo condenaron lo trataron de malhechor. No podían haberle hecho una acusación más ofensiva y más injusta porque él había sido bueno y, además, porque si no lo hubiera sido, no habría cumplido el designo del Padre que era un designio de bondad. Quizá no se percataban, pero al calificarlo de malhechor le hacía la mayor de las injurias. Él, que como luego dirían sus amigos, pasó por la vida haciendo el bien.

 

***

 

Texto:

 

28Llevaron a Jesús de casa de Caifás al Pretorio. Era el amanecer y ellos no entraron en el Pretorio para no incurrir en impureza y poder así comer la Pascua.

29Salió Pilato, afuera, adonde estaban ellos y dijo:

                -¿Qué acusación presentáis contra este hombre?

                30Contestaron diciéndole:

                -Si este no fuera un malhechor, no te lo entregaríamos.

                31Pilato les dijo:

                -Lleváoslo vosotros y juzgadlo según vuestra ley.

                Los judíos le dijeron:

                -No estamos autorizados para dar muerte a nadie.

32Y así se cumplió lo que había dicho Jesús, indicando de qué muerte iba a morir.         

 

***

 

Ventana abierta:

 

 

Esta niña es la paquistaní Malala Yousufzai. Fue tiroteada y está borde de la muerte por propugnar, a su corta edad, la escolarización de las niñas de su país. Los talibán la atacaron porque piensan que la cultura de la mujer es un peligro para el Islam, cuando, en realidad, es un peligro para su poder cavernícola y dictatorial. Esta niña es, tan joven, una bienhechora de la vida. Por eso quienes detestan la vida han intentado eliminarla.

                Oramos: Gracias, Señor, por quienes aman la vida; gracias por quienes se dan generosamente a riesgo de su vida; gracias por la siembra de humanidad de las personas sencillas.

***

 

Desde la persona de Jesús:

 

                Leyendo este pasaje llama la atención el silencio denso de Jesús. Le están acusando de la peor de las acusaciones, de malhechor, y él calla totalmente. Su silencio no solamente habla de lo injusto de la acusación, sino que también significa la persistencia en la bondad, porque la bondad de calidad no tiene que defenderse. Jesús ha sido bueno y va a serlo hasta el final. El que lo acusen injustamente no le va a apartar del camino que el Padre le ha marcado y que él mismo está decidido a seguir.

                Oramos: Te veneramos, Señor, en tu hondo silencio; te valoramos en tu fiel bondad; te damos gracias por tu entrega sin límites.

 

***

 

Ahondamiento personal:

 

                Se palpa a las claras en este texto la contradicción de quien se dice bienhechor y no lo es: quieren “limpiar” de un supuesto malvado a su sociedad y para eso lo matan, echan sobre la misma sociedad la mancha imborrable de un crimen injusto. Es que la bondad del sistema tiene como efectos colaterales grandes dosis de inhumanidad. Por eso, hay que sospechar de la bondad oficial y, las más de las veces, huir de ella.

                Oramos: Que nos alejemos de la bondad oficial que deshumaniza; que creamos en la bondad libre y solidaria; que valoremos a quien trabaja humildemente en la bondad que no es del sistema         

 

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Desde la comunidad virtual:

 

                Ser bondadosos en la comunidad virtual tiene muchas facetas: el recuerdo, la convivencia, la pequeña comunicación, el saber unos de otros y sus pequeños afanes. Pero hay una forma de bondad muy valiosa que es el simple orar con la Palabra: confluir en el aprecio y disfrute de la Palabra nos hace bien personalmente y lo hace también al colectivo. Lo hemos dicho muchas veces: la oración nos humaniza. Sigamos haciéndonos ese buen espiritual, humano, que nos enriquece.

                Oramos: Que oremos para hacernos bien; que nos volquemos a la Palabra para hacer comunidad; que experimentemos el Evangelio para hacer más felices nuestros días.

               

***

 

Poetización:

 

Nunca tuvo otra obsesión

que la de hacer el bien.

El corazón de los débiles

tocaba su propio corazón.

De ahí brotaba,

imparable,

la bondad y el amor.

No lo podía remediar:

estaba hecho para el bien.

Por eso,

cuando le acusaron de malhechor

su estupor llegó al máximo.

No entendía que aquellos a quienes amara

le acusaran ahora de desamor,

que aquellos a quienes había curado,

dijeran que les había herido,;

que los que había acompañado con delicadeza

afirmaran que los había abandonado.

No entendía.

Pero su corazón

no se revolvió contra ellos:

seguiría amándoles,

continuaría entregándose,

les abrazaría como siempre.

Lo había aprendido del Padre

que, él también,

no se desdice jamás de su bondad,

Por muchas que sean las heridas y olvidos

que le atribuyamos.

Pensaba que si se volvía atrás

no reflejaría el rostro de Dios

en el camino humano,

Por eso mismo,

pasó haciendo el bien

hasta el final.

Sin titubeos.

 

***

 

Para esta semana:

 

                No te canses de hacer el bien a pesar de las pequeñas incomprensiones de la vida.

 

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