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FIAIZ

Juan 93

CVJ

Domingo, 4 de diciembre de 2011

 

VIDA ACOMPAÑADA

 Plan de oración con el Evangelio de Juan

 

 

93. Jn 13,34-35

 

Introducción:

 

                No hay que extrañarse de que los humanos estemos siempre dando vueltas al tema del amor. Darle tantas vueltas, es cierto, indica, con frecuencia, lo lejos que estamos de ese amor y lo mucho que de él carecemos. Pero también muestra cuánto anhelamos poder vivir una vida en amor. Es el sueño, explícito o no, de casi todas las personas aunque ese sueño quede, casi siempre, lejos. Una variante del amor que podría acercarnos a ese horizonte es amar al distinto. Normalmente nos tira más amar al que, de algún modo, es igual a nosotros y que nos devuelve el amor que le damos. Amar al distinto, aunque no nos devuelva nuestro amor, es una maravilla, el amor sin esperanza, el amor más brillante.

                Es que cuando Jesús nos propone amarnos “como él nos ha amado” es esa clase de amor del que habla. Efectivamente, su amor con nosotros ha sido asimétrico, en distinto plano porque, como dice san Pablo, “estábamos sin fuerzas” (Rom 5,6). Así es, no podíamos devolverle amor y él nos amó sin pensárselo dos veces. El suyo ha sido un amor al completamente distinto. Por eso es un amor esencial, fundamental. Más aún, dice, échale hilo, que ese amor asimétrico ha de ser el distintivo de quienes se dicen adheridos a él, seguidores y seguidoras suyos. ¿Es mucho pedir? Quizá sí, pero quitar esto del horizonte de lo humano es empobrecerlo. Más aún, todos sabemos que este tipo de amor está al alcance de nuestra mano. Hoy mismo lo podríamos practicar.

 

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Texto:

 

34Os doy un mandamiento nuevo: que os améis unos a otros; que como yo os he amado, también vosotros os améis mutuamente. 35La señal por la que conocerán que sois discípulos míos, será que os amáis unos a otros.

 

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Ventana abierta:

 

 

                Esta foto en que una muchacha besa cariñosamente a un chico “distinto” (aunque sea como todos) hace parte del logotipo de Anfas, una asociación Navarra que trabaja con diferentes (como Atades en Aragón o ANPACE en La Rioja, etc.). Es cierto que en todas estas asociaciones hay un elemento social y hasta empresarial. Pero todos sabemos que sin haber descubierto el valor del respeto y del amor al socialmente distinto esto no puede funcionar. Por eso hay que alegrarse de que en nuestra sociedad crezca, siquiera un poco, la certeza de que el amor al distinto es un amor debido y por ello necesario.

                Oramos: Gracias, Señor, por quienes son sensibles a la diferencia y son capaces de amar; gracias por quienes meten la solidaridad en su plan de vida; gracias por quienes aman sin pasar siempre factura.

 

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Desde la persona de Jesús:

 

                Dice Jesús que el mandamiento del amor al distinto es un “mandamiento nuevo”. En realidad es un mandamiento viejo (hasta los homínidos ayudaban a sus congéneres desdentados a devorar la caza). Pero ha de ser “renovado” cada día. En ese sentido es nuevo. En cada situación hay que volver a optar por él ya que si no se opta por él se muere y se evapora.

                Oramos. Que optemos todos los días por la novedad del mandamiento del amor; que hagamos nuevo el amor con nuestra solidaridad diaria; que creamos en la novedad y en la fuerza indudable del amor.

 

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Ahondamiento personal:

 

                El camino del amor, de la buena relación, contiene dosis indudables de fracaso. No se puede pretender éxitos totales en la construcción de la buena relación. Asumir esa dosis de fracaso y seguir adelante es síntoma de indudable madurez. Jesús mismo que, es obvio, fue un fracasado, a pesar de ello siguió creyendo en el amor. Y esa tenacidad produjo, a la larga, su fruto.

                Oramos: Que miremos más allá de nuestro fracaso en la relación; que creamos que las semillas de amor nunca se pierden del todo; que levantemos los hombros con facilidad cuando nos ronde el desaliento de la relación.

 

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Desde la comunidad virtual:

 

                Podemos decir que, en parte, la razón de nuestra pervivencia en la comunidad virtual ha sido el habernos querido sabiéndonos diferentes en nuestras maneras de pensar, en nuestros planes de vida, en nuestras situaciones concretas. Nadie tiene algo que reprochar al otro; al contrario, lo diferente nos ha enriquecido. Este ha sido parte de nuestro “secreto”.

                Oramos: Que creamos que la diferencia nos enriquece; que respetemos a quien vive y piensa de manera diferente; que miremos siempre el fondo del corazón de la persona.

 

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Poetización:

 

Había bajado

al sótano de la vida.

Por eso no se extrañaba

de los raros caminos del corazón.

Y aun conociéndonos,

no dudó en amarnos.

Aprendió que amar al distinto

era la manera de amar del Padre.

De ahí que no dudara en amar

a los marcados,

a los heridos,

a los negados,

a los que estaban

al borde del abismo.

Eran los distintos,

los excluidos de la dicha.

Se dedicó a ellos

con una extraña entrega.

Les decía a los suyos muchas veces:

“Ésta es la señal,

éste es el distintivo.

Si os reconocen por esto,

sois de verdad discípulos míos”.

No le entendían,

se les hacía muy cuesta arriba.

Pero, con el tiempo,

comprendieron el secreto

de este amor a tumba abierta,

sin esperanza.

 

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Para la semana:

 

                Trata de mirar con más cercanía y aprecio al distinto social. Tiéndele la mano.

 

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