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FIAIZ

Juan 33

CVJ

Domingo, 14 de febrero de 2010

 

VIDA ACOMPAÑADA

 Plan de oración con el Evangelio de Juan

 

 

33. Jn 6,41-42

 

Introducción:

 

                Hay un lado oscuro en la vida de las personas y en la misma realidad. Se hallan ahí nuestras limitaciones, enfermedades, desalientos, fracasos, heridas, daños, pérdidas, etc. Huimos de ese lado herido como el gato escaldado del agua. Pero si lo miráramos de frente con benignidad, si lo valoráramos en todos sus matices, quizá descubriríamos rasgos de amor, vivencias hondamente humanas, rasgos muy generosos. Es el amor en el lado oscuro, algo muy difícil de ver, pero si se acerca uno a él, la cosa es muy interesante. Porque eso no elimina la ineludible tarea de luchar a brazo partido contra toda limitación, pero colabora a la reconciliación de nuestra existencia, a la verdad de lo que somos (somos más que la limitación), al sosiego vital y, en definitiva, el descubrimiento del amor.

                Es que el pasaje de esta semana habla de un lado oscuro de Jesús: su oscura familia, su pobre clan, su pertenencia al lado más débil de una sociedad injustamente estructurada en clases irreconciliables. Ese lado oscuro causa dificultad a la hora de aceptar que "ha bajado del cielo", que tiene algo que decir de parte de Dios, que ha llegado a experiencias fuertes de lo divino y del corazón humano. A sus paisanos les resulta imposible aceptar que un pobre sea hondamente humano, espiritual, divino. El gran obstáculo es la oscuridad de su linaje, la pobreza de su familia, la evidencia de que es como todo el mundo pobre. No podían ver que en lado oscuro de Jesús había arraigado el amor de manera definitiva. Y que ello le autorizaba para hablar, para vivir, para proponer caminos "divinos". Hacía falta una mirada ahondada, profunda, amable, fraterna, anhelante para ver ahí, en la sombra, el amor vivo y palpitante.

 

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Texto:

 

                41Los judíos lo criticaban porque había dicho: "Yo soy el pan bajado del cielo", 42y decían:

                -Pero ¿no es este Jesús, el hijo de José, de quien nosotros conocemos el padre y la madre? ¿Cómo dice ahora: "Estoy aquí bajado del cielo"?

 

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Ventana abierta:

 

 

            Este es un libro de título y contenido sugerente. Habla de un país, Siria, en que ocurren cosas terribles, como en todos los países. Sobre todo duele el daño que se hacen unos ciudadanos a otros, unas familias a otras, unos vecinos a otros. Pero, al fondo de tanto mal, el amor brota, imparable, en mil formas, saltando las barreras, en contra de toda ley. En los lados oscuros de la vida brota el amor con toda su pujanza. Al final triunfará sobre la limitación.

                Oramos: Que creamos en el triunfo del amor por encima de toda limitación; que amemos con la confianza de que el amor triunfará; que nos alegremos de quienes siguen amando por encima de dificultades.

 

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Desde la persona de Jesús:

 

                Dice Jesús que él es un "pan bajado del cielo". Es decir: él es la promesa del Padre con carne humana, tocable. ¿Cuál es esa promesa? Que la vida saldrá a flote, que hay un horizonte más allá de cualquier negrura, que no es bueno maldecir de esta vida por su limitación, que nuestra existencia es una aventura que merece la pena. El pan bajado del cielo quiere que "comamos" esta vida, que la asimilemos, que la degustemos, que la apreciemos por encima de sus evidentes limitaciones. No se trata tanto de comulgar con signos religiosos, cuanto de comulgar con la vida.

                Oramos: Gracias, Señor, por darnos el pan de la vida; gracias por animarnos a comulgar con la vida; gracias por hacer parte de nuestros caminos débiles.

 

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Ahondamiento personal:

 

                Los judíos criticaban a Jesús porque sabían de sus lados oscuros, de su familia humilde, de sus hermanos y hermanas que eran como todo el mundo. No podían entender que en esa "oscuridad" hubiera alguna luz. Pero justamente ahí estaba lo hermoso del asunto: desvelar luz en lo oscuro del camino humano, renunciar a brillos que nos sacan de la humildad de la historia, negarse a mesianismos maravillosos que nos despojan y alejan del camino humilde, pero verdadero, de la fraternidad. Una crítica a lo humilde que siempre está amenazando nuestra vida.

                Oramos: Que sepamos develar la luz en los humildes caminos humanos; que renunciemos a brillos que humillan a los demás; que nos alejemos de mesianismos que puentean el camino humano.

 

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Desde la comunidad virtual:

 

                Los judíos conocen el padre y la madre de Jesús y eso los aleja de él. Nuestra comunidad es, o tendría que ser, lo contrario: conocemos alguno de nuestros padres y madres, generalmente mayores, que están caminando en el último tramo de la vida. Eso nos hace apreciarlos más. Algunos de ellos se han sumado a nuestra comunidad virtual. Se lo agradecemos vivamente: en su silencio y sencillez son, sin duda, lo más valioso de nuestro grupo orante.

                Oramos: Gracias, Señor, por las personas mayores que oran con nosotros; gracias por nuestros padre creyentes y benignos; gracias por el acompañamiento cariñoso y en la sombra de nuestras personas mayores.

 

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Para orar:

 

«No te asomes

a la ventana,

que no hay nada en esta casa.

Asómate a mi alma.

 

No te asomes

al cementerio,

que no hay nada en estos huesos.

Asómate a mi cuerpo».

 

Miguel Hernández

 

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