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FIAIZ

COMUNIDAD FILIPENSES

Filipenses 5

CVF 

Domingo 2 de noviembre de 2014

 

VOLVER A JESÚS

 Plan de oración con Filipenses

 

5. Filp 2,1-4

 

Introducción:

 

                Podría parecer que en la sociedad de hoy solamente hay gente que mira por lo suyo. Esto se afianza cuando lo “suyo” pretender que sea también lo de los demás. Pero no es totalmente así, Siempre ha habido gente que, mirando en la dirección del otro, le ha preocupado lo de los demás hasta el extremo de hacer suyas causas que no eran la suya. Eso les ha llevado a ofrecer tiempo, apoyo económico, preocupaciones, anhelos para que la realidad del otro salga a flote. Estos que no van solo a lo suyo son empuje para soñar con una sociedad del futuro interimplicada, fraterna, interrelacionada. Son personas que, con otro lenguaje, creen que la causa de los débiles es, de algún modo, su causa.

                Es que la comunidad de Filipenses es una comunidad de gente buena, pero no son personas sin contradicciones, incoherencias y fallos. Hay un nivel notable de egoísmo, de ir a lo de cada uno. Lo que engendrará mucha rivalidad porque cuando cada uno tira a lo suyo pretende, de alguna manera, que lo de los demás también sea suyo. De ahí a mirar al otro, aunque sea cercano, aunque sea familiar, como un “enemigo” a derrotar hay un paso. Por eso dice taxativamente Pablo: “que nadie mire únicamente por lo suyo, sino también por lo de los demás”. Mirar por lo de los demás exige, en primer lugar, mirar en la dirección de los demás, de sus intereses, de su beneficio. Consiste en dejar de ser uno mismo centro único de su propio corazón y abrir la puerta sabiendo que cuantas más personas entren en ese centro del corazón de la persona, tanto más feliz será uno mismo. Porque un corazón ocupado no es un corazón empobrecido, sino todo lo contrario.

 

***

 

Texto:

                2,1Entonces, si hay un estímulo en el Mesías y un aliento en el amor mutuo, si existe una solidaridad de espíritu y un cariño entrañable, 2hacedme feliz del todo y andad de acuerdo, teniendo un amor recíproco y un interés unánime por la unidad. 3En vez de obrar por egoísmo o presunción, cada cual considere humildemente que los otros son superiores 4y nadie mire únicamente por lo suyo, sino también cada uno por lo de los demás.

 

***

 

La sociedad nos ayuda a volver a Jesús:

 

 

Este señor es José L. Olaizola, abogado y escritor (ganó el Planeta en 1983). Ahora es presidente de una ONG (Somos uno) para luchar contra la prostitución infantil en Tailandia. Gente que se complica la vida con la situación de otros cuando podía vivir pacíficamente en su tierra, en su casa, sin problemas. Gracias a estos que se complican puede haber esperanza para colectivos frágiles.

                Oramos: Gracias por quienes se complican en las causas perdidas; gracias por quienes miran por los demás; gracias por quienes dan vida amando a otros.

 

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Volver al Jesús del Evangelio:

 

                A nadie le cabe duda de que Jesús fue uno que se complicó la vida por causas ajenas, por la situación de quienes, expulsados de la dicha, aspiraban a salir de situaciones de dificultad. Lo dijo con mucha claridad: No hay amor mayor que dar la vida a favor de otros” (Jn 15,13). Y él llevó esa máxima hasta el final en su propia vida. Por eso, todo se reduce a ver cuánto está uno dispuesto a empeñar por la dicha y la felicidad de otros. El resto, puede que sean palabras.

                Oramos: Te alabamos, Señor, por tu entrega generosa; te bendecimos porque has firmado tu entrega con la vida; te damos gracias por habernos dado tu alma.

 

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Volver a los valores hondos:

 

                Uno de los valores que nuestra sociedad habría de recuperar porque está muy necesitada de él es creer que el mundo no se acaba en mis intereses. Ensanchar el alma, ese es el valor, porque quizá somos personas de alma estrecha, hasta el punto que todo lo miramos desde la perspectiva única de nuestro interés. Ensanchar el alma es un gran beneficio para toda persona y quien lo hace alcanza unas cotas de dicha que antes no conocía. El darse es, sin duda, una ganancia.

                Oramos: Que nos demos a los demás con alegría; que creamos en el potencial de nuestra alma; que ensanchemos los límites de nuestro corazón.

 

***

 

Volvemos a la comunidad:

 

                La comunidad virtual nos hace un gran beneficio, además de conectarnos con la Palabra, cuando ensancha nuestra alma interesándonos por los caminos de los demás. Por eso, cuanto más compartamos esos caminos, hasta donde se pueda, tanto más saldremos ganando todos. Que, por el cauce que sea, la comunicación sea fácil y con ella se intensifique la relación y el amor.

                Oramos. Que nuestra comunicación sea fraterna; que nos demos nuestros caminos; que nos acompañemos en ellos.

               

***

 

Palabras que alientan:

En defensa del cardo y de la ortiga,
en defensa del burro y su rebuzno
y de su condición intrascendente,

a favor de los bosques y su antiguo
modo de ser, a favor de la piedra
que el misterio cubrió de oscuro musgo,

para que vivan peces en las aguas,
pájaros en el aire, rododendros
en los jardines, luces en la noche,

y los hombres se olviden de la prisa
con que van a la nada y no se enteran,
víctimas de un progreso forajido,

para que todo cobre otro sentido,
una vez asumido el sinsentido
que es todo, y concentrados en su paso

veamos sin dolor pasar el tiempo
y vivamos minutos, horas, días,
bocanadas de ser, riqueza única

Jesús Munárriz.

***

 

Tu parte:

 

                Trata estos días de no ir solamente a lo tuyo. Que los intereses ajenos puedan ser, en parte, tus intereses.

               

***

 

Filipenses 3

CVF 

Domingo 12 de octubre de 2014

 

VOLVER A JESÚS

 Plan de oración con Filipenses

 

3. 1,21-26

 

Introducción:

 

                Uno de los fenómenos sociales más estremecedores es el que podríamos denominar como “la conciencia aislada”. Se da cuando uno se sitúa en la vida como único centro, como si no existiera más que él y sus intereses, como si lo que está fuera y los que están ahí (sobre todo los frágiles) no fueran de mi incumbencia. Esto puede llegar a situaciones límite: me beneficio yo, me alegro yo, me va bien a mí, el resto no me interesa. Se ha aislado la conciencia. No hay manera de romper esta dialéctica más que a base de generosidad, de mirar en la dirección del otro, de creer que cuando doy yo también gano. Es difícil cuando el aislamiento ha llegado a enquistarse. Por eso mismo, hay que prevenirlo.

                Pablo es uno que, como muestra el texto que traemos a la reflexión y a la oración ha sido muy generoso con los de Filipos porque ellos también han  sido generosos con Pablo. De tal manera que éste, ya viejo y en la cárcel, sueña con acabar este camino y estar con Jesús. Pero está dispuesto a seguir lo que haga falta con los filipenses si ellos se van a beneficiar. Saber Pablo que él también saldrá enriquecido. Es una conciencia relacionada, no aislada, la suya. Si no hubieran mediado comportamientos de generosidad, esto habría sido probablemente imposible.

 

***

 

Texto:

 

22 Pero si la vida en este cuerpo me permite seguir trabajando fructuosamente, ya no sé qué elegir. 23 Me siento urgido de ambas partes: deseo irme para estar con Cristo, porque es mucho mejor, 24 pero por vuestro bien es preferible que permanezca en este cuerpo. 25 Tengo la plena convicción de que me quedaré y permaneceré junto a todos vosotros, para que progreséis yos  alegréis en la fe.

 

***

 

La sociedad nos ayuda a volver a Jesús:

 

 

            Una foto sobre el ébola que, por desgracia, puede parecer anodina. Pero se refiere a un artículo de la prensa donde se dice que 20 médicos del movimiento Médicos sin Fronteras se han infectado en África con el virus del ébola en el cuidado a los infectados de esta grave enfermedad. Son personas de la máxima generosidad. No conoceremos sus nombres, pero son los hermanos más generosos de la humanidad, capaces de dar hasta su vida por un ideal humanitario. Nunca se lo pagaremos.

                Oramos: Que agradezcamos a quienes se entregan; que agradezcamos más a quienes no piensan en ellos a la hora de amar; que agradezcamos sobre todo a quienes ofrecen su vida.

 

***

 

 

 

Volver al Jesús del Evangelio:

 

                Dice el Evangelio cuando habla del bautismo de Jesús que éste “en un bautismo en masa” se acercó a recibir el bautismo de Juan. Entre la masa, como uno más, como alguien que dice cómo va a ser su mesianismo: una oferta al pueblo, no un modo de enriquecimiento personal; una ofrenda a los débiles, no un camino de gloria para él mismo; un darse sin reserva ninguna, no un acumular riquezas u honores para sí. La verdadera vocación de Jesús es darse al pueblo porque se siente hondamente pueblo, hondamente hermano. Su generosidad es el camino de gloria.

                Oramos. Gracias, Señor, por tu imparable generosidad; gracias por mirar en la dirección de los frágiles; gracias por no construir tu gloria a nuestra costa.

                 

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Volver a los valores hondos:

 

                Uno de los valores que habría que recuperar sería el de ampliar la conciencia, relacionarla más. Porque por egoísmo, comodidad o interés, la conciencia tiende a estrecharse, a ceñirse únicamente a los propios intereses de uno mismo. Cuanto más ampliemos la conciencia más posibilidad de relación. Esta ampliación solamente puede darse en la generosidad cotidiana.

                Oramos: Te alabamos, Señor, por quienes van más allá de su egoísmo; te bendecimos por quienes luchan contra la comodidad; te damos gracias por quienes van más allá de sus intereses.

 

***

 

Volvemos a la comunidad:

 

                La oración en común no solamente nos ayuda animar la fe, también nos empuja a salir de nosotros mismos, a ir pensado y viviendo las situaciones del otro un poco como nuestras. Hacerlo con los miembros de la comunidad virtual es un gran paso; ir más allá a ámbitos ciudadanos más amplios, todavía mejor. Este es uno de los buenos frutos de la oración.

                Oramos: Que ampliemos horizontes con los miembros de la comunidad; ampliemos con la familia y la sociedad; que nos interese todo lo humano.

 

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Palabras que alientan:

 

Sólo le pido a Dios
que el dolor no me sea indiferente,
que la reseca muerte no me encuentre
vacío y solo sin haber hecho lo suficiente.

Sólo le pido a Dios
que lo injusto no me sea indiferente,
que no me abofeteen la otra mejilla
después que una garra me arañó esta suerte.

Sólo le pido a Dios
que la guerra no me sea indiferente,
es un monstruo grande y pisa fuerte
toda la pobre inocencia de la gente.

Sólo le pido a Dios
que el engaño no me sea indiferente,
si un traidor puede más que unos cuantos
que esos cuantos no lo olviden fácilmente.

Sólo le pido a Dios
que el futuro no me sea indiferente,
desahuciado está el que tiene que marchar
a vivir una cultura diferente.

Sólo le pido a Dios,
que la guerra no me sea indiferente,
es un monstruo grande y pisa fuerte
toda la pobre inocencia de la gente.

 

***

 

Tu parte:

 

                Intenta ampliar tu horizonte de vida; que lo de más allá de tus intereses te sea valioso.

                              

***

 

Filipenses 4

CVF 

Domingo 26 de octubre de 2014

 

VOLVER A JESÚS

 Plan de oración con Filipenses

 

4. 1,27-30

 

                Hay periodistas de TV que concluyen su espacio diciendo que se despiden hasta el día siguiente en la espera de que alguna de las noticias que den a su audiencia sea buena. Las que han dado y las que suponen que van a dar no son buenas. Portadores de malas noticias, eso es lo que parecen ser los medios de comunicación. Las personas nos contagiamos y creemos que solamente hay malas noticias que transmitir. Sin embargo, hay noticias buenas, pequeñas y grandes, a las claras y escondidas, puestas de relieve o ignoradas. Pero buenas noticias, haberlas haylas. Lo que hace falta es que alguien sea portador de ellas, transmisor, subrayador de las mismas. Mensajeros de buenas noticias en tiempos de abundantes malas noticias. Algo de eso habría de ser la persona que quiere construir una sociedad con componente humano. De lo contrario no solamente se crea una psicosis de pesimismo, sino que se deforma la realidad. Ésta no es mala, aunque haya maldad; no es negativa, aunque haya cosas cuestionables; no está perdida, aunque haya mucho despiste. Poner el acento en lo bueno, he ahí una gran sabiduría.

                Es que el texto de esta semana habla de “vivir a la altura de la buena noticia”, de ser “fieles a la buena noticia”. Posiblemente san pablo habla de la buena noticia del Evangelio, pero se puede entender también de cualquier buena noticia, que también es evangelio. La comunidad de Filipos ha alegrado la vida de Pablo, incluso en sus malos momentos, porque le ha llevado buenas noticias, las del Evangelio, las de la fraternidad humana, las del disfrute de lo sencillo. Una comunidad portadora de buenas noticias, eso ha sido la comunidad de Filipos para Pablo. No es de extrañar que brote la alegría cuando se relaciona con ella.

***

 

Texto:

 

                27Una sola cosa: vivid a la altura de la buena noticia del Mesías, de modo que ya sea que vaya a veros o que tenga de lejos noticias vuestras, sepa que os mantenéis firmes en el mismo espíritu y que lucháis juntos como un solo hombre por la fidelidad a la buena noticia, 28sin el menor miedo a los adversarios; esto será para ellos signo de derrota, para vosotros de victoria, todo por obra de Dios. 29Porque a vosotros se os ha concedido el privilegio de estar del lado de Cristo, no solo creyendo en él, sino sufriendo por él, 30enzarzados como estás en el mismo combate; ése en que me visteis una vez y que ahora conocéis de oídas.

 

***

 

La sociedad nos ayuda a volver a Jesús:

 

            En el turbio asunto de las “tarjetas opacas”, ese saqueo de los bienes sociales, hay algo que no se ha resaltado suficientemente: la “buena noticia” de que tres consejeros no usaron las dichas tarjetas, se mantuvieron, por la razón que fuera, en la honestidad de no usar algo que constituía, en sí mismo, un robo. Esta bondad queda eclipsada por la magnitud del desfalco, pero es una buena noticia, la de que es posible la honestidad en medio del ladronicio consentido. La sociedad contiene buenas noticias más allá de sus iniquidades.

                Oramos: Gracias, Señor, por quienes se mantienen honestos; gracias por quienes intentan serlo por encima de sus limitaciones; gracias por quienes valoran la bondad por encima de las malas noticias.

 

***

 

Volver al Jesús del Evangelio:

 

                Hay que volver al Jesús portador de buenas noticias y alejarse un poquito del Jesús portador de un mensaje religioso. En realidad él no quería ser Mesías religioso, sino portador de buenas noticias para los frágiles sociales. Noticias que tenían que ver con la dicha, con la salud, con la justicia, con el gozo. Esas buenas noticias eran más importantes y más peligrosas que cualquier doctrina religiosa o social. Venían a decir que la persona está creada para la dicha y que si no lo ha conseguido es muy probable que alguien se la esté arrebatando. Por eso fue puesto en el punto de mira del sistema.

                Oramos. Te alabamos, Señor, por ser portador de buenas noticias; te bendecimos por llamarnos a la alegría; te damos gracias por empujarnos hacia el amor a la justicia.

                 

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Volver a los valores hondos:

 

                Uno de los más hondos valores que habría que recuperar sería el del “apostolado de la alegría”, es decir, trabajar con ahínco para que la alegría llegue a los lugares sociales donde la tristeza ha acampado. Eso no puede consistir solamente en palabras o en gestos festivos, que no están mal, sino en crear condiciones sociales y económicas sobre todo, donde la dicha sea posible, donde la simple alegría de vivir pueda ser palpada. Por eso mismo, el apostolado de la dicha está emparentado con la simple justicia.

                Oramos: Que sembremos dicha desde una posición de justicia; que demos alegría desde una actitud de servicio; que ofrezcamos disfrute desde un afán explícito de compartir.

 

***

 

Volvemos a la comunidad:

 

                A veces tenemos que darnos malas noticias porque así es la vida, por éstas vienen con ella. Pero nos hacemos un bien inmenso cuando nos damos buenas noticias, por sencillas que sean, por pequeñas que nos parezcan. Las buenas noticias son la masa en la que se forja la comunidad. De ahí que habríamos, quizá, de ser más generosos y rápidos en darnos esas buenas noticias que nos pueden llevar a considerarnos hermanos y amigos.

                Oramos: Que seamos generosos con las buenas noticias; que nos ofrezcamos lo bueno para ser comunidad; que abundemos en bondad para que lo malo de la vida nos sea más liviano.

               

***

 

Palabras que alientan:

 

Y si el final

no fuera más que un algo

que se enciende

hacia otra parte. 

La fruta

tras el hueso de la fruta. 

La caricia que crea

la carne

en su caída. 

 

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Tu parte:

 

                Intenta ser portador de alguna buena noticia durante estos días.

                              

***

 

 

Filipenses 1

CVF 

Domingo 5 de octubre de 2014

 

VOLVER A JESÚS

 Plan de oración con Filipenses

 

1. Filp 1,1-11

 

Introducción:

 

                La persona necesita para vivir con gozo una “calidez social” que haga que sus días tengan jugo, calor, alegría, sentido. Si la vida en sociedad se vuelve fría y distante, el alma se encoge y se apoca. Cuando las relaciones sociales crecen en calidez, cuando la siembra de buena relación es amplia, cuando hay pulso y vida en lo que se hace, es entonces cuando la persona da lo mejor de sí misma. Construir una vida “cálida” es lo mismo que construir una vida humana.

                Es que en este comienzo de Filipenses parece hablarse de algo de eso. Esta comunidad de Filipos fue la más querida por Pablo. Y eso se demuestra porque Pablo, que era muy suyo, a nadie quería pedir un favor para que luego no se lo echasen en cara. Pero a esta comunidad se lo pidió porque sabía que jamás se lo echarían en cara. Fue la primera comunidad cristiana de Grecia. Una comunidad pobre, formada mayoritariamente por mujeres, que no tenían ni un lugar para juntarse (se reunían “en un recodo del río”). Pero allí Pablo fue acogido, sintió el calor del cariño y esa sensación de calidez nunca le abandonó. Por eso, ya desde el comienzo de la carta, el tono es de gran calidez: “os llevo muy dentro”. Cuando se logra meter al otro dentro, en los pliegues del alma, es cuando se puede amar y cuando se puede construir la fe común. Una fe fría, ritual, estirada no es la que Jesús propone en el Evangelio. Volver a la fe de Jesús es volver a una fe calida y humana que provoque el gozo de saber amado y capaz de amar.

 

***

 

Texto:

 

             1,1Pablo y Timoteo, siervos del Mesías Jesús, a todos los consagrados por el Mesías Jesús que residen en Filipos, con sus encargados y auxiliares: 2Os deseamos el favor y la paz de Dios nuestro Padre y del Señor, Jesús Mesías.

            3Doy gracias a mi Dios por todo lo que recuerdo de vosotros; 4cada vez que pido por todos vosotros siempre lo hago con alegría, por la parte que habéis tomado en anunciar la buena noticia desde el primer día hasta hoy; 6seguro además de una cosa, de que aquel que dio principio a vuestra buena empresa le irá dando remate hasta el día del Mesías Jesús.

            7Esto que siento de vosotros está justificado: os llevo muy dentro, pues tanto durante mi prisión como durante mi defensa y conformación de la buena noticia todos tenéis parte conmigo en el privilegio que me ha tocado. 8Bien sabe Dios con qué cariño cristiano os echo de menos.

            9Y esto pido en mi oración: que vuestro amor abunde todavía más y más en penetración y en sensibilidad para todo: 10así podréis vosotros acertar con lo mejor y llegar genuinos y sin tropiezo al día del Mesías, 11colmados de ese fruto de rectitud que viene por Jesús Mesías, para gloria y alabanza de Dios.

 

***

 

La sociedad nos ayuda a volver a Jesús:

 

                De muchas maneras la sociedad nos enseña el afecto, sobre todo cuando este se vierte sobre los sectores más frágiles. La mano humilde que acaricia la mano enferma es símbolo de un afecto humano y social que empuja en la dirección de construir una vida social de un cierto calado afectivo. Una sociedad fría, despersonalizada, anónima no puede generar comportamientos humanos. Cuando se mezcla la calidez al hecho humano la vida social de transforma.

                Oramos: Que acojamos la calidez que nos brinda la vida social; que agradezcamos las vidas que nos humanizan; que celebremos los logros de bondad social que se cruzan en nuestro camino.

***

 

Volver al Jesús del Evangelio:

 

                Dice Pablo que el amor de los filipenses “abunde todavía más en penetración y en sensibilidad para todo”. Es decir, siempre se puede crecer en calidez humana, en sensibilidad del corazón, en vida gozosa y entregada al otro. Por eso, este texto puede ayudarnos en este año a un ahondamiento y afianzamiento en el amor. Y ello siempre a niveles sencillos, cotidianos. Crecer en amor es el gran éxito del caminar humano y cristiano. Eso sí que es tomar la senda que va hacia el secreto de Jesús que es un secreto de amor.

                Oramos: Que retomemos cada día la senda del amor; que crezcamos en sensibilidad y en cercanía a los problemas del otro; que seamos cuidadosos para construir un amor respetuoso y amable.

 

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Volver a los valores hondos:

 

                Este de la calidez humana es uno de esos “valores hondos”. A veces nos alejamos de él porque anteponemos otra clase de valores: el éxito, la mera comodidad, el beneficio rápido. Pues bien, volvamos a él: calidez en la mirada, en las palabras, en los gestos, en los comportamientos. No se trata de ser un remilgado ni un pesado, sino  alguien que cree que por el camino de la relación cálida se logra tocar el corazón de la persona.

                Oramos: Que volvamos a la senda de la calidez humana; que valoremos la entrega del corazón; que creamos que la buena relación construye a la persona.

                               

***

 

Volvemos a la comunidad:

 

                Nuestra relación es de indudable calidez. Pero como hemos dicho, siempre se puede crecer. Cualquier pequeño gesto que contribuya a ello es bienvenido. Y desde ahí se puede hablar de buena relación y también ese puede ser el cimiento bueno de una oración compartida. Mirar a los ojos y mirar al corazón. Ese es el camino de una fe y una vida con buenos niveles de calidez.

                Oramos: Que nos miremos con aprecio; que nos acerquemos con detalles; que nos interesemos por compartir caminos.

 

***

 

Palabras que alientan:

 

Tú, que eres como una casa
hecha de arcilla:
Pequeña, frágil,
de cuatro habitaciones;

Tú, que llenas de fantasmas,
y que te asustas,
y que lloras,
cuando llega la noche;

Tú, que en la oscuridad
te haces pedazos
como una hucha
arrojada contra el suelo;

Tú, arcaico corazón,
mira por la ventana,
mira hacia ese bosque
que ya reverdece.

Tú, que una vez caído
gritas palabras
en una lengua
que yo no comprendo.

Tú, arcaico corazón,
entra en ese bosque:
surgió de la arcilla,
como tú.

 

***

 

Tu parte:

 

                Que tus días estén lo más impregnados posible de bondad y de gozo compartido. Intenta que sean días de luz.